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Música clásica
Sakira Ventura crea el mapa para encontrar a las desconocidas compositoras en la historia de la música
En la música clásica hay mujeres y no solo apellidos de hombres ilustres como Mozart, Beethoven, Vivaldi o Morricone. La musicóloga Sakira Ventura ha creado una antología cartográfica que, de momento, suma 440 biografías y sigue creciendo.
En 1976 la cantante y compositora nigeriana Nelly Uchendu logró el mayor éxito de su carrera con el tema “Love Nwatinti”, que la convirtió en la ‘dama con la voz de oro’ entre quienes apreciaban su modernización de la música tradicional igbo. Seis años después, en Reikiavik (Islandia) nació Hildur Guđnadóttir, chelista especializada en bandas sonoras y música clásica contemporánea que en 2019 compuso el score de la serie de televisión Chernobyl. Ella considera que sus creaciones pueden ser herramientas para actuar socialmente y ha afirmado que “la música es una buena herramienta para concienciar sobre la igualdad”. María Luisa Sepúlveda, fallecida en Santiago en 1958 a los 60 años de edad, fue una de las primeras mujeres licenciadas en la carrera de composición musical en Chile y destacó por su creación de un repertorio de obras didácticas vocales e instrumentales. También investigó las músicas populares e indígenas de su país. Lucrecia Roces Kasilag firmó más de 250 composiciones musicales, desde canciones populares hasta conciertos de piano y óperas, y se dice que no dejó de crear hasta el día de su muerte, el 16 de agosto de 2008, con 90 años. Fue directora de la Sociedad Filipina para la Educación Musical y se la recuerda por haber incluido los instrumentos musicales indígenas filipinos en la orquesta.
Son cuatro historias, solo cuatro ejemplos, de las más de 440 que la musicóloga Sakira Ventura recopila en su Mapa de Creadoras de la Historia de la Música, un proyecto que dio a conocer este verano, fruto indirecto del confinamiento, cuando pudo dedicar tiempo a una idea que llevaba tiempo rondándole en la cabeza: una antología de compositoras de todos los tiempos y de todo el mundo. Porque hay vida, y mujeres y música clásica, más allá de Mozart, Beethoven, Vivaldi o Morricone. “La Historia de la Música se ha dedicado a narrar la vida de las consideradas grandes figuras —hombres compositores, intérpretes o directores—, dejando fuera a las mujeres que no estaban estrechamente vinculadas a ellos”, comenta Ventura, que señala el olvido de las mujeres como compositoras aunque sí se haya valorado su papel en la interpretación o en la docencia. Y su mapa pretende aportar luz y conocimiento sobre esas creadoras ignoradas.
La cartografía musical de Ventura comenzó como una lista en Spotify con 100 obras de otras tantas compositoras, pero dada la buena recepción que obtuvo, decidió iniciar un trabajo casi enciclopédico con el que plasmar a todas esas autoras en un mapa interactivo en el que poder ponerles cara, procedencia y donde conocer algunos datos biográficos relevantes de cada una de ellas. Y no está cerrado sino que lo va actualizando periódicamente.
“Hay muchas compositoras, demasiadas, que se dedicaron a la música pese a la disconformidad de sus familias. Tuvieron que marcharse de sus hogares para evitar cumplir con el destino que se les tenía previsto: cuidar del hogar, del marido y de los hijos”, dice la musicóloga Sakira Ventura
Los perfiles de las compositoras que Ventura localiza en el mapa son muy variados, si bien ella encuentra un patrón, un viejo conocido que se repite en otras disciplinas artísticas: el ninguneo que han sufrido y sufren. Muchas, recuerda, hubieron de recurrir a seudónimos masculinos para poder publicar y estrenar sus obras. “Hay muchas compositoras, demasiadas, que se dedicaron a la música pese a la disconformidad de sus familias. Tuvieron que marcharse de sus hogares para evitar cumplir con el destino que se les tenía previsto: cuidar del hogar, del marido y de los hijos. Otras, también muchas, fueron criticadas y denominadas viriles, poco femeninas, por componer determinados géneros musicales, sobre todo para grandes masas orquestales”.
Derivado de esa situación histórica de desigualdad, un problema “grave” que está afrontando Ventura es la inexistencia de grabaciones de muchas de esas compositoras. “Tenemos muchos nombres de creadoras y algún dato biográfico sobre ellas, pero ni partituras ni, por supuesto, grabaciones de su música —lamenta—, este hecho me lo pone especialmente difícil porque una de las características principales de mi mapa es que tiene vida, es sonoro”. Ella espera que cada vez más agrupaciones e intérpretes den vida a estos repertorios “porque, sin lugar a dudas, merece la pena”.
