Francia
Frédéric Lordon: “Hará falta una fuerza capaz de enfrentarse a los poderosos”

El filósofo francés, participantes del movimiento de la #NuitDebout y de los chalecos amarillos, habla sobre la decadencia de la V República, y de los movimientos y partidos que pugnan por acelerar su caída en el marco de una Europa dominada por el gran capital y el auge de la ultraderecha.

Frédéric Lordon
Frédéric Lordon, retratado en la revista 'Revue Ballast'. Stéphane Burlot
Traducción y edición: Jon Bernat Zubiri Rey
25 dic 2018 06:00

Mucho antes del estallido de los #GilletsJaunes, el filósofo francés ya hablaba de sus motivaciones políticas revolucionarias, de su pragmático anhelo de hacer caer este “régimen de tiranos”. Tras años de intensa actividad desde que participara en #NuitDebut, Lordon llamaba hace semanas a ir al Elíseo y forzar la dimisión de Macron, desde la tribuna en Republique. En estas semanas en las que se decide el futuro de Francia, y especialmente el de la hegemonía dentro del bloque popular contra la Quinta República y Emmanuel Macron que la lidera, Lordon se ha implicado activamente en las manifestaciones destituyentes violentamente reprimidas por la policía. [Nota del traductor]

*   *   *

Es una vieja discusión la que nos inunda en el café parisino: ¿tomamos el poder o lo abandonamos? Tal vez sea la cuestión política fundamental, desde las revoluciones francesa o rusa hasta las comunidades autogestionadas y las ZAD (Zones À Defendre), para los partisanos y partisanas de la emancipación. El economista-filósofo nos advierte: “No sólo está la institución”. Se trataría por tanto de habitar esa tensión, modular su forma y plegarla a las ambiciones revolucionarias para liberarnos de un gran número de políticas del capital. Frédéric Lordon nos habla de su apoyo estratégico y crítico a la Francia Insumisa y de sus vínculos con el pensamiento libertario. Plantea: “Para arrancar los medios de producción ¿no hará falta una fuerza organizada capaz de enfrentarse a sus poderosos propietarios, con estrépito si hace falta?”.

Cuándo le preguntan cómo salir del capitalismo, responde que hace falta un movimiento dotado de una “fuerza inédita”, una fuerza capaz de producir “el gran incendio”. Denuncia la “pasividad parlamentaria” tanto como la sedición aislada. ¿Cuáles serían los contornos de esta fuerza en la Francia contemporánea?
No tengo la menor idea. Me pregunto incluso si podemos responder ex ante a una cuestión parecida. Quiero decir: ¿el contorno exacto de la fuerza no se revela solamente en el momento y en el movimiento?

Trotsky tenía algunas ideas: derrocar el poder central, apoderarse del Estado, abolir la propiedad del suelo, repudiar la deuda, nacionalizar en gran medida y crear un ejército para aplacar la contra-revolución…

Es una idea estratégica en cuanto a la acción. Falta formar la idea estratégica en cuanto a la composición de clase capaz de sostener la acción. Por lo demás, esta idea Lenin y Trosky la tenían bien concebida. Pero la cuestión de las clases contemporáneas es harto complicada, y hace que sea arduo encontrar ‘la’ consigna clave apropiada a cada época, simple y transversal, un equivalente funcional a “el poder a los soviets, la tierra al campesinado, la paz al pueblo, el pan a los hambrientos” de 1917. Y, por contra, sin esta semilla no habrá aceleración.

En su último artículo reconoce su apoyo a la Francia Insumisa, o mejor su crítica a las fuerzas que no la han apoyado. En una entrevista en 2017 decía que Melenchon es portador “por primera vez en mucho tiempo... de una diferencia significativa de izquierda en el paisaje político”. ¿Es un apoyo al movimiento por lo que es o porque parece dominar la contestación electoral en Francia?
Me parece que el realismo elemental en política requiere ver dónde está la fuerza, donde está la dinámica, y actuar en consecuencia si no somos capaces de hacerlo mejor nosotros mismos.

