Centros sociales
Sin Centros Sociales no hay democracia

Conviene saber que sin centros sociales como La Ingobernable o La Casa Invisible hay poco margen para la transformación social y la radicalidad democrática a la que, se supone, aspiramos

La Ingobernable IV
Entrada de La Ingobernable Álvaro Minguito


La invisible
16 jun 2018 10:00

El intento de desalojo de La Ingobernable que tuvo lugar el pasado 6 de junio tiene mucho de absurdo. Primero, por de quién viene, el gobierno municipal de Ahora Madrid, que sigue, no obstante, enarbolando con orgullo la bandera del cambio social. Y segundo, todavía más paradójico, porque el propio Ayuntamiento de la capital del reino acaba de aprobar una ordenanza que permite ceder inmuebles a quienes los recuperen en beneficio de la comunidad. Al menos, así lo han vendido. Por eso no se entiende que el expediente administrativo para recobrar el edificio de La Ingobernable siga abierto. No se trata aquí de negar las dificultades internas y externas que, de seguro, conllevan la puesta en práctica de esa vía que supuestamente abre la mencionada ordenanza. Ahora bien, nadie debería pasar por alto que La Ingobernable es ya, de forma efectiva, una institución del común, resultado del apoyo mutuo cotidiano y la potencia de la cooperación. Es una realidad aplastante que se trata de un espacio comunitario sin mando en el que participan un buen número de movimientos sociales junto a una amplia parte del tejido asociativo y vecinal de la metrópoli madrileña. Ese es, en teoría, el requisito a cumplir. Sin embargo, el centro social de c/ Gobernador 39, verdadero muro de contención de las lógicas mercado-céntricas y inmobiliario-especulativas que están devastando Madrid, ya ha tenido que hacer frente a dos órdenes de desalojo desde su recuperación en mayo de 2017. Y sin intervención de Ciudadanos mediante.

Absurdo ha sido igualmente, aunque también más dramático, por la violencia policial ejercida, el desalojo de hace menos de mes en A Coruña del CSO A Insumisa por parte de Marea Atlántica, sólo tres días antes de que tuviera lugar la celebración de un acto organizado por la propia candidatura que llevaba por nombre “Comúns urbanos: A experiencia napolitana”. En este acto, finalmente suspendido, iban a participar compañeras de L’Asilio Filangiere, un espacio liberado reconocido como bien común por el Ayuntamiento de Nápoles en 2016. Si lo que se pretendía era generar un marco de reflexión y diálogo en la ciudad sobre nuevas formas de institucionalidad en lo urbano (y aquí, de entrada, no deberían caber concepciones apriorísticas o planes preestablecidos), lo acontecido, desde luego, no era la mejor forma para lograrlo.

Más allá de sarcasmos y absurdidades, el auténtico drama que todo esto esconde es la certificación de que, en general, las llamadas “candidaturas del cambio”, allí donde gobiernan, no sólo no han satisfecho las expectativas puestas en ellas en cuanto a la apertura de nuevos marcos de posibilidades políticas y consecución de derechos, sino que, además, están contribuyendo a dejar tras de sí un erial en cuanto a la generación de experiencias de autogobierno y construcción comunitaria. Los dos casos señalados son evidencia que desde la esfera institucional se está jugando una carta extremadamente perversa en relación a los centros sociales: promoción de lo común, sí, pero siempre supeditado al dictado de lo universal y lo público. Con ello, las posibles soluciones, que son antes que nada políticas, adquieren un cariz primordialmente técnico, revestidas con una pátina de participación ciudadana (gestión participada) que queda, no obstante, bien lejos de la verdadera intervención colectivo-comunitaria, la autonomía, la autogestión y el derecho a la ciudad.

