Abubaker 1
Barrio de Abubaker Abed, tras un bombardeo israelí, el 21 de noviembre de 2023. Abubaker Abed

Genocidio
Después de un año de genocidio, espero poder volver a ser el humano que fui

Con solo 20 años, al periodista Abubaker Abed le estalló una guerra encima. Nacido en la ciudad de Deir al-Balah, aquella era la sexta vez en su vida que Israel iniciaba una ofensiva bélica terrible contra la gente de Gaza, y también la peor. En este artículo, el joven recuerda cómo le ha atravesado un año de genocidio.
Deir al-Balah (Gaza)
7 oct 2024 06:00

Si no hubiera guerra, las grandes sonrisas de los niños pintarían nuestras calles, las rosas florecerían delante de nuestras casas y los cantos de los gallos y los pájaros resonarían maravillosamente por la mañana. Los estadios, a rebosar cada fin de semana, no se habrían convertido en refugios. Los jardines de los hospitales, serían un buen lugar para hacer picnic, y no un espacio donde continuamente se ofician funerales. 

Era un soleado y feliz viernes 6 de octubre cuando mi hermana y su hijo de un año nos visitaron para comer. Después, saboreamos unos dulces, tomamos café y prometimos volver a vernos muy pronto. Más tarde, antes de la puesta de sol, mi anciana tía de Khan Younis llamó a nuestra puerta con la intención de pasar los cuatro días siguientes con nosotros. Aquel día fue para mí una montaña rusa de emociones: pues la etapa final de mi vida universitaria empezaría el 7 de octubre. No podía esperar más y contaba cada segundo para que llegara la mañana.

Sólo tenía 20 años, ahora 21, pero he vivido seis guerras genocidas. Al día siguiente, a las 6:30 de la mañana, me levanté aterrorizado por unas explosiones masivas. No sabía nada, pero como antes había pasado por cinco guerras horribles, no tuve ninguna duda de que se trataba del estallido de otra guerra desastrosa contra nosotros.

Los drones zumban continuamente sobre nuestras cabezas, los aviones de guerra atacan edificios residenciales sin parar y los cuadricópteros y francotiradores disparan deliberadamente a civiles

Esto somos nosotros: dos millones y medio de personas asediadas y ocupadas que luchan por su existencia en guerras constantes y que nunca han conocido lo que significa, realmente, una buena vida. Sólo leemos sobre ello o lo vemos a través de las pantallas.

Sin embargo, esta guerra ha ido más allá de nuestra imaginación y expectativas. Nos ha sorprendido a todos desde el primer día hasta ahora: los drones zumban continuamente sobre nuestras cabezas, los aviones de guerra atacan edificios residenciales sin parar y los cuadricópteros y francotiradores disparan deliberadamente a civiles por todas partes.

La mía es una ciudad que duerme y se despierta muy temprano, tiene una población minúscula, de unas 80.000 personas. Viviendo en Deir al-Balah desde que nací, me di cuenta de que no siempre ha sido un objetivo constante de los ataques israelíes. Sin embargo, tras el 7 de octubre, todo empezó a parecerme alarmantemente diferente. Terror tras terror, calamidad tras calamidad, y trauma tras trauma: así ha sido mi vida desde que empezó este genocidio. Mi familia y yo sabemos que nos pueden matar en cualquier momento. Ahora nos aferramos a un rayo de esperanza de que sobreviviremos a este genocidio.

Mi hermana regresó ese día, el 7 de octubre, a las nueve de la mañana, pero esta vez tenía un aspecto notablemente afectado: jadeaba, llevaba varias bolsas grandes sobre los hombros y en las manos, y su rostro estaba marcado por el pánico y el dolor.

Mi hermana mayor, también en la ciudad de Gaza, se quedó un par de días en su casa con la esperanza de que aquella pesadilla no durara más. Mi tía no podía contener la respiración. Como tenía varias enfermedades crónicas, tuvo que volver a su casa. Mi familia y yo temblábamos de miedo cada día. Cada día era un episodio de puro terror. 

Había trabajado antes como periodista, pero nunca quise ser corresponsal de guerra. Decidí no empezar a informar sobre la guerra desde el primer día, sino que preferí continuar mis estudios en circunstancias terribles. Además estaban los cortes de telecomunicaciones e Internet. Un mes después, el 7 de noviembre, no pude quedarme callado y sentí que era mi deber religioso e instintivo informar sobre la barbarie del ejército israelí y el gran sufrimiento de mi pueblo.

Abubaker 3
Abubaker cocinando comida enlatada para mascotas.

