Inteligencia artificial
La inteligencia artificial en la encrucijada: qué hay detrás del ruido sobre ChatGPT

La popularización y el hype en torno al software generador de textos ha llevado los riesgos de la IA al debate público. Voces expertas reclaman que su desarrollo se aleje de una vez por todas del afán de lucro.

@pjarandia

16 abr 2023 06:00

“Creemos que la inteligencia artificial prácticamente no tiene límites cuando de hecho es extremadamente limitada”. Ramón López de Mántaras describe así en un artículo reciente qué podemos esperar de una tecnología que desde hace semanas está en boca de todos. De Mántaras no es precisamente un cualquiera: el científico catalán, profesor del CSIC, investiga este campo desde la década de 1970 y ha sido premiado por asociaciones de investigadores en todo el mundo. “Y lo que es muy importante: [la IA] no tiene nada que ver con la inteligencia humana”.

En noviembre pasado la compañía estadounidense OpenAI lanzó la última versión de ChatGPT, un software de generación de textos al que cualquiera puede acceder sin coste aparente —los usuarios sí han de ceder a la empresa datos como su edad o teléfono móvil, además de la información ofrecida durante la conversación—. A partir de la pregunta o indicación adecuadas, la herramienta es capaz de devolver un texto generalmente bien escrito y coherente. Aunque si la charla se complica es fácil que el programa caiga en errores en sus respuestas.

La popularización de estos robots conversacionales plantea muchas preguntas. Muchas de ellas tienen que ver con sus riesgos, pero también con sus limitaciones. ¿Tienen algo de inteligentes estos programas informáticos? 

Desde su lanzamiento los usuarios mundiales de este programa se han disparado. También los titulares en los medios de comunicación especulando sobre las supuestas capacidades de este producto para replicar la inteligencia y creatividad humanas. Algunas empresas incluso han justificado despidos bajo el argumento de que esta rama de la IA puede ya llevar a cabo tareas hasta ahora hechas por trabajadores de carne y hueso.

Las grandes tecnológicas de Silicon Valley están tirando del carro de esta perfecta campaña de marketing. Microsoft, tras inyectar 10.000 millones de dólares en OpenAI, ya ha anunciado que integrará ChatGPT en su buscador Bing. Mientras que Google hará lo mismo con Bard, su propio chatbot generativo. Su objetivo, según han declarado, es ir incorporando versiones de esta tecnología a otros de sus servicios, desde el correo electrónico a los procesadores de texto que diariamente usan millones de personas en todo el mundo.

Los riesgos de los “loros estocásticos”

La popularización de estos robots conversacionales plantea muchas preguntas. Muchas de ellas tienen que ver con sus riesgos, pero también con sus limitaciones. ¿Tienen algo de inteligentes estos programas informáticos? 

Citando al filósofo de la ciencia Daniel Dennet, De Mántaras explica que lo que ChatGPT y otras herramientas similares tienen “no es inteligencia sino habilidades sin comprensión”. Estas habilidades se podrían comparar por ejemplo con el montaje de un tren de juguete en el que hay que acertar la posición en la que va cada vagón del tren que queremos ensamblar.

Softwares como ChatGPT son muy buenos combinando secuencias de palabras a partir de la probabilidad de que tenga o no sentido ubicarlas en un lugar determinado de la frase. Pero carecen de referencia alguna sobre el significado de cada una.

Son por tanto sistemas —en palabras de De Mántaras— “muy hábiles llevando a cabo tareas concretas” pero que no comprenden nada sobre la naturaleza de estas tareas, “debido a la ausencia de conocimientos generales sobre el mundo”. Esta habilidad para encadenar palabras se construye a partir de patrones detectados en la ingente cantidad de información con la que estos programas han sido entrenados.

Softwares como ChatGPT son muy buenos combinando secuencias de palabras a partir de la probabilidad de que tenga o no sentido ubicarlas en un lugar determinado de la frase

En 2021 varias investigadoras publicaron un artículo sobre los peligros de estos modelos de lenguaje, a los que bautizaron como “loros estocásticos”. O lo que es lo mismo, máquinas capaces de repetir aquello que han observado muchas veces, pero sin atender a su veracidad.

