Israel
Un ministro a lo Clint Eastwood

Las negociaciones para formar gobierno en Israel continúan y ya se verá qué resultado cosechan. Pase lo que pase, Itamar Ben Gvir, el hombre de los titulares, será también el hombre del próximo gobierno. No puede albergar Netanyahu esperanzas de lo contrario.
Itamar Ben Gvir
Itamar Ben Gvir. Foto: Shay Kendler
18 nov 2022 13:33

A pesar de que este ciclo de campañas electorales y parlamentos divididos lleve cuatro años produciendo una repetición monótona e insalvable de editoriales sobre la bipolaridad de Israel, parece ser que entre la confusión intangible de la rutina sobresalen, a veces, elementos que dan a las ideas manidas nuevo lustre, pero que al mismo tiempo obligan a los actores más viejos a espabilarse ante el vigor de la actualidad.

Obviamente, la última y más potente de dichas apariciones ha sido la figura de Itamar Ben Gvir, el personaje que durante la campaña electoral aupó a su partido, El Sionismo Religioso, a los mejores resultados de su historia. Tanto es así que solo hay que mirar la facilidad con la que su fenómeno ha encontrado cabida en los análisis que todas las corresponsalías en Israel han tenido que mandar a sus oficinas centrales tras las elecciones del 1 de noviembre. Y no es que tuvieran alternativa, porque las dinámicas políticas del último lustro, aun a pesar del interés que puedan suscitar sus cambios sutilísimos a los frikis de la política israelí, habrían vuelto a cristalizarse tal cual si no fuera por la intervención de Ben Gvir. Ha llegado el vaquero racista y mataindios pegando tiros para salvar el espectáculo.

En estos últimos cinco años nunca había soplado el viento tan a favor de un gobierno de Netanyahu. No obstante, es un viento que no controla, y eso le asusta, acostumbrado como está a entender la política como su tablero personal

Ahora comienzan las negociaciones para formar gobierno, tarea por fin encomendada al incansable Benyamin Netanyahu, acusado por corrupción y figura central del tempestuoso clima electoral israelí, ya sea por identificación o por oposición. Bibi, como se le conoce cariñosamente, ha comenzado su ronda de consultas con los que deberían ser sus socios naturales, es decir, todos aquellos que no echan pestes con la mera idea de facilitarle el retorno a la presidencia. Se trata, mayoritariamente, de la constelación de partidos ortodoxos y ultranacionalistas, cuyas diferencias teológicas y políticas a veces se confunden entre sí. Es por la aparente naturaleza conservadora de este bloque, y por la propia estela de Netanyahu, por lo que los titulares provenientes de Israel no paran de repetir algo que, por más obvio que sea, no deja de ser verdad: Israel se encamina al gobierno más derechista de su historia.

Sin embargo, ahora que las diferentes partes se tienen que sentar a negociar comienza a manifestarse algo que no debería sonar tan antinatural, a saber, que las derechas también tienen enconadas enemistades y que los políticos antiguos siempre tendrán traiciones aguardando contra los advenedizos, aun cuando sus seguidores llamen a una alianza ciega.

Israel
Elecciones en Israel Netanyahu gana las elecciones y podría gobernar con el supremacismo
El jefe del Likud podría volver como primer ministro tras conseguir la mayoría parlamentaria junto con sus aliados, entre los cuales se encuentra el partido abiertamente racista, homófobo y antidemocrático Sionismo Religioso.

Ya hay algunos tabloides que afirman que las desavenencias entre los socios, como la poca predisposición de entregar el Ministerio de Hacienda a Smotrich, compañero de partido de Ben Gvir, están fundamentadas en las presiones ejercidas por el gobierno de Estados Unidos para alejar a Netanyahu de la esquina radical e impedir que ministerios claves caigan en manos de los “colonos” o los “ultraortodoxos”. Pero, sin obviar estas razones, me inclino más a pensar que todo esto se trata de una calculada maniobra de Bibi que busca apagar las ascuas de pasión ultraderechista que arden desde la noche electoral. En estos últimos cinco años nunca había soplado el viento tan a favor de un gobierno de Netanyahu. No obstante, es un viento que no controla, y eso le asusta, acostumbrado como está a entender la política como su tablero personal, en el que podrá perder o ganar, pero siempre dictando las reglas.

Las negociaciones continúan y ya se verá qué resultado cosechan, tanto para unos como para otros. Pase lo que pase, Itamar Ben Gvir, el hombre de los titulares, será también el hombre del próximo gobierno. No puede albergar Netanyahu esperanzas de lo contrario, por mucho que le gustaría. La derecha verdadera, valiente, honesta, está representada ahora por ese hombre que lleva su arma personal a la Knesset, que defiende la pena de muerte, que apoya la anexión, que promueve el destierro de ciudadanos israelíes, que justifica el asesinato de Rabin, y que además hace todo eso en voz alta y sin ningún ápice de vergüenza. Bibi es ahora el cobarde, el mentiroso, el realpolitik, al que han adelantado por la derecha. Aparte de ser el gobierno más derechista de la historia, el próximo gobierno también será el más molesto para Netanyahu, ansioso de recuperar para sí el título de campeón indiscutible de la derecha, arrebatado por esa especie de Clint Eastwood bufonesco.

