Jovenes 4 torres
Jóvenes pasan la tarde en las afueras de Madrid. No CC David F. Sabadell

La semana política
Regeneración, que si tengo o que si quiero

José Manuel Villarejo amenaza al conjunto de un sistema que se ha mostrado incapaz de llevar a cabo una democratización que impida pulsos como el que plantea el policía retirado, puesto en libertad esta semana.

Tiene todo el mundo en sus manos, como dice la canción. O al menos eso quiere hacer creer. El hecho es que José Villarejo guarda siete cartas que afectan al núcleo del sistema político español. Son un disco duro con un 50% de información que la Justicia no ha logrado desencriptar, y una amenaza general —la mayor parte del tiempo, vaga— que es constantemente reflejada en sus medios de comunicación afines. Son siete cartas, una para la monarquía, otra para los dos partidos que han gobernado en España en los últimos 30 años, la espada de la Justicia (“quiero colaborar con la justicia, como he hecho toda la vida”, dijo con retranca el comisario al salir a la calle), la carta de la cloaca policial, la del empresariado, el comodín del periodismo y la carta que está usando contra los servicios secretos y su anterior director, Félix Sanz Roldán.

¿Cuánto de verdad y cuánto de mentira hay en la amenaza de Villarejo al conjunto del régimen? Si no es el Centro Nacional de Inteligencia, hasta ahora vapuleado por el comisario, nadie puede responder a esa pregunta. Algo que revela hasta qué punto un solo hombre pone en peligro al sistema. Tiene, o dijo que tiene el día que fue puesto en libertad por la Audiencia Nacional, la forma de provocar una catarsis.

El sistema no parece capaz de transformarse en un sentido democrático —no sin que eso afecte a expresidentes o dirigentes autonómicos, los jefes del Ibex o a las grandes cabeceras mediáticas— y la amenaza para la sociedad, no tanto para el propio sistema, es que esa catarsis la aproveche una fuerza que imponga un modelo autoritario basado en la purga, la expropiación, la censura y la persecución explícita y sin cortapisas de sus enemigos.

En abril de 2013, Rafael Chirbes respondía con preguntas al cuestionamiento sobre el alcance de la Ley de Memoria Histórica “¿Qué institución del Estado, qué fortuna, qué empresa podía soportar eso que tú llamas ‘llegar hasta el final’?, ¿no se había levantado todo esto sobre purgas, requisas, usurpaciones? ¿quién podía exhibir una legitimidad de origen?”. En el desangelado cuestionamiento de Chirbes sobresale una cuestión que los poderes de su generación no quisieron contestar y que hoy nadie se encuentra en condiciones de responder. “Llegar hasta el final”, la llamada “regeneración”, es estos días es al mismo tiempo una necesidad y una amenaza que no se limita a quienes hicieron uso de las cloacas.

La regeneración fallida

José María Aznar, que quiso reivindicar para sí el papel de capitán de la segunda Transición, llegó a La Moncloa con el anuncio de llevar a cabo una regeneración del sistema. Poner el contador a cero tras la Zona Especial Norte, los GAL, la corrupción clientelar, los Prado, de la Rosa, los Al Kassar y los fondos reservados. El anuncio duró lo que duran dos cubos de hielo en un vaso de whisky, Aznar descubrió que el PSOE no había inventado nada, que allí había demasiados intereses entrelazados como para poder cortar uno de un solo tajo.

Aunque el régimen no se regeneró, sí tuvo una segunda juventud. En marzo de 1998 se comenzó a comercializar la viagra, un hallazgo que tendría efectos simbólicos y reales entre una clase dirigente que iba a vivir un nuevo periodo de expansión con la definitiva privatización de sectores estratégicos y el dinero derivado del gran experimento de convergencia europea. 