La dinámica, pero no cualquier dinámica: dinámica de izquierda. Porque aquí yo veo tres cosas. La primera es que Mélenchon logró en 2017 lo que todo el mundo reclamaba a voz en grito desde hace 30 años: contestar el auge del Frente Nacional en las clases populares, hacer retroceder la abstención de estas últimas para atraerles a la izquierda, y eso sin perder los otros segmentos sociológicos del electorado, porque el voto a la Francia Insumisa ha sido marcadamente transversal entre clases.

Macron y Salvini, falsos enemigos y verdaderos similares. Sólo la inmensa broma editorialista con su orquesta de la gigantomaquia cree deber sostener su impostura

La segunda es que Mélenchon, a dos semanas de la primera vuelta, comenzó a sembrar la incertidumbre en los mercados financieros, que crearon una “prima de riesgo Mélenchon” sobre los títulos de deuda pública francesa. Salvini puede hacerlo también, no es por tanto una condición suficiente, pero sí una condición necesaria. ¿Condición de qué? De que el verdadero poder, que es el poder de la finanza, te identifique como su enemigo. La inquietud de las finanzas con Salvini jamás irá muy lejos. Ha comprendido bien su función fundamental: mezcla de neoliberalismo y proto-frascismo tan en boga en los tiempos que corren. Macron y Salvini, falsos enemigos y verdaderos similares. Sólo la inmensa broma editorialista con su orquesta de la gigantomaquia cree deber sostener su impostura.

En esta línea —y es lo tercero—, si extendemos el perímetro del poder más allá de las finanzas, y sobre todo en dirección a los medios, el odio universal que atrae la Francia Insumisa me parece un indicio motivador. Los medios mainstream son el canario al fondo de la mina: indicadores avanzados. Las dulces bienvenidas han dado paso a una caída de las máscaras, y comprobamos que la “confraternidad” periodística no era más que el ropaje presentable de complicidades ideológicas fundamentales. Hacerse odiar por los mercados financieros y por la prensa del capital son cumplidos del todo honorables. ¿Es suficiente para adherirse plena y enteramente a la Francia Insumisa? Claro que no.

François Rufin hizo campaña contra el Frente Nacional con una idea simple y fuerte: “Vuestro problema no son los inmigrantes, son los accionistas”. Eso es una línea clara, justa y ganadora

Por ejemplo, no es sino en las caricaturas del “pueblo” que la operación política de construcción de un pueblo sucede en la exaltación patriotera. Ya lo sabemos: el original, la copia… La sociología espontanea que los editorialistas prestan al “pueblo” es rara vez rica en ideas. ¿Y dónde está en realidad la Francia Insumisa? Por un lado François Rufin hizo campaña en Picardía contra el Frente Nacional con una idea simple y fuerte: “Vuestro problema no son los inmigrantes, son los accionistas”. Eso es una línea clara, justa y ganadora. Pero la Francia Insumisa, o mejor dicho su estado mayor, no para de producir una nube de señales contradictorias, que hablan de encrucijada de los caminos estratégicos y se inquietan porque no sea el bueno el que se tome.

Recordemos por tanto esta verdad de que las formaciones políticas no deben nunca dejarse sin vigilancia. Ni antes, ni después de las elecciones. Todavía menos después. Y con más razón cuando la Francia Insumisa porta un proyecto explícito de perturbar algunos grandes intereses y prepararse para encontrarse grandes resistencias. De ser, por tanto, capaz de oponerles una gran determinación. Puede si no encontrarse hecho trizas en el campo de batalla, en muy poco tiempo además. Y finalmente las instituciones son muy confortables, y si no llegamos a ellas porque es muy complicado nos veremos por largo tiempo en los sofás simulando algunos compromisos de fachada.

Siempre me he preguntado, por ejemplo, si Mélenchon es presidente haría saltar, como ha dicho alguna vez, las estructuras de la propiedad mediática, o si no se inclinaría a negociar un pacto de no agresión, lo que sería una ilusión a la vez que un terrible error: con la retirada de la circulación internacional de capitales y la desfinanciarización, la desprivatización/socialización de los medios es un requisito sine qua non de toda experiencia gubernamental de izquierda.

