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Sáhara Occidental
El Sahara Occidental en el prisma mediático
En estos días, a raíz del giro —más que un giro, es un patinazo, ya que el giro es algo controlado por quien lo da— de Pedro Sánchez en la política exterior, con respecto al Sahara Occidental; se suceden debates y tertulias en los diferentes medios de comunicación, que abordan este tema. Es normal, es un tema de actualidad que interesa a la sociedad.
Todos sabemos que la mayoría de esos medios son propiedad de empresas privadas, y sabemos igualmente que en éstas, prima, por encima de todo, el interés mercantil; y por ende, la labor de los profesionales y colaboradores, en los mismos, se ve condicionada por este factor. Es decir, dependiendo del interés político-mercantil de la empresa, su línea mediática tendrá un enfoque determinado, generalmente alejado de la imparcialidad. Esto, hasta cierto punto, es comprensible, es el precio que tiene que pagar el Cuarto Poder, para seguir existiendo.
Señor Marhuenda, a usted le pagan por tergiversar hechos y verdades, por difundir calumnias y falsedades, por manipular y desinformar
Lo que no es comprensible, y de ninguna manera aceptable, es que algunos medios y/o colaboradores, lleven esa “flexibilidad”, vamos a llamarla así, a límites intolerables que rayan directamente, no ya en la manipulación, sino en la falsedad propiamente dicha.
No me gusta mencionar a nadie, eso no es muy elegante, pero, como saharaui, me veo en la obligación y el deber de hacerlo, ya que se me ha interpelado directamente en un programa de televisión que ven millones de personas, y el que calla otorga.
En un programa de televisión de La Sexta, específicamente en La Sexta Noche, emitido hace poco, hemos visto cómo Francisco Marhuenda, Director del diario La Razón, se arrellana en el sillón rojo granate del sofisticado plató de La Sexta y, sin ningún pudor, con la desfachatez de la que solo él es capaz, dice “el Sahara Occidental no existe”.
Señor Marhuenda, usted, que presume de ser un jurista erudito, que da clases en la Universidad, cómo se atreve a proferir semejante insensatez, cómo puede ser tan farsante. Hasta un niño de primaria, al oírle decir esto, sabría que es usted un vulgar farsante, porque a ese niño, gracias a Dios, le dan clase profesores de verdad, no profesores de pega indecentes como usted. Ese niño, en clase, ve, perfectamente delimitado, el mapa del Sahara Occidental, y sabe que los habitantes de esa tierra son los saharauis, incluso es posible que haya compartido su casa con alguno de ellos, cuando vienen a pasar el verano en España.
Opinión
Sahara Occidental Referéndum: el arsénico letal del “plan de paz” del Sahara Occidental
Señor Marhuenda, cuando le veo a usted en televisión, en la que, para el colmo, está omnipresente, sabe qué es lo primero que me viene a la cabeza: las hienas. Sí, las hienas. Eso es lo que me inspira su cínico rostro. No tanto por la astucia y perspicacia de estos animales, sino, más bien, porque usted las supera en vileza y mezquindad; y, además, literalmente, se alimenta de lo mismo que ellas, de carroña. A usted le pagan por tergiversar hechos y verdades, por difundir calumnias y falsedades, por manipular y desinformar. Le pagan por esta basura. De eso, come usted. Por lo tanto, come lo mismo que las hienas.
Señor Marhuenda, usted da pena, y, créame, sea cual sea el precio que usted le haya puesto a su conciencia y a su alma, no le compensa, suponiendo que no carezca de ambas.
En ese mismo programa, hemos visto también a la señora Elisa Beni, habitual colaboradora del mismo, y que suele ser, a veces, solo a veces, mínimamente coherente en sus intervenciones. Pero en esta ocasión, y esto es un eufemismo, no estuvo muy acertada. Se veía claramente que no hablaba con convicción, y defendía sus argumentos con visible timidez. Ella, mejor que nadie, sabe que lo incoherente no se puede defender.
Amparándose en lo que ella llama “la realpolitik”, (expresión muy sonora que no es sino un “cajón de sastre” o mejor dicho un “cajón de cinismo” al que recurre aquél que solo dispone de argumentos falaces en los que él mismo no cree) decía que “el referéndum no se puede hacer, es imposible”.
Nosotros, los saharauis, ya hemos votado, lo hemos hecho con nuestras vidas. Hemos votado con nuestra sangre. No existe un voto más sublime
Señora Elisa Beni, nosotros, los saharauis, ya hemos votado, lo hemos hecho con nuestras vidas. Hemos votado con nuestra sangre. No existe un voto más sublime. De qué referéndum habla. Si se refiere a la sucia maniobra, perpetrada contra nosotros, por Hasan II en connivencia con la ONU, sepa que ya la hemos superado. Para sus conocimientos, el viernes 13 de noviembre de 2020, hemos vuelto al campo de batalla. Es ahí donde se vota, por la dignidad y por la tierra que le vio nacer a uno.
En la misma mesa de debate, hemos visto también a Angélica Rubio, Directora del periódico digital El Plural, defender las tesis marroquíes. Sinceramente, pecando de ingenuo, la creía más imparcial, pero nos ha decepcionado. Además, hablaba con vehemencia, sabiendo que los argumentos que esgrimía son pura quimera, destinada a desinformar y a manipular a la audiencia.
Señora Angélica Rubio, el bando que ha elegido, en términos de ganancias, no sé si le conviene o no, lo que sí le aseguro es que, en términos de honra, no le conviene a nadie.
Antes de finalizar, sí debo reconocer y alabar la actitud de Antonio Maestre, presente en la misma mesa; que, con absoluta honestidad y honrando a su profesión, abordó con meridiana claridad la guerra (que no el conflicto) del Sahara Occidental, detallando cómo se inició, el momento actual en el que se halla, y las implicaciones que con respecto a ella, conlleva la misiva furtiva que Pedro Sánchez envío, en marzo, a M6; dejando claro que, con el envío de esa lamentable misiva clandestina, Pedro Sánchez traiciona, una vez más, no solo al pueblo saharaui, sino a su propio país.