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Memoria histórica
El grupo Libertador, embrión de la futura red Ponzán
Saludos gente que lee. Aquí estamos de nuevo, empezando este 2023, y como no, seguimos dando la brasa con los temas habituales. Ya en la entrega anterior, me dediqué a hablar un poco sobre los grupos guerrilleros que funcionaban en algunas de las columnas anarquistas que participaron en la guerra civil. Hoy me voy a centrar en uno de ellos. Cuando veáis la gente que lo integraba, varios os sonarán de algo. Para quienes sigáis el blog, con más o menos asiduidad, si os hablo de Joan Català, los hermanos López Laguarta, o de Francisco Ponzán, no son gente desconocida, pues han aparecido en diversos artículos que he ido colgando.
Así que hoy miraremos un poco más hacia atrás, quitaremos el foco de atención de la famosa red Ponzán, y retrocediendo en el tiempo, iremos hasta sus orígenes, hasta el embrión del grupo. Nos olvidaremos de tierras francesas y daremos el salto hasta el lugar que vio nacer a la mayoría de nuestros protagonistas, que no es otro que Aragón.
Hoy seguimos los pasos del grupo guerrillero Libertador.
Para empezar, diremos que el grupo Libertador nació mucho antes de que Ponzán entrara a formar parte del mismo. De hecho, nació casi con el principio de la contienda civil. Tras la situación de caos vivida en los primeros días de guerra, tras la pérdida de uno de los bastiones fundamentales del anarquismo en el estado español, como era Zaragoza, el grupo se formó en agosto de 1936, si hacemos caso a lo escrito por sus propios miembros, con el primer objetivo de poder rescatar gente en problemas y militantes de valía que habían quedado tras las lineas enemigas. Podemos ver a sus integrantes en rescates realizados en localidades como Botaya, La Peña, Triste o Fontellas. Tampoco Zaragoza se libró de sus visitas, así pues, durante la última semana del año 36, en tres incursiones distintas, consiguieron evacuar de la capital maña a un total de 72 personas, entre las que había desde gente de edad avanzada hasta menores.
Por supuesto, no se quedaron solo en eso. Liberar y evacuar gente era una parte de sus objetivos. Pero había otros. Pronto empezaron a utilizar sus pasos clandestinos tras las lineas enemigas para recabar información, cantidad de tropas, sus movimientos, armamento, almacenes, arsenales, todo lo que fuera útil. También ampliaron su catálogo de acciones a la toma de prisioneros, pues era otra vía de obtener datos. Y por supuesto, a uno de los temas clásicos de la guerrilla, la realización de sabotajes. De los pocos datos que tenemos de esta época, sabemos que el 6 de noviembre, miembros del grupo volaron el puente de Falcino, entre Mediana y Belchite, para lo que tuvieron que internarse más de 20 kms tras las lineas franquistas o que en abril de 1937, otro sabotaje cortó la linea férrea entre Zaragoza y Canfranc a la altura de los Mallos de Riglos. La circulación de trenes estuvo interrumpida al menos 28 días. Durante su primer año de actuación, el grupo Libertador se infiltró tras las lineas enemigas ni más ni menos que 44 veces.
En el verano de 1937 se integran en el SIEP (Servicio de Información Especial Periférico), uno de los primeros intentos serios por parte del gobierno republicano de crear un servicio de espionaje y actuación tras las lineas enemigas. No está de más decir, que al principio, el SIEP no resultó muy operativo debido a la falta de miembros entrenados para dichas tareas. Tampoco está de más decir, que el grupo Libertador cuando se unió a dicho servicio, provenía de las columnas libertarias, y no del tan cacareado ejercito popular que impulsaba el PCE. Así que echemos cuentas, mientras el PCE buscaba gente a poder ser del partido, a quien formar, el grupo Libertador llevaba más de 40 misiones en suelo enemigo. Y como ya os comenté en la última entrada, la mayor parte de las columnas libertarias tenían grupos similares. Eso sí, si leemos libros de historia, las guerrillas y los grupos de infiltración fueron idea y trabajo del PCE. Que cada cual saque sus conclusiones.
En agosto de dicho año, durante la ofensiva por parte republicana con intención de tomar Zaragoza, aunque el nombre que ha quedado para la historia sea el de “la batalla de Belchite”, el grupo realizó numerosas misiones tras las lineas enemigas, sobre todo dedicadas al sabotaje.
