We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Italia
Venecia no se rinde ante Jeff Bezos

El pasado sábado 28 de junio, varios miles de personas se manifestaron en los calli y campielli de Venecia y ondearon banderas de la paz y de Palestina; también exhibieron coloridos chalecos salvavidas y carteles irónicos.
Fue la última y más participativa protesta contra la toma de la ciudad por parte del magnate Jeff Bezos, que ha querido organizar tres días de celebraciones en Venecia con motivo de su boda con la ex periodista Lauren Sánchez.
“El 1% arruina el mundo”
Para el sonado evento, del que se han hecho eco todas las grandes cabeceras mundiales, el fundador y propietario de Amazon, gastó decenas de millones de euros. Entre otras cosas, alquiló algunos de los hoteles más caros de la ciudad para alojar a los cerca de 250 invitados, muchos de los cuales llegaron en jets privados. Lady Gaga no apareció, pero sí llegaron a Venecia, entre otros, la hija del presidente estadounidense, Ivanka Trump, el actor Leonardo di Caprio, Oprah Winfrey, Kim Kardashian, Kate Perry, Orlando Bloom, Bill Gates y la reina Rania de Jordania.
Para proteger la exclusividad del acontecimiento, calificado por el alcalde Luigi Brugnaro de “importancia internacional”, las autoridades locales reservaron durante días partes enteras de la ciudad para ceremonias y celebraciones e impidieron el libre acceso a estos por parte de la ciudadanía veneciana o los y las turistas. El presidente de la región del Véneto, el líder de la Liga Luca Zaia, declaró que “protestar contra quienes nos aportan riqueza es una absoluta vergüenza”.
Para proteger la exclusividad del acontecimiento las autoridades locales reservaron durante días partes enteras de la ciudad para ceremonias y celebraciones e impidieron el libre acceso a la ciudadanía veneciana
Sin embargo, no todo el mundo aceptó; el lujo y la arrogancia de los oligarcas allí presentes. “Pensaron que encontrarían una ciudad sumisa, pero en su lugar encontraron una ciudad rebelde. La misma ciudad que rechazó los grandes cruceros, que se movilizó contra la introducción del ticket de entrada, que lucha por empleos y viviendas dignas. No asistiremos impasibles a las celebraciones de los poderosos del planeta mientras poblaciones enteras son exterminadas por sus bombas", decía la activista Alice Bazzoli durante la víspera previa a la boda.
Las protestas en la ciudad de los canales empezaron el jueves por la mañana, cuando decenas de personas pertenecientes al grupo Extinction Rebellion consiguieron hacerse con la Piazza San Marco durante unos veinte minutos; hasta que fueron desalojados. Los y las activistas escenificaron un simulacro de boda. Los 'novios' sujetaban con una correa una reproducción del planeta y algunas personas postradas, que representaban a los gobiernos, los medios de comunicación, los poderes económicos y la justicia. En la plaza se desplegó una pancarta que denunciaba: “El 1% arruina el mundo”. Ya el 12 de junio se había bajado una pancarta del campanario de la iglesia de San Giorgio con el nombre del multimillonario tachado por una gran 'x' pintada de color rojo.
“El matrimonio de Jeff Bezos en la ciudad que simboliza la crisis climática es una de las paradojas de nuestro tiempo"
También previamente, el 23 de junio, en la Plaza de San Marcos, activistas de Greenpeace desplegaron una enorme pancarta de 400 metros en la que se leía. “Si puedes alquilar Venecia para tu boda, puedes pagar más impuestos”.
“El matrimonio de Jeff Bezos en la ciudad que simboliza la crisis climática es una de las paradojas de nuestro tiempo, mientras la concentración de riqueza en manos de unos pocos supermillonarios influye en todo el sistema global, condiciona a los gobiernos y a los medios de comunicación, amenaza las democracias y agrava la crisis climática”, denunciaba una de las manifestantes. “Es hora de gravar a los superricos y utilizar ese dinero para la transición ecológica y el bienestar social”, decía otra.
