Opinión
Una catástrofe simbólica evitada

De un Estado no se espera que ponga la salud de la ciudadanía en manos de negocios privados cuya prioridad, inevitablemente, es el negocio y no la salud.
16 may 2024 10:10

Todo empezó con la discusión sobre una prestación universal de crianza entre quienes pedían que fuera por renta, y quienes decían que la universal, instaurada en otros países, funcionaba bien.

Éramos colectivos distintos, teníamos nuestros debates pero acordamos apoyar la universal. Entonces, desde las instituciones se usó una comparación que, a nuestro entender, no encajaba. Si hoy, dijeron, se quisiera implantar un sistema sanitario público universal, parte de la izquierda se opondría.

En vez de rebatirlo, hicimos una especie de llave de judo colaborativo. Pedimos que la sanidad, como la prestación propuesta, fuera realmente universal. Porque hay colectivos vulnerables excluidos. Y porque el Estado, con actos y leyes, expresa cada día que no confía en el Sistema Nacional de Salud.

En 2021, la Comisión de Sanidad rechazó la integración del mutualismo administrativo en el régimen general del Sistema Nacional de Salud. Eso sí, el diputado socialista Ortega reconocía “cierta incoherencia” en que los funcionarios públicos no fueran tratados en la pública.

“Cierta incoherencia” por decirlo, suponemos, suavemente. Funcionarios civiles del Estado, junto con jueces y militares, son, vale decir, ¡premiados! con el derecho a usar la sanidad privada que, para ellos, el Estado contribuye a sufragar.

Hoy, dado el abandono de la pública, permitido y promocionado por el Estado mediante leyes vigentes que las comunidades autónomas usan, puede que la privada sea más rápida y cómoda para algunos problemas leves. Cuando llegan los graves, la mayor parte de las entidades privadas intenta, es un hecho, librarse del paciente que genera más gasto que beneficio, y lo acoge la sanidad pública.

No hay manera de hablar de sanidad pública universal y dar por bueno que el Estado pague a jueces, militares y funcionarios civiles una sanidad privada

No hay manera de hablar de sanidad pública universal y dar por bueno que el Estado pague a jueces, militares y funcionarios civiles una sanidad privada. Es una catástrofe simbólica. No solo simbólica. La financiación que se pierde debilita el Sistema Nacional de Salud.

Vienen tiempos difíciles. Es necesaria una sanidad pública fuerte que cuente con recursos; toda la población se vería favorecida.

El aumento progresivo de desastres y problemas medioambientales hace que las cosas no se reparen. Miremos cerca, dice Marta Peirano, no solo esos lugares donde tras un terremoto o un huracán mucho se queda sin reparar. Miremos, dice, nuestra sanidad pública.

Con el huracán de la pandemia mueren miles de miembros del personal sanitario, otros terminan agotados, se dan de baja o se jubilan antes tiempo. A la vez, afloran carencias acumuladas por la menguante financiación debida en parte al crecimiento de los conciertos con la privada, por cierto, casi ausente como en otros casos, en los días más duros de la pandemia. Y nada se ha reparado.

A veces cuesta evaluar las consecuencias de algunas políticas sanitarias. Con respecto a la Atención Primaria, su gigantesca aportación a la salud poblacional ya está evaluada, durante décadas, en distintas comunidades y países. Y nada se ha reparado.

De un Estado no se espera que ponga la salud de la ciudadanía en manos de negocios privados cuya prioridad, inevitablemente, es el negocio y no la salud.

Todo esto dijimos para defender la sanidad pública universal, el apoyo drástico a la especialidad de Medicina de