El trabajo de Ventura se apoya en fuentes documentales como el Catálogo de compositoras españolas, editado por el Centro de Documentación de Música y Danza, o The New Grove Dictionary of Women Composers; y también utiliza biografías de compositoras específicas o publicaciones que versan sobre la musicología de género y abordan el papel de las mujeres en la Historia de la Música, como Feminismo y Música de Pilar Ramos, Los sonidos del silencio de Anna Bofill Levi, Música y Mujeres de Marisa Manchado y Mujeres en la Música, editado por la Sociedad Española de Musicología.
“Existen recursos más que de sobra como para que los y las docentes incorporemos a todas estas creadoras en los contenidos de nuestras asignaturas y que así les hagamos justicia por tantos años de abandono y olvido”, explica Ventura
El mapa de las compositoras también persigue un fin didáctico relacionado con la actividad docente, según explica su creadora, que trabaja de profesora: “Mi objetivo fundamental es que los alumnos y alumnas de música crezcan con un relato completo —o lo más completo posible— de la Historia de la Música. Hasta hace muy poco tiempo se nos repetía siempre el mismo discurso, en el que las mujeres tenían su aparición de pasada, a título anecdótico, por lo que no se nos generaba ningún tipo de curiosidad al respecto. Hoy por hoy existen recursos más que de sobra como para que los y las docentes incorporemos a todas estas creadoras en los contenidos de nuestras asignaturas y que así les hagamos justicia por tantos años de abandono y olvido. A partir de ahí, si con este recurso consigo que la gente descubra poco a poco más compositoras y, con ello, música increíble, estaría más que satisfecha”.
En ese sentido, Ventura considera que el mapa puede utilizarse “en casi cualquier asignatura de ámbito musical” y pone como ejemplo su experiencia profesional: “Para las clases de Flauta Travesera me ha sido muy útil porque he podido renovar el repertorio para este instrumento incluyendo composiciones de las mujeres que lo pueblan. De esta manera, en los exámenes y en las audiciones va a haber presencia equitativa de obras de creadoras, algo que debía ser y no era. En Lenguaje Musical hemos viajado a través del mapa para descubrir composiciones nuevas y analizarlas en función de los contenidos teóricos que íbamos viendo en clase. En las clases de Historia de la Música es muy fácil ejemplificar en qué países hay —o ha habido— más presencia de mujeres compositoras y descubrirlas de manera más intuitiva y amena al alumnado”.
Orquestas sin directoras
El 19 de octubre, la emisora Clásica FM Radio, especializada en música clásica, adelantó su intención de retomar su estudio sobre participación femenina en algunas de las orquestas más importantes de España. Lo hizo analizando la recién comenzada temporada 2020/21 de la Orquesta y Coro de Radio Televisión Española, concretamente el ciclo titulado Revoluciones musicales. En las obras programadas, ninguna directora ni compositora. En la interpretación, “cifras mucho más equilibradas con respecto al año anterior, teniendo actualmente un 45% de mujeres y un 55% de hombres”. Una situación que podría suponer un incumplimiento de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que en su artículo 26 impele a “los distintos organismos, agencias, entes y demás estructuras de las administraciones públicas que de modo directo o indirecto configuren el sistema de gestión cultural” a desarrollar actuaciones que promuevan “la presencia equilibrada de mujeres y hombres en la oferta artística y cultural pública”.
Ventura opina que en España “hay muchas y muy buenas compositoras, haciendo cosas muy interesantes, arriesgando y poniéndose en valor las unas a las otras”, pero esta especialista también apunta vías para superar la desigualdad: “Es cierto que cada vez hay más congresos, conferencias, grabaciones y, por supuesto, ciclos de mujeres compositoras —refiriéndome a los que se programan fuera de la fecha 8 de marzo—, pero todavía cuesta que se las incluya en los ciclos mixtos, por no mencionar las obras que se programan de mujeres compositoras —siempre a las mismas— solo con la finalidad de cumplir con la cuota de los gestores y gestoras culturales y que hacen flaco favor a la visibilización de las creadoras”.
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¡Ay! O sea: que ahora también la música tiene sexo, o género. No sé cómo decirlo, pues hasta el lenguaje se está embrollando insoportablemente.
Lo único que me parece claro es que se trata de eliminar esa “ficción” llamada Humanidad: se supone que debo (debemos) entender que, en realidad, somos dos especies separadas, hombres y mujeres (y otras ramas biológicas).
Otra victoria para los poderosos y poderosas: “divide y vencerás”.