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El Salto Radio
Desmantelando E2 I El racismo institucional y sus grietas

Si bien el racismo social diario y cotidiano tiene impactos muy hostiles en las vidas de las personas migrantes y racializadas, existe un racismo omnipresente quizás más violento aún que es aquel que ejercen los grandes entes que atraviesan nuestras vidas, el racismo que ejercen las instituciones: públicas y privadas, educativas y judiciales, locales e internacionales. Un racismo que se ha instalado a lo grande y tiene su origen en la esclavitud y el colonialismo, en este sistema de opresión llamado blanquitud del que hablamos en el episodio anterior de Desmantelando.
Y del que hablaremos en este segundo episodio de Desmantelando, ese espacio incómodo que algunas pensamos que estamos necesitando para pensar colectivamente lo importante y urgente que es pasar a la acción, compartir privilegios y dejar de ser cómplices del sistema racista patriarcal colonial que nos rodea. En esta ocasión hablamos con dos activistas antirracistas organizadas: Cheik Drame de SOS Racismo y Juliana Tapiero, de la Plataforma Justicia Para Brian. Con ellos analizaremos cómo la muerte bajo custodia policial de Brian Ríos, en Rubí, está impregnada por todos lados de actitudes racistas ejercidas por actores públicos que tendrían que haber protegido, y no acabado con, la vida de Ríos.
Stokely Carmichael y Charles V. Hamilton fueron los primeros en acuñar el concepto “Racismo institucional” en “Black Power: The Politics of Liberation”, según explican Afroféminas. Carmichael y Hamilton plantean que mientras el racismo individual es a menudo identificable debido a su naturaleza abierta y clara, el racismo institucional es menos perceptible debido a su naturaleza «menos abierta, mucho más sutil» y tácita. El racismo institucional «se origina en el funcionamiento de fuerzas establecidas y respetadas por la sociedad y, por lo tanto, recibe mucho menos condena pública que el racismo individual.” Pero gracias a las denuncias realizadas históricamente por quiénes deciden -y pueden- no quedar callados ante estas violencias, ya somos capaces de listar muchas de estas vulneraciones.
La larga lista de violencias institucionales
Para aterrizar esta idea más conceptual a ejemplos prácticos, enumeramos algunas de las situaciones construidas por el racismo institucional que las personas racializadas y migrantes sufren y denuncian en el estado español. La primera a nombrar por excelencia, la Ley de extranjería, que lee a las personas migrantes como mano de obra y no como personas. La vulneración del acceso al padrón, un metaderecho -que da acceso a múltiples derechos- que los municipios están negando cada vez más frecuentemente. El sistema de asilo, donde vemos falta de acceso a citas, entrevistas con policía que vulneran el derecho a la intimidad, denegación masiva del estatus de refugio etc. La situación de los jóvenes que migran solos, sometidos a pruebas de determinación de su edad, y tratados antes como migrantes que como menores, es decir sujetos especiales de derecho.
La sola existencia de los Centros de Internamiento de Extranjeros, espacios que restringen la libertad a personas sin necesidad de tener ningún tipo de antecedente penal. Las quitas de custodia por parte de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) o del Ministerio de Juventud e Infancia, un secuestro desde la mirada de las mamás migrantes. O las muertes bajo custodia policial, el grado quizás máximo de vulneración de derechos humanos, la violación del derecho a la vida por parte de los que en principio deben protegerla.
En el podcast ahondamos un poco en tres de estas situaciones de la mano de tres expertas. La compleja situación del acceso al padrón de la mano de la activista antirracista Laia Costa, el racismo inherente a las políticas de asilo con una brillante aportación de la investigadora social experta en protección internacional Estel·la Pareja y el laberinto que supone llegar a tener un cita en extranjería con el análisis de Mikel Mazkiaran de SOS Racismo Gipuzkoa. Pero donde más ahondamos es en una escena poco explorada aún, y muy silenciada por los medios de comunicación: las muertes bajo custodia policial.
El caso de Brian Ríos
Según una investigación de La Directa, entre 2020 y 2022 en Cataluña se registraron por parte de los cuerpos policiales locales y Mossos d’Esquadra, 8 personas muertas bajo custodia policial, de las cuales 5 eran extranjeras. Si bien sólo el 17% de la población catalana es extranjera, el 63,5% de las muertes bajo custodia policial en Catalunya son de personas extranjeras. Este dato explica muy bien como opera el racismo institucional. Brian Rios es una de esas personas extranjeras que murió bajo custodia policial, en su caso en la comisaria de Mossos d’Esquadra de Rubí.
Su caso, que gracias a la investigación de La Directa y la organización de la Plataforma Justícia Para Brian, se encuentra ahora en fase de instrucción, apunta a irresponsabilidades por parte de tres actores institucionales públicos: la policía local, que lo detuvo y le aplicó una gresiva contención física, el personal médico del centro de atención primaria donde fue sedado, quiénes le dieron el alta al jóven mientras aun estaba inconsciente, y los Mossos d’Esquadra, quiénes aceptaron tener en custodia un detenido en estado de inconsciencia. Tres agentes de este último cuerpo declararán el próximo 15 de mayo en los juzgados de Rubí en calidad de investigados.
Catalunya
Violencia policial Tres Mossos de Esquadra son investigados por la muerte bajo custodia policial del joven colombiano Brian Rios
“Uno de los privilegios que me quitaron a un mes y medio de migrar desde Colombia fue poder contar con la presencia de mi esposo, que viera crecer a mis hijos y que viviera este sueño de venir a vivir aquí, que era más de él que de nosotros”, confiesa Juliana Tapiero. “El día 20 de agosto estábamos celebrando una barbacoa en familia y a las 11.30 de la noche Brian bajó a Rubí a comprar unas cervezas, no volvió, salimos a buscarlo, y encontramos que estaba siendo detenido por la policía local”, recuerda Tapiero. a las 4 de la madrugada murió de un paro cardíaco en los calabozos de Mosso d’Esquadra.
Denuncia e infradenuncia
Según el informe Invisibles. El estado del racismo en Catalunya, de SOS Racisme, un 16,5% de les denuncias que reciben son casos de abusos por parte de los cuerpos de seguridad pública. Son los terceros en el ranquin después de los casos de agresiones y discriminaciones entre particulares (29%) y los casos de discriminación en el acceso a derechos sociales como la educación, la vivienda o la salud (22,15%). Cheikh Drame apunta a un debate interno sobre esto. “Hay gente que entiende que todas las instituciones de nuestros estados, tal y como han surgido, son de base racista de la misma manera que son patriarcales. Pero hay otra gente que piensa que la institución no necesariamente tiene que ser racista, pero lo que vemos es una institucionalización del racismo, es decir gente, dinámicas y prácticas racistas pese que oficialmente no tenga que ser así”. Lo que está claro, asegura Drame, es que las personas racializadas “tenemos 20 obstáculos antes de la línea de salida, trabas por todas partes”.
A pesar de estos datos significativos, SOS Racismo analiza que hay una clara situación de infradenuncia de las agresiones racistas, y aseguran que el nivel más alto de esta se encuentra en las agresiones por parte de cuerpos de estado, que registra un 71% de infradenuncia. En este podcast Juliana Tapiero nos cuenta porque se logró visibilizar el caso de Brian Ríos y como sigue la investigación. Luego les preguntamos a ambos activistas qué significa para ellos reparación: reparación en términos concretos delante de un caso como el de Brian Ríos, y reparación en términos más abstractos cuando nos ponemos a pensar en el colonialismo, la esclavización de millones de personas o el racismo institucional en general.
“Es duro y complejo, sobre todo cuando lo bajas a un caso concreto como el de Brian”, asegura Cheik Drame, “pero por reparación, más desde lo activista, lo que gritamos en las calles, es “verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición”. Y para que pueda existir realmente reparación primero hace falta verdad y esa verdad pasa por reconocer el daño y el pasado colonial”, continúa el activista de SOS Racismo.
Privilegios, alianzas y grietas
Ahí entra seguramente el papel que tenemos las personas blancas privilegiadas en todo esto. Reconocer este pasado colonial, sería importante quizás por parte de un Estado-nación o de empresas multinacionales. Las personas de pié, lo mínimo que podemos hacer es informarnos, tener consciencia de ello e incluso indagar en nuestras raíces ancestrales para averiguar qué tanta responsabilidad colonial cargan. Luego, el siguiente paso seria en lo posible compartir privilegios, compartir capital social y cultural, ceder comodidades, investigar muy bien qué puedes hacer para reparar o resolver mínimamente la dura situación de trabas, obstáculos y violencias constantes que atraviesa la vida de las personas migrantes y racializadas.
Y es así que se van construyendo las grietas al racismo institucional. “Después de que se publicara la noticia de la muerte de Brian en La Directa, nos contactaron personas que se convirtieron en grandes amigas, que tenían contactos, porque nosotras no teniamos ni idea del movimiento feminista, antiracista, realmente esto que me pasó me abrió un mundo que ya no soltaré porque hago parte de esto ahora. Se podría decir que esta mala experiencia me ha educado mucho”, relata Juliana Tapiero. “A partir de estas personas, se fue contactando a unas y otras y así fue como se fue tejiendo la Plataforma Justicia Para Brian: de vernos Sandra -la mamá de Brian- y yo llorando solas en casa, a ver una sala llena de personas que no nos conocían y nos ofrecían su apoyo”, explica visiblemente emocionada Tapiero.
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