Periodismo
            
            
           
           
Sobrevivirás a tu príncipe
           
        
        
La  periodista Vanesa Lozano reconstruye la historia de Patricia Aguilar,  captada por una secta sexual que la llevó de Elche a la selva peruana.
 
Primero  fue  el control  y  la manipulación de  su personalidad a  través de las  redes  sociales. Patricia, una chica de Elche a punto de cumplir dieciciocho  años, estaba pasándolo mal tras el fallecimiento de su tío, al que  adoraba. Necesitaba ayuda, alguien que la comprendiese más allá  de sus padres para atravesar el  complicado duelo. Después, con su voluntad manejada a  distancia, hasta llegó a mandarle una importante  suma  de dinero a su captador, el supuesto gurú Félix Steven Manrique.  Entonces, sin decírselo a su familia, Patricia tomó un avión y se  marchó a Perú el  siete  de enero de 2017.  Ya era mayor de edad.  Estaba  a punto de acabar  recluida en las profundidades de la selva amazónica, sin agua corriente y apenas comida, con la salud  deteriorada  y ocupándose de cinco  niños. Entre ellos, una  hija fruto de su relación con Manrique.
La periodista Vanesa Lozano narra esta historia en Hágase tu voluntad (Alrevés), una brillante investigación que describe el calvario vivido por Patricia Aguilar cuando decide abandonar a su familia para reunirse con el líder de una secta al otro lado del Atlántico. Manrique la convenció de que juntos repoblarían el mundo para lograr su “salvación” tras el apocalipsis. Este tenía agregadas en sus amistades de Facebook, entre las que estaba Patricia, a más de tres mil menores de todo el mundo, una red de perfiles tras los que se podían ocultar un buen número de víctimas para una investigación demasiado compleja. Noelia Bru, prima de Patricia, y sus padres, Rosa y Alberto, ante la pasividad judicial, se pusieron al frente del caso y se vieron obligados a conocer la verdad casi por su cuenta.
el horror disfrazado de espiritualidad
Manrique  se hacía llamar Príncipe Gurdjieff en Internet, utilizando el  apellido  de  uno de los estudiosos esotéricos que más influyó en el ocultismo  del  siglo XX. Mediante una extraña  mezcla  de religiosidad y filosofía, envuelta  en todo tipo de patrañas, le ofreció apoyo a Patricia desde el otro  lado del ordenador, animándola a leer textos espirituales.  A  partir  de ese momento,  el captador  comenzó  a ser  el centro de su  vida  y logró que la  chica  rompiese con su círculo familiar, hasta el extremo de atraerla desde  su piso en Elche, de donde apenas había salido, hacia  una chacra  para animales en la selva peruana. Vanesa Lozano recompone las  piezas de ese viaje físico y emocional mediante  los testimonios de  la chica y su familia, consiguiendo un relato espeluznante  que  nos acerca de un  modo  muy  ilustrativo  al modus operandi de las sectas. El  horror disfrazado  de  extravagancias espirituales.
Cuando empieza a asumir que su hija ha desaparecido, la madre de Patricia repara en un dibujo que hay pegado en una estantería de su cuarto, sobre la almohada. Es una estrella de cinco puntas, con varios símbolos en su interior y una sílaba en cada extremo: “Te-tra-gram-ma-ton”. Al buscar su significado en Internet, descubre que se trata de un amuleto que muestra al que lo lleva “el camino hacia la luz y la sabiduría interior”. A los pies de la cama hay un dibujo idéntico. Y en los cajones, más imágenes y símbolos: el yin y el yang en una especie de timón de barco, una rueda rodeada de cruces cristianas, esvásticas budistas, estrellas gnósticas... Esa secuencia de thriller esotérico, con una madre perpleja que se asoma a la intimidad de su hija, es el inicio de un sórdido trayecto por el que la autora, periodista de El Periódico, nos va guiando sin prisas, reconstruyendo con gran viveza unos hechos abundantes en ángulos escabrosos.
GESTIONAR LAS EMOCIONES
El desenlace, conocido, abre un horizonte esperanzador. Patricia es hoy una chica libre y ha dejado atrás el infierno al que le había arrastrado Manrique, condenado a veinte años de prisión por la justicia peruana. “Me gustaría que en la escuela nos enseñaran a gestionar nuestras emociones, a conocer nuestros pensamientos y comportamientos, a comprender el porqué de muchas cosas. Cuándo, por ejemplo, somos susceptibles al engaño o a la manipulación. Desgraciadamente no es así”. De vuelta del abismo, la Patricia superviviente, madre de una niña, lanza una carta manuscrita hacia el futuro de su hija. Y nosotros, desde la distancia del relato, estamos seguros de haber conocido una parte de su calvario.
Relacionadas
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!
 
