Opinión
Travestis

La literatura no puede tener como fin la propia literatura porque las palabras siempre dicen cosas por lo que hay que decir cosas con ellas.
Campamento Chippewa
Campamento Chippewa durante su ya mítica actuación en el Gruta 77. Álvaro Minguito
17 may 2024 06:00

Me interesa la utilización del lenguaje porque nunca la comprendo por completo. Me interesa la transcripción de ese uso porque en las voces no reconozco toda la intención. Me interesa el lenguaje de las demás, su escritura y lo que quieren decir porque no estoy seguro de si yo tengo algo que aportar. Me interesa la opinión de las que han leído este texto antes de que se publique y la de las que lo lean ahora. No me interesa comparar a las autoras o “acusarlas” de parecerse. Me interesa juntarlas en un texto para seguir leyéndolas y decir que son únicas.

Si entre el prólogo de Juan Forn y el inicio de Las Malas (Tusquets, 2020) de Camila Sosa estuvieran las notas de Pedro Lemebel en Tengo miedo torero (2001; Las Afueras, 2021) y de Claudia Rodríguez en Cuerpos para odiar (Barrett, 2024) dedicadas a sus amigas, nadie se hubiera extrañado. Si en lugar de leer sobre esta lectura, leyerais la entrevista con la que Mariana Enríquez presenta su Editora por un libro y el prólogo de la propia Ariel Florencia Richards en Inacabada (Alfaguara, 2023), también os interesaría más el lenguaje de las demás que el propio.

Sosa escribe realismo mágico donde Lemebel escribía poesía. Lemebel escribía para que se le cantara donde Sosa escribe para que se le grite. Ambas para una causa y una casa común, para una utopía de colores cegadores y amor que, finalmente, resultó existir

Sosa escribe —reescribe— su libro a través de las entradas de su blog La novia de Sandro reivindicándose a sí misma, a su familia de travestis, llevándote a Lemebel para recuperar la memoria de finales de los años 80 y al futuro —que seguramente fue presente— con los fanzines de Claudia Rodríguez. Sosa escribe realismo mágico donde Lemebel escribía poesía. Lemebel escribía para que se le cantara donde Sosa escribe para que se le grite. Ambas para una causa y una casa común, para una utopía de colores cegadores y amor que, finalmente, resultó existir. Las tres, si contamos a Rodríguez, con un pasado fantasma, del que también escribe Richards.

En estos libros y los que nombraré ahora está todo: a veces no queda otra que elegir (o no poder elegir) familia y casa, no hace falta una familia para estar en familia ni una casa para estar en casa. Tener y sentir no son lo mismo. De ahí surge ese todo: la literatura no puede tener como fin la propia literatura porque las palabras siempre dicen cosas por lo que hay que decir cosas con ellas. No sé si me explico.

Casa. Familia. Amor. Palabra. Hombre. Niño. Travesti. Memoria. Vuelvo a estas ideas constantemente a través de nuevos libros. Donde escribí “ambas” ahora escribo “todas”. La lectura de Inacabada, y de Cuerpos para odiar, habla de la soledad como punto de partida para comprender lo colectivo y la socialización como un camino solitario. Sus libros están escritos hacia fuera y desde un dentro que es común en todas porque está relleno de las líneas que forman círculos. Son la prueba de que “ningún recuerdo está a salvo”, de que las fotografías son palabras y quien las hace las escribe y es eterna. De que la soledad del Claudio (y sus mil nombres), de Juana o de cualquier Orlando, de Virginia Woolf pero también de Paul B. Preciado, existe como la de cualquiera pero nace de la negación del afuera. Negar una transición es negarlas a ellas, negar los libros que preceden Inacabada, los fanzines que forman Cuerpos para odiar: “La importancia de la lectura y la escritura, así como la creación artística, como herramientas políticas del movimiento travesti”.

