Educación
Cómo 15 años de PP en la Xunta de Galicia han aniquilado la oferta de material educativo en gallego

Un desembolso de más de nueve millones de euros fue lo que se calculó en el 2010 que supondría la compra de libros de texto en castellano tras la entrada en vigor del Decreto 79/2010, conocido como decreto de plurilingüismo, que forzaba a desechar las anteriores guías didácticas de asignaturas como Matemáticas o Física y Química. Su predecesor, el Decreto 124/2007 promovido por el bipartito del PSOE y BNG, establecía un mínimo del 50% en gallego en todas las etapas de la enseñanza no universitaria y fijaba la obligatoriedad de impartir en esa lengua una serie de asignaturas en Primaria y ESO, entre ellas las dos mencionadas.
La movilización de la derecha contra la “imposición del gallego” marcó la carrera electoral de las autonómicas del 2009, algo que quedó estampado en las fotografías de Albert Rivera (Ciudadanos), Rosa Díez (UPyD) y Alfonso Rueda (secretario general del PPdeG) en una manifestación convocada por Galicia Bilingüe a menos de un mes de los comicios. Rueda, como jefe de campaña, impulsaría a Feijóo a estrenarse aquel año como Presidente de la Xunta de Galicia.
A partir del decreto de plurilingüismo, lo que hasta entonces era el mínimo de horas impartidas en gallego pasó a constituir el máximo
Aquella agitación cristalizó en el decreto de plurilingüismo, que prescribe que la oferta de asignaturas impartidas en gallego y en castellano debe ser equilibrada en todas las etapas educativas salvo Infantil, donde se prioriza la lengua materna predominante. Es decir, lo que hasta entonces era el mínimo de horas impartidas en gallego pasó a constituir el máximo.
Los centros educativos son libres de configurar este reparto en muchas asignaturas, si bien el decreto fija que en Primaria debe darse en gallego Conocimiento del medio natural, social y cultural, y en castellano Matemáticas, y en la ESO deben darse en gallego Ciencias Sociales, Geografía e Historia, Ciencias de la Naturaleza y Biología y Geología, y en castellano Matemáticas, Tecnologías y Física y Química, más allá de desarrollar las asignaturas de lenguas en la lengua correspondiente. Además, posibilita la impartición en lengua extranjera de hasta un tercio de las horas lectivas, en detrimento del gallego y el castellano.
Por lo que respecta a los libros educativos, el decreto establece que “los materiales y libros de texto de las asignaturas impartidas en gallego y en castellano estarán redactados en la lengua en que se imparta la materia” y que “la consellería competente en materia de educación fomentará la elaboración y publicación de los materiales curriculares correspondientes”. La realidad educativa, sin embargo, no indica lo mismo.
Sin libros de texto en gallego en Bachillerato
Al margen de las asignaturas de lenguas, en el Bachillerato los centros educativos tienen libertad para escoger el idioma vehicular con tal de que exista un equilibrio horario entre gallego y castellano. No obstante, de entre las áreas para las que en la ESO el decreto fija el castellano como lengua vehicular, solo las matemáticas disponen de libro de texto en gallego de la misma editorial para 1º y 2º de BAC, concretamente de Anaya. Este grupo también provee una guía didáctica de Física y Química para el primer curso de Bachillerato, pero si los docentes desean emplear libro de texto en la Física y en la Química de segundo deben cambiar de casa editorial y adoptar los manuales de Baía, a pesar de que lo aconsejable por la coherencia de los contenidos sea utilizar la misma editorial en los dos niveles. De Tecnología no hay libros en gallego.
Esta situación contrasta con la anterior a la promulgación del decreto de plurilingüismo. Cibrán Arxibai, profesor de Matemáticas, gestiona un blog en el que denuncia agravios contra el gallego, Carta xeométrica, y otro de divulgación matemática, Retallos de matemáticas. Explica para El Salto Diario que, antes, en su área había libros “de Rodeira, de Santillana, de Anaya, de McGraw Hill… Podía haber diez o doce fácilmente” que publicasen en gallego en Bachillerato.