En el texto las autoras, entre otras recomendaciones, exigían un mayor cuidado al trabajar las bases de datos con las que estos algoritmos se construyen y no volcar en ellos toda la información presente en Internet —precisamente lo que hace ChatGPT—. O realizar pruebas controladas de los sistemas antes de abrirlos al público, para asegurarse de que su uso no infringe daños o va en contra de los valores éticos de quien lo impulsa.

En las últimas semanas, al mismo tiempo que la IA generativa ganaba terreno en las conversaciones en el ascensor, el trabajo o el bar, se ha sucedido también un goteo de historias inquietantes en torno a la utilización de estos programas.

En EE UU, un profesor universitario explicó a comienzos de abril a The Washington Post cómo se sintió después de que ChatGPT le acusara de haber abusado de un alumno en un viaje de estudios. Algo que, en el mundo real, nunca ocurrió. El programa incluso usó como fuente de su acusación un artículo del citado medio. Un artículo, de nuevo, que nunca ha existido. “Fue bastante escalofriante”, aseguró el docente. “Una acusación de este tipo es increíblemente dañina”. 

Su capacidad para vestir como cierta información engañosa o directamente falsa no es la única preocupación en torno a estas tecnologías. También lo es el impacto que su uso pueda tener en contextos determinados o frente a personas vulnerables. En Bélgica, un ciudadano se quitó la vida después de mantener largas conversaciones con un bot de IA que le envió mensajes confusos.

El argumento habitual de las tecnológicas creadoras de estos productos es que estamos todavía ante modelos en fase de desarrollo, cuya precisión y fiabilidad irá mejorando con su uso. Pero cada vez más voces piden que en ese mientras tanto los gobiernos fijen límites o directamente prohíban su uso.

Italia ha sido el primero en Europa en bloquear el uso de ChatGPT en su territorio, mientras investiga si el tratamiento que la aplicación hace de los datos de sus usuario

Este último paso es el que ha tomado la agencia italiana de protección de datos. El país transalpino ha sido el primero en Europa en bloquear el uso de ChatGPT en su territorio, mientras investiga si el tratamiento que la aplicación hace de los datos de sus usuarios —y que sirven para su entrenamiento— se ajusta a la ley europea.

Entre otros argumentos el regulador alega que la información suministrada por la aplicación no siempre es verídica —lo que ”da lugar a un tratamiento inexacto de los datos personales”— y critica que no haya un control real de la edad de los usuarios que la utilizan, abriendo la puerta a “la exposición de los menores a respuestas totalmente inadecuadas con respecto a su nivel de desarrollo y autoconocimiento”. A pesar de que OpenAI desaconseja su uso entre menores de 13 años, cualquiera puede acceder a la aplicación.

España podría seguir los pasos de Italia en las próximas semanas. La agencia española de protección de datos (AEPD) ha pedido a la Unión Europea que evalúe las implicaciones de ChatGPT en la privacidad de los usuarios. La AEPD entiende que las operaciones de procesamiento global que “pueden tener un impacto significativo en los derechos de las personas y requieren decisiones coordinadas a nivel europeo”, señaló un portavoz de la agencia.

¿Qué camino seguir?

El debate sobre cómo aplacar los riesgos de la IA no es nuevo. Desde hace años investigadores, activistas y comunidades afectadas por estas tecnologías alertan sobre sus peligros. Estos no se reducen a los errores o imprecisiones que el software pueda cometer, sino que incluyen cuestiones relacionadas con las decisiones humanas detrás de su diseño y quién toma éstas —casi siempre grandes corporaciones occidentales en busca del máximo lucro—.

Los efectos negativos de la IA han sido ampliamente documentados. Y van desde el deterioro de los derechos laborales de trabajadores en todo el mundo a la datificación de los sistemas de control en las fronteras que castigan a la población migrante. Los gobiernos también usan herramientas de este tipo para castigar a las capas sociales más pobres y policías y empresas insisten en utilizar el reconocimiento facial, una técnica poco precisa que discrimina a las personas por su origen étnico.