Perder a mi amigo más querido y comer alimentos para animales

Además de declarar una guerra a gran escala contra Gaza, Israel cortó el agua, la electricidad, la entrada de comida y de combustible. Dos millones y medio de personas quedaron varadas y atrapadas en 365 kilómetros cuadrados donde pueden ser asesinadas en cualquier momento por la monstruosa máquina de matar de Israel.  Ahora están enlatados en menos de 60 kilómetros cuadrados: el centro de Gaza y Khan Younis.  

Los días pasaban, pero cada segundo parecía un año. No dormíamos por las noches mientras los aviones de guerra y los tanques de Israel golpeaban sin descanso nuestra ciudad y todos los puntos del enclave. Yo arriesgaba mi vida para ir al hospital e informar desde dentro. Todas las historias que escribí me impactaron y se quedaron conmigo. Durante el primer mes, cuando nos acercábamos al invierno, escribí sobre la situación humanitaria y la magnitud del número de heridos en el interior de los centros sanitarios.

Nunca había imaginado en toda mi vida que caminaría por pasillos llenos de amputados, en su mayoría niños. Los gritos de los heridos de guerra no podían desaparecer de mis oídos

Nunca había imaginado en toda mi vida que caminaría por pasillos llenos de amputados, en su mayoría niños. Los gritos de los pacientes heridos de guerra no podían desaparecer de mis oídos. Los sollozos de madres y niños junto a los cadáveres de sus seres queridos aún me rompen el corazón.  

Durante la noche del 21 de noviembre, los cohetes F-16 israelíes causaron estragos en nuestro barrio, matando al menos a 20 de mis vecinos, destruyendo 13 casas e hiriendo a varios más. Hasta ahora, el hijo de nuestro vecino sigue bajo los escombros de su casa.

Estábamos durmiendo y nos despertamos alarmados. No pudimos volver a conciliar el sueño, sin embargo dimos gracias a Dios por haber sobrevivido a aquel desgarrador ataque masivo. Se nos llenaron los ojos de lágrimas al ver a nuestros vecinos desmembrados ensangrentados a los lados de la calle.

Antes de que amaneciera, seguíamos rezando para que todo aquello terminara. Literalmente, soñamos con eso todos los días. Tres días después, comenzó una tregua de siete días. Fue un rayo de esperanza y un soplo de aire fresco. Esta tregua temporal nos inspiró para ver una final después de 49 días de matanza y  destrucción masiva, de sufrimiento sin igual.

Abubaker 2
Abubaker junto a su amigo Al-Hassan, durante la tregua Abubaker Abed

Desde que empezaran los ataques, aunque vivamos a una calle de distancia, no había podido reunirme con mis amigos. Durante la tregua, me encontré dos veces con mi querido amigo Al-Hassan. La primera vez estaba escribiendo un artículo para Electronic Intifada (link)  sobre la gente que se refugiaba en un colegio. La segunda vez fue el quinto día de la tregua, y comimos huevos fritos, bebimos té y jugamos. Nunca imaginé que aquella sería la última vez.

Durante esos días, comía sobre todo alpiste para pájaros y alimento para animales. Teníamos carne enlatada para las mascotas. Encontrar un tomate o un pepino era una ardua gesta. La comida era muy escasa, y el agua estaba simplemente contaminada. Cocinábamos en una hoguera de leña. No teníamos gas para cocinar, ni electricidad, ni harina. Simplemente nada.

El 11 de diciembre, tomé mi desayuno habitual y luego abrí mi portátil. A mediodía, oí una gran explosión. Estaba bastante lejos, y viéndola desde el tejado de mi casa me orienté, comprobé que era en el centro. Momentos después, me enteré de que el impacto había sido en casa de Al-Hassan y lo había matado a él, a su padre, a su hermana y a su abuela.

Recuerdo vívidamente sus encantadoras sonrisas, su hermoso rostro y su promesa de la última vez de que disfrutaríamos de nuestro tiempo en todas partes cuando terminara la guerra. Era tan esperanzador, lleno de positivismo e inspiración. Desde que lo mataron, aún no me he reconocido. Si hubiera sabido que aquella era la última vez que nos veríamos, habría preferido morir con él.  

Abubaker 4
Abubaker trabajando el pasado noviembre.

Nunca perderé la esperanza

Aquel día miserable y desgarrador, charlé con Anealla Safdar, redactora de Al-Jazeera, y con dolor pude contarle que había perdido a mi amigo del alma, Al-Hassan. Ella compartió mi agonía y me dio su más sincero pésame. Luego, me preguntó amablemente si podíamos hacer algo por Al-Hassan. “Claro, espero poder”, le dije por WhatsApp.