Andrea Estévez, sindicalista de la CUT que ejerce como profesora de Geografía e Historia, achaca la disminución de la oferta a que, aunque en el Bachillerato el centro tenga libertad para decidir, “como tiene que haber unos porcentajes”, la lógica interna conduce a utilizar “el criterio de continuidad” con respecto a la ESO en el reparto lingüístico, lo que reduce la demanda de material educativo en esas asignaturas. La comparación con el área de Historia evidencia esta inercia: “En Historia en Bachillerato tenemos un montón de libros en gallego: de Historia, de Historia del Arte y de Geografía. Los hay porque es una asignatura que como en la ESO es en gallego lo habitual es darle en gallego en el Bachillerato”.
Para el jefe de ediciones en gallego de Tambre, el decreto marcó un punto de inflexión: “Nosotros hemos pasado de tener oferta a no tener nada en Bachillerato”
Óscar Fontán, jefe de ediciones en gallego de Tambre (Grupo Edelvives), corrobora los efectos del decreto: “Hemos perdido mucho mercado en gallego y fue un palo bastante duro para las editoriales”. Cita el rechazo de algunos docentes a emplear libros de texto y la reducción del alumnado que cursa Bachillerato con respecto a la ESO —algo que se ha intensificado en los últimos años con el impulso que tomó la matriculación en los ciclos de Formación Profesional— como factores que también merman la rentabilidad de publicar en Bachillerato, pero para Fontán el decreto marcó un punto de inflexión: “Nosotros hemos pasado de tener oferta a no tener nada en Bachillerato”.
Desde la misma casa, la asesora comercial de Tambre y Edelvives Matilde Caamaño precisa que la disminución del porcentaje que se imparte en gallego también afecta a la oferta en las asignaturas para las que no se define ninguna lengua vehicular en la ESO, como las optativas, y atribuye la carencia de libros de texto a la inacción de la Xunta: “Por ejemplo, hay una asignatura de nueva creación que se llama Psicología. Como tiene muy poquitos alumnos, no vas a encontrar a ninguna editorial que la haga en gallego. Si tuviésemos más medios y apoyo por parte de la Xunta las editoriales gallegas sacarían eso en gallego. No lo sacamos porque no compensa”.
Estas circunstancias dejan para muchas asignaturas al profesorado al que le corresponda impartirlas sin libertad para elegir, en función de la calidad o el enfoque, los materiales curriculares que mejor se adapten: o se acoge, en el mejor de los casos, a la única editorial que los publica o debe ser el docente quien confeccione su material. “En las optativas siempre hay oferta en español y es más difícil que haya en gallego. Si das en gallego tienes que añadirle horas a hacer tú tu propio material didáctico. Es una sobrecarga de trabajo al profesorado que quiere darlo en gallego”, apostilla Marcos Maceira, presidente de A Mesa pola Normalización Lingüística que trabaja como profesor de Xeografía e Historia.
Desequilibrio lingüístico en la ESO: protección para el castellano, trabas para el gallego
Si un incentivo para que las editoriales oferten libros de texto en gallego es su obligatoriedad en algunas asignaturas, ya que garantiza un mayor mercado que en aquellas de libre configuración, las asignaturas para las que el Decreto 79/2010 fija la impartición en gallego representan una carga horaria sensiblemente inferior a la de castellano, idioma en el que la oferta editorial no corre peligro.