La Rana y La Tía Encarna son una casa, una madre por necesidad de dar y recibir amor. En sus casas hay más casas, son hostales que parecen palacios que refugian a todas en una intimidad que necesitan ante tanta violencia como La Bruja en Temporada de huracanes (Random House, 2017), de Fernanda Melchor. En casa todas cambian, todas mutan, todas se acompañan o se dejan espacio en función de lo que digan las lágrimas. Por eso las protagonistas reciben a los que sienten que deben ayudar en sus casas también. Por eso Carlos tiene una fiesta de cumpleaños, por eso El Brillo tiene un bautizo, por eso los clientes que dan lástima pueden ver la habitación de Camila. Existe una madre, una Lola dueña de la casa, eterna, omnipresente, múltiple como en La mala costumbre (Seix Barral, 2023) de Alana S. Portero.

La idea de lo individual para proyectar hacia la comunidad, para hacer entender lo que ellas no pueden explicar y hacerse paso como La Loca entre policías* con las bolsas de la compra. No siendo hombre en este mundo en el que para romperte te aíslan de lo que pasa fuera sin saber que lo importante está sucediéndote dentro. Ante eso solo queda lo que Sosa culmina con “embellecer la imagen de una misma” en el podcast La que te parió.

Los niños pueden ser hombres, pueden ser Hombres Sin Cabeza, pueden ser siempre niños, pueden ser mujeres o pueden no ser. Sosa niega la posibilidad de no ser en contra de la obligación, la manipulación, el golpe, la familia impuesta. Se levanta porque lo que parece lógico a veces no lo es. Richards reivindica la posibilidad de ser uno y luego otra y contar el camino a través de lo mismo. El Brillo y Carlos, de Las malas y Tengo miedo torero, son símbolos de lo que las separa de la normatividad. Se les niega su posesión negándoles el amor. Un amor que surge de toda esa negación. El del grupo, el ser amado o la ausencia de ambos, que también es amor pero no agarra. El amor es otro símbolo para demostrar lo que quieren que sean es todo lo que les separa de lo que son. El amor es una palabra y las palabras siempre dicen cosas por lo que hay que decir cosas con ellas. Hacer algo, viajar con la excusa de la intimidad que da el aislamiento. Esto Richards lo cuenta desde una intimidad de la intimidad, un doble círculo. Si bien esa soledad proviene de la negación, de cerrar los ojos delante de algo que existe, nadie puede impedir el renacimiento que también es propio y que empieza cuando se dice. Decir es empezar.

Todo es amor, todo dice amor, habla amor, “mendigar amor”, cobrar amor. Lemebel y Sosa escriben el miedo a tenerlo por perderlo, olvidar ese sentimiento o no, pero intentar no pensar en él. Rodríguez lo escribe en una memoria en la que la negación empezaba en las palabras, en el derecho a aprenderlas y usarlas. Una negación que convirtió el derecho en deseo y este en acto y este en aprendizaje y este en otro acto que se convirtió en lucha y esos cuerpos para ser odiados por no saber leer ni escribir se convirtieron en fuente de amor y reconfiguración. De “hija no deseada” a “hija travesti”.

Travesti también es una palabra y las palabras siempre dicen cosas por lo que hay que decir cosas con ellas. Sosa lo dice más de 150 veces repitiendo travesti cada una de esas veces. Busca la identidad, la no identidad y la ruptura del lenguaje mal proyectado.

También la escribe en boca ajena para mostrar el sentido que quieren darle. Cuando Claudia Rodríguez dice “una, mirando a otras travestis, aprende a ser travesti”, está diciendo lo mismo que Richards cuando explica en palabras de una niña la verbalización de la transición para acabar diciendo que “cuando se le pone fin a un periodo de larga reclusión y mutismo voluntarios, las palabras no solo traen consigo un viento que se siente en el cuerpo, sino que resuenan inaugurales, como si nadie las hubiera pronunciado antes”.

Igual que Copi se apropia de la crueldad y la violencia en El baile de las locas (1977, Anagrama, 2012), Claudia Rodríguez se apropia del lenguaje, lo aprende y pasa “del balbuceo” al “juguete favorito […] los que nadie quiere, los que aprendí a robar”. Descubre la distancia entre la calle y el activismo, cultura/academia/el dentro, y busca acercarse, conqusitarla sin perder la idea de representación de las travestis del afuera. Convirtió el lenguaje en una decisión política para conquistar, también, el amor propio, el lenguaje propio.