Una cuarentena de activistas detenidos
El sábado 28 de junio llegaron a la ciudad lagunera activistas de toda la región, pero también de Bolonia y Trento. Asimismo, en la ciudad de los canales también había una nutrida delegación del movimiento británico “Todo el mundo odia a Elon Musk”, que en los días previos a la manifestación había llenado las paredes de la ciudad con carteles que rezaban : “En el tiempo que has tardado en leer estas líneas, la riqueza de Jeff Bezos ha aumentado más que tu salario mensual”. Algunos activistas de Amnistía Internacional (AI) también se desplazaron hasta la ciudad italiana para monitorizar la protesta, que no fue 'autorizada' por las autoridades competentes. AI, que monitorizó las diferentes manifestaciones, mostró su preocupación por la posible represión policial tras la aprobación, por parte del Parlamento italiano, del llamado 'Decreto de Seguridad', una nueva disposición legal que pone en el foco a los movimientos sociales y las voces políticamente disidentes.
De hecho, el fin de semana se saldó con 41 manifestantes y dos transeúntes (que sólo se habían detenido para ver lo que ocurría) arrestados y llevados a comisaría, donde permanecieron detenidos varias horas.
Italia
Italia El Gobierno italiano aprueba el “Decreto Sicurezza”, la ley mordaza de Meloni
“El tercer hombre más rico del mundo llegó a nuestra ciudad, la alquiló y la militarizó para garantizar la celebración de su poder. Jeff Bezos es el símbolo de la explotación, se sienta en la corte de Donald Trump y es la cara del nuevo fascismo económico, porque gana dinero con la venta de software militar utilizado por Estados Unidos e Israel. Jeff Bezos es el símbolo de ese capitalismo que se alimenta y enriquece con las guerras”, denunció durante la protesta Martina Vergnano, del Comité “No hay espacio para Bezos, no hay espacio para la guerra”.
A pesar de la tensión de la víspera, la manifestación del sábado llegó sin incidentes al puente de Rialto, frente al Ayuntamiento; y al hotel de 11.000 euros la noche donde se alojaban Bezos y Sánchez, quienes, según los rumores, se habrían casado, en realidad, hace un mes en Estados Unidos.
Jeff Bezos y su pareja se alojaron en un hotel cuyo coste era de 11.000 euros por noche
“Esta boda es una demostración más de la transformación de la ciudad en escaparate de los poderosos, en detrimento de sus habitantes y su identidad. Venecia no es un plató de cine, ni un patio de recreo para multimillonarios. Es una ciudad viva y frágil que necesita políticas públicas valientes, participación democrática y justicia medioambiental y social”, declaró la eurodiputada Luana Zanella, líder del grupo Alleanza Verdi Sinistra en la Cámara de Diputados.
Tecnología
Redes sociales Amazon se suma a la ola ultra y rebaja las políticas de protección de las personas negras y LGBTQ
Tras semanas de numerosas iniciativas, los y las activistas se consideran satisfechos con el devenir de las protestas, ya que gracias a ellas Jezz Bezos tuvo que modificar su programa original: se vio obligado a reducir la escala de los eventos y tuvo que trasladar un porcentaje de ellos a otra zona de la ciudad, más periférica. De hecho, los activistas habían amenazado con lanzarse a los canales para impedir la llegada de los y las invitadas al centro de Venecia. Así que los organizadores trasladaron la ceremonia y la gran fiesta final al Arsenale, el antiguo astillero de la Serenissima. Además, Bezos renunció a exponer sus dos megayates, la goleta de 130 metros Koru y el 'barco de apoyo' Abeona, que quedaron así fuera de la laguna.
Mientras tanto, en Milán, la fiscalía italiana sigue investigando a Amazon, acusada de no declarar todos sus ingresos al fisco
“Hemos conseguido que uno de los hombres más ricos y poderosos del planeta cambie su agenda y hemos utilizado a Bezos para hablar al mundo entero de los problemas reales de esta ciudad”, reivindicó Tommaso Cacciari. “Seguramente caerán algunos huesos del banquete del Rey Sol, pero queremos defender la dignidad de Venecia, que no puede ser el telón de fondo de una persona que explota a los trabajadores”, explicó el portavoz del comité No space, quien aprovechó para denunciar el servilismo de las instituciones y los lobbies económicos locales.
Mientras tanto, en Milán, la fiscalía italiana sigue investigando a Amazon, acusada de no declarar todos sus ingresos al fisco. La multinacional del comercio electrónico está señalada por no pagar 1.200 millones de euros en impuestos.