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Capitalismo
Proxenetismo 2.0
La nueva invención de la "economía colaborativa" es el proxenetismo 2.0.
Os recomiendo ojear de vez en cuando revistas digitales como Wired o Retina. Estas revistas pseudocientíficas, con firmas estelares financiadas directamente por las mismas plataformas de las que hablan, promueven sin rigor y con una visión acrítica que asusta, el imperio de las nuevas economías colaborativas (eufemismo para referirse a los falsos autónomos, pisos turísticos ilegales y el escaqueo en general del pago de impuestos y cumplimiento de los mas elementales derechos laborales).
Su último (publi)reportaje habla de Kiki, una plataforma/app considerada “el Airbnb de las citas”. El mecanismo es sencillo, funciona como otras apps de citas, solo que aquí se paga por la compañía, por la persona con la que vas a ¨tomar un café” (5 euros) o por qué no, un viaje (100 euros). La plataforma se queda con un 30%. Todo legal y muy moderno. Proxenetismo Digital y colaborativo. La red social de la explotación sexual.
Tal vez habría que recordar a los modernos emprendores digitales de Kiki, que nuestro código penal sanciona en su artículo 187 el proxenetismo. Es verdad que el Partido Popular, suavizó este tipo de delitos (supongo, por el interés activo que mantienen en estos asuntos), pero ahí sigue, y lo reproduzco in extenso por que hace falta pararse a pensar en el:
“1. El que, empleando violencia, intimidación o engaño, o abusando de una situación de superioridad o de necesidad o vulnerabilidad de la víctima, determine a una persona mayor de edad a ejercer o a mantenerse en la prostitución, será castigado con las penas de prisión de dos a cinco años y multa de doce a veinticuatro meses.
Se impondrá la pena de prisión de dos a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses a quien se lucre explotando la prostitución de otra persona, aun con el consentimiento de la misma. En todo caso, se entenderá que hay explotación cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
a) Que la víctima se encuentre en una situación de vulnerabilidad personal o económica.
b) Que se le impongan para su ejercicio condiciones gravosas, desproporcionadas o abusivas.
2. Se impondrán las penas previstas en los apartados anteriores en su mitad superior, en sus respectivos casos, cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
a) Cuando el culpable se hubiera prevalido de su condición de autoridad, agente de ésta o funcionario público. En este caso se aplicará, además, la pena de inhabilitación absoluta de seis a doce años.
b) Cuando el culpable perteneciere a una organización o grupo criminal que se dedicare a la realización de tales actividades.
c) Cuando el culpable hubiere puesto en peligro, de forma dolosa o por imprudencia grave, la vida o salud de la víctima.
3. Las penas señaladas se impondrán en sus respectivos casos sin perjuicio de las que correspondan por las agresiones o abusos sexuales cometidos sobre la persona prostituida.”
España es un país donde casi 13 millones de personas viven en riesgo de exclusión y pobreza. Esto es el 28% de su población vive con la soga al cuello. Al borde del abismo. Un 4% ya vive en el infierno. El 40% de las y los jóvenes carece de empleo. Una cifra salvaje. Entre los que tienen la suerte de tenerlo cerca del 60% son precarios.
De estos más de tres millones no llegan a mil euros al mes. Muchos ni a quinientos. España es un país donde reina la violencia económica. Donde la coacción empresarial dirige sin disimulo la legislación laboral. Donde a las jóvenes y no tan jóvenes se les invita a pasar unas gratificantes vacaciones laborales en países cercanos “una bonita experiencia cultural”.
España es también el país donde violencia es votar. Donde es violento pitar en los partidos. Es violento cantar canciones contra el Rey. Violento es hacer poesías contra empresarios. Se es violento cuanto se hace chistes en internet y también cuando te metes con dios.
No obstante no hay violencia cuando la situación económica te empuja a la prostitución (desde luego hay casos en la que esta es una opción personal pero no son, ni con mucho, la mayoría). Tampoco es violento que una aplicación proxeneta exija sin tapujo y sin vergüenza el 30%. Y no parece que sea violento que el diario no deportivo con mayor circulación en España promueva el proxenetismo digital. En el publireportaje se permiten continuar con la broma de llamarlo “el Airbnb de las citas”, ¿son las personas equivalentes a cosas, objetos que se pueden alquilar, materia con la que se puede comerciar?
Espero que al igual que se hace con hinchas y raperos, con humoristas y políticos independentistas se persiga con toda la fuerza del Estado a esos traficantes de vidas humanas que organizan y promueven la red de proxenetismo digital “Kiki”.