We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Galicia
Ourense se organiza para combatir patrullas de extrema derecha en los barrios más empobrecidos de la ciudad

El martes 9 de junio se celebró en el Parque da Ponte de Ourense una asamblea abierta que reunió a decenas de personas pertenecientes a distintos colectivos sociales y vecinales, preocupados por la escalada de tensión y los discursos de odio que se han venido registrando en las últimas semanas en barrios como A Ponte. La convocatoria, impulsada por Espazo Veciñal Ourense (EvOu), constituyó un encuentro para el diagnóstico colectivo, la escucha activa y la propuesta de acciones frente al auge de la extrema derecha y los intentos de criminalizar la pobreza y a las personas en situación de vulnerabilidad.
Ourense está viviendo una deriva preocupante: el intento de normalizar discursos de odio y miedo que promueven prácticas violentas y el señalamiento público de personas en situación de exclusión como amenazas para la convivencia. Bajo el seudónimo de Acción Ciudadana Ourense, este perfil lleva semanas difundiendo vídeos de personas en situación de calle o de drogodependencia, sin su consentimiento y acompañados de mensajes anónimos que llaman a su expulsión de los espacios públicos.
Muchas de estas imágenes están descontextualizadas o muestran simplemente a personas durmiendo o ocupando la calle. Contenidos que alimentan un clima de tensión, deshumanizan y presentan a las personas excluidas como ajenas al barrio, promoviendo su rechazo como falsa solución para la seguridad.
Detrás de esta aparente iniciativa ciudadana —que en un primer momento se presentaba como “apolítica”—, se destapó la implicación directa del Frente Obrero, movimiento abiertamente de extrema derecha encabezado por el “influencer” Roberto Vaquero. Reforzado con el apoyo de militantes de otras ciudades como Madrid, este grupo busca introducirse en el debate público de Ourense aprovechando el miedo y la preocupación de la vecindad para colar su discurso de odio y estigmatización, presentándose como una supuesta solución rápida a un problema que es de fondo social y estructural.
Bajo el discurso del “orden”, estos días ya se han producido varias agresiones con total impunidad por parte de las “patrullas vecinales” a personas que viven o piden ayuda económica en la calle
Para la Coordinadora Vecinal, “frente a las respuestas simplistas que promueven la exclusión y el conflicto, es necesaria una intervención seria, colectiva y profunda, basada en los derechos humanos, la justicia social y la dignidad de las personas afectadas”. Bajo el discurso del “orden”, estos días ya se han producido varias agresiones con total impunidad por parte de las “patrullas vecinales” a personas que viven o piden ayuda económica en la calle; alguno de los casos se ha puesto en conocimiento de la Policía, pero existe el temor de que estas agresiones aumenten si no hay medidas reales de protección. Desde EVOu recalcan que “las agresiones físicas son el caso más extremo, pero no el único de la violencia real que se está produciendo”.
En la mañana del 5 de junio se activó un operativo policial desproporcionado en el barrio de Covadonga, ampliamente cubierto por los medios locales con tono sensacionalista. Esa misma tarde, sectores próximos al Frente Obrero —conocidos por sus discursos racistas y antifeministas— convocaron una reunión abierta en el barrio. Vecinas preocupadas acudieron a ese encuentro para ofrecer una visión alternativa, basada en la dignidad, los derechos y la salud pública como base de la respuesta social. Señalaron la falta de políticas públicas y la necesidad de soluciones estructurales, pero fueron interrumpidas de forma constante, entre insultos y frases como “si tan buena eres, llévatelos a tu casa”.
A esta atmósfera de criminalización y control se suman grupos de WhatsApp y redes sociales que difunden mensajes de odio y amenazas. Ante esta situación, la Coordinadora Vecinal convocó esa misma semana una primera asamblea con las diferentes entidades y organizaciones del ámbito social, para tratar este problema desde un punto de vista que consideran “más dialogante, respetuoso y que busca soluciones reales”. La necesidad urgente de construir conjuntamente un contradiscurso que confronte las ideas fascistas y genere un impacto real en los barrios llevó a convocar el martes 10 de junio en el parque da Ponte a toda la vecindad y colectivos sociales en una nueva reunión abierta al barrio, con la que continuar organizando respuestas conjuntas y solidarias. La próxima asamblea será el martes 24 de junio.
