Opinión
Mantícoras

Durante unas jornadas supuestamente feministas en una universidad pública, una ponente se atrevió a decir: “Las trans no sufren violencia porque son hombres”. Los espacios seguros no existen, aunque nos pese.

Es probable que haya quienes aún crean en la existencia de los espacios seguros, pero muchas sabemos ya lo que suele haber detrás de ese título, de esa promesa. Por eso tendemos a desconfiar de esta denominación que suele presentarse como un rótulo de neón, un reclamo gigantesco para aquellos cosmos supuestamente “inclusivos” y “transversales” que se autoproclaman entornos responsables y de cuidados.

Los espacios seguros no existen, aunque nos pese, y la creencia en los mismos es más bien una cuestión de fe, o una alucinación, que una realidad. Lo hemos aprendido a golpes.

Algunas de esas primeras colisiones las vivimos cuando éramos jóvenes. Cuando creíamos en todo, cuando luchábamos y nos pensábamos responsables del progreso, herederas de la verdad y protectoras de la justicia. Y así caímos, una y otra vez, en la trampa de esos lugares que se nos presentaban como refugios, de esos lechos en los que nos prometían un manto bajo el cual encontraríamos guarida y redención pero donde ya solo hayamos sepultura, aplastadas por esa tela, que es de plomo, contra el suelo sin poder respirar.

Los espacios seguros son madriguera de mantícoras, que cautivan a sus presas para que se acerquen y después matarlas y devorarlas. Y en muchas ocasiones los centros educativos son cómplices de esas masacres juveniles.

En unas jornadas “feministas” en una universidad pública de Castilla-La Mancha, una de las invitadas aprovechó para difundir un discurso violento hacia las mujeres trans y los hombres homosexuales

Hace unos días se celebraron unas jornadas “feministas” en una universidad pública de Castilla-La Mancha. Y había una mantícora. Pese a que las charlas estaban avaladas por otras instituciones públicas y supuestamente a favor de la atención a las víctimas de violencia de género, la violencia sobre la mujer y la responsabilidad social, se invitó a una persona a hablar sobre trabajo sexual y ¡oh, sorpresa! (no) aprovechó ese espacio para difundir un discurso violento y despiadado hacia las mujeres trans y los hombres homosexuales.

La mantícora se subió al escenario haciendo aspavientos, buscando la risa y la complicidad del alumnado y obteniendo el aplauso facilón de muchas de las asistentes (entre ellas varios miembros del cuerpo de seguridad local y también del docente de esa misma universidad) con chistecitos y chillidos mientras se paseaba por la tarima como si fuese un escenario.

Posiblemente la mayoría de las alumnas, alumnes y alumnos asistieron simplemente para obtener créditos ECTS, como hemos hecho todas en nuestra época universitaria, sentándonos en las butacas de la sala de conferencias de la facultad ajenas al contenido de las charlas. Nos ocurrió lo mismo a aquellas que estábamos allí para acompañar: no sabíamos quién iba a hablar. Su nombre apenas le resuena ya a nadie y, salvo un puñado de fans del mismo club del odio que conocían su nombre y su penoso espectáculo habitual, nadie sabía que la “voz experta” que venía a “denunciar la violencia sobre la mujer” iba a ejercerla allí mismo.

La mantícora se quitó la máscara y vio perfecto el momento para clavar garras y colmillos: “Las trans no sufren violencia porque son hombres”

Una de las alumnas le preguntó si dentro de su trabajo por la defensa de las mujeres entraban las mujeres trans. A la mantícora, que hasta entonces sonreía, se le ensombreció el gesto. Entonces, se quitó la máscara y vio perfecto el momento para clavar garras y colmillos en sus jóvenes presas (recomiendo a quienes tengan estómago sensible que salten al siguiente párrafo): “Las trans no sufren violencia porque son hombres”.

Aún me sigue estomagando esta frase y también la perorata con la que acompañó su respuesta. Todos sus comentarios, además de alarmantes e irresponsables, constituyeron una agresión directa y un claro discurso de incitación al odio. Y la policía aplaudía. Y las docentes aplaudían.

La mantícora, ya sin cubrirse, contestó a otra pregunta, solo para dejar claro su pensamiento venenoso sobre la existencia misma de la homofobia, negándola y afirmando que “cuando un hombre agrede a otro hombre es violencia sin más”. Ahora mismo, mientras se desarrolla el juicio contra los asesinos de Samuel Luiz, que murió apaleado al grito de “maricón de mierda”. Como si los golpes solo fuesen golpes, y no el resultado de una vida marcada por el odio hacia lo que somos.

Es una vergüenza y una postura extremadamente peligrosa por parte de la universidad pública no solo dar espacio, sino vitorear este tipo de alegatos ignorantes y ponzoñosos, de estos shows que no son más que una estrategia para distorsionar el feminismo y legitimar la violencia de los hombres cisheterosexuales hacia otras mujeres que no son ellas y hacia los hombres homosexuales. Intentar salvarse a una misma y a las iguales lanzando al resto a las fauces del depredador es vomitivo. Y permitir estas actitudes delante de decenas de jóvenes allana el camino para que los discursos de odio proliferen impunemente.

Debería garantizarse que los centros educativos (y ya no digamos si son públicos) sean entornos de aprendizaje y respeto. Pero solo son madrigueras de mantícora.

Opinión
La rabia y la mirada larga
Se celebra en estos días el juicio contra los acusados del asesinato a patadas de Samuel Luiz al grito de “maricón”. ¿Es legítimo, lícito, útil, éticamente correcto o bueno el que se estén compartiendo las fotos de los acusados en redes?
Cargando valoraciones...
Ver comentarios 1
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
AGANTRO
O desprazamento forzoso en Chiapas: metáfora da vida núa
Conversamos coa investigadora América Navarro sobre o desprazamento forzoso en Chiapas.
Altri
Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Salto medra contigo
O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Orgullo
O Orgullo Crítico enche de diversidade e de humanismo Galiza: “Transfeministas con Palestina”
Crónica visual de como unha enorme multitude encheu de diversidade o centro da cidade de Vigo.
O Teleclube
'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria
O Teleclube
'O Teleclube' pecha a temporada cos supervivintes de '28 anos despois'
Danny Boyle e Alex Garland volven ao mundo dos infectados que inspirou o renacemento dos 'zombis'.

Recomendadas

Medio rural
A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Migración
A veciñanza mobilízase para acoller migrantes tras o peche de centros de Rescate Internacional en Galiza
Tras o progresivo desmantelamento de varios dispositivos de acollida, moitos refuxiados foron trasladados a outros puntos do Estado sen aviso previo. Outros son simplemente desaloxados trala denegación da súa solicitude de asilo.
Ourense
Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
Comentarios 1

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...