Entre las asignaturas comunes, aquellas que el decreto prescribe que se den en gallego suman 29 horas frente a 39 en castellano
De las 128 “horas” semanales que suman los cuatro cursos de la ESO (32 periodos lectivos de 50 minutos por curso), 109 se corresponden con asignaturas comunes. Las 19 restantes son optativas: 1 hora en cada curso de Religión Católica o Proyecto Competencial, una optativa de 3 horas en 3º de ESO y cuatro optativas de 3 horas en 4º. Entre las asignaturas comunes, aquelles que el decreto prescribe que se den en gallego suman 29 horas, frente a 39 en castellano y 16 en lengua extranjera. En lo que respecta a las optativas, el alumnado podría añadir 3 horas de imperativa impartición en gallego —Biología y Geología de 4º de ESO— frente a 6 en castellano —Física y Química y Tecnología de 4º de ESO— y 6 en lengua extranjera —asignatura de segunda lengua extranjera en 3º y 4º de ESO—.
Según el decreto, los centros educativos pueden solicitar impartir en lengua extranjera hasta un máximo de 42 horas (33% del horario), pero esto dejaría 86 horas a distribuir equitativamente entre gallego y castellano, algo que no sería posible para un estudiante que curse las optativas de Física y Química y Tecnología, ya que, tan solo de asignaturas con lengua vehicular fijada por decreto, ya estaría recibiendo en castellano 45 periodos lectivos. Entre los de libre configuración lingüística con los que se debería compensar la balanza a favor del gallego se encuentran asignaturas como Tutoría o Proyecto Competencial, en las que la adquisición de competencias lingüísticas es mucho más limitada.
Pero un informe de A Mesa publicado en el 2023 advierte que este desequilibrio se agrava en los 634 centros educativos acogidos a EDIXGAL, un programa de la Xunta que empresta portátiles con guías didácticas interactivas a alumnado de entre 5º de Primaria y 4º de ESO. El de la plataforma es el único material de referencia del que puede disponer el alumnado, más allá del que el profesorado confeccione. El estudio se enfoca en los centros públicos en los que se imparte la Enseñanza Secundaria Obligatoria (CPI e IES), entre los que 178 de 303, un 59%, suscriben el programa.
“Es un programa financiado por la Xunta con dinero público en el que no hay editoriales gallegas”, critica el presidente de A Mesa. Solo tres empresas tienen adjudicada la elaboración de materiales didácticos para EDIXGAL: el Grupo Planeta, la empresa de herramientas digitales de aprendizaje Netex y la Editorial Edebé, perteneciente a la Congregación Salesiana. De las tres, solo Edebé es una editorial educativa. “Si a ti te pagan bien entras a concurso, pero si te van a dar una ridiculez no te interesa. No está Xerais, no está Obradoiro, no estamos nadie. Está Planeta porque tiene un poderío digital importante. La Xunta no está primando la calidad”, valoran desde Edelvives.
“Hemos recibido muchas críticas de profesorado que dice que hay muchos errores. En EDIXGAL la competencia es mínima, y encuentras una limitación de contenidos en gallego enorme”, comenta Suso Bermello, secretario nacional de la CIG-Ensino y docente de Geografía e Historia. En este aspecto incide el informe de A Mesa. Maceira denuncia que “es imposible que los centros cumplan con el Decreto porque los materiales no están en gallego en EDIXGAL. A medida que se introduce EDIXGAL desaparece el gallego”.
La única posibilidad es que los docentes elaboren su propio material, para lo cual según la CUT “no dan horas ni formación suficiente”. Bermello detalla que en los centros con EDIXGAL en teoría todo el material tiene que estar digitalizado, pero “hay muy poca capacidad de que el profesorado haga sus propios materiales, entonces se acaba recorriendo a las fotocopias”.
De las 25 horas semanales correspondientes a asignaturas comunes de libre configuración lingüística, EDIXGAL ofrece cobertura exclusivamente en gallego en una hora, tanto en gallego como en castellano en otras 8, y solo en castellano en otras 8. Quedarían sin cubrir las 4 horas de Tutoría, además de las 4 de las que cada centro educativo dispone en 1º y 2º de ESO para incrementárselas a las asignaturas comunes que estime oportuno.
