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Medio ambiente
Nace el movimiento Revoltes de la Terra para impulsar grandes movilizaciones ecologistas

Es sábado 25 de enero en el Prat de Llobregat y son las nueve de la mañana. Hay poco tráfico y la mayoría de las naves del Polígono Industrial Hondo del Peixo están cerradas. Solo se levanta una de las persianas. Es el antiguo Centre d’Estudis Llobregat, un inmenso inmueble abandonado y rebautizado desde hace debe años como Centre Okupat Autogestionat La Llavor.
Desde primera hora se respira expectación. Un hormigueo incesante y un murmullo creciente va llenando los pasillos del centro okupado. “La Llavor trabaja por las que luchan”, dice una pintada en la cocina-kafeta. Hoy, dentro de estas paredes, la frase toma todo su sentido. Más de cien personas participantes en 50 entidades y colectivos se han inscrito para asistir a una presentación tan misteriosa como esperada. Revoltes de la Terra es el resultado de más de dos años de reuniones, encuentros, debates, estrategias y acumulación de fuerzas entre personas y colectivos ecologistas y en defensa el territorio.
Ante un público en círculo, uno de los portavoces expone que en los últimos años “la situación ecosocial se ha agraviado y el expolio capitalista es implacable” y añade que “si el sistema es totalizante, también lo tiene que ser la respuesta”. Este movimiento ecologista se presenta como una nueva “dinámica de luchas” para “aglutinar fuerzas”, siguiendo el impulso de movimientos climáticos nacidos en los últimos años como Rebelión o Extinción o Soulèvements de la Terre.
“Abordamos el conflicto jugando con la composición de diferentes estrategias de lucha: los recursos jurídicos, la investigación, la denuncia o la acción directa”, señala una portavoz
Revoltes de la Terra pretende organizar encuentros en todo el territorio, en alianza con los grupos locales, donde combinar la reflexión y la propuesta con la acción contra “proyectos ecocidas”. A la vez, especifica un portavoz, los encuentros sirven para “ejemplificar y denunciar los mismos problemas que hay a escala global”.
A caballo entre el movimiento, la organización y la confluencia de colectivos, la propuesta, señala el portavoz, parte de tres ejes: “Confrontar el sistema tecnoindustrial con bloqueos, aprender a cubrir las necesidades para sostener la vida, crear comunidad, soberanía y autonomía y cambiar el sentido común, construir una nueva mirada, una cosmovisión que supere el individualismo, la destrucción de la naturaleza y que respete al resto de especies”.
Por un lado, Revoltes de la Terra se inspira en el trabajo de plataformas locales, gremiales y territoriales a lo largo de los Països Catalans: desde SOS Costa Brava (Girona), Menos turismo más vida (Mallorca), Stop JJ. OO. (Pirineo) o No a la Mat (Castelló) hasta Agua es vida o Revuelta Campesina. Por otro, también busca el refuerzo de entidades ecologistas históricas que durante años han tenido un papel destacado en las luchas por el territorio, como lo GOB Mallorca o Ecologistas en Acción.
Diversidad generacional, territorial y estratégica
La composición de este nuevo espacio es relevante: “Apostamos por la diversidad, por la amplitud, por unos encuentros intergeneracionales, masivos, festivos, lúdicos, que confronten y desborden los marcos. Pero donde, sobre todo, la gente venga, se lo pase bien y quiera volver”, declara una portavoz.
Poco después, celebra la diversidad que hoy llena el espacio, apelando que esta continúe siendo el hilo conductor del funcionamiento de Revoltes de la Terra: “Abordamos el conflicto jugando con la composición de diferentes estrategias de lucha: los recursos jurídicos, la investigación, la denuncia o la acción directa. Pero también necesitamos las infraestructuras populares, una gran retaguardia de cuidados y todas las habilidades y conocimientos de agricultores, artistas, profesionales de la investigación, personas con oficios, vecinas organizadas, activistas…”.
En la presentación hay jóvenes militantes de movimientos climáticos recientes, ecologistas de viejas generaciones con el culo pelado, vecinas insertadas en plataformas locales y también algún joven campesino
En coherencia con la idea de encuentros en todo el territorio, el perfil de las asistentes a la presentación de Revoltes de la Terra también es variado. Hay jóvenes militantes de movimientos climáticos recientes; ecologistas de viejas generaciones con el culo pelado; vecinas insertas en plataformas locales que se defienden de un plan urbanístico, de una fábrica química, o de una incineradora; activistas de los movimientos sociales de todos los frentes de lucha, y también algún joven agricultor.
Las procedencias territoriales de las personas que llegan también son variadas. Desde el Pirineo hasta la llanura de Lleida, del Camp de Tarragona a las comarcas de Castelló, desde Mallorca a las costas de Girona, hasta Barcelona, el Vallès y toda el área metropolitana. En los pasillos del centro social hay una pequeña muestra de materiales de luchas de todas partes, desde las camisetas de Stop Agroparc Gelida hasta los libros de los Soulèvements de la Terre. Pero, sobre todo, predomina el amarillo y negro, un manifiesto y una pancarta de presentación: “Somos Revoltes de la Terra, somos la tierra que se subleva”.
Después de una comida con productos del delta del Llobregat, el trabajo coral continúa. Diferentes resistencias locales presentan sus campañas y estrategias para hacer frente a las amenazas en sus territorios, ya sean mineras, plantas químicas, polígonos industriales, macrogranjas o autopistas.
Ya es oscuro cuando una ronda de valoraciones pone el punto final a la jornada. Un histórico militante de las luchas autónomas comparte con todo el mundo su impresión del encuentro: “Gracias por este día y todo lo que ha pasado aquí. He disfrutado y he reconectado con la ilusión de ver tantas caras nuevas, tanta gente dispuesta a organizarse”. La gente vuelve hacia sus territorios con optimismo. La persiana del centro social se baja de nuevo y Revoltes de la Terra empieza a andar.