No todas las instancias estaban completamente corrompidas pero el sistema entero se apoyaba en una base débil, con un origen dudoso

El sistema se sintió encantado de conocerse con la entrada en el siglo XXI: el excedente de los beneficios de los países centrales de Europa se convirtió en la gasolina de un ciclo de crecimiento basado en el ladrillo y el turismo. Esas inversiones dieron paso a un flujo constante de cash entre las constructoras, el negocio del fútbol, los grandes medios de comunicación y las estructuras locales y autonómicas de los partidos. Recalificaciones y concesiones. Los sectores estratégicos se situaron en punta mediante el sistema de puertas giratorias. La justicia, la alta magistratura, acumuló privilegios y conexiones en ese tiempo. Con la monarquía ya se sabe lo que pasó (al menos una parte). No todas las instancias estaban completamente corrompidas pero el sistema entero se apoyaba en una base débil, con un origen dudoso.

La creación de ese inmenso vivero de ganadores y perdedores —en la pasada década el número de millonarios creció un 470% en España, mientras que hoy vive más gente por debajo del umbral de la pobreza que a comienzos de siglo— tuvo como efecto inicial la autonomía de las instituciones sobre la sociedad a la que representaba. 

Cualquier posibilidad de un “afuera del sistema” se encontraba neutralizada por las propias condiciones materiales bajo las que funcionaba la extracción del beneficio. La democracia representativa funcionaba por inercia y, no por casualidad, fue la primera instancia en entrar en crisis. Nadie que no estuviera en el secreto podía formar parte de aquello que se identificó como “la casta” en el nacimiento de Podemos. 

Durante esas tres décadas, las cloacas sirvieron al proyecto general ocultando lo que podía comprometer al sistema. En primer lugar, el dinero que no querían tributar en España, al mismo tiempo, las intrigas entre las distintas capas del sistema —caso Baŕcenas, caso Iberdrola— y de este contra sus enemigos —fueran de País Vasco, Catalunya o de Podemos— generaron aun más dependencia hacia Villarejo y sus socios. Estos hacían dinero y acumularon información hasta hacerse más fuertes, o al menos, creérselo, que las instituciones a las que servían.

Sueño con Dinamarca

El jueves, un vídeo manipulado recorrió los grupos de Whatsapp. En la parodia, los miembros del Parlamento danés sufren un ataque de risa cuando una diputada explica —o eso dicen los subtítulos— que las infantas se han vacunado en Emiratos Árabes Unidos. El éxito del montaje da muestra de un cansancio profundo hacia las instituciones que insisten en que “todos somos iguales ante la ley” durante la semana de la puesta en libertad de Villarejo y la regularización de 4,4 millones de euros del rey Juan Carlos I.

Desde la crisis de 2008, todas esas instancias han entrado en distintos momentos de crisis, de la más grave —la de la monarquía— hasta la más ligera —las crisis intestinas en el Ibex 35—. Como resultado, ninguna quiere o puede jugar un papel estabilizador. Y, en el interior de esas instituciones, aumenta la pulsión autoritaria, la ensoñación de que un puño de hierro puede limpiar la corrupción, cuando todas las experiencias históricas dicen que la multiplica. Esos discursos aspiran a encontrar a ese cuerpo social cansado, que no entiende nada, y que ha sido socializado en la defensa de sus privilegios, por pequeños que estos sean a los ojos de una infanta. La experiencia del sistema es triturar los discursos que, frente a los privilegios, defienden la igualdad.

Las cartas que guarda Villarejo enfrentan a los tres poderes unos con otros, afectan a la credibilidad del periodismo, amenazan judicialmente a los campeones del milagro económico español y, por encima de eso, dificultan la propia reproducción del sistema. El Estado carece de la convicción necesaria para regenerarse y, en cambio, acude a la cita con los emisarios de las cloacas, para ver cómo alargar la agonía. ¿Qué institución del Estado, qué fortuna, qué empresa podría soportar eso de llegar hasta el final?. José Manuel Villarejo proclama que ninguna.

