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Educación
El estudiantado se manifestará contra la reforma educativa
Los sindicatos Frente de Estudiantes y Estudiantes en Movimientos han llamado a “vaciar las aulas y salir a la calle” el próximo 24 de marzo para “plantar cara a una reforma educativa que pone a punto cada rama en consonancia con las actuales necesidades de las empresas”.
Tras las movilizaciones estudiantiles del 18 de noviembre, que los sindicatos convocantes valoran como “una primera respuesta unitaria” a la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) y la Ley de Convivencia Universitaria (LCU), anuncian que este jueves “darán un paso más allá.
En su comunicado realizando el llamamiento, ambos colectivos detallan los motivos por áreas: a nivel de enseñanzas medias, justifican, “la ya aprobada LOMLOE se constituye como una ley de facto continuista: maquillando los aspectos más controvertidos de la LOMCE, pero desarrollándose en las mismas coordenadas privatizadoras”. En lo que implica a Formación Profesional, “el proyecto de ley orgánica generaliza, a través de la modalidad dual, la disposición por parte de las empresas de mano de obra estudiantil infrarremunerada”.
Por último, en la universidad, la LOSU, expresan, “avanza en la mercantilización educativa reforzando el papel de las empresas en distintos planos”. Se refieren, por ejemplo, al hecho de reforzar el papel del Consejo Social consagrar la modalidad dual que, argumentan, “nutre a las empresas de mano de obra barata”. Reiteran algo que vienen haciendo desde que salió la Ley de Convivencia Universitaria: la percepción de que este texto supone “una coraza que reprima y criminalice la legítima protesta estudiantil”.
Así pues, las reivindicaciones de los sindicatos convocantes se resumen en varios puntos: paralización de la Ley Orgánica del Sistema Universitario Español (LOSU) y derogación de la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional (LOOIFP); laboralización de las prácticas curriculares y extracurriculares con condiciones de convenio colectivo; derogación de la LCU y democratización de la Universidad —dotar de más órganos y margen de representación y expresión al estudiantado—; gratuidad total del sistema educativo a todos sus niveles, apostando por diseño de un sistema de becas-salario “que impida que las estudiantes de extracción popular se vean abocadas al abandono prematuro de sus estudios” y expulsión de las empresas de la educación.
“Apostamos por una educación totalmente pública como condición de posibilidad para una educación en igualdad”, concluyen. En esta línea, exigen el aumento de la financiación a la educación pública a todos sus niveles y corte de la financiación de la educación privado-concertada, además de la ratios en las enseñanzas medias a 20 estudiantes por clase, el aumento generalizado de las plazas públicas en grados de FP y mejora de sus recursos. Fuera del ámbito educativo estricto, los sindicatos también se posicionan por el no a la guerra, que se garantice el derecho a la vivienda y al suministro eléctrico y se invierta en el acceso a la atención a la salud mental por parte de toda la población.