We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Opinión
¿Celebramos la ley trans?
El 22 de diciembre 2022, día en el que el Congreso aprobó el Proyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, será una fecha que las personas no binarias no olvidaremos. Es la fecha en la que se volvieron a olvidar de nosotres.
Habrá quien quiera celebrar y otras personas que preferirán no hacerlo. Las dos opciones son igual de loables. Pero creo que es importante, cuando celebramos algo, ver sobre quién lo hacemos y a quién dejamos atrás.
Ya se celebró la ley del matrimonio igualitario en 2005 y se olvidaron de nosotres.
Ya se celebró la ley reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas en 2007 y se volvieron a olvidar.
Esta vez, a diferencia de las anteriores, éramos una de las líneas rojas. Había un consenso en los colectivos y entidades sobre no dejar fuera a las personas trans no binarias. Y, por eso, tras cada reunión y cada manifestación volvía a casa con gran ilusión pensando “esta vez sí”.
Las personas no binarias llevamos años trabajando en la ley trans y LGTB, viendo cómo se fusiona con una LGTBI, observando recortes a diestro y siniestro. Hemos tenido reuniones con prácticamente todo el mundo y la frase siempre era clara: “No vamos a dejar a nadie atrás”.
Se nos dejó marchar delante de entidades históricas, algo que —al menos a mí— me parecía un gesto increíble, esta vez sí se nos daba importancia y se visibilizaba la urgencia de que estuviéramos incluides en la ley. Pero esas líneas rojas con las que se decía “si no es una ley para todas, todos y todes no la queremos” son ahora palabras que se ha llevado el viento y que han sido tapadas con vuestros gritos de celebración.
Volvéis a enviarnos a los márgenes, de los que muchas veces me planteo que nunca debimos salir, unos márgenes que nos han arropado y que jamás nos dejarían tirades
¿Queréis celebrar? Hacedlo, pero teniendo en cuenta que una vez más nos dejáis fuera. Que se están rompiendo los acuerdos y las líneas rojas que se habían acordado entre colectivos. Y no, no me vale que nos digáis que seguiremos peleando. No me vale que digáis que no es la ley que queríamos, pero que es lo que hay. A mí no me vale. Estoy harte y siento que nos habéis utilizado como moneda de cambio.
Volvéis a enviarnos a los márgenes, de los que muchas veces me planteo que nunca debimos salir, unos márgenes que nos han arropado y que jamás nos dejarían tirades. Márgenes a los que volveremos y desde los que lucharemos por nuestros derechos una y otra vez, aunque sea sin vuestro apoyo. Porque sí, decís que vais a estar ahí y que vais a luchar por nosotres, pero llevamos años viendo que no es así.
Muchas de las personas que decís que nos vais a apoyar sois las que lleváis toda esta lucha por la ley trans haciéndonos misgender (no usar los pronombres adecuados), hablando por nosotres o invitándonos a espacios solo para hablar de que no nos han incluido en la ley, como si no tuviéramos mil cosas más de las que hablar, invisibilizando nuestro trabajo y realidades y usándolas muchas veces solo como beneficio propio.
Escribo estas palabras con rabia, con impotencia, por haber dado todo lo posible y más, mientras siento que quizás no haya servido para nada. Por el camino hemos perdido mucho, he perdido mucho y a mucha gente, por defender una causa que ahora veo que no era tan colectiva como pensaba. Y no ha servido para nada porque está ley que iba a ser para todas, todos y todes no es así. Que nos quede bien claro. Es una ley que deja atrás a muchas personas.
Así que quien quiera celebrar, que celebre, no os lo vamos a impedir. Pero no nos pidáis que celebremos también, ni que nos hagamos una foto para inmortalizar esta ley que nace a medias. Y mientras celebráis os pido que miréis a los lados, donde nos habéis enviado a las personas no binarias, por no hablar de menores de 12, personas intersex, asexuales, arrománticas, etcétera. Y que no os olvidéis de nuestras cara porque vamos a seguir peleando.
Yo lloraré de alegría por los avances para muchas compas, por las que me alegro, pero también de tristeza por no haber conseguido que se nos incluya en esa que se suponía iba a ser la mejor ley trans.
Ha vuelto a ganar el binarismo de género, una de las mayores opresiones que nos atraviesan
Y porque ha vuelto a ganar el binarismo de género, una de las mayores opresiones que nos atraviesan: ese binarismo ha ganado la batalla. “Seguiremos luchando”, me decían tras la aprobación de la ley en el Congreso. Que lo haga quien quiera y como quiera, pero tened en cuenta que muchas personas nos habéis fallado, nos habéis abandonado y probablemente no os veamos ya como personas aliadas en nuestra lucha.
Al resto, a las personas no binarias que me leáis, solo deciros que lo siento, de nuevo no hemos llegado. Yo seguiré peleando desde los espacios que habite y os animo a hacerlo también. Os mando un gran abrazo y ojalá podamos mantener esa llama de esperanza.
Fuerza, compañeres. Existimos y resistimos.