Sylvi apunta sus contactos en un cuaderno, tras perder el teléfono en un intento de llegar a Europa
Sylvi apunta sus contactos en un cuaderno, tras perder el teléfono en un intento de llegar a Europa. Teresa Palomo

Nyango: atrapadas en Marruecos

¿Cómo es la vida de las mujeres migrantes a las puertas de Europa? En Marruecos, ser migrante, mujer y negra no es fácil, pero, si además eres pobre, se convierte en un infierno.

Teresa Palomo Sylvi apunta sus contactos en un cuaderno, tras perder el teléfono en un intento de llegar a Europa.
30 mar 2020 07:00

Tardé menos de 20 días en llegar desde mi país a la patera que me llevaría a Europa. Toda la pesadilla comenzó después de ser interceptados por la marina real marroquí, fue cuando fui consciente de que tenía que sobrevivir aquí”, cuenta Sylvi desde Tánger.

¿Cómo es la vida de las mujeres migrantes a las puertas de Europa? En Marruecos, ser migrante, mujer y negra no es fácil, pero, si además eres pobre, se convierte en un infierno. En un país donde sus derechos son nulos, están solas. En este viaje se enfrentan a la mendicidad, al racismo, al acoso, a la explotación y al engaño de los propios compatriotas. ¿La meta? Una plaza en una patera que les lleve a España atravesando el estrecho de Gibraltar. ¿El camino? Una carrera de fondo con un obstáculo tras otro que las impide avanzar o retroceder.

La mayoría vienen de Camerún, Costa de Marfl, Mali o Guinea. Ahora, atravesar el desierto en una pick up parece menos peligroso que sobrevivir a las puertas de Europa. Sufren acoso tanto por los ciudadanos como por sus propios compañeros de viaje. Son perseguidas por la policía y, en caso de ser interceptadas, son deportadas a ciudades del sur como Tiznit o Taza. Tampoco tienen posibilidad de trabajar al estar indocumentadas y su única opción para sobrevivir es mendigar o, en ocasiones, barrer las calles de un vecindario a cambio de la voluntad de los residentes, que a veces es nada.

No llegan a ganar 100 euros al mes, y con ello deben pagar la infravivienda en la que viven, comida, gastos y ahorrar para pagar el viaje a España. Una plaza en una barca de plástico ronda los 800 euros y tendrán que llegar remando a aguas internacionales para tener una oportunidad. También pueden pagar 3.000 euros por una plaza en una barca con motor pero, siendo realistas, las mujeres que viajan solas solo podrán pagar el precio mas bajo y, por tanto, la opción mas peligrosa.

Ahora, además, con la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que avala las devoluciones en caliente, corren el riesgo de ser deportadas una vez pisan suelo español.

Cargando valoraciones...
Ver comentarios 1
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...
Cargando portadilla...
Comentarios 1

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...