Travesti no se usa en España si no es con violencia. Ellas sacan de su territorio habitual a la palabra para abrirle un mundo. Leo travestis y leo magia, brujería, gatas, madres, lobas, manada, casa, niño, rosa, aceite de avión, noche, parque. Las direcciones en las que escribe Sosa definen la importancia de la diferencia que escribe Lemebel. La imperativa de apropiarse de las palabras y anular el castigo. Si leo travesti pienso en realismo mágico, Manifiesto, Los mil nombres de María Camaleón, alas, aullidos, nacimientos de vientres de ramas, La transfiguración de Miguel Ángel de todas a las que la Virgen les convirtió en mujeres y te gritan que “todo puede ser tan hermoso”.

Pero también leo a Claudia Rodríguez explicando que en Chile travesti está asociado a la delincuencia también. Que esa diferencia pasa por politizar el lenguaje, por nombrar el borrado de las travestis, el vih, su historia. Por eso el Estado no puede existir para ellas pero sí Lohana Berkins y su legado con la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT), el Manifiesto errorista, el Hablo por mi diferencia, el diccionario sucinto para el lector no entendido de Alberto Cardín al final de El baile de las locas**. Destruir la idea de belleza, de fracaso, y conquistar hasta la industria cultural con un fanzine, con una palabra.


*En La ciudad de la euforia, Rodrigo Terrasa cuenta que, en España, entre finales de los 90 yprincipios de los 2000, varias organizaciones sociales denunciaron que la Policía tenía la orden deidentificar a los detenidos en función de si eran homosexuales, toxicómanos, negros, enfermos desida o travestis, entre otras cosas. Si Sylvia Rivera dijo “no son movimientos políticos, en realidad,sino fruto de un tipo de solidaridad informal y apoyo mutuo, a menudo ligado a la delincuencia y elodio a la policía” y Sosa escribió “¡No! -grita La tía Encarna-. ¡A la policía no! No se puede llevar aun niño a la policía. ¡No hay castigo peor!” es porque resulta imposible sentirse a salvo con laautoridad, porque la autoridad es normatividad, ley, un hombre que dice qué y cómo tienes que ser.

**Buscando las diferentes connotaciones de travesti que se utilizan en países como España oArgentina me he encontrado un “diccionario” en línea en el que los usuario aportan sus propiasexplicaciones sobre los significados de las palabras. Cuando hablan de travestis se esfuerzan endejar claro que “son hombres que se disfrazan de mujeres y se acuestan con otros hombres pordinero” pero “a veces pueden conseguir ser gente famosa y querida por la sociedad”. “Maricón” o“puto” siempre aparecen en esas explicaciones. También he encontrado un estudio que no llegué aabrir pero cuyo abstract ya exhibe las palabras “masculinización cerebral” y “trastorno de la saludmental” titulado Causas del travestismo. El lenguaje y su uso me dan miedo.

 

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Un bolso gris
Me pregunto por qué hizo esa foto. Qué vio en ella. Si imaginó el cuerpo de la persona, probablemente una mujer, que llevó esa fina asa gris sobre su hombro.
Fútbol
Fútbol de clase ¿Qué se juega en el deporte?
Sobre la histórica relación entre deporte, política y movimiento obrero.
Opinión
Opinión El foro dominado por los combustibles fósiles que asesora a la UE sobre captura de carbono
Las tecnologías de captura de carbono han sido probadas durante más de 50 años, con una inversión global superior a 83.000 millones de dólares, con resultados insignificantes.
Galicia
Galicia ¿Quién es quién en el proyecto de la celulosa de Altri en Galicia?
Detrás de la factoría que la multinacional portuguesa y la Xunta quieren instalar en A Ulloa hay intereses políticos y hombres con dinero. Aunque lo llevan con discreción, tienen nombre, cara y patrimonio. Están tras Greenfiber y el Proyecto Gama.
América Latina
Memoria histórica “A ver si se anima”: la presidenta de México reta a España a que pida perdón por la conquista
Una manifestación recorrerá Madrid para recordar que el “hermanamiento” entre pueblos es imposible “sin el reconocimiento honesto de la historia y el presente, la toma de responsabilidad y la reparación correspondiente”.
Sudeste Asiático
Sudeste asiático Un fantasma recorre Asia: los desafíos del presidente marxista de Sri Lanka
En un contexto mundial de auge de la extrema derecha, la victoria en Sri Lanka del líder izquierdista Anura Kumara Dissanayaka, con estética y discurso marxista, obliga a analizar qué está pasando en este país azotado por las políticas del FMI.
LGTBIAQ+
Laura Terciado “Ahora para mí la palabra lesbiana significa alegría, feminismo y política”
La periodista Laura Terciado abre el grifo en su primer libro, en el que cuenta una infancia marcada por el bullying’ y el miedo al demonio. Dice haber salido del armario cientos de veces desde que logró designar su orientación.

