Opinión
Divididas, caeremos

Después de la aprobación del dictamen en la Comisión de Igualdad, la ley trans y LGTB será debatida en Pleno. Por eso conviene recordar todos los argumentos que apoyan nuestros derechos.
Presidenta de la FELGTBI+
13 dic 2022 15:15

Parece una reclamación activista para un grupo muy pequeño de personas, sobre algo que apenas se entiende. Las personas trans pedimos derechos, pedimos igualdad, ante la ley y real, pero es difícil de entender el por qué y el cómo y también de explicar, que es la libre determinación del género, que es lo que pedimos y por qué es tan importante que el estado reconozca sus errores de asignación y no imponga documentaciones o datos en el registro que hacen de nuestras vidas un infierno social. 

En las puertas del debate de la ley en el Congreso, después de que la Comisión de Igualdad haya aprobado el dictamen sin aceptar la enmienda del PSOE que rebajaba el derecho a la autodeterminación, quizá debería repetir, una vez más, todos los argumentos que apoyan nuestros derechos. Que la ley no obliga a nadie. Que la ley es administrativa, como la del matrimonio. Que ninguno de los miedos y los males que se auguran han sucedido en ninguno de los países que, como Argentina, Noruega, Dinamarca, Malta, Portugal y tantos otros, ha aprobado leyes trans basadas en la autodeterminación como piden los organismos internacionales. Que tampoco es cierto que haya países que están “dando marcha atrás” sino, todo lo contrario, esto es un avance imparable hacia más derechos. 

Que la ley no va de hormonas, pues elimina su obligatoriedad para transitar, ni va de operaciones, que siguen como hasta ahora. Que por supuesto no permite a nadie evadir una condena de violencia de género, ni va a perjudicar a las mujeres en el deporte (alguien puede poner un ejemplo de una medallista transnacional, olímpica o internacional?) pues deja la regulación de las competiciones en manos de las federaciones, que no va a borrar a las mujeres sino que les otorga más derechos, a las parejas de mujeres no casadas que podrán filiar o adoptar simultáneamente a sus hijos y tampoco va a cambiar la situación actual en las cárceles. 

Todo esto ya se ha dicho decenas de veces, se han tratado de atender y explicar las dudas y los miedos, con datos y argumentos, y con ejemplos de otros países en los que nada de esto ha sucedido. Pero da igual. 

Las personas trans y nuestros derechos han sido desafortunadamente el frente de batalla de una guerra de más largo recorrido, más profunda más peligrosa que una batalla puntual contra una reivindicación legislativa concreta.

Al final, en todo este proceso, desde FELGTBI+, hemos tomado conciencia de que las personas trans y nuestros derechos han sido desafortunadamente el frente de batalla de una guerra de más largo recorrido, más profunda y, sí, más peligrosa que una batalla puntual contra una reivindicación legislativa concreta. Una batalla que no es por los derechos de las personas trans o del colectivo LGTBI+, sino por el avance o involución en derechos de todos los colectivos vulnerables y, especialmente, los derechos de la mujer. Una batalla en la que hay mucho dinero internacional de organizaciones ultraconservadoras financiadas por organizaciones religiosas, tanto protestantes de EEUU, como católicas como ortodoxas rusas. 

Beatriz Gimeno nos puso sobre aviso. Son las propias organizaciones ultraconservadoras las que reconocen en sus documentos que la batalla contra el matrimonio igualitario y los derechos de las mujeres, su batalla contra la “ideología de género”, se estaba perdiendo y que la manera de recuperar la iniciativa era, es, centrarse en atacar los derechos de las personas trans. No porque les preocupen particularmente las personas trans, sino porque siendo un colectivo muy pequeño y vulnerable se pueden desplegar ataques y discursos de odio que no serían viables contra colectivos más grandes. 

Pero, más importante todavía, contra las personas trans y sus derechos se puede articular un discurso radicalmente biologicista, que apele al “derecho natural” defendido por la iglesia y que cuestione el género como herramienta conceptual que permite entender que la opresión de mujeres y personas LGTBI es eminentemente social, derivada de comportamientos, valores y tradiciones sociales, para volver a lo biológico, a la desigualdad natural, por biología y, por tanto inevitable. 

Ley Trans
Ley Trans Estos son los requisitos en los países de la UE que reconocen la libre determinación de la identidad
Seis países de la Unión Europea —Dinamarca, Irlanda, Malta, Bélgica, Portugal y Luxemburgo— reconocen la autodeterminación de género. Así establecen sus leyes el camino para llevar a cabo el cambio en el registro.