Un conflicto enquistado, utilizado como arma política
Vecinas y vecinos del barrio, activistas, personas afectadas, representantes de diferentes organizaciones sociales… Las sofocantes temperaturas de esos días en Ourense no impidieron que más de 50 personas, de diferentes contextos y edades, acudieran al encuentro. “Tenemos que proponer acciones conjuntas, pedir responsabilidades institucionales y, sobre todo, proteger a las personas vulnerables”, comenzaba una intervención en la ronda abierta. La convocatoria, que reunió voces de diversos espacios y sensibilidades, señaló claramente que la situación de exclusión social que vive Ourense, especialmente en los barrios populares, no es nueva, sino consecuencia de un proceso prolongado de desmantelamiento de los servicios públicos.
“Hay responsables directos. Estamos hablando de la eliminación paulatina de recursos de intervención social, de vivienda pública, de apoyo comunitario”, señalaba una de las asistentes. Para ellas, lo que está ocurriendo en los barrios de A Ponte, Covadonga y O Vinteún lleva gestándose desde hace tiempo. Es fruto de años de abandono institucional por parte de la Xunta de Galicia y del Ayuntamiento de Ourense, que han desmantelado servicios sociales clave y dejado sin alternativas a muchas personas en situación de vulnerabilidad. Programas públicos y concertados para la atención a personas con drogodependencias, problemas de salud mental o sin hogar —como los que se ofrecían desde la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) u ONG locales— fueron desapareciendo, dejando un vacío que solo puede llenar la desesperación y el conflicto.
En el encuentro, varias personas también denunciaron la creación deliberada de una “percepción de peligro” amplificada por los medios de comunicación locales, las fuerzas policiales y la inacción institucional, con un claro objetivo de estigmatizar a determinados colectivos —especialmente personas en busca de hogar o con drogodependencias—, en vez de poner los medios para garantizar una intervención sociosanitaria adecuada. “Nos han convertido en un barrio de sacrificio”, criticó uno de los participantes.
A lo largo de la asamblea, se recogieron múltiples testimonios que muestran la complejidad y profundidad del problema. Muchas de ellas apelaron a la responsabilidad colectiva y a la necesidad de romper con el relato de la criminalización, primero escuchando y recogiendo lo que tienen que decir las vecinas y vecinos de los barrios afectados, ya que no todas están a favor de estas actuaciones violentas promovidas por el grupo de ultraderecha. “A partir de aquí hay dos posibilidades: cada uno de nosotres tiene que decidir en qué lugar de la historia quiere posicionarse para resolver este conflicto”, explicaba una joven en su intervención.
Acuerdos y propuestas de futuro
En la asamblea del 10 de junio se acordó iniciar acciones inmediatas, entre ellas la participación en eventos vecinales como el “Frei Canedo de Verán”, previsto para el sábado 14 de junio. El objetivo es establecer espacios de diálogo con la vecindad y buscar, de forma conjunta, respuestas inclusivas a los problemas detectados en los barrios. Las personas asistentes coincidieron en que, pese a la visibilidad de los grupos de ideología ultra, su presencia es limitada y responde a dinámicas oportunistas. No obstante, preocupa que parte de la vecindad esté adoptando estos discursos simplistas que no ofrecen soluciones reales.
Uno de los ejes centrales del encuentro fue la apuesta por una respuesta fundamentada en la intervención social y comunitaria, contando con el saber y la experiencia de profesionales del ámbito social y sanitario, así como de las propias personas afectadas por la exclusión. Se entiende que cualquier propuesta de futuro debe partir de la realidad de los barrios y del acompañamiento a quienes viven en situación de vulnerabilidad.
Durante la asamblea también se reflexionó sobre la “coincidencia” entre el aumento de la hostilidad contra personas sin hogar o con adicciones, y el avance de procesos de gentrificación, la escasez de vivienda accesible y las obras de revalorización urbanística en zonas como A Ponte. La lectura compartida es que estas dinámicas responden a un modelo de ciudad que prioriza el valor económico del suelo frente al derecho a vivir de sus habitantes.
