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Opinión
Mientras los algoritmos matan, las acampadas por Gaza se multiplican
El libro The Human-Machine Team, traducido como El equipo humano-máquina: cómo crear una sinergia entre la inteligencia humana y la artificial que revolucionará nuestro mundo, fue escrito en 2021 bajo el seudónimo de General de Brigada Y.S. The Guardian revelaba en abril su verdadero nombre, Yossi Sariel, actual comandante de la unidad de élite de inteligencia israelí 8200, la división secreta de ciberinteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). En este libro se refería a la capacidad militar para el diseño de una máquina que podría procesar rápidamente cantidades masivas de datos con los que generar miles de objetivos potenciales para ataques militares al calor de una guerra.
Este programa de inteligencia artificial existe y ha sido utilizado desde octubre de 2023 con el nombre de Lavender. Este software se alimenta de la IA para generar objetivos de asesinato en la guerra contra Gaza, y ha sido usado en los primeros meses de la guerra tras el 7 de octubre. En su punto álgido, el sistema consiguió generar 37.000 personas como objetivos humanos potenciales, a pesar de saber que el sistema tiene un margen de error de del 10%, y que marca a individuos que tienen simplemente una conexión suelta con grupos militantes de Hamás, o en muchos casos, ninguna.
Además, el algoritmo tiene instrucciones para permitir infringir “daños colaterales” que pueden alcanzar entre 10 o 20 civiles y, dependiendo de la potencialidad del target, de hasta 100 civiles. Con este software, el ejército israelí atacó sistemáticamente a las personas que iban a sus hogares, normalmente por la noche, mientras sus familias estaban presentes, en lugar de actuar durante el curso de la actividad militar. Según las fuentes, esto se debió a que esta inteligencia artificial consideraba más fácil ubicar a los individuos en sus casas particulares. Es decir, el sistema había sido construido para buscarlos en estas situaciones. Antonio Guterres, secretario general de la ONU, subrayaba hace unas semanas: “Ninguna parte de las decisiones de vida o muerte que impactan a familias enteras debe delegarse al frío cálculo del algoritmo”.
Entre 2008 y 2023 Israel ha recibido de los fondos de investigación europeos, es decir, del Programa Marco de Investigación en Seguridad 7, Horizonte 2020 y Horizonte Europa (2007-2023) casi 70 millones de euros
Y es que precisamente estos sistemas de inteligencia tienen una estrecha conexión con los campos de ciencia, investigación y desarrollo. Aparte del Fondo Europeo de Defensa, donde la financiación destinada a la investigación y desarrollo en la industria militar europea alcanza los 2.000 millones de euros, según el Open Security Data Europe, entre 2008 y 2023 Israel ha recibido de los fondos de investigación europeos, es decir, del Programa Marco de Investigación en Seguridad 7, Horizonte 2020 y Horizonte Europa (2007-2023) 69.386.550 euros, repartidos en 132 proyectos. El doble que Hungría, miembro de la Unión Europea, o con un ingreso/habitante superior a Italia.
En España, son 16 las universidades españolas que han cooperado con entidades israelíes en los Programa Marco de Investigación en Seguridad 7, Horizonte 2020 y Horizonte Europa (2007-2023) y siete universidades españolas las que han cooperado con las principales compañías de armas israelíes (Elbit, IAI, Rafael) en los Programa Marco 7, Horizonte 2020 y Horizon Europa (2007-2023), según StopWapenhandel, organización neerlandesa independiente que tiene como misión la investigación del comercio y la industria de armamento. Estos recursos públicos europeos se han utilizado para desarrollar tecnologías controvertidas como drones, biométricas, y análisis de comportamiento automatizado, así como para el desarrollo de Redes policiales paneuropeas y Sistemas de vigilancia de fronteras.
En el ámbito militar, los presupuestos de la UE se han centrado en sistemas autónomos de armas, aplicaciones militares de inteligencia artificial, etc, de los que Israel ha sabido tomar partido. Pondré tres ejemplos: LAW-TRAIN, que desarrolla, coordina y capacita en métodos de interrogatorio de la policía internacional. El Ministerio de Justicia de Portugal se retiró del proyecto en respuesta a las críticas a la participación de la policía de Israel y el Ministerio de Seguridad Pública. POLIIICE, encargada de encontrar nuevos métodos de información, investigación e información que puedan investigar eficazmente la delincuencia y el terrorismo. ResponDrone, cuya misión era preparar flotas de drones, en principio para mejorar las operaciones de búsqueda y rescate, así como la extinción de incendios forestales, donde se adjudicaron casi ocho millones de euros en financiación de investigación de la UE (de un total de casi 8,26 millones de euros) y donde Israel Aerospace Industries (IAI) y el Ministerio de Defensa de Israel eran socios del consorcio. Israel Aerospace Industries es precisamente uno de los captadores de fondos más controvertidos (trabajan con sistemas de defensa antiaérea, construyen drones y diseñan sistemas de armas aéreas), que ha recibido 4,5 millones de euros en el periodo 2008-2022 y que en 2023 obtuvo ocho millones, gracias a la adquisición de Intracom, empresa griega, en un ejercicio de expansión y captación de fondos europeos.
La lucha contra el genocidio desde las universidades
En febrero, Statewatch difundía una carta firmada por cientos de académicos solicitando a la UE que deje de financiar proyectos de investigación que puedan infringir el derecho internacional o los derechos humanos, lo que se alinea con la prohibición de la UE de financiar operaciones con implicaciones militares o de defensa. En ese contexto, la Red Universitaria por Palestina se estuvo fraguando durante meses hasta que el 10 de abril de 2024 se organizó un evento masivo y replicado en todas las universidades españolas llamado La Universidad ante el Genocidio, que incluyó una conferencia en streaming de Francesca Albanese, Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, designada por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
En estas semanas, asistimos a acampadas en todas las universidades del mundo y que no paran de crecer y replicarse, de La Sorbona a la Sapienza, de la UCM o la UB a Columbia, en lo que desde Italia han denominado como “L'intifada degli studenti” y que han tomado fuerza estos días en el Estado español, precisamente el día en que el ejército de Israel invade y bombardea Rafah. Estas acciones coordinadas del estudiantado del país exigen el fin del ataque israelí sobre la población palestina y reivindican la suspensión de relaciones con Israel, la suspensión de acuerdos comerciales con empresas vinculadas a la ocupación, que las universidades españolas rompan sus vínculos con Israel y el cese de cualquier acuerdo interuniversitario y científico entre ambos países, así como poner fin de inmediato al comercio de armas con ese país.
Esperemos que este sea el comienzo del fin de la guerra, y el comienzo de una lucha internacionalista que bajo el paraguas global del #StudentsForGaza está desafiando al orden imperante en la ambigua UE y el corresponsable gobierno de Estados Unidos en este genocidio en directo que la población de la franja de Gaza está sufriendo desde octubre de 2023. Mientras la inteligencia artificial hace la guerra, la colectiva prepara la resistencia.