El centrar la batalla en las personas trans tiene, además, una ventaja. Es relativamente sencillo presentarnos a las personas trans como el otro, como monstruos y amenazas contra las mujeres, en el deporte, en las cárceles, en los baños, en los espacios seguros… El ser tan pocas y nuestra realidad tan desconocida permite presentarnos como el perfecto “otro”, el invasor que pretende violar, corromper, borrar y robar a las mujeres y, así, lograr otro de los objetivos de esta batalla, quizá el mas importante: dividir. Dividir y enfrentar al colectivo LGTBI+ con el feminismo. 

Dividir y enfrentar al colectivo LGTBI+ con las personas trans. Dividir y enfrentar a las lesbianas o a los gays con las personas trans. Esa es la estrategia, que se ha seguido en varios países, entre ellos UK, y que ha logrado que muchas mujeres que se identifican como feministas hayan asumido una vuelta a la biología, a una supuesta ciencia. Digamos que han introducido el miedo y el odio al diferente, al vulnerable, la semilla del fascismo, en el feminismo y han logrado, hay que reconocerlo, que una parte del feminismo, pequeña, pero muy poderosa y llena de recursos económicos y simbólicos, se haya convertido en aliadas implícitas y explícitas de la ultraderecha religiosa. 

Esto lo hemos visto, desafortunadamente, también en España, de la mano de feministas del PSOE que no han sabido aceptar que el actual gobierno asignó el ministerio de igualdad a Unidas Podemos. Y esto, es ya sabido, les ha llevado a una deriva enloquecida de señalamiento de las personas trans y de oposición furibunda a cualquier cosa que propone el Ministerio de igualdad. Es una batalla por el poder político, una batalla partidista, en la que la munición ideológica, el discurso elaborado para convencer a más mujeres, lo ha puesto la ultraderecha vía mujeres anti trans de Reino Unido, principalmente. 

Es una batalla partidista, política, sobre nuestros cuerpos, sobre nuestros derechos, que está dejando, ha dejado ya, bajas simbólicas y personales terribles

Es una batalla partidista, política, sobre nuestros cuerpos, sobre nuestros derechos, que está dejando, ha dejado ya, bajas simbólicas y personales terribles, con sufrimiento, intentos de suicidio de menores trans, aumento del acoso y la violencia contra las personas LGTBI+, odio y división, enfrentamiento alimentado por las que han comprado esa munición radiactiva, ese discurso que están usando para radicalizar en el odio a todas las personas que puedan, con el objetivo nada oculto de romper el gobierno y hacer caer el ministerio de igualdad por la vía de impedir la aprobación de la ley trans. 

Pero lo que tenemos claro en todo momento, es que esta batalla contra el odio no se puede ganar alimentando más división y más odio. Es por eso que, desde el primer momento, hemos evitado alimentar la espiral de confrontación en las redes sociales, llenas de bots, cuentas falsas y campañas de bulos y odio. Es por eso también que, pese a todos los insultos, los desprecios, los señalamientos y las humillaciones, hemos tratado de mostrar que el avance en derechos de una minoría es, en el fondo, una medida de la dignidad y de la calidad de toda la sociedad. 

Hemos tratado de mostrar que nuestros derechos protegen los de todes y hemos buscado sumar a todas aquellas que querían sumar, evitando las divisiones y el choque lleno de odio que estaban creando. Aunque parezca mentira, requiere infinitamente más valentía y generosidad el ceder tus espacios y protagonismo en aras de la unidad que chocar frontalmente con quien te ataca. Es mucho más difícil, pero también, esta unidad del colectivo LGTBI+ y Trans, del colectivo LGTBI+ y del feminismo, en definitiva, de todas las personas que creemos en el avance en derechos y en la igualdad real, es imprescindible, porque divididas, caeremos.

Y con esa valentía en mente, este fin de semana todo el colectivo LGTBI+ y los colectivos de personas Trans hemos salido, juntas, juntos y juntes, para reclamar nuestros derechos, los de los menores trans, los de las personas no binarias y los de las personas migrantes. Y no he hemos salido para reivindicar solo derechos concretos, lo hemos hecho para reclamar un modelo de sociedad, desde la unidad, desde la generosidad, sin odio pero con profunda convicción de que la única manera real de avanzar es no tener miedo, es tener esperanza, es, en definitiva, ofrecer una utopía, un lugar mejor al que avanzar. Ese es nuestro cometido como movimientos sociales del cambio. Ese es el objetivo del feminismo y del activismo LGTBI+. Y eso es lo que somos.

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julen
16/12/2022 10:02

Me sumo a cada párrafo de esta declaración. No tengo ninguna objeción, nada que pueda añadir. Difícil expresarlo mejor. Zorionak.

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