A finales de marzo la controvertida organización Future of Life Institute publicó una carta abierta reclamando una pausa de “al menos seis meses en el desarrollo y pruebas de sistemas de IA más poderosos que GPT4”, la última versión del popular algoritmo. La misiva, que ya lleva cerca de 20.000 adhesiones, incluyó la firma de un variado grupo de personalidades. Entre ellas la del segundo hombre más rico del mundo, Elon Musk, uno de los fundadores e inversores de OpenAI. De Mántaras, además de otros muchos investigadores de prestigio, también figura en la lista.

Los firmantes reclaman un desarrollo seguro de estas herramientas y que no se abran al público hasta garantizar que sus efectos serán positivos para la ciudadanía global. Y advierten de la “carrera sin control” en la que han entrado los grandes laboratorios de IA para crear “poderosas mentes digitales que nadie —ni siquiera sus creadores— puede entender, predecir o controlar de forma fiable”.

La carta en cuestión ha sido ampliamente recogida en medios de comunicación de todo el mundo. Pero también ha recibido matizaciones y críticas desde algunas de las voces que más tiempo llevan remando a favor de un desarrollo ético de la IA.

The Distributed Artificial Intelligence Instiute (DAIR), fundado por la investigadora Timnit Gebru —ex miembro del equipo ético de Google, de donde fue despedida por sus denuncias contra la discriminación de la compañía, y una de las autoras del artículo sobre los “loros estocásticos”—, ha respondido criticando que la carta alimenta “el alarmismo y el hype” en torno a estas herramientas y deja de lado los “daños reales” que el despliegue de estos sistemas ya infringe en la actualidad.

Desde diversos sectores atribuyen a estos chats conversacionales una autonomía que, por ahora, no tienen. “La responsabilidad no recae en los artefactos, sino en sus creadores”, argumentan

Para Gebru y el resto de autoras el lenguaje utilizado en la carta “infla las capacidades de los sistemas automatizados y los antropormofiza”, engañando a la gente “haciéndole creer que hay un ser sensible” detrás de estos modelos. Esto “induce a confiar acríticamente en los resultados de sistemas como ChatGPT” y les atribuye una autonomía que, por ahora, no tienen. “La responsabilidad no recae en los artefactos, sino en sus creadores”, argumentan.

“La actual carrera hacia ‘experimentos de IA’ cada vez más potentes no es un camino preestablecido en el que nuestra única elección es la velocidad a la que correr, sino un conjunto de decisiones impulsadas por el afán de lucro. Las acciones y decisiones de las empresas deben estar reguladas para proteger los derechos e intereses de las personas”, concluyen.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Inteligencia artificial
PAN 06X02 Abrazar el ludismo, radicalizarse contra la IA
Rueda casi infinita de Feeds N Chips, salteada con rica música y una entrevista a Juan Luis Cano, diseñador de la plataforma 'Desalkila'
Inteligencia artificial
PAN 06X01 Vuelve el PAN, integral, pero sin IA
Regresamos esta temporada con una edición mensual. Más ligera, integral. Un carrusel de Feeds N Chips y música porque los CEO's de las Big Tech y los criptobros no nos dejan descansar
Inteligencia artificial
Inteligencia Artificial Un manifiesto denuncia la desprotección de artistas y trabajadores culturales frente a la IA generativa
Asociaciones de autores, artistas y trabajadores del sector audiovisual, del libro y las artes escénicas presentan un manifiesto que pide al Gobierno protección ante “los abusos de las empresas de Inteligencia Artificial”.
Agus
17/4/2023 8:16

El círculo vicioso se cierra cuando se robotiza a la población, cuando se piden habilidades a humanos (léase Bolonia y EEES) y la comprensión hace tiempo que ni está ni se la espera.

0
0
j000
16/4/2023 17:25

Buen resumen de la situación actual.

0
0
djcesarrubio
16/4/2023 14:01

¿Puede el ser humano, un animal no inteligente, crear tecnología inteligente? ¿A partir de qué inteligencia? Cuando se anuncia algún avance en este ámbito del conocimiento siempre me pregunto lo mismo, es decir, el aparatito en cuestión viene para solucionar alguno de los problemas que asolan al planeta, léase desigualdad, miseria, hambre, cambio climático, corrupción, guerra, capitalismo o la otra cara de la moneda, fascismo, etc. Siempre obtengo la misma respuesta, lo cual me deja un sabor agridulce pues lo intuía, y es que todo lo que no conteste a esas preguntas de forma afirmativa es una estafa, un engaño, es una sombra reflejada en las paredes de la famosa cueva de Platón.

