Escraches
Bienaventurados los justos

El día de San Isidro, los candidatos de Partido Popular y Ciudadanos fueron recibidos por decenas de personas que han sufrido en sus carnes el rechazo de estos partidos a la ILP por el derecho a la vivienda.

Escrache PP de la PAH
Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida, de espaldas, saludan durante el escrache de la PAH. Christian Martínez
Paula Llaves
20 may 2019 12:03

No es ciega la justicia, es miope y adolece de falta de memoria. Los justos solo juzgan lo visible, ecuánimes, prudentes y perfectos. Varias cámaras han rodado la secuencia. “¡Vergüenza!”, le gritan a Begoña, que camina, encinta, sonriente y protegida por un escuadrón de guardaespaldas con pistolas. La crueldad de gritar a una embarazada. La prensa se hace eco. Es noticia.

No es noticia la tragedia 70.000 veces repetida.

No la tocarán, pero es violencia exponer a una mujer a esa situación doblemente embarazosa. Es cruel gritarla y es cruel usarla, a sabiendas de que iba a pasar exactamente lo que estaba anunciado hacía tres días.

Es violencia, pero no agresión, y ya sabían que hay un pacto explícito en la práctica de no violentar físicamente ni acercarse a más de dos metros de la interpelada. El escrache tiene reglas. Y se cumplen. Pero es normal que esto sea noticia.

Sin embargo, la tragedia repetida hasta 70.000 veces al año no es noticia y, por tanto, no se ve, ergo, no existe. Y no hay delito sin cuerpo, ser es ser percibido. Así desaparece la violencia.

No hay violencia porque no hay testigos en el despido a partir de los 50 años, en el familiar enfermo que te obliga a dejar de trabajar para cuidarlo y la Ley de Dependencia que no llega, en la cláusula que no leíste o no entendiste y confiaste en que no iban a engañarte, en el incremento de los precios en tu calle y la venta de tu vivienda a un fondo buitre.

No hay violencia en enfrentarse a la vergüenza y pedir dinero a los amigos, hasta que no quede ninguno, y a la familia, hasta que no les quede nada, y buscar ayudas y trabajo y un día llama por teléfono una voz que, sorprendentemente, no es una locución mecánica, pero mecánicamente te repite, sin escuchar tus razones ni esperarlas:
—Han cambiado las condiciones del contrato.
O bien:
—Tiene usted un impago de tres meses. A esto se le agregarán los intereses. Su deuda asciende.

No hay violencia en todas esas noches de no poder dormir, mirar al techo, tragar saliva que sabe a miedo y lágrimas. Y pedir consejo sin saber a dónde hasta que un día llega la carta. Y vas al banco para explicar tu situación, para intentar pactar las condiciones. Pero una voz, que sorprendentemente, no es la misma de la vez anterior, repite incólume:
—Han cambiado las condiciones del contrato.
O bien:
—Tiene usted un impago de seis meses. A esto se le agregarán los intereses. Si no lo puede pagar, puede ir a juicio.

Y en el juicio puede que otra voz, mecánica y contundente, le sentencie:
—Las normas están para cumplirlas.
O bien:
—Tiene usted un impago de ocho meses. A esto se le agregarán los intereses. Como es imposible que lo pague, le quitaremos la casa.
Y, menos importante:
— Algo se hará para que no se quede usted en la calle.

No hay violencia en la obligatoria privación de no gastar el dinero que no es tuyo. Y empezar a pasar hambre, y pasar frío, y a mirar a tus hijos y decirles que saquen los yogures del carrito. Así que, buscando, llegas a otra gente que sabe perfectamente de qué hablas, porque no son uno, ni dos, son varios miles. No es por tanto, una desgracia natural y sorprendente, es un grieta evidente en el sistema que desecha personas por dinero para gente que no lo necesita. Porque necesitar es una palabra seria. Y te organizas, y descubres tus derechos, y descubres las estafas intrincadas que capitalizan su miseria, y entonces pides la justicia que te deben.

Cinco obligaciones del Estado corroboradas por varios tribunales:
La de realojo por parte de las Administraciones Públicas en un plazo máximo de tres meses.
La de ofrecer alquiler social establecida en la Disposición Transitoria Única de la ley.
La de la Comunidad de establecer convenios de colaboración con los ayuntamientos y tomas medidas contra la pobreza energética.
La de la Administración de resolver en un plazo máximo de tres meses las solicitudes de ayuda que reciba.
La de la Consejería de Fomento de establecer todos los reglamentos y convenios necesarios para la plena aplicación de la ley no suspendida.