Han pasado casi 10 meses desde que lo perdí. Anealla fue un regalo del cielo. No sólo era mi editora, sino mi hermana, mi maestra, mi inspiración, mi brújula y el reflejo de mi sonrisa a lo largo de todo este desolador camino. Cualquier palabra que escriba, no podrá describirla. Anealla es única en cada letra de su nombre. Ha sido mi consuelo y mi fuerza durante todo este duro tiempo. Fue un tesoro encontrarla, y me siento increíblemente afortunado de haber trabajado para ella y con ella.

Nunca perderé la esperanza. Siempre buscaré la belleza a mi alrededor. Ahora tengo una rosa amarilla, un jazmín y plantas de albahaca. Las riego y cuido a diario

Mes tras mes, las cosas iban cambiando, desgraciadamente a peor: Más barrios arrasados, el número de muertos aumentando bruscamente y más traumas infligidos. Como periodista de fútbol, tenía muchas ganas de hablar de la tragedia deportiva de Gaza, que, como tragedia silenciosa, no aparece en los titulares. Ser el único periodista deportivo en todo el territorio nunca me desanimó, sino que me impulsó a continuar y amplificar las voces de nuestros aficionados, jugadores y directivos.

Fue totalmente devastador informar sobre la masacre masiva de nuestros jugadores y la aniquilación total de nuestras instalaciones deportivas. Daba igual el tipo de reportaje que escribiera, sólo reflejaban nuestra miseria colectiva.

Arriesgué mi vida en cada paso que di y con cada palabra que escribí. Sobreviví a numerosos ataques aéreos, como la masacre de la escuela de niñas Khadija y los repetidos ataques al Hospital de los Mártires de Al-Aqsa. Escribí sobre la situación médica y humanitaria a través de historias desgarradoras de hombres amputados, niños descalzos y destrozados por la guerra, y mujeres embarazadas traumatizadas.

También recuerdo cómo plantaba y regaba cada día mi rosa amarilla y cómo llegó profundamente al corazón de miles de personas de todo el mundo. Es mi fuente de esperanza y amor. Es realmente la razón por la que sigo soportando los traumas cotidianos.  

Como ser humano o como periodista, sé que todos mis esfuerzos pueden haber sido en vano, ya que este genocidio no ha cesado. Sin embargo, no me detendré y seguiré contando la verdad y transmitiendo el mensaje de mi pueblo, diariamente brutalizado por la guerra en curso. Nunca perderé la esperanza. Siempre buscaré la belleza a mi alrededor. Ahora tengo una rosa amarilla, un jazmín y plantas de albahaca. Las riego y cuido a diario. Así es como quiero verme y esto quiero llevarme después de este holocausto genocida.

Creo que sobreviviré para ver y vivir en una Palestina libre y convertirme en el ser humano, el verdadero ser humano,  que quiero ser. 

Arquivado en: Israel Palestina Genocidio
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Palestina
Palestina Illan Pappé: “No esperaba esta magnitud de indiferencia europea ante lo que está sucediendo en Palestina”
El historiador de origen israelí no se ha sorprendido la violencia cometida por Hamás en octubre de 2023 ni de la reacción de Israel o el apoyo a Estados Unidos, pero sí de cómo ha abordado la cuestión la sociedad europea.
Palestina
Palestina Israel prohíbe regresar a los 40.000 palestinos desplazados en el norte de Cisjordania
El ejército de Israel desplaza a miles de sus casas en campos de refugiados en diferentes ciudades de Cisjordania ocupada. Mientras, Israel presiona para no llegar a una segunda fase de alto el fuego.
Música
Música Cómo resistir a la ocupación de Palestina gracias a la música vintage
El artista Mo’min Swaitat ha creado el Archivo de Sonido Palestino, una colección de más de 7.000 casetes, vinilos y CD de música palestina con el fin de preservar la cultura e historia de su país y evitar que la ocupación borre su legado musical.
CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
Medios públicos A TVG, condenada a rectificar por difundir unha información falsa sobre o BNG
A xustiza condena tamén ao director do ente público, Alfonso Sánchez Izquierdo, pola nova onde se afirmaba erradamente que o BNG non enviara representantes a un evento organizado pola Xunta e mais a Fundación Castelao para dar inicio ao Ano Castelao.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El PSOE da muestras de cansancio con Yolanda Díaz
Tanto en Moncloa como en Ferraz la opinión sobre la gestión política de la vicepresidenta está en mínimos. Sin criticar su labor en Trabajo, la tropa de Sánchez ya anhela un socio que impulse la unidad a su izquierda con la mira puesta en el 2027.
Palestina
Palestina Israel prohíbe regresar a los 40.000 palestinos desplazados en el norte de Cisjordania
El ejército de Israel desplaza a miles de sus casas en campos de refugiados en diferentes ciudades de Cisjordania ocupada. Mientras, Israel presiona para no llegar a una segunda fase de alto el fuego.
Turismo
Turismo depredador Poca agua, mucho turismo: la crisis hídrica amenaza las islas Eolias en Italia
Las islas italianas del Mediterráneo están acusando especialmente las consecuencias de la turistificación, pero también de una crisis hídrica sin precedentes provocada por el cambio climático. Es el caso de las islas Eolias, en el norte de Sicilia.
Palestina
Palestina Illan Pappé: “No esperaba esta magnitud de indiferencia europea ante lo que está sucediendo en Palestina”
El historiador de origen israelí no se ha sorprendido la violencia cometida por Hamás en octubre de 2023 ni de la reacción de Israel o el apoyo a Estados Unidos, pero sí de cómo ha abordado la cuestión la sociedad europea.
Argentina
Argentina Gauchito Gil, uno de los nuestros hace milagros
En enero, más de 620.000 personas llegaron a Mercedes, una localidad de la provincia de Corrientes, en Argentina. Caminando, de rodillas, a caballo, para agradecer y hacer promesas a un santo popular: el Gauchito Gil.

