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Fútbol
El abogado de la UE respalda la posición de UEFA y FIFA frente a la Superliga de Florentino Pérez
El mundo del fútbol esperaba con interés las recomendaciones del Abogado General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) respecto a la demanda interpuesta por la Superliga Europea, que resultarán decisivas para el futuro de este proyecto. Aunque la valoración del griego Athanasios Rantos no es vinculante y el dictamen definitivo del TJUE no se espera hasta primavera de 2023, lo cierto es que ha supuesto un importante respaldo a la posición de UEFA y FIFA y echa por tierra los argumentos defendidos por la European Super League Company (ESLC), empresa creada por los clubes interesados en organizar la Superliga Europea de fútbol.
Las conclusiones de Rantos reconocen el monopolio que ostentan UEFA y FIFA en la organización de competiciones de ámbito europeo y la capacidad de exigir una autorización previa para organizar cualquier nueva competición, tal y como denuncia la ESLC. Sin embargo, esta posición de poder “no implica, en sí misma, una infracción del Derecho de la Unión en materia de competencia”, ya que se enmarca dentro del modelo deportivo europeo, incluido en el Tratado de Formación de la Unión Europea y consagrado en el Tratado de Lisboa. Un modelo que se basa en una estructura piramidal, con el deporte aficionado en la base y el profesional en la cúspide, que promueve las competiciones abiertas a las que cualquiera pueda acceder mediante un sistema de ascensos y descensos y apoyado en una solidaridad financiera que redistribuya en los niveles inferiores los ingresos generados por la élite. Esta excepcionalidad se permite por “el carácter social particular de esta actividad económica”. Por esto, Rantos considera justificado que “la UEFA y la FIFA no den reconocimiento a una competición esencialmente cerrada como la ESL”.
Por otro lado, la ESLC denuncia las amenazas de sanciones vertidas por la UEFA que incluían las expulsión de cualquier competición a los clubes participantes en la Superliga y la prohibición a sus futbolistas de representar a sus selecciones. El Abogado General del TJUE, en cambio, legitima estas amenazas en defensa de los “objetivos legítimos” de UEFA y FIFA.
Respecto a la denuncia de la comercialización exclusiva de los derechos relativos a las competiciones europeas, Rantos considera que no es contraria a las normas de libre competencia de la Unión Europea por el carácter excepcional que tiene el deporte y que queda consagrado en sus diferentes tratados. Sí reconoce que son los demandados quienes deben presentar pruebas de que su actividad se ajusta a la ley, aunque destaca que la ESLC no se sentó a hablar con la UEFA y la FIFA, por lo que les impidió presentar alegaciones o defenderse.
Reacciones esperadas
Las recomendaciones del Abogado General del TJUE reafirman a la UEFA y la FIFA al reconocer su posición de privilegio y considerarla amparada por la norma de la Unión, por lo que no ha extrañado el comunicado emitido por el organismo europeo, en el que “acoge con gran satisfacción el dictamen inequívoco de hoy que recomienda una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en apoyo de nuestra misión central de gobernar el fútbol europeo, proteger la pirámide y desarrollar el juego en toda Europa”.
También ha emitido un comunicado la Asociación de Clubes Europeos, que reúne a más de 200 clubes y de la que salieron Real Madrid, Barcelona y Juventus, considerando la opinión de Rantos como “un rechazo claro a los esfuerzos de unos pocos por debilitar los cimientos y la herencia histórica del fútbol europeo para una mayoría”.
La consultora A22 Sports Management, creada en 2021 para ayudar en la creación de la Superliga, también se ha mostrado satisfecha con las recomendaciones del Abogado General a pesar de que estas reconocen la posición de la UEFA y la FIFA. A través de su CEO, Bernd Reichart, A22 ha destacado que Rantos “afirma que la UEFA es el organizador monopolístico de todas las grandes competiciones internacionales y tiene la ‘responsabilidad particular’ de garantizar que no se deniegue indebidamente a terceros el acceso al mercado”, así como que “las condiciones de acceso al mercado deben ser claras, objetivas y lo más detalladas posible para que los organizadores de competiciones de terceros puedan cumplirlas. En el caso de terceros que cumplan estas condiciones, la federación en cuestión no debe denegar el acceso”.
El futuro
A pesar de la satisfacción mostrada por la consultora A22, la realidad es que las recomendaciones sitúan en una posición muy ventajosa a la UEFA y la FIFA. Es cierto que no tienen carácter vinculante, pero suelen coincidir con las sentencias de los jueces europeos en muchas ocasiones y, de ser así, se confirmaría el duro golpe para la Superliga y la práctica imposibilidad de que llegue a ver la luz.
Es cierto asimismo que se reconoce la libertad de la Superliga para crear una competición fuera de la UEFA, pero también acredita la legitimidad de las sanciones impuestas por esta, por lo que los clubes que formaran parte de la Superliga y sus futbolistas podrían ser expulsados de las competiciones organizadas por la UEFA y la FIFA y eso supondría una caída en los ingresos que pondría en serio riesgo su propia existencia.
Las recomendaciones, por tanto, ponen en serio riesgo la viabilidad de una Superliga que ya nació rodeada de debilidades. No hay que olvidar que, cuando se anunció, en abril del año pasado, contaba con 12 de los más importantes clubes europeos, pero la oposición de mandatarios como Boris Johnson o Pedro Sánchez, así como las protestas masivas de los aficionados ingleses, empujaron a muchos de sus miembros a abandonar el proyecto y solo Real Madrid, Barcelona y Juventus siguieron adelante.
Después de ese revés, los tres clubes, con Florentino Pérez asumiendo un papel protagonista, decidieron tomar la vía judicial y presentaron una demanda contra la UEFA y la FIFA en el Juzgado de lo mercantil número 17 de Madrid, que, a su vez, presentó el auto de planteamiento de cuestión prejudicial ante el TJUE y que ha dado lugar a estas recomendaciones del Abogado General.
El TJUE puede dar la puntilla a la Superliga y enterrar un proyecto que apuesta por un fútbol elitista, defendido por Florentino Pérez con argumentos clásicos, tantas veces escuchados, como “queremos salvar al fútbol”
La posición de la Superliga se debilitó aún más en noviembre del año pasado, cuando el Parlamento Europeo emitió un informe contrario a su proyecto y en defensa de “un modelo europeo del deporte que reconozca la necesidad de un compromiso sólido con la integración de los principios de solidaridad, sostenibilidad, inclusión, competencia abierta, mérito deportivo y equidad”. Y sufrió un nuevo golpe hace pocas semanas cuando la Juventus anunció la dimisión de su directiva al completo por la investigación policial alrededor de supuestas falsificaciones de las cuentas del club.
Ahora es el TJUE quien puede dar la puntilla a la Superliga y enterrar un proyecto que apuesta por un fútbol elitista, defendido por Florentino Pérez con argumentos clásicos, tantas veces escuchados, como “queremos salvar al fútbol” o “si los de arriba tenemos dinero, fluye hacia abajo para todos”. No quedarán, sin embargo, tan consolidados esos principios de solidaridad, sostenibilidad, inclusión, competencia abierta, mérito deportivo y equidad que defiende la Unión Europea, ya que, en las últimas décadas, han sido la propia UEFA y FIFA quienes han promovido un fútbol cada vez más capitalista, que aumenta las diferencias deportivas entre los clubes y que hace cada vez más necesaria la presencia de inversores externos para competir por los sueños más ambiciosos, por las copas, las ligas o las Champions.