2
0
Opinión
Opinión Camino por València y pienso en Palestina
El viernes 29 de noviembre se cumplió un mes desde el desastre de la dana, coincidiendo con el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, declarado así por la ONU.
Racismo
Safia El Aaddam “El racismo no surge de la ignorancia, es un ejercicio consciente”
Escritora, divulgadora, filóloga y activista antirracista Safia explica las raíces coloniales que sustentan la islamofobia y el racismo antimoro de este país en su nuevo libro 'España ¿racista?'.
República
Movimiento republicano “Hasta que se vayan”: lema de la segunda Marcha Republicana fijada para 2025
En junio de 2025 la marea republicana se propone llevar a cabo una segunda demostración de rechazo a la monarquía. En la edición de este año se movilizaron miles de personas de distintos puntos del Estado.
Análisis
Análisis El pueblo mozambiqueño: la unidad del colectivo como respuesta a los desafíos presentes y futuros
Tras los primeros días de huelgas y manifestaciones, ganaba fuerza la pregunta “¿Hasta cuándo podrá aguantar la gente?”. Pues esta pregunta sigue sin respuesta.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Justicia
Juana Rivas La Fiscalía italiana acusa al exmarido de Juana Rivas de violencia física, vejaciones y amenazas a sus hijos
La Fiscalía italiana ha presentado un escrito de procesamiento ante el Tribunal de Apelación de Cagliari contra Arcuri por “haber maltratado a sus hijos menores, sometiéndoles habitualmente a violencia física, vejaciones, injurias y amenazas”
Ecologismo
Crisis climática Coches bomba bajo la dana
En caso de catástrofe, a menudo el vehículo privado es una trampa mortal, un peligro público y un estorbo para la supervivencia
PSOE
Congreso del PSOE El PSOE borra la Q y el ‘plus’ de las siglas LGTBIAQ+ y los colectivos responden: “Se trasladará en violencia”
Unas enmiendas aprobadas durante el 41º Congreso Federal del PSOE piden excluir a las mujeres trans del deporte femenino y eliminan la ‘Q’ y el ‘plus’ en las siglas del colectivo queer en los documentos internos del partido.
Comunidad de Madrid
La uni se ahoga Ayuso recula ante una comunidad universitaria en lucha: acepta los 169 millones del Gobierno para profesores
El gobierno de Ayuso está planteando una “propuesta alternativa”, que enviará al Ministerio de Ciencia, quien expresaba por carta que “no es comprensible ni explicable” el rechazo a la inyección económica.
Exclusión sanitaria
Exclusión sanitaria Casi 30.000 personas fueron expulsadas del sistema sanitario en los últimos 32 meses
Un informe de Médicos del Mundo detecta casi 70.000 barreras en la sanidad pública, que sufren principalmente las personas en situación irregular. Mientras, la ley para retornar a la universalidad en la atención permanece en trámite.
Violencia machista
Violencia sexual Las artes escénicas de Granada apoyan a las denunciantes de agresiones sexuales en la escuela de teatro
Organizaciones, profesionales y personas vinculadas a las artes escénicas granadinas firman un comunicado donde expresan su apoyo público y sin fisuras a las denunciantes de abusos sexuales por parte del director de La Seducción, Marcos Julián, y señalan la necesidad de protocolos específicos para lograr espacios escénicos seguros

Recomendadas

Melilla
Melilla Encerradas en la ciudad frontera: las trabajadoras marroquíes en Melilla se han cansado de esperar
Desde que en 2020 se cerrara la frontera con Nador, muchas personas marroquíes que hasta entonces podían desplazarse entre ambas ciudades, se han visto empujadas a un callejón burocrático. Un informe documenta las trabas con las que se encuentran.
Literatura
Gabriela Wiener “Me pregunto si es posible hacer libros que cambien el discurrir del mundo”
La escritora peruana afincada en Madrid ha publicado recientemente ‘Atusparia’, una novela que recorre el pasado, el presente y un posible futuro de su país, un territorio de represión pero también de luchas por el territorio y por el porvenir.