También en agosto del mismo año, el PCE disolvía “manu militari” el Consejo de Aragón y desmontaba sus colectividades. Ponzán tuvo que refugiarse en la 127ª Brigada (antigua columna Roja y Negra), donde tenía muchas amistades, para no acabar preso o liquidado. Y aquí es donde toma contacto con el resto del grupo Libertador. Por aquel entonces lo formaban los hermanos Faustino y Juan Manuel Barrabés Asún, los también hermanos Pascual y Eusebio López Laguarta, Benito Lasvacas Coronas, Eduardo Santolaria Ferrer, Prudencio Iguacel Piedrafita y Manuel Sus Dieste, todos ellos de CNT. Además contaba tambien con tres miembros de la UGT, Ángel Beltrán Calvo, Ángel Cabrero Callau y Lorenzo Otal Biela. A ellos hay que sumar a Paco Ponzán como responsable de grupo ante el estado Mayor.
Cuando entraron a formar parte del SIEP, su forma de actuar cambio ligeramente. Existe un documento ante la solicitud del SIEP de que quieren contar con ellos, aceptando, pero pidiendo ciertas condiciones. A partir de entonces, generalmente se salía por parejas, y si se iban a realizar sabotajes, se llevaban con ellos a un grupo de guerrilleros de su división. De algunos de estos golpes tenemos constancia: El 1 de diciembre de 1937 se efectúan diversos sabotajesen vías férreas y carreteras cercanas a Ayerbe, además de la voladura de una máquina exploradora, el 22 de enero de 1938, sabotajes en el ferrocarril entre Turuñana y Huesca y en la carretera Aniés a Bolea. Con la retirada hacia Cataluña, a primeros de abril del 38, sabotajes en la carretera de Benabarre a Arén.
No solo actuó el grupo Libertador en territorio enemigo. Cuando Ponzán se enteró de de que su amigo y colaborador Juan Zafón, que había sido detenido por Líster, iba a ser juzgado, le preparó la fuga, la cual fue un éxito. Zafón sería años después eslabón fundamental en la Antena Marítima de la red Ponzán en Francia.
A veces, los informes del grupo eran rechazados o ninguneados por el alto mando militar. Como ejemplo, el 22 de marzo de 1938, se informaba al jefe de la 31 División de que el enemigo estaba dispuesto a iniciar una amplia ofensiva en el norte de Aragón. Ante la desidia del militar en cuestión, Ponzán exigió que le firmara el parte de entrega de sus informes, cosa que tuvo que hacer el susodicho comandante. A las 7 de la mañana del día siguiente se desencadenó la ofensiva.
Como se puede imaginar, el grupo no era siempre igual, y al mismo se iba incorporando gente según pasaba el tiempo y se cambiaba de lugar. Tras la caída del frente de Aragón y su paso a Cataluña, se incorporaron nuevos guías, entre los cuales destaca otro viejo conocido, Joan Català Balanya. De él hemos hablado en los artículos de la red Ponzán y también en los relacionados con el atraco de Lyon, un experto en labores de guía de montaña y fuguista de alto nivel. Junto a Català, también sabemos de la participación de Alfonso Montané, Ángel Faurat (ambos de Sort), José Ciprés “Sarramián” y Manuel Rodríguez Gasa.
El grupo fue cambiando de lugar. Al dejar Aragón pasaron a Tremp, de allí tuvieron que retirarse a Sort. De Sort a Viella, donde tuvieron una rocambolesca historia que acabó con ellos entre rejas y pendientes de ejecución. Por suerte, un aviso a tiempo hizo intervenir al teniente coronel Gómez García, quien les saco del entuerto. Del valle de Arán a Toulouse y de allí a Gerona. Finalmente, el grupo Libertador volvió a sus tareas destinado esta vez en la Seo de Urgell.
Estamos ya en mayo de 1938, y ahora es cuando aparecen Joan Català y otros para incorporarse al grupo. De hecho Català comenta que son 16 miembros cuando él ingresa.
Dar constancia de las misiones realizadas por el grupo en territorio enemigo sería demasiado extenso, así que lo que haré, será incluir alguno de los informes redactados por Ponzán, de los cuales afortunadamente se han conservado originales. Quien tenga más interés en ellos, puede echarles una buena ojeada si se pasa por el archivo del CRAI, en Barcelona. Yo os dejo alguna muestra para que vayáis haciendo boca.
Para ir terminando con la historia del grupo Libertador, decir que ya en plena retirada de Cataluña, cuando se acercaban a la frontera, se dedicaron a recoger armas cortas, guardarlas en bidones y enterrarlas en las cercanías de la muga, para su posterior utilización, ya se vería cuando, ya se vería donde, y por supuesto, contra quién. Como ya os habréis imaginado, estas son las armas que utilizará la red Ponzán pocos meses después, una vez creada en suelo francés, pero esto, queridas y queridos, como suelen decir en las películas, esto ya es otra historia...
Fuentes: La red de evasión Ponzán (Antonio Téllez), Lucha y muerte por la libertad (Pilar Ponzán), El eterno descontento (Joan Català), archivo CRAI, archivo propio y Pensamiento estratégico del espionaje y contraespionaje en la guerra civil española (1936-1939). Actividades del SIEP y SIPM (Agustín J. Pérez)