Las intenciones sobre el papel de la Francia Insumisa son de entrada mucho más firmes que las de Syriza o Podemos

Más en general, se trata de rehacer ni más ni menos que un habitus político, deshacer el habitus de la pasividad, la desposesión electoral, para sustituirla por el habitus de la intervención popular “permanente”. Un gobierno decidido a quebrar los intereses dominantes no tiene ninguna oportunidad si no es apoyada por una calle poderosa.

¿Por qué creer entonces en el “juego electoral de la V Republica” vale la pena? Los libertarios o los comunistas se cepillan de un plumazo el campo parlamentario, considerado intrínsecamente bloqueado…
Porque persisto en considerar que los dos ejercicios tienen sentido: el de un pensamiento estratégico en las instituciones del capital-parlamentarismo, como diría [el filósofo Alain] Badiou, y el de un pensamiento que prevé hacerlas saltar por los aires. Los dos ejercicios tienen sentido porque pertenecen a temporalidades diferentes, y porque es difícil renunciar a lo que ya se puede hacer, ya mismo, aunque sepamos los límites, pero al menos sin esperar “la revolución” o como dice también Badiou… la salida del neolítico. Estos dos registros pertenecen finalmente a planos estratégicos diferentes, heterogéneos. Hay que comprender la potencia del atractor electoral. Es bastante lógico ver en el poder político y la toma del Estado el desenlace evidente de una aspiración política: por la incautación de un instrumento de transformación. Pero atención, la estructura del Estado tiene su espesor y su vida propia.

Y sin embargo la ilusión de la conquista electoral del Estado no es enteramente ilusoria, cuando se ve que frente a las potencias macroscópicas del capital, que someten al conjunto de la sociedad a su patrón reglado, hay que oponer otra potencia macroscópica. Y la única constituida, disponible, es el Estado. El Estado es la única institución capaz de hacer el trabajo de moverse sobre el capital. Pero el Estado está tan colonizado por los hombres del capital que se ha convertido en Estado-del-capital. Pero eso no hace una verdad esencial, una verdad pura.

Iglesias se ha desplomado desde el verano de 2015, admitiendo que no hará gran cosa de más que seguir un programa social-demócrata de lo más clásico, léase, de lo más apático
Su obra On achève bien les Grecs [Terminamos bien con los griegos] ha mostrado las críticas implacables que ha formulado hacia Podemos y Syriza. ¿La Francia Insumisa sería por tanto capaz de resistir a la Unión Europea y a sus políticas del capital?
Un poco sí, espero. Con respecto a Syriza, el tema estaba claro desde el principio. Sin la más mínima posibilidad de mantener la relación de fuerzas por una amenaza creíble de salida del euro, y con el único recurso de esperar la buena voluntad democrática de la Unión Europea, el Gobierno Tsipras no podía terminar más que arrodillado. Podemos, es todavía más simple. Iglesias se ha desplomado desde el verano de 2015, admitiendo que no hará gran cosa de más que seguir un programa social-demócrata de lo más clásico, léase, de lo más apático.

En cuanto a la cuestión del euro, ya la han evacuado formalmente: no se intentará ni realizar el simulacro Tsipras. Es decir se pedirá educadamente, se recibirá un no, y estará muy bien. Puede incluso que ni se pida nada. Procedamos por comparaciones homogéneas: las intenciones sobre el papel de la Francia Insumisa son de entrada mucho más firmes que las de Syriza o Podemos, sobre todo pero no sólo, en la confrontación europea. La cuestión es, por supuesto, ¿qué queda de las intenciones en la práctica del poder? Esta es solo mi opinión, o mejor son mis dudas. Pero como no se terminará nunca de sondear los corazones y los riñones ni de leer los posos del café para hacerse una idea sobre la firmeza ‘real’ de los líderes políticos propulsados al poder, más bien nos vale hacer pivotar la cuestión sobre el “que está permitido esperar”.
Yo digo “la calle” pero pienso en ocupaciones de fábricas, edificios vacíos, nuevas zonas de experimentación, a tomas del poder sobre el terreno