Se señaló además la responsabilidad directa de las administraciones públicas, en particular del Ayuntamiento de Ourense y de la Xunta de Galicia, titulares de las competencias en servicios sociales y sanidad. La falta de atención a la salud mental, las adicciones y el sinhogarismo, consecuencia de los recortes en los servicios públicos, está en la base de este conflicto. También se apuntó a la responsabilidad de ADIF, RENFE y la Xunta por la construcción de una estación intermodal sobredimensionada, sin planificación social que acompañe el incremento de tránsito y movilidad que ha generado.
Adicionalmente, se denunció la inacción o permisividad de las autoridades policiales y judiciales respecto al narcotráfico, señalando que las redadas mediáticas recientes no ofrecen soluciones de fondo, sino que responden a una lógica de espectáculo y control. Según la Coordinadora Vecinal: “El refuerzo policial, la represión, el hostigamiento y la violencia sobre el estrato más desfavorecido de nuestra sociedad, nunca han servido para resolver, ni siquiera paliar, el problema. Las vecinas que viven en la calle y aquellas que son víctimas de las redes del narcotráfico necesitan posibilidades para salir de la marginalidad y vivir sus vidas, no incrementos presupuestarios para los cuerpos represivos del Estado”.
Como línea de trabajo inmediato, la asamblea se estructuró en grupos para diseñar campañas y movilizaciones en las próximas semanas, con el objetivo de presionar a las instituciones y reclamar recursos y políticas públicas eficaces. Entre las demandas prioritarias figuran el refuerzo de los servicios sociales y sanitarios, la creación de espacios seguros para personas sin hogar, y la apertura de un debate informado sobre la despenalización o legalización de las drogas, como vía para reducir el narcotráfico y garantizar abordajes más eficaces.
La próxima asamblea está convocada para dos semanas después (finales de junio), en el Parque da Mariña (barrio de A Ponte), con el objetivo de dar continuidad al proceso de organización colectiva y seguir fortaleciendo el tejido social y comunitario. Esta nueva convocatoria confirma la voluntad de muchas personas y colectivos de pasar de la denuncia a la acción, apostando por la solidaridad, el cuidado mutuo y la movilización. La respuesta que se busca articular es estructurada, firme y sostenida en el tiempo, frente a la violencia, el abandono institucional y la estrategia de división promovida por grupos de ideología neofascista. La lucha por la dignidad, desde el barrio y para el barrio, continúa.
Ourense
Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade

O martes 9 de xuño celebrouse no Parque da Ponte de Ourense unha asemblea aberta que reuniu a decenas de persoas pertencentes a distintos colectivos sociais e veciñais, preocupadas pola escalada de tensión e os discursos de odio que se veñen rexistrando nas últimas semanas en barrios como A Ponte. A convocatoria, impulsada por EvOu (Espazo Veciñal Ourense), constituíu un encontro para o diagnóstico colectivo, a escoita activa e a proposta de accións fronte ao auxe do fascismo e os intentos de criminalizar a pobreza e ás persoas en situación de vulnerabilidade.
Ourense está a vivir unha deriva preocupante: a tentativa de normalizar discursos de odio e medo que promoven prácticas violentas e o sinalamento público das persoas en situación de exclusión como ameazas para a convivencia. Baixo o pseudónimo de Acción Ciudadana Ourense, este perfil leva semanas difundindo vídeos de persoas en situación de rúa ou de drogodependencia, sen o seu consentimento, e acompañados de mensaxes anónimas que chaman á súa expulsión dos espazos públicos. Moitas destas imaxes están descontextualizadas ou amosan simplemente a persoas durmindo ou ocupando a rúa. Contidos que alimentan un clima de tensión, deshumanizan e presentan ás persoas excluídas como alleas ao barrio, promovendo o seu rexeitamento como falsa solución para a seguridade.
Detrás desta aparente iniciativa cidadá —que nun primeiro momento se presentaba como “apolítica”—, destapouse a implicación directa do Frente Obrero, movemento abertamente de extrema dereita encabezado polo influencer Roberto Vaquero. Reforzado co apoio de militantes doutras cidades como Madrid, este grupo busca introducirse no debate público de Ourense aproveitando o medo e a preocupación da veciñanza para colar o seu discurso de odio e estigmatización, presentándose como unha suposta solución rápida a un problema que é de fondo social e estrutural.
