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Marca España
A vueltas con lo español...
Lo español es el marmotismo (...), el machismo (...), el conservadurismo (...), el panderetismo...
Lo español es el marmotismo que se ha impuesto sobre los pueblos al interior del estado español (redundancia) a base de miedo, bienestar material por libertad y un duro pasado reciente que apenas ha sido tratado…
Lo español es el machismo de los feminicidios hasta hace no mucho considerados en su gran mayoría violencia doméstica, la brecha salarial, el gran abanico de violaciones a las mujeres, los cuerpos femeninos cosificados, los debates sobre el aborto…
Lo español es lo que alienta al conservadurismo de un estado que se dice acofensional y que, sin embargo, concede una gran serie de privilegios a la iglesia católica…
Lo español es el orgulloso “yo soy español, español, español” que sólo se proclama para reivindicar una identidad de mentira desplegada por los poderosos a través del pan y del circo…
Lo español es el viejo bipartidismo que pulula sobre nuestras cabezas desde el siglo XIX –interrumpido por los más que inestables gobiernos de las repúblicas, los cuarenta años de dictadura franquista y los turbulentos primeros años de la nueva democracia española…
Lo español es el ellos roban, nosotros tenemos que robar…
Lo español es el que lo haga otro por mí, que yo no sé, ni tengo ganas de hacerlo…
Lo español es la insostenibilidad de cada vez más pueblos frente a las pocas urbes que gestionan nuestro devenir, a diferencia de lo que ocurre en otros estados…
Lo español es la indignación frente a las acciones contra los símbolos nacionales y el silencio ante la corrupción, el abuso de poder, el saqueo de lo público, la creciente privatización, los ataques a la educación o la sanidad, el paro, la militarización de nuestros territorios, la destrucción y el mal uso de nuestros recursos, la precarización de los empleos y la vida…
Lo español es tener que marchar fuera –quien puede– porque dentro apenas hay algo…
Lo español es la propagación del panderetismo que no premia el mérito, el trabajo o la inteligencia, sino el robar y el ser sinvergüenza…
Lo español es la negación de la Historia para, entre otros, justificar el presente con un pasado para nada glorioso, esconder la violencia de la conquista y la colonización en América o maquillar toda la basura heredada que todavía hoy sigue oliendo con fuerza…
Lo español es la consolación pasiva para con la progresiva –y activa– desgracia…
Lo español es el chauvinismo más rancio e incomprensible que podamos echarnos a la cara…
Lo español es la máscara-no-máscara con que nos ven en todas partes, una máscara-no-máscara que nos presenta ante el resto como el más grotesco sinsentido de todo el oscuro devenir que nos ha traído hasta aquí…
Lo español es la mentira de quienes se juntan y procrean aun cuando todo es mentira, quienes prefieren tener el último móvil guasón a comer en condiciones, quienes reniegan de España pero luego apenas hacen algo frente a ella –salvo quejarse vía tuiter, vía facefabok, blablablá…
Lo español es la negación de un cruel devenir, toda una caterva de identidades y un sinfín de graves heridas…
Lo español es la consumación de todo un proyecto por el cual la sociedad ha sido fuertemente unidimensionalizada y homogeneizada gracias a la represión, la disciplina, el control y el espectáculo…
Lo español es la débil sentencia contra la manada de cobardes emitida por una justicia que castiga –y persigue– con mucha más fuerza un terrorismo que ya no existe que una salvaje agresión –que no abuso– sexual, por no hablar de la poca atención que suele prestar a una gran variedad de mierdas a nuestro alrededor…
Lo español, muy español, mucho español, así, sin más…
Lo español, poca broma….
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Lo primero que se necesita para salir de todo eso que comentas en el articulo, es alcanzar una cierta honestidad intelectual (en el sentido de conocer el pasado y saber de lo que hablamos), culturizarse en definitiva, afilar el intelecto para conseguir el tan necesario pensamiento crítico. Necesitamos regresar al humanismo griego y latino del que la educación nos ha alejado a sabiendas de que es complicado controlar a una población formada en retórica, por poner un ejemplo. Sin eso estamos indefensos ante la constante inmundicia de los medios y los viciosos discursos de los políticos.
Sí, es muy lamentable. Pero lo fácil es eso, quejarse, resaltar lo negativo y que todo siga igual, cuando lo que tenemos que hacer los que no nos vemos representado en ello ni queremos seguir perpetuando esa visión es luchar por cambiar las cosas. No somos pocos los que queremos un país donde haya diversidad, colaboración, solidaridad, verdadera aconfesionalidad, democracia y respeto, y para ello tengo que marcharme? O renunciar a mis orígenes? O mejor, montarme una república independiente? eso que describes es una parte, pero no toda, y el problema es que nos limitamos a ponerles un espejo y nada más.
Siento una mezcla de indignación, impotencia y violentamiento que necesito canalizar. Poca broma, no estoy sola...