Y la respuesta reside, no en la idiosincrasia oculta de algunos individuos, sino en una configuración: aquella que formará la calle, o no, con un gobierno de izquierda. Aquello que un gobierno de izquierda dejará, o no, a la calle formar con él. A favor/en contra, evidentemente. Para ese gobierno se trataría de alimentar una buena relación con la calle potenciando las contrariedades, con todo lo que supone de liberación de las formas rituales, impotentes, de las manifestaciones de Bastille a Nation [recorrido por el centro de París]. Yo digo “la calle” pero pienso en ocupaciones de fábricas, edificios vacíos, nuevas zonas de experimentación, a tomas del poder sobre el terreno. Pienso en todas las formas de acción que hacen de su potencia un desborde, para acabar con una relación de fuerzas global en la sociedad.

Todo esto hace una imagen variable. En definitiva, lo ‘hacemos’ con los recursos pasionales que nos da la coyuntura, nos apañamos con los recursos partidarios que tenemos. Salvo concepción angelical, o totalmente egocéntrica, de la política, hay pocas opciones de encontrarse en una situación que nos convenga perfectamente. Pero eso es lo que está sobre la mesa. Eso determina una actitud en algún lugar entre la incondicionalidad y el desprecio o el rechazo ultrajado de todo aquello que no es exactamente uno mismo. La primera es peligrosa, pero los segundos son desoladores. No hacer la consideración elemental que merece una fuerza existente, tras una larga inexistencia de izquierdas, demuestra el gozo de, y en, la impotencia.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Francia
Francia La impunidad de las agresiones sexuales en el cine francés llega a su fin tras la condena a Depardieu
Gérard Depardieu ha sido condenado a 18 meses de prisión por agresión sexual a dos mujeres en Francia. La pena marca un antes y un después en el mundo del cine galo, y pone fin a la impunidad y al silencio de las víctimas de agresión sexual.
Senegal
Senegal El Gobierno senegalés cumple su primer año en el poder con más preguntas que respuestas
El Pastef, el partido panafricanista senegalés, llegó a la presidencia a finales de marzo de 2024 con propuestas radicales de cambio. Un año después, limitado por la deuda externa, mantiene el apoyo popular mientras busca un nuevo acuerdo con el FMI.
Catalunya
Acción directa Las Sublevaciones de la Tierra francesas llegan a Catalunya: “Necesitamos una forma nueva de luchar”
Una acampada de tres días y una acción simbólica han sido el pistoletazo de salida de Revoltes de la Terra. La organización ha sido capaz de unir a ecologistas de campo, de ciudad y campesinado en una dinámica de lucha “nueva”.
#28442
27/12/2018 16:05

Este señor si que parece alguien de izquierda que va en serio...
¿se ha entendido?

4
1
Palestina
Genocidio La ONG anti-UNRWA lanzada por exespías y marines de EEUU siembra el caos en el reparto de alimentos en Gaza
La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) creada a comienzos de este año y vinculada a agentes del ejército y la inteligencia estadounidense ha sido acusada de desaparecer a una persona y disparar a quienes estaban esperando ayuda.
Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.
Madrid
Derecho a la vivienda Victoria contra la Sareb: 16 familias consiguen firmar contratos después de años de lucha
Un bloque en lucha de Casarrubuelos (Comunidad de Madrid) consigue formalizar contratos con el banco malo, al que acusan de actuar “como un fondo buitre”. En Catalunya, diez ayuntamientos apoyan los reclamos de 62 hogares en huelga contra La Caixa.
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.

Últimas

Universidad
Genocidio Las universidades españolas han firmado 44 proyectos con Israel desde septiembre de 2024
Los acuerdos dentro del programa Horizon Europe se han sucedido a pesar de las declaraciones de decenas de universidades de suspensión de relaciones con Israel.

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.