Un centro social no es un centro ciudadano municipal, ni una sala de usos múltiples, ni siquiera un ateneo

En el fondo, no estamos más que ante lo mismo que piden Ciudadanos y el PP de Málaga para la Casa Invisible, lo que, ciertamente, es harto preocupante. Ni el partido que gobierna la capital de la Costa del Sol ni su socio naranja, que el pasado otoño emprendió una campaña de acoso y derribo contra la Casa Invisible por mero electoralismo, aceptan que existan experiencias de autogestión de recursos comunes al margen de las administración públicas. Faltaría más. Desde su visión, por poner un par de ejemplos, la gestión de la Casa Invisible no es posible fuera del ámbito regulador de la propia institución municipal, así como tampoco lo es que la rehabilitación del inmueble en el que se ubica pueda ser llevada a cabo por el colectivo que lo habita y cuida desde hace más de once años. De hecho, no se ha planetado otra cosa por parte del alcalde Francisco de la Torre durante todo este tiempo que no fuera el abandono del edificio como paso previo e indispensable para cualquier tipo de acuerdo de cesión posterior. Y esto es así porque impera una suerte de ritualidad normativa que impone la premisa de que sólo existe un único marco legal posible, sin considerar que el derecho pueda regular nuevas realidades a partir de nuevas necesidades. Lo grave, como apuntaba arriba, es que estas concepciones son muy parecidas a las que han sobrevolado el debate en el caso del CSO A Insumisa, y las que siguen haciéndolo en el de La ingobernable.

Pero un centro social no es un centro ciudadano municipal, ni una sala de usos múltiples, ni siquiera un ateneo. No es un contenedor cultural que cede espacios, ni en ellos ha lugar a la burocratización de la cogestión. Los centros sociales, como instituciones del común, no tienen sustituto alguno. No cabe aquí hacer, por enésima vez, un relato de todo lo que puede un centro social. Basta con decir que, en el actual contexto de expolio neoliberal y hegemonía del poder financiero, son un ejemplo claro de ruptura con las lógicas de la acumulación por desposesión, impulsado fenómenos de reapropación de bienes comunes y dinámicas de creación de redes solidarias. En los casos concretos de La Ingobernable y La Casa Invisible, dos centros sociales situados en los respectivos centros de sus ciudades, nos hallamos, además, ante dispositivos clave contra la gentrificación y turistización. Se encuentran en el núcleo del espacio en pugna de la colonialidad urbana. No es cosa baladí: esta naturaleza resistencial y generadora de contrapoder tiene amplias posibilidades de expansión y reproducción a partir del conflicto social. Conviene, por tanto, saber que sin centros sociales como La Ingobernable o La Casa Invisible hay poco margen para la transformación social y la radicalidad democrática a la que, se supone, aspiramos.

Si no hay gobierno municipal que apueste por el virtuosismo de facilitar, ya no digo siquiera fomentar, fórmulas de autogobierno, si no hay candidatura que defina cuáles son sus objetivos de cambio, pudiendo así encontrar de nuevo alianzas y complicidades con los movimientos sociales y las experiencias autónomas, difícilmente se va a poder generar ningún tipo de marco transformador que sobreviva al mantra gobernista de la buena gestión. Menos aún podrá existir un imaginario fuerte para la impugnación del actual estado de las cosas. El derecho a la intervención en lo urbano y al disfrute expansivo de lo comunal, es decir, el derecho a la ciudad, no está siendo atacado por la ideología neoliberal por casualidad. Inocular el virus de la competencia social es más fácil sin espacios de apoyo mutuo y sin dispositivos radicalmente democráticos como los centros sociales. La reapropiación de lo público-común debería, por tanto, ser una estrategia asumida también por toda institución con vocación emancipadora y con aspiraciones a construir un cuerpo social verdaderamente democrático. Es hora, pues, de abandonar el fetichismo legalista y ponerse a pensar estrategias para conquistar de una vez por todas un derecho para los espacios del común.

Sobre o blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Madrid
Madrid Sareb amenaza con desahuciar el centro social La Animosa, en Hortaleza
Los colectivos que participan del centro social okupado, y que han dado vida a este espacio durante los últimos cuatro años, convocan a defender su permanencia aunque se ha retrasado la fecha de desalojo hasta el 26 de mayo.
Madrid
Carabanchel Amenazas, acoso, policía y un incendio: integrantes del CSO Vetades se ven forzados a abandonarlo
Los jóvenes aseguran que esperaban la fecha del segundo juicio ya que ganaron el primero pero lo recurrió la propiedad, por lo que consideran que ha sido un desahucio forzado. El final de la mañana del martes se saldó con dos jóvenes detenidos.
#18822
16/6/2018 14:12

Ahora Florentino no está para estas cosas.

