Pensamiento
El mundo y la izquierda

Nos encontramos al final del comienzo del siglo XXI, que se aproxima a su primer cuarto. ¿Qué balance preliminar puede hacerse de la nueva izquierda? Hemos sido testigos de su respuesta a la ola de globalización capitalista que se inició en torno a 1980 y que ahora está llegando a su fin. De formas innovadoras, la nueva izquierda ha actualizado el legado del siglo xx y ha abierto nuevos caminos, superando la muerte de la gran dialéctica y la derrota de las grandes revoluciones. Ha introducido las cuestiones de la desigualdad y las perspectivas de rebelión popular en las corriente predominantes de la economía y la ciencia política, así como en la agenda de los jefes de Davos. Ha canalizado nuevos recursos hacia los pobres de Brasil y ha comenzado a reducir la desigualdad en toda América Latina. Ha traducido sus demandas de acción climática en compromisos de los políticos mundiales. La Primavera Árabe derrocó a dos dictadores e inspiró el movimiento transatlántico de Occupy Wall Street. La izquierda de principios del siglo xxi también ha abierto el campo para que surjan nuevas generaciones radicalizadas y ha devuelto el «socialismo democrático» al léxico occidental. Ha ampliado los parámetros ideológicos en un determinado número de países y ha sentado los fundamentos de la política progresista, abriendo el debate sobre el significado del socialismo y las perspectivas de superar el capitalismo, aunque ese debate deberá esperar a otro día.
(...) Cualquier superviviente de la generación de 1968 debería saludar a la izquierda del siglo XXI con respeto. Al mismo tiempo, debemos reconocer que esta se halla muy lejos de conseguir sus objetivos.
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