Descanso
El próximo sábado, La Semana Política no aparecerá publicada en El Salto por vacaciones de su autor.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Solo para socias
Solo para socias Nueva carta mensual: “Redactor en crisis”, por Pablo Elorduy
Después de La Semana Política, el coordinador de Política de El Salto regresa a un formato periódico.
La semana política
La semana política Lo que pasó, pasó
Hora de algunas despedidas. Ada Colau tiene difícil volver a ser alcaldesa de Barcelona y la izquierda tiene difícil volver a convocar el espíritu de una época en la que pudieron cambiar muchas cosas.
La semana política
La Semana Política La nave del misterio electoral
La compra de votos en Melilla y otros puntos del Estado agita la última semana de campaña y muestra el auge del conspiracionismo.
#84666
10/3/2021 23:48

Lo que pasa sr. articulista es que todo esto no es serio. Un país así es lo que en teoría era,, con estupefacción Brasil o Paraguay. Y aunque da más miedo la idea de asociar Villarejo a Torrente, se hace demasiado fácil y a la vez da miedo. Por lo que esconde y porqué un entramado de éste tipo nadie puede desarmar.

0
0
#84522
8/3/2021 17:43

¿Alguien ha investigado de qué hablaron la Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, y los cloaqueros Inda y Cerdan, de OKdiario?

Villarejo sólo es la muestra de las entrelazadas políticas cloaqueras del PXXE y PP. Ambas formaciones han participado en las cloacas del Estado: cloacas políticas, cloacas policiales, cloacas judiciales y cloacas mediáticas, de tal manera que resulta difícil distinguir la contribución de cada partido a la creación, fomento y desarrollo de las mismas.

Como dice el articulista, tal vez nunca se llegue a saber la verdad por el golpe mortal que eso supondría para los valedores del régimen del 78 y de la monarquía. De momento, tienen al juez de su parte y a Villarejo lo convertirán sus propios clientes económicos, políticos y mediáticos en el bufón del reino, en su versión peyorativa.

2
0
#84489
8/3/2021 9:42

El PSOE protagonizo en los 80 el CAMBIO=cambiaron de casa, de coche ,de cara y de conyuge ,demostrando que los franquistas no eran unos monstruos sino que el monstruo era el poder,al transformarlos en aquello que nos habian convencido era detestable,la corrupcion,la tortura,la mentira oficial,el nepotismo,el asesinato encubierto,todo ello realizado por los antiguos servidores del Regimen odiado reciclados al nuevo Regimen deseado......cuando no hay voluntad siempre abundan los pretextos

4
0
#84381
6/3/2021 15:24

Sí, paradójico: un producto y servidor del estado que dice tener pruebas de la corrupción del estado. Todos flipando con Villarejo, que tiene el mundo en sus manos?
Y... ¿de Pujol se sabe algo? (Debe tener el universo en sus manos...).

1
0
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.
Más noticias
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.
Fascismo
Memoria antifascista Allí donde hay humo, hay fuego
A unos días de las elecciones alemanas, donde la ultraderecha acude fortalecida, un repaso sobre el proceso de desnazificación posterior a la Segunda Guerra Mundial y sus medias verdades.
Xunta de Galicia
Vivenda O ‘teléfono antiokupas’ da Xunta recibiu só tres chamadas por ocupacións en 2024
O servizo foi renovado este ano cun orzamento de 61.000 euros, coa colaboración do Consello da Avogacía Galega e 135 avogados para atender as consultas. O pasado ano atenderon 109 consultas, a maioría sobre desafiuzamentos.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.
América Latina
Extrema derecha Los soldados de Donald Trump en América Latina
Mientras algunos presidentes latinoamericanos, con mayor o menor ímpetu, intentan ponerle freno, otros tantos se arrodillan y le rinden pleitesía sin recibir nada a cambio. ¿Quiénes son los súbditos latinoamericanos de Trump?