Baixo o discurso da “orde”, estes días xa se produciron varias agresións con total impunidade por parte das “patrullas veciñais” a persoas que viven ou piden axuda económica na rúa
Para a Coordinadora Veciñal, “fronte ás respostas simplistas que promoven a exclusión e o conflito, cómpre unha abordaxe seria, colectiva e profunda, baseada nos dereitos humanos, na xustiza social e na dignidade das persoas afectadas”. Baixo o discurso da “orde”, estes días xa se produciron varias agresións con total impunidade por parte das “patrullas veciñais” a persoas que viven ou piden axuda económica na rúa; algún dos casos púxose en coñecemento da Policía, mais existe o temor a que estas agresións aumenten se non hai medidas reais de protección. Dende EVOu recalcan que “as agresión físicas son o caso máis extremo, pero non o único, da violencia real que se produce”.
Na mañá do 5 de xuño, desenvolveuse un operativo policial desproporcionado no barrio de Covadonga, amplamente cuberto polos medios locais con ton sensacionalista. Esa mesma tarde, sectores próximos ao Frente Obrero —coñecidos polos seus discursos racistas e antifeministas— convocaron unha reunión aberta no barrio. Veciñas preocupadas acudiron a ese encontro para ofrecer unha visión alternativa, baseada na dignidade, nos dereitos e na saúde pública como base da resposta social. Sinalaron a falta de políticas públicas e a necesidade de solucións estruturais, pero foron interrompidas de maneira constante, entre insultos e frases como “si tan buena eres, llévatelos a tu casa”.
A esta atmosfera de criminalización e control súmanse grupos de WhatsApp e redes sociais que espallan mensaxes de odio e ameazas. Ante esta situación, a Coordinadora Veciñal convocou esa mesma semana unha primeira asemblea coas diferentes entidades e organizacións do ámbito social, para tratar este problema dende un punto de vista que consideran “máis dialogante, respectuoso e que busca solucións reais”. A necesidade urxente de construír conxuntamente un contradiscurso que confronte as ideas fascistas e xere un impacto real nos barrios, levou a convocar o martes 10 de xuño no parque da Ponte a toda a veciñanza e colectivos sociais nunha nova reunión aberta ao barrio, coa que continuar organizando respostas conxuntas e solidarias. A próxima asemblea será o martes 24 de xuño.
Un conflito enquistado usado como arma política
Veciñas e veciños do barrio, activistas, persoas afectadas, representante de diferentes organizacións sociais… As sufocantes temperaturas deses días en Ourense non impediron que máis de 50 persoas, de diferentes contextos e idades, acudisen ao encontro. “Temos que propor accións conxuntas, pedir responsabilidades institucionais e, sobre todo, protexer ás persoas vulnerables”, comezaba unha intervención na rolda aberta. A convocatoria, que xuntou voces de diversos espazos e sensibilidades, sinalou claramente que a situación de exclusión social que vive Ourense, especialmente nos barrios populares, non é nova, senón consecuencia dun proceso prolongado de desmantelamento dos servizos públicos.
“Hai responsables directos. Estamos a falar da eliminación paulatina de recursos de intervención social, de vivenda pública, de apoio comunitario”, sinalaba unha das asistentes. Para elas o que está a acontecer nos barrios da Ponte, Covadonga e O Vinteún leva xestándose dende lonxe. É froito de anos de abandono institucional por parte da Xunta de Galicia e do Concello de Ourense, que desmantelaron servizos sociais clave e deixaron sen alternativas a moitas persoas en situación de vulnerabilidade. Programas públicos e concertados para a atención a persoas con drogodependencias, problemas de saúde mental ou sen fogar —como os que se ofrecían desde a Unidade de Condutas Adictivas (UCA) ou ONG locais— foron desaparecendo, deixando un baleiro que só pode encher a desesperación e o conflito.
No encontro, varias persoas tamén denunciaron a creación deliberada dunha “percepción de perigo” amplificada polos medios de comunicación locais, polas forzas policiais e pola inacción institucional, cun claro obxectivo de estigmatizar determinados colectivos —especialmente persoas en busca de fogar e con drogodependencias—, en vez de poñer os medios para garantir unha intervención sociosanitaria adecuada. “Convertéronnos nun barrio de sacrificio”, criticou un dos participantes.