Últimas

Economía
Economía A Xunta de Rueda privatiza outra das residencias de maiores financiada por Amancio Ortega
Tanto esta residencia como a de Pontevedra, cuxa xestión tamén está en proceso de licitación, serán as próximas en abrir tras a entrada en funcionamento das de Santiago de Compostela e Lugo, que xa operan baixo o mesmo modelo.
Feminismos
En primeira persoa Relato dunha furgoneta roubada e un embarazo que perdemos
Temos que saber que para ter a liberdade de sentir sen morrer sepultadas no propio silencio é necesario que sexan habilitados, considerados e acompañados todos os xeitos, todas as dores, todas as dúbidas e todos os laios en tódolos ámbitos da vida.
Editorial
Editorial O Salto deixa de publicar en X
A asemblea deste proxecto informativo decidiu conxelar as súas publicacións na rede social propiedade de Elon Musk.
Oriente Próximo
Oriente próximo Abdullah Öcalan llama a deponer las armas para lograr la plena democracia para el pueblo kurdo
El líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán llama a la disolución de la organización. Ankara dice que “estudiará” la situación, que también influye sobre Siria, Irán, Iraq y la situación en los países de Oriente Próximo.
Más noticias
Macrogranjas
Maltrato animal Una investigación revela una nueva “masacre” en una granja de pollos que salpica a Mercadona
En España, la granja investigada comercializa el producto ‘Cuartos traseros de pollo’ en la cadena de Juan Roig y está certificada con el sello catalán Welfair de bienestar animal, según denuncia el colectivo ARDE que ha realizado la investigación.
Opinión
Opinión De Errejón a Monedero: reflexiones sobre el ciclo del desasosiego
¿Qué pasa cuando quien abusa ha sido o es tu compañero de filas, tu colega, alguien que se consideraba feminista, y no una caricatura facha o un incel de manual? ¿Cómo manejamos la complejidad?
Ley de dependencia
Derechos sociales Reclaman más financiación para la ley de dependencia ante el nuevo anteproyecto
Bustinduy garantiza como universales servicios como la teleasistencia o recibir sanidad se resida donde se resida, en referencia a los protocolos del covid en las residencias.

Recomendadas

Urbanismo
Urbanismo salvaxe Un pobo contra o asfalto: Bembrive e Mos rebélanse contra unha autovía que arrasará o seu pulmón verde
Veciñas e veciños conseguen presentar 25.000 alegacións contra unha estrutura de dez quilómetros, defendida xa só polo PSOE en Madrid e en Galiza, que partirá en dous unha poboación enteira e forzará a expropiación de decenas de vivendas.
Pensamiento
Mar García Puig “Habitar la metáfora es un peligro que merece la pena”
La escritora catalana Mar García Puig publica ‘Esta cosa de tinieblas’, un breve ensayo narrativo que defiende el poder liberador de la metáfora frente a una pureza simplificadora y paralizante.
Guerra en Ucrania
Geopolítica Trump fuerza a Zelensky a hipotecar la explotación de minerales críticos a cambio de su apoyo
Según el borrador del acuerdo comercial presentado por EE UU, esta potencia deberá obtener el 50% de todos los beneficios de las nuevas explotaciones minerales de Ucrania.
Represión
Represión Javitxu, desde la cárcel de Zuera: “Lo que peor llevo es estar lejos de la gente que más quiero”
Francisco Javier Aijón, Javitxu, es uno de ‘los seis de Zaragoza’. Entró en la cárcel el pasado mayo con una condena de casi cinco años basada en las declaraciones policiales durante el juicio.