Últimas

Formación El Salto
Formación El Salto Del Magreb al Golfo Pérsico: ¿cómo informar(se) sobre el llamado mundo árabe?
El Salto Formación trae para octubre el primero de sus cursos orientados a la información internacional. Una propuesta en la que revisaremos de forma crítica cómo (nos) informamos sobre los países árabes y otros estados históricamente relacionados.
Opinión
Opinión El foro dominado por los combustibles fósiles que asesora a la UE sobre captura de carbono
Las tecnologías de captura de carbono han sido probadas durante más de 50 años, con una inversión global superior a 83.000 millones de dólares, con resultados insignificantes.
Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío “Existe una mirada en el cine que antes no existía, porque antes no estábamos”
Nofuentes tiene los pies en Málaga, pero vuela a Latinoamérica, donde estuvo viviendo muchos años y se curtió. Película en la que curra, película que resuena, como ‘Incanxul’, que ganó el Oso de Plata en Berlinale.
Análisis
Análisis Las fronteras selectivas: discriminación en los movimientos y migraciones globales
Los países poderosos implementan políticas que protegen sus intereses estrechos, seleccionando a los migrantes en función de su capacidad de “adaptarse” a la sociedad receptora o basándose en criterios raciales, culturales y religiosos.
Comunidad El Salto
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate ‘El Estado feroz’, el primer libro de Pablo Elorduy
El responsable de Política de El Salto firma este ensayo donde recoge la historia política de las últimas dos décadas y la “restauración del orden tras el estallido de lo inesperado”.
Opinión
Opinión Un bolso gris
Me pregunto por qué hizo esa foto. Qué vio en ella. Si imaginó el cuerpo de la persona, probablemente una mujer, que llevó esa fina asa gris sobre su hombro.
Que no te lo cuenten
Que No Te Lo Cuenten De guerras y alquileres
VV.AA.
Se cumple un año de la masacre israelí en gaza con cerca de 50.000 muertos y 200.000 heridos
Ocupación israelí
Según una Comisión de Investigación de la ONU Israel destruye de manera “deliberada y sistemática” el sistema sanitario de Gaza
Un nuevo informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre los Territorios Palestinos Ocupados muestra la destrucción deliberada y sistemática del sistema sanitario de Gaza por parte de Israel.
Neocolonialismo
Educación y memoria Descubrimiento, aventura y encuentro de dos mundos: así quiere Ayuso que se cuente el 12 de octubre
Ante la Semana de la Hispanidad propuesta por la Consejería de Educación, parte del profesorado se forma e intenta ofrecer una visión más amplia sobre lo que significó el inicio del periodo colonial en América.

Recomendadas

México
México Biopiratería, una amenaza constante a la biodiversidad y los saberes ancestrales en México
El extractivismo de las especies autóctonas y los conocimientos de los pueblos indígenas plantea un desafío para las comunidades, expuestas a tener que defender este patrimonio inmaterial ante los bufetes legales de las multinacionales.
Derecho a la vivienda
Especulación inmobiliaria Qué hay detrás de las movilizaciones por el derecho a la vivienda de este 13 de octubre
La crisis de vivienda vuelve a marcar la agenda política con acusaciones cruzadas entre el Gobierno central, las administraciones autonómicas, los partidos políticos y las organizaciones sociales.
Líbano
Líbano Israel convierte el Sur de Líbano en zona militar mientras continúa su política de expulsión de población
El estado sionista presenta como “guerra contra Hezbollah” el ataque contra posiciones de los cascos azules de la FINUL, la destrucción de centros de bomberos y la expulsión de centenares de miles de civiles desvinculados de la milicia libanesa.