No hay violencia cuando rechazan toda interlocución y toda escucha quienes tienen la obligación de protegerte, quienes comen de la obligación de protegerte, y se niegan a verte temblando de congoja, con los nervios estallando de ansiedad. Y desprecian las 77.000 firmas no repetidas, una a una. Tanta calle, tanto esfuerzo para nada, y sepultan de un soplido y sin cautela la ILP del derecho a la vivienda, dejándoos despojados y vencidos.

No hay violencia cuando llega la carta del desahucio y buscas desesperadamente una salida, y te sacan del padrón los tribunales y los servicios sociales no te escuchan, porque nada acredita que existas como ciudadano, habitante y residente. Y solo te queda la amenaza inminente del terror repetido, conocido, invencible.

Así que no hay violencia cuando estas esperando que se cumpla la amenaza, y en la calle los coches policiales en hilera y los hombres de uniforme se aglomeran a las puertas de lo que nunca más será tu casa. Y la voz en el telefonillo que repite, también maquinal e intransigente: “Es mi trabajo hacer cumplir las normas”. Y la patada en la puerta, o los hachazos, y el momentáneo estruendo, y la embestida de la patrulla vestida para la guerra, reventando los pocos muebles que te quedan, y el “venga, vamos”, y la poca resistencia que te permite el pobre cuerpo extenuado, y el empujón, y el agarrón del cuello y los gritos delante de tus hijos, y los vecinos que apoyan, o que miran, y la derrota evidente, ineluctable y el salir a rastras de tu casa y de tu vida como si fueras una bestia, un criminal peligroso, un delincuente.

Y para hacer existir esa violencia, y así tal vez, ser capaces de aplacarla, se buscó una fecha en que estuvieran los representantes políticos del “No”, PP y Ciudadnos, y se hicieron difusiones y carteles, y se explicó el proceso y las demandas y las reglas del juego que incluían no tocar, no agredir, no tirar cosas. Y esperabais a Santiago Saura, porque nadie podía ser tan perverso de enviar a un escrache anunciado a una trabajadora embarazada.

Y por un momento la estupefacción de obligarte una vez más al silencio, pero pasea, protegida y sonriente, y os mira, confiando en sus escoltas, en las cámaras que sí saben su nombre, en el favor social de tener nombre. Y esa sonrisa que sabe lo que pasa es el último insulto que toleras, la última vez que te escupen en la cara y se te viene de golpe a la garganta todo el dolor, y la privación, y todo el miedo, como en una náusea que estalla en un brote de violencia impotente y estruendosa:
—¡Vergüenza! —y a voz en grito—. ¡No toleramos ningún desahucio más!

El escrache tiene reglas, y las cumples. Pero nadie sabe de qué habláis, para ellos no eres nadie, porque tu nombre nadie lo conoce, no existen las 70.000 tragedias anuales. Solo son cifras. Y entonces, los que ignoran el miedo, los miopes, los que viven sin contexto, se sublevan indignados, puros, calibrados, condenando la violencia imperdonable sobre la mujer encinta que conocen. La violencia que sí sale en la tele, la única que percibe su mirada. La única que existe, por lo tanto. 

Bienaventurados los justos, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados aquellos que nunca han presenciado los infiernos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Escraches
Aclarando la confusión entre el escrache y el acoso

El ordenamiento jurídico español ha decidido hace tiempo que los escraches no son acoso. No legitimemos el acoso llamándolo escraches.

Escraches
Escraches: de Argentina a España

A seis años de la campaña por la dación en pago del movimiento antidesahucios, ponemos el foco en la herramienta colectiva contra la impunidad y la injusticia inmanentes a las estructuras de poder.

Hipotecas
Escrache al Supremo: “Algo huele mal en este tribunal”

Más de 200 personas han protestado ante el Tribunal Supremo por la decisión de revisar la sentencia que establece que la banca debe pagar el impuesto de actos jurídicos de las hipotecas.

Ignacio
22/5/2019 1:21

Muy bueno el artículo. Hacía falta que alguien lo explicase claramente

2
0
Investigación
Investigación Varios refuxiados denuncian á ONG Rescate Internacional por explotación laboral e agresión sexual
A Garda Civil investiga o centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran traballar sen contrato a cambio de 50 euros semanais. A ONG xestiona 1.700 prazas do programa estatal de acollida.
Comunidad de Madrid
Luis A. Ruiz Casero “Durante la transición la cárcel de Carabanchel albergó a más presos que en algunos años del franquismo”
De los presos franquistas que construyeron el penal, pasando por los que fueron fusilados, hasta los revolucionarios que pusieron patas arriba el centro penitenciario con iniciativas como la COPEL, Luis A. Ruiz Casero ofrece en 'Carabanchel. La estrella de la muerte del franquismo', un documentado homenaje a las luchas de las personas internas.
Industria armamentística
Genocidio Las relaciones armamentísticas de España e Israel han sido “más lucrativas que nunca” desde octubre de 2023
Un informe del Centre Delàs señala diferencias significativas en las armas que España dice que ha vendido a Israel y las que Israel registra. Las empresas israelíes han firmado 46 contratos con las administraciones por más de mil millones.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Opinión
Opinión ¡A la mierda Europa!
Hay otra Europa que es víctima de la Europa neoliberal y belicista que apuesta por la industria de las armas a costa de los derechos sociales, es una Europa que se muere de vergüenza cada vez que ve imágenes de Gaza o Cisjordania.
Laboral
Laboral Al borde de la huelga en la educación pública vasca
Los cuatro sindicatos convocantes denuncian que el Departamento de Educación vasco no se han sentado a dialogar hasta este viernes pocos días antes de los paros
Laboral
Laboral Los sindicatos convocan huelga en Mediapro durante las últimas jornadas de la liga de fútbol
El final de la liga de fútbol podría no verse en televisión si la empresa HBS, nueva adjudicataria de la producción de La Liga, no garantiza la subrogación del personal. Los sindicatos han convocado huelga del 13 al 27 de mayo en el grupo Mediapro.
Palestina
Ocupación Isarelí Primera movilización unitaria contra el genocidio en Palestina y por el fin del comercio de armas con Israel
Este sábado 10 de mayo se espera en Madrid una asistencia multitudinaria de personas venidas desde cientos de municipios de todo el Estado español para concentrar la protesta de los ataques indiscriminados del Israel contra la población palestina.
Tribuna
Tribuna Para acabar de una vez con las nucleares: sobre el último intento de prolongar la vida de las centrales
Los voceros de la nuclear han encontrado la oportunidad ideal para difundir sus bulos con el apagón del 28 de abril. Quieren generar polémica para mantener operativa una infraestructura innecesaria, peligrosa y que genera residuos incontrolables.
Análisis
Análisis ¿Existe una identidad europea?
El 9 de mayo se celebra el “día de Europa”, que conmemora la paz y la unidad en el continente y que coincide con la declaración presentada en 1950 por Robert Schuman que sentó las bases de la cooperación europea. Pero, ¿qué es Europa realmente?
Estados Unidos
Libertad de expresión Canadá recomienda al profesorado LGTBQ+ o crítico con Trump no viajar a Estados Unidos
Una circular de la Asociación Canadiense de Profesores Universitarios (CAUT) recomienda “encarecidamente” que el personal académico viaje a los EEUU “solo si es esencial y necesario”.
El Salto Radio
El Salto Radio Malismo
Hacerse el “malote” aporta beneficios: entrevista con Mauro Entrialgo, autor de Malismo, un ensayo sobre los mecanismos de ostentación del mal

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Pensamiento
Lola Olufemi “No me atraen las utopías lejanas, estoy más interesada en el ahora”
La escritora e investigadora británica Lola Olufemi trabaja desde la certeza de que el presente no es una jaula, desde la confianza en que viviremos cosas diferentes aunque no se sepa exactamente de qué tipo van a ser.
Catalunya
Acción directa Las Sublevaciones de la Tierra francesas llegan a Catalunya: “Necesitamos una forma nueva de luchar”
Una acampada de tres días y una acción simbólica han sido el pistoletazo de salida de Revoltes de la Terra. La organización ha sido capaz de unir a ecologistas de campo, de ciudad y campesinado en una dinámica de lucha “nueva”.