Arquivado en: Extrema derecha Israel
Sobre o blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Argentina
Argentina Milei pisa el acelerador en Argentina con la represión feroz de una protesta frente al Congreso
Una marcha de jubilados respaldada por aficionados de fútbol desata la mayor violencia desplegada por el Gobierno del presidente argentino desde el comienzo de su mandato hace más de un año.
Sobre o blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas as entradas
Medio ambiente
Medio ambiente A Xunta desoe a oposición social e dá luz verde ambiental á celulosa de Altri e Greenalia
O informe da administración galega, gobernada polo PP de Alfonso Rueda, conclúe que a proposta é “ambientalmente viable” e pasa por alto as decenas de miles de alegacións presentadas, así como a contestación social.
Costas
Costa A ría de Arousa, ao bordo do colapso ecosistémico
A principal produtora de marisco de Galiza afronta unha crise sen precedentes; o impacto da contaminación actual e a de potenciais industrias como Altri ou a reapertura da mina de Touro poñen en perigo o sector do mar.
Culturas
Cultura ‘O minuto heroico’ racha co silencio sobre o Opus: “É un documental sobre a vulneración sistemática de dereitos”
Dirixido pola prestixiosa xornalista Mònica Terribas, o documental destaca os testemuños de 13 mulleres que relatan os malos tratos e coaccións sufridos no seo da organización. Falamos con Terribas e Marina Pereda, antiga membro do Obra.
Tribuna
Tribuna Ladróns de luva branca no Parlamento
As traballadoras e traballadores da CRTVG pagaremos os efectos dunha lei antidemocrática que nos retira algunhas das poucas ferramentas que tiñamos para defendérmonos e esixir respecto pola misión de servizo público que a corporación ten encomendada.

Últimas

Historia
Descifrando a historia As 4.000 cigarreiras da Coruña: a primeira folga de mulleres na historia de Galiza
O 7 de decembro de 1857, as mulleres da Real Fábrica de Tabacos iniciaron unha revolta polos seus dereitos que fixo historia no imaxinario do sindicalismo galego.
Congreso de los Diputados
Congreso Sumar hace malabares con el debate de la defensa y apunta contra la “izquierda frívola”
El grupo que lidera Yolanda Díaz se reacomoda al compás de los nuevos hitos en la geopolítica, no sin contradicciones y con Podemos en colisión. Desde el PSOE advierten que será un debate “no de semanas sino de meses”.
Gasto militar
Gasto militar Militarismo, disuasión y cultura de paz
¿Qué garantías plantea la UE y sus Gobiernos para que ese plan de rearme masivo no haga escalar aún más las amenazas y desafíos a los que pretende dar respuesta?
Tribuna
Tribuna Mercadona, ¿la cocina de tu casa?
La comida preparada en manos de grandes supermercados gana terreno y amenaza nuestra alimentación en pro de la cocina industrial. El autor responde a Juan Roig, presidente de Mercadona, quien asegura que dentro de unos años no habrá cocinas.
Más noticias
Tribuna
Tras el 8M Feminismo sindical para transformar el mercado laboral
El informe de CCOO muestra que los problemas habituales en el empleo, la negociación colectiva y la brecha salarial desde el punto de vista de las mujeres se están cronificando.
Argentina
Argentina Balas de goma contra jubilados e hinchas
Las hinchadas de varios equipos de fútbol argentinos, enfrentadas entre sí por sus colores, participaron juntas en la concentración de los jubilados que acabó con una fuerte represión por parte de la policía.
El Salto Radio
El Salto Radio Fallece Juana Orta, la memoria de la mujer trabajadora
El pasado 8 de Marzo fallecía Juana Orta y las señales de hoy escriben en el aire su nombre. Una mujer cuya vida ha estado indisolublemente ligada a la historia de los movimientos sociales, sindicales y políticos de Andalucía.
Palestina
Cisjordania Después del desplazamiento masivo, se asienta la ocupación militar en Yenín y Tulkarem
Cada vez son más comunes los testimonios de personas que se arriesgan a entrar al campo de refugiados para tratar de alcanzar sus casas y recuperar las pertenencias que dejaron atrás cuando fueron forzados a huir.
Argentina
Argentina Milei pisa el acelerador en Argentina con la represión feroz de una protesta frente al Congreso
Una marcha de jubilados respaldada por aficionados de fútbol desata la mayor violencia desplegada por el Gobierno del presidente argentino desde el comienzo de su mandato hace más de un año.

Recomendadas

Feminismos
Feminismos As mulleres galegas ocupan o segundo posto de menor retribución por hora de todo o Estado español
A súa precariedade maniféstase na contratación temporal, oportunidades limitadas de promoción e acceso limitado a postos de dirección. A desigualdade estrutural afecta especialmente ás traballadoras do sector primario, onde permanecen invisibles.