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Fútbol
El esperpento para elegir a un nuevo presidente de la RFEF
Se cumple más de un año desde la renuncia de Luis Rubiales a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y el organismo rector del fútbol español sigue sin tener un presidente en firme. Lo sustituyó Pedro Rocha de manera interina, prolongando un rompecabezas institucional y judicial en el que han intervenido los dirigentes de la RFEF, el Consejo Superior de Deportes (CSD), el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), la Guardia Civil, la UEFA, la FIFA y el presidente del Centro Nacional de Entrenadores de Fútbol (CENAFE), de nombre Miguel Galán y al que se conoce con el curioso apelativo de ‘Querellator’.
Se han convocado elecciones a la presidencia de la RFEF varias veces, con aspirantes que van desde el propio Pedro Rocha, al periodista Carlos Herrera o el futbolista Iker Casillas y cada una de las veces que se inició el proceso, las elecciones terminaron siendo suspendidas. El Gobierno aprobó un decreto ley para regular el proceso electoral y creó la Comisión de Supervisión, Normalización y Representación para tutelarlo, pero tampoco ha traído ningún cambio. La Guardia Civil registró la sede de la RFEF y la operación se extendió a la República Dominicana. Pedro Rocha fue primero imputado, luego inhabilitado y, finalmente, sustituido por María Ángeles García Chaves, conocida como 'Yaye'.
La organización del Mundial 2030 también podría estar en el aire, según los representantes de FIFA y UEFA
Después de todos esos movimientos, a día de hoy se sigue sin saber quién será presidente de la RFEF los próximos cuatro años y tampoco hay fecha para la celebración de las elecciones. Ni siquiera se puede asegurar que estas vayan a ser a la presidencia de la RFEF únicamente o se vayan a convocar también a la Asamblea General. Y en diciembre la FIFA debería confirmar la celebración del Mundial 2030 en España, Portugal y Marruecos.
Esta semana el CSD y la Comisión, presidida por Vicente del Bosque, recibían en Madrid a representantes de la UEFA, la FIFA y la RFEF. El objetivo de la reunión era buscar una solución definitiva al gobierno de la RFEF. El próximo 11 de diciembre se celebrará el Congreso Extraordinario de la FIFA y para ese día quieren que la federación cuente con un presidente en firme. Siguiendo su discurso habitual, advirtieron al Ejecutivo que, de no ser así, podrían dejar a los clubes españoles y a la selección fuera de las competiciones internacionales. La organización del Mundial 2030 también podría estar en el aire, según los representantes de FIFA y UEFA.
Se da la paradoja de que las mismas instituciones que reclaman al Gobierno colaboración para desbloquear la situación han contribuido a lo largo del último año a entorpecer el proceso; generalmente con las mismas amenazas con las que ahora tratan de acelerarlo y que ya utilizaron cuando se aproximaban la Eurocopa y los Juegos Olímpicos.
La intervención de la FIFA resultó fundamental cuando inhabilitó por tres años a Luis Rubiales tras los hechos de la final del pasado Mundial femenino —por los que ahora está a la espera de juicio— y su discurso ante la Asamblea de la RFEF. Después de aquella decisión, las actuaciones de las principales instituciones del fútbol mundial no han ayudado a la renovación de la RFEF. Tanto la FIFA como la UEFA son muy recelosas de la intervención estatal en cada una de las federaciones nacionales y, si bien no han mostrado mucha preocupación cuando algún caso de corrupción ha sacudido a la RFEF, han seguido de cerca el proceso de renovación de la actual directiva, tratando de evitar en todo momento la intromisión del Gobierno en la toma de decisiones.
Esta protección que FIFA y UEFA aplican a sus federaciones nacionales sirve muchas veces para garantizar su independencia respecto a los poderes públicos. Pero, a lo largo de los años, ha contribuido otras tantas veces a preservar el poder de unas dirigencias rodeadas de escándalos de corrupción y que, en ocasiones, han podido escapar a la acción de la justicia.
En este punto, no es posible asegurar cómo va a terminar el proceso para renovar la RFEF
En el caso de España, el propio Pedro Rocha ha utilizado el paraguas de los principales órganos del fútbol para prolongar su presidencia interina. En mayo buscó el apoyo de Gianni Infantino en el Congreso de la FIFA de Bangkok y durante la Eurocopa el respaldo de la UEFA y de su presidente, Aleksander Čeferin, para dar legitimidad a su presidencia. Finalmente, Rocha no pudo evitar la inhabilitación, después de que el TAD considerara como falta muy grave el extralimitarse en sus funciones al despedir al secretario general de la RFEF, Andreu Camps, sin consultar previamente con el resto de miembros de la gestora. Con esta decisión judicial, Rocha tiene muy difícil presentarse a las elecciones a la presidencia de la RFEF y la imputación por la Operación Brodie todavía pendiente de resolución.
La nueva presidenta interina, María Ángeles García Chaves, 'Yaye', tiene por delante la tarea de llevar a cabo las elecciones, pero el CSD no quiere caer en irregularidades que pudieran echar abajo el proceso. No en vano, esto mismo ya ocurrió en primavera cuando el CSD trató de inhabilitar a Rocha y Miguel Galán, lo impidió, ya que había dimitido de todos sus cargos para presentarse a las elecciones y no había nada de lo que inhabilitarle. Después, impugnó las elecciones porque había expirado el mandato de 42 de los asambleístas.
La figura de Galán resulta bastante extraña en una historia ya de por sí incomprensible. Es el presidente de la escuela de entrenadores CENAFE y tiene una lucha abierta con la RFEF por la negativa de la federación a homologar sus cursos con la licencia UEFA PRO. Otros consideran que sus constantes querellas, que le han llevado a ser conocido como ‘Querellator’, no tienen otra motivación que la de ganar notoriedad. Lo cierto es que impidió que Rocha ejerciera públicamente como presidente de la RFEF una vez que fue inhabilitado y una impugnación suya propició que el TAD anulara el proceso electoral previsto para el próximo 7 de octubre y que había iniciado la gestora presidida por María Ángeles García Chaves.
En este punto, no es posible asegurar cómo va a terminar el proceso para renovar la RFEF. Encima de la mesa está la amenaza de UEFA y FIFA, con la candidatura de España para el Mundial sin confirmar y la garantía por parte del CSD de “participar en el proceso de renovación y ayudar a conseguir la estabilidad institucional de la RFEF, dentro de sus competencias”, en palabras del representante de la FIFA. Está también la Ley del Deporte vigente, que determina que las elecciones deben realizarse dentro del año olímpico y para un periodo de cuatro años. Por otro lado y teniendo en cuenta los plazos necesarios desde la apertura de un proceso electoral, parece difícil que este pueda estar finalizado antes de fin de año. Está por ver cuándo se pondrá punto final a este esperpento.