Fernando Casas Mínguez
15 dic 2025 13:25
La Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América (USA) publicada el pasado día 5 de diciembre es una hoja de ruta para garantizar que “USA siga siendo la nación más grande y con más éxito de la historia de la humanidad”. En el prólogo afirma el presidente Trump que “su administración ha actuado con urgencia y velocidad histórica para restaurar la fuerza estadounidense en casa y en el extranjero, y traer la paz y estabilidad en nuestro mundo”. La Estrategia constituye un desafío para la ciudadanía y los Estados europeos, por eso requiere su análisis con vistas a debatir  propuestas de acción.  

La Estrategia está elaborada a partir del lema “los Estados Unidos de América primero” y declara —implícitamente— que USA no quiere a la Unión Europea (UE). Justifica este rechazo argumentando que va en contra de uno de los principios básicos que rigen hoy la política exterior y de defensa de Estados Unidos: la “Primacía de las Naciones”. En opinión del presidente Trump, la unidad política fundamental del mundo es el Estado-nación y el mundo funciona mejor con naciones porque “es lo natural y justo”. Por este motivo no acepta la Unión Europea y aboga por su liquidación argumentando además que no “promueve los intereses estadounidenses”. 

El rechazo a la Unión Europea se anuncia después de que el Parlamento Europeo examinara el Plan de Trump y Putin sobre la guerra en Ucrania. Durante el debate, el representante del grupo popular europeo, Manfred Weber, manifestó que “el mal llamado plan de paz … es un plan de capitulación que traiciona nuestros valores”; después de calificarlo como inaceptable señaló: “no se puede premiar a un criminal de guerra por su terrorismo”. La representante del grupo socialista europeo, Iratxe García, expuso que el plan “cocinado a espaldas de Ucrania y a espaldas de la Unión Europea pisotea la soberanía, la independencia y la integridad territorial de un país. Reconoce el derecho de conquista… consagra la ley de la fuerza... y lo hace con una frialdad obscena para saciar las ansias imperialistas de Putin y para llenar los bolsillos de Trump”. 

En su decisión el Parlamento Europeo determinó que “la ambivalencia política de los Estados Unidos con respecto a Ucrania” era perjudicial para “el objetivo de lograr una paz sostenible”. Además, el Parlamento pidió a la Unión y a sus Estados miembros que “muestren liderazgo en este momento geopolítico crucial y sigan trabajando con los Estados Unidos y con socios afines para “garantizar … una paz justa y duradera … que se base en los principios del Derecho internacional” y ponga fin  a “la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania”. 

Como el presidente Trump rechaza a la Unión Europea, es obvio que considera inaceptable que el Parlamento Europeo establezca que no puede haber negociaciones sobre Ucrania sin Ucrania, ni puede haber negociaciones que afecten a la seguridad europea sin la participación de Europa. No debe extrañar, por lo tanto, que proclame abiertamente su apoyo a los partidos políticos de ultraderecha que están dispuestos a desmantelar las instituciones y las políticas de la UE. 

Ahora bien, es un problema que el líder que proclama “Estados Unidos de América primero” manifieste su apoyo a los que denomina “patriotas europeos”. Por definición, la prioridad política de Trump contradice el ideario de los partidos de ultraderecha, que ponen a su Estado-nación por encima de todo. Para los partidos de ultraderecha, el lema de Trump es una trampa que les coloca automáticamente en la posición de súbditos del presidente Trump cuya misión es “hacer a los Estados Unidos más grande de nuevo”.  

A la vista de lo expuesto, la hoja de ruta del presidente Donald Trump debe servir de acicate para renovar el proyecto político de la Unión Europea. La comunidad europea no puede confiar en que el aliado estadounidense la  proteja  y eso la obliga a apostar por el pilar de defensa europeo. Ahora bien, sería un error lanzar un programa masivo de rearme en la Unión Europea a expensas de la cohesión social y los servicios públicos de los Estados del Bienestar. Por lo tanto, junto con el pilar de defensa Europa tiene ante sí el reto de reforzar el Modelo Social Europeo, que es el proyecto que ha convertido a la comunidad en la zona de mayor prosperidad económica y justicia social. El objetivo sería mejorar las condiciones de vida y de bienestar social de la ciudadanía europea, mediante un crecimiento inclusivo dirigido a lograr más y mejores empleos para la juventud, mayor  protección social y luchar contra la pobreza y la exclusión social. 

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