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Iraq
A diez años del genocidio Ezidí urge avanzar en medidas de reparación
Esta semana se cumplen diez años de la masacre en la ciudad ezidí de Sinjar, en la región iraquí del Kurdistán. El Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés) mató, capturó y desplazó a los 400.000 ezidíes que vivían en Sinjar en un genocidio que afectó particularmente a mujeres y niñas. Las atrocidades cometidas contra ellas incluyeron asesinatos masivos, secuestros, esclavitud sexual y otras formas de tratamiento inhumano.
Medidas a adoptar por el Parlamento iraquí
El Parlamento iraquí promulgó en 2021 la Ley nº 8 de Supervivientes Ezidíes y reconoció los crímenes del ISIS contra la comunidad ezidí, en particular contra las mujeres, como crímenes de lesa humanidad y genocidio. El parlamento iraquí dio un paso importante y valioso para iluminar un capítulo oscuro de la historia y hacer realidad el derecho de nuestras comunidades a la verdad. Con esta ley, no sólo se reconoce el genocidio contra los ezidíes, sino que también se da un primer paso crucial hacia la justicia al esbozar las medidas y acciones que adoptará la República de Iraq para mitigar los efectos de esta devastación infligida a la comunidad ezidí y a la humanidad en su conjunto. Sin embargo, el hecho de que no se tomen medidas concretas en ámbitos como encontrar y procesar a los autores, localizar y devolver a los ezidíes secuestrados, investigar e identificar fosas comunes, e identificar y devolver los restos mortales a sus familias, disminuye el valor de este primer paso hacia la justicia.
Se sabe que el paso más crucial para prevenir los genocidios antes de que se produzcan es reforzar el poder y los mecanismos de resistencia interna de las propias comunidades
La primera condición para garantizar que los crímenes de genocidio no se repitan y se erradiquen es nombrar el genocidio; la segunda condición es establecer la justicia con la participación y la aprobación de las víctimas, y revelar las verdades y experiencias, no en términos políticos, sino basándose en lo que ellas han contado personalmente. La tercera condición es crear el entorno y las condiciones para que la comunidad atacada y su estructura social reconstruyan su autoconfianza, su organización interna, su resistencia y su poder creativo. Se sabe que el paso más crucial para prevenir los genocidios antes de que se produzcan es el poder y los mecanismos de resistencia interna de las propias comunidades.
La esclavitud, la violación, el asesinato y el feminicidio cometidos por ISIS contra hombres y mujeres ezidíes se encuentran entre los crímenes más graves contra la humanidad. El reconocimiento por parte del gobierno iraquí de estos crímenes como genocidio es un reconocimiento oficial de esta atrocidad. Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, Tevgera Jinên Azad (TJA) (Movimiento de Mujeres Libres) continúa trabajando para garantizar la seguridad y los derechos de la comunidad ezidí y para prevenir los ataques del Estado turco contra los vitales mecanismos de resistencia y autoempoderamiento y los mecanismos internos.
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La organización del pueblo de Sinjar, que intenta protegerse de nuevos ataques genocidas, afirma que no se han tomado medidas concretas al respecto. Teniendo en cuenta que más de cuatro mil mujeres ezidíes siguen cautivas del ISIS, que cientos de niños ezidíes son privados de sus identidades y detenidos por militantes del ISIS y sus familias, y que constantemente se descubren nuevas fosas comunes, no es difícil imaginar la gran devastación infligida a una comunidad tan frágil. La comunidad ezidí debe estar protegida por garantías constitucionales. La falta de estatus oficial de la región de Sinjar impide que esta comunidad reciba el apoyo y la protección necesarios.
En este contexto, como TJA, creemos que el gobierno iraquí debería garantizar constitucionalmente los derechos socioculturales y etnoreligiosos del pueblo ezidí. TJA es un movimiento que lucha por la liberación de las mujeres y la justicia social. Nuestro objetivo es proteger los derechos de las mujeres y contribuir a garantizar la igualdad y la justicia en todos los segmentos de la sociedad.