Ao longo da asemblea, recolléronse múltiples testemuñas que amosan a complexidade e fondura do problema. Moitas delas apelaron á responsabilidade colectiva e á necesidade de rachar co relato da criminalización, primeiro escoitando e recollendo o que ten que dicir as veciñas e veciños dos barrios afectados, xa que non todas elas están a favor destas actuacións violentas que promove o grupo de ultradereita. “A partir de aquí hai dúas posibilidades: cada un de nós ten que decidir en que lugar da historia se quere posicionar para resolver este conflito”, explicada unha moza na súa intervención.
Acordos e propostas cara ao futuro
Na asemblea do 10 de xuño acordouse iniciar accións inmediatas, entre elas a participación en eventos veciñais como o Frei Canedo de Verán, celebrado o sábado 14 de xuño. O obxectivo é establecer espazos de diálogo coa veciñanza e procurar, de forma conxunta, respostas inclusivas aos problemas detectados nos barrios. As persoas asistentes coincidiron en que, malia a visibilidade dos grupos de ideoloxía ultra, a súa presenza é limitada e responde a dinámicas oportunistas. Non obstante, preocupa que parte da veciñanza estea a adoptar estes discursos simplistas que non ofrecen solucións reais.
Un dos eixos centrais do encontro foi a aposta por unha resposta fundamentada na intervención social e comunitaria, contando co saber e a experiencia de profesionais do ámbito social e sanitario, así como das propias persoas afectadas pola exclusión. Enténdese que calquera proposta de futuro debe partir da realidade dos barrios e do acompañamento a quen vive en situacións de vulnerabilidade.
Durante a asemblea tamén se reflexionou sobre a “coincidencia” entre o aumento da hostilidade contra persoas sen fogar ou con adiccións, e o avance de procesos de xentrificación, a escaseza de vivenda accesible e as obras de revalorización urbanística en zonas como A Ponte. A lectura compartida é que estas dinámicas responden a un modelo de cidade que prioriza o valor económico do solo fronte ao dereito a vivir dos seus habitantes.
Sinalouse ademais a responsabilidade directa das administracións públicas, nomeadamente do Concello de Ourense e da Xunta de Galicia, titulares das competencias en servizos sociais e sanidade. A falta de atención á saúde mental, ás adiccións e ao senfogarismo, consecuencia dos recortes nos servizos públicos, está na base deste conflito. Tamén se apuntou á responsabilidade de ADIF, RENFE e a Xunta pola construción dunha estación intermodal sobredimensionada, sen planificación social que acompañe o incremento de tránsito e mobilidade que xerou.
Adicionalmente, denunciouse a inacción ou permisividade das autoridades policiais e xudiciais respecto ao narcotráfico, sinalando que as redadas mediáticas recentes non ofrecen solucións de fondo, senón que responden a unha lóxica de espectáculo e control. Segundo a Coordinadora Veciñal: “O reforzamento policial, a represión, o fustrigación e a violencia sobre o estrato máis desfavorecido da nosa sociedade, nunca serviron para resolver, nin sequera paliar, o problema. As veciñas que viven na rúa e aquelas que son vítimas das redes do narcotráfico, precisan de posibilidades para saír da marxinalidade e vivir as súas vidas, non incrementos orzamentarios para os corpos represivos do Estado”.
Como liña de traballo inmediato, a asemblea estruturouse en grupos para deseñar campañas e mobilizacións nas vindeiras semanas, co obxectivo de presionar ás institucións e reclamar recursos e políticas públicas eficaces. Entre as demandas prioritarias figuran o reforzo dos servizos sociais e sanitarios, a creación de espazos seguros para persoas sen fogar, e a apertura dun debate informado sobre a despenalización ou legalización das drogas, como vía para reducir o narcotráfico e garantir abordaxes máis eficaces.
A próxima asemblea está convocada para dúas semanas despois (finais de xuño), no Parque da Mariña (barrio da Ponte), co obxectivo de dar continuidade ao proceso de organización colectiva e seguir fortalecendo o tecido social e comunitario. Esta nova convocatoria confirma a vontade de moitas persoas e colectivos de pasar da denuncia á acción, apostando pola solidariedade, o coidado mutuo e a mobilización. A resposta que se busca artellar é estruturada, firme e sostida no tempo, fronte á violencia, ao abandono institucional e á estratexia de división promovida por grupos de ideoloxía neofascista. A loita pola dignidade, dende o barrio e para o barrio, continúa.