En total, EDIXGAL puede aprovisionar materiales en castellano para un total de 74 horas semanales del itinerario de un estudiante. Para el gallego, esto se reduce a 45, lo que no llega a cubrir las 56 horas que deberían darse en este idioma
En lo que respecta a las asignaturas optativas de libre configuración lingüística, EDIXGAL solo cubre en gallego la asignatura de Religión Católica, para la cual también ofrece versión en castellano. Todo lo demás está en castellano (una optativa de 3º y seis de 4º) o lengua extranjera (Francés en 3º y 4º), o bien carece de material (Proyecto Competencial, dos optativas de 3º y tres de 4º).
En total, EDIXGAL puede aprovisionar materiales en castellano, dependiendo de las optativas escogidas, para un total de 74 horas semanales del itinerario de un estudiante, ampliables a 78 en función de las cuatro horas de las que los centros disponen para añadir a otras asignaturas. Para el gallego, esto se reduce a 45, ampliables a 49 en el mejor de los casos. Esto no llega a cubrir, en los centros en los que solo impartan en lengua extranjera las asignaturas de lengua extranjera (16 horas), el 50% de los 112 periodos lectivos restantes, es decir, las 56 horas que deberían impartirse en gallego. El contraste es todavía mayor si se tiene en cuenta que es frecuente que en castellano haya varias opciones entre Planeta, Edebé y Netex, y en gallego una.
Todos los estudiantes cursan por lo menos 47 horas para las que EDIXGAL solo surte de materiales en castellano, frente a las 30 en las que únicamente lo hace en gallego (29 de ellas por decreto). Un estudiante que elija Cultura Clásica en 3º de ESO y Física y Química, Tecnología, Economía y Música como optativas en 4º estaría cursando, como mínimo, 62 horas en las que EDIXGAL solo proporciona material en castellano, superando las antedichas 56. El dato análogo para el gallego serían 33 horas, para aquel alumnado que se decante por la Biología y Geología de 4º.
Al margen de esto, otro efecto del programa es la restricción del marcado para las editoriales gallegas, ya que, manifiestan desde Edelvives, “nosotros no tenemos la posibilidad de ofertar en los institutos que están dentro de EDIXGAL nuestros materiales”. Caamaño explica que su editorial proporciona libros de texto tanto en papel como en digital para los centros educativos, según el formato en el que prefieran trabajar, pero en aquellos acogidos a EDIXGAL “los ordenadores ya vienen con un contenido, no pueden trabajar con otras licencias de otra editorial”.
Las editoriales afiliadas a la Asociación Nacional de Editores de Libros y material de Enseñanza (ANELE) mueven el 90% del mercado estatal de libros educativos. En los informes publicados por ANELE correspondientes a los cursos que van del 2014/2015 al 2020/2021, la asociación incluye el número de libros de texto publicados en papel y en formato digital desde Infantil hasta Bachillerato y FP desglosado por idiomas. Si bien la tendencia a poner en circulación la versión digital para cada publicación en papel hace que cada vez haya mayor oferta digital en gallego y castellano, en lo referido al papel los datos de ANELE indican que la oferta de libros educativos en castellano se mantiene constante mientras que la de gallego decae, pasando de superar los 1.200 ejemplares en el 2014/2015 a no alcanzar los 900 en el último curso de la serie.
Incumplimientos y consecuencias del decreto: el borrado del gallego en otras enseñanzas
Si hay una enseñanza en la que se vulnera sistemáticamente el equilibrio lingüístico que marca el decreto es la Formación Profesional. Andrea Estévez, de la CUT, solo recuerda, cuando impartió una materia de historia de FP básica del ámbito lingüístico, encontrar un libro de Xerais para el primer curso: “Teníamos que utilizar editoriales españolas con libros en español. No hay profesorado específico de FP básica: cae uno allí porque le ha tocado. Entonces todo el mundo acude a los libros, y los libros ahí sí que están prácticamente todos en castellano”.
