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Arabia Saudí
¿Está luchando Arabia Saudí contra la corrupción?
La corrupción es un mal que campa a sus anchas por las élites de todo el mundo. También por la de Arabia Saudí. Esta semana, el país anunciaba que había recuperado los 85.000 millones de euros que se había puesto como objetivo en su campaña anticorrupción, tras la que detuvo a 201 personas entre empresarios, príncipes y altos cargos de la Administración. ¿Cómo es de estructural la corrupción en el hermético paraíso del petróleo?
Arabia Saudí decidió el pasado noviembre comenzar una purga contra la corrupción. No fue en realidad el país como tal, sino el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, que quería marcar el futuro político del país. Lo hizo a través de un comité anticorrupción formado horas antes de los arrestos: once príncipes, cuatro ministros en activo y otros políticos fueron detenidos esa misma noche. Esos once príncipes formaban parte de la familia real, para que se hagan una idea del impacto de la noticia en el país.
Mohamed bin Salmán es el hijo favorito del rey Salmán, que llegó al trono en 2015. Bajo su ala ha emprendido los pasos hacia la modernidad de los que hemos oído hablar en los últimos tiempos. Aunque la apertura económica a otros países puede caer mal entre los saudíes, celosos de su mercado, la lucha contra la corrupción tiene muchos adeptos. Sobre todo, las clases medias que como en el resto del mundo se quejan del constante abuso de poder de “los de arriba”.
La detención de los supuestos corruptos se interpreta como una purga para consolidar el poder del príncipe heredero
Las imágenes de los presos en la cárcel de lujo del hotel Ritz Carlton de Riad, donde estuvieron encerrados decenas de príncipes, dieron la vuelta al mundo. Y parece ser que esa difusión es la que habría motivado el fin de la purga, porque parece ser que estaba afectando a las inversiones saudíes, o así lo explicaba la corresponsal de El País en Dubái. Así que el hotel, que llevaba cerrado desde noviembre, volvió a abrir sus puertas hace escasos quince días y ya admite reservas a partir de San Valentín, no aptas para todos los bolsillos (los precios rondan los 400 euros por noche).
La detención de los supuestos corruptos se interpreta como una purga para consolidar el poder del príncipe heredero, que va abriéndose paso entre sus oponentes. El país ha recuperado la cifra que se había puesto como objetivo y 56 supuestos corruptos siguen detenidos, según el fiscal general Saud el Mojeb. Pero la corrupción parece un problema estructural en Arabia Saudí. Transparencia Internacional da 46 puntos sobre 100 al país en su índice sobre la experiencia directa de los ciudadanos.
¿Va a cambiar el país con su príncipe heredero? La transformación está en duda. Analistas como los de Bloomberg se preguntan por qué no se ha explicado quiénes son finalmente culpables y quiénes no, ya que sólo se ha dado la cifra global del dinero recuperado. En el foro internacional de Davos, varios altos funcionarios señalaron a ese mismo medio que la purga se diseñó para equilibrar otra vez el campo de batalla de los inversores. El fiscal general afirmaba que la operación no había terminado. Veremos si se abre o no una nueva era.