4
1
Sobre o blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas as entradas
Investigación
Investigación Varios refuxiados denuncian á ONG Rescate Internacional por explotación laboral e agresión sexual
A Garda Civil investiga o centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran traballar sen contrato a cambio de 50 euros semanais. A ONG xestiona 1.700 prazas do programa estatal de acollida.
Galicia
Galicia A Xunta aprobou a celulosa de Altri argumentando que a súa cheminea de 75 metros sería “icónica”
O Informe de Patrimonio Cultural, favorable á multinacional, emitiuse con base en dúas encargas externas, contratadas e pagadas pola empresa ao ex presidente e ao actual tesoureiro de Icomos-España.
Educación
Educación Protocolos éticos en espacios educativos: ¿qué dicen sobre el abuso de poder?
La asociación de referencia para las escuelas gestalt acaba de aprobar un protocolo para detectar y abordar del abuso de poder. Otros ámbitos educativos cuentan con documentos éticos sobre este asunto.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Madrid
Movimiento estudiantil Vuelve la acampada universitaria por Palestina y contra el asedio de Gaza por parte del Estado de Israel
Los estudiantes vuelven a acampar en el campus de la Universidad Complutense en protesta y contra el genocidio palestino que “ha continuado y se ha intensificado”. Acusan de “inacción” al Gobierno español y exigen detener el rearme europeo.
LGTBIAQ+
Informe Estado del Odio Las agresiones físicas y verbales a personas LGTBI+ se han duplicado en el último año
El informe Estado del Odio: Estado LGTBI+ 2025 revela que el 20,3 % de las personas LGTBI+ encuestadas ha sufrido acoso. La discriminación en ámbitos como el empleo, el acceso a servicios o la vivienda, alcanza al 25,25 % del colectivo.
Más noticias
Personas sin hogar
Personas sin hogar “No todos somos conflictivos”: la otra cara de los sintecho en Barajas
Las personas que “viven” en el aeropuerto de Barajas, como en tantos otros, son el reflejo de un problema de fondo: el aumento constante del sinhogarismo ante el encarecimiento del acceso a la vivienda.
Eléctricas
Eléctricas Aagesen descarta el ciberataque y sitúa la desconexión que llevó al apagón en Granada, Badajoz y Sevilla
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica explica en el Congreso que siguen investigando, pero avanza que no fue un problema de cobertura ni de reserva. El Ejecutivo no ha detallado qué tipo de energía fue la que falló.
València
València La instrucción de la dana determina que Pradas y Argüeso cometieron una “grosera negligencia”
La magistrada Ruiz Tobarra resalta en un auto la inoperancia de la ex consellera y el ex secretario de emergencias, y califica como “absurdas” sus explicaciones sobre el retraso del sms.
Opinión
Opinión Por qué es vital que el mundo (y Europa) se desarme
Mientras buena parte de los políticos mundiales nos hablan de las amenazas que suponen los Otros, la conclusión en el campo de la ciencia climática es que los problemas del siglo XXI son consecuencia del modo de vida desmesurado del mundo occidental.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Uruguay
Muere Mújica Muere José Mujica: el descanso del guerrero
La muerte de Pepe Mujica hará aumentar sin duda la leyenda que rodeó durante tantos años al viejo guerrillero tupamaro convertido en presidente de Uruguay, pero no todos serán elogios.
Pensamiento
Michael Hardt “La respuesta a Trump no debe ser volver a la normalidad”
Pensador estadounidense y colaborador de Antonio Negri en algunas de sus mejores páginas, el filósofo Michael Hardt ha seguido dedicando su trabajo a la idea y a las prácticas del común.