La misma versión sostiene Suso Bermello, de la CIG: “En la FP, el 50% de los módulos en gallego no lo verás ni loco. Hay algunos ciclos con una presencia relativamente alta de gallego, pero puedes empezar un ciclo formativo, acabarlo en los dos años, y talvez si has tenido suerte un profe tenía materiales en gallego. Pero es rarísimo. Lo normal es que tengas todo en castellano, pero todo, todo. Y lo que tiene que ver con la FP a distancia ya es un escándalo. Ahí ya casi es imposible encontrar materiales en gallego”.
Por lo que él conoce, en la práctica el decreto se incumple con frecuencia, a menudo a favor del castellano: desde profesores que imparten en castellano asignaturas con material en gallego hasta webs de centros concertados en las que figura que el alumnado debe utilizar libros de texto en castellano para asignaturas de forzosa impartición en gallego.
Pero la inclinación de la balanza a favor del castellano, de acuerdo con Matilde Caamaño, de la editorial Tambre, parte de la base. Concretamente de la Educación Infantil. “No les enseñan en gallego. Llegan a 1º de Primaria y no saben que un oito es un ocho. Entonces, como hay un nivel bajísimo, al final se quita también el libro de gallego de las listas de libros de texto en 1º, porque ‘estos niños no pueden’. Es lo que te dicen”.
El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia estableció en el 2012 que debe ser la Administración quien fije la lengua en la que se desarrolle la Educación Infantil, anulando así el apartado del decreto que preveía hacerlo mediante preguntas a las familias. Pero estas encuestas llegaron a hacerse antes del dictamen y siguen usándose de referencia.
Según un informe del 2017, en Santiago de Compostela el 100% de centros de Infantil cuenta con materiales didácticos en castellano y en inglés, frente a un 29% en gallego
Según un informe de A Mesa del 2017 elaborado a partir de entrevistas a 941 centros públicos y privados de Infantil, en un 64% de los centros situados en núcleos de población inferiores a los 5.000 habitantes predomina el gallego sobre el castellano. Pero en estos núcleos solo reside el 16% de la población gallega. Si vamos al extremo opuesto, en los núcleos urbanos sobre los 50.000 habitantes, en los que habita un 36% de la población, el 39% de centros consultados utilizaba exclusivamente el castellano como lengua de aprendizaje, y un 33% lo hacía mayoritariamente, frente a un 29% en situación de equilibrio o mayoritariamente en gallego.
En lo referido al material didáctico, el 100% de centros de Infantil consultados para el estudio disponía de él en castellano para cualquier intervalo de población. En cualquier tramo por encima de los 5.000 habitantes la presencia de materiales en inglés superaba a la de gallego. En las urbes de más de 50.000 habitantes, el 94% tenía materiales en inglés y solo un 47% en gallego. En Santiago de Compostela el porcentaje era del 100% con materiales en castellano e inglés frente a un 29% en gallego.
De acuerdo con los datos más recientes del Instituto Galego de Estatística (IGE), el 24% de los niños de 5 a 14 años sabe hablar poco o nada de gallego, y un 74% habla más castellano que gallego, mientras que la situación en los mayores de 65 es la inversa. Un informe de la Real Academia Galega (RAG) apunta al Decreto 79/2010 como una posible causa de este proceso de castellanización.
“Yo estoy viendo por ejemplo en mi centro de A Estrada que cada vez hay menos chicos que hablan en gallego y que se desarrollan bien. Sobre el 2000 o 2005 prácticamente todos ellos hablaban en gallego y hoy en día a lo mejor es solo la cuarta parte”, valora Cibrán Arxibai. Forma parte de los profesores que se declararon en rebeldía contra el decreto: “Yo seguiría pidiendo a todo el mundo que no le haga caso al decreto y que siga dando las clases en gallego, porque es un desastre cómo está la situación”.
Galego
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