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Ocupación israelí
Un informe documenta las torturas y malos tratos de Israel al personal médico palestino
Israel ha detenido arbitrariamente al personal médico palestino que trabaja en Gaza desde octubre de 2023, trasladándoles a centros de detención para practicarles torturas y malos tratos posteriormente, según un informe de Human Rights Watch hecho público ayer, 26 de agosto, que concluye que estas actuaciones contra los profesionales sanitarios, sumadas a los repetidos ataques contra los hospitales, “han contribuido a la catastrófica degradación del sistema de salud del territorio asediado”.
Los testimonios de doctores, enfermeras y paramédicos recopilados por esta ong internacional tras ser liberados describen los malos tratos que recibieron de los soldados israelíes: humillaciones, golpes, posiciones estresantes, maniatados y con los ojos vendados prolongadamente, sin asistencia médica. Algunos mencionan también abusos sexuales.
“Los malos tratos del gobierno de Israel al personal médico palestino han permanecido ocultos y deben cesar inmediatamente”, señala Balkees Jarrah, director interino de Human Rights Watch en Oriente Medio. “Las torturas a doctores y enfermeras deben ser investigadas minuciosamente y castigadas adecuadamente, incluso por el Tribunal Penal Internacional”.
Entre marzo y junio, Human Rights Watch entrevistó a ocho trabajadores sanitarios palestinos que fueron sacados de Gaza por el ejército israelí entre noviembre y diciembre de 2023 y detenidos sin cargos entre siete días y cinco meses. Seis fueron detenidos en el trabajo tras los asedios israelíes a hospitales o durante evacuaciones de hospitales que, según dijeron, habían sido coordinadas con el ejército israelí. Ninguno de los trabajadores sanitarios dijo haber sido informado del motivo de su detención ni acusado de ningún delito. Human Rights Watch también habló con siete personas que presenciaron cómo soldados israelíes detenían a trabajadores de la salud en el desempeño de sus funciones. La organización asegura que envió una carta al ejército israelí y a los servicios penitenciarios israelíes con las conclusiones preliminares de su informe el 13 de agosto, pero no ha recibido respuesta.
“Cada minuto nos golpeaban. Por todo el cuerpo, en zonas sensibles entre las piernas, el pecho, la espalda. Nos daban patadas por todo el cuerpo y en la cara. Utilizaban la parte delantera de las botas, que tenía una punta de metal, y luego sus armas. Tenían mecheros: un soldado intentó quemarme, pero quemó a la persona que estaba a mi lado. Les dije que soy médico, pero no les importó”. Son palabras de Eyad Abed, cirujano de 50 años detenido por el ejército israelí mientras trabajaba en un hospital de Gaza.
Todos los trabajadores sanitarios entrevistados proporcionaron relatos similares de malos tratos bajo custodia israelí. Después de estar en Gaza, fueron deportados a centros de detención en Israel, incluida la base militar de Sde Teiman en el desierto de Negev y la prisión de Ashkelon, o trasladados por la fuerza a la base militar de Anatot, cerca de Jerusalén Este, y al centro de detención de Ofer, en la Cisjordania ocupada. En sus respuestas, coinciden en que que los desnudaron, golpearon, vendaron los ojos y los esposaron durante muchas semanas. También relatan haber recibido presiones para que confesaran ser miembros de Hamás con diversas amenazas de detención indefinida, violación y asesinato de sus familias en Gaza.
“La tortura de los trabajadores sanitarios palestinos es una ventana a la cuestión mucho más amplia del trato que el gobierno israelí da a los detenidos en general”, apunta Balkees Jarrah, director interino de Human Rights Watch en Oriente Medio
El Ministerio de Salud de Gaza ha informado de que las fuerzas israelíes han detenido al menos a 310 trabajadores sanitarios palestinos desde el 7 de octubre. Healthcare Workers Watch-Palestine, una organización no gubernamental que colaboró con Human Rights Watch en la elaboración del informe, tiene documentadas 259 detenciones de trabajadores de la salud.
Human Rights Watch entiende que la prolongada detención arbitraria y el maltrato del personal sanitario han exacerbado la crisis sanitaria en Gaza. Desde octubre, más de 92.000 personas han resultado heridas en Gaza, los hospitales en funcionamiento tienen menos de 1.500 camas para pacientes hospitalizados y, sin embargo, las autoridades israelíes han permitido salir de Gaza solo al 35% de las casi 14.000 personas que solicitaron evacuaciones médicas.
“La tortura de los trabajadores sanitarios palestinos es una ventana a la cuestión mucho más amplia del trato que el gobierno israelí da a los detenidos en general”, apunta Jarrah. “Los gobiernos deberían pedir públicamente a las autoridades israelíes que liberen a los trabajadores sanitarios detenidos ilegalmente y pongan fin a los crueles malos tratos y las condiciones de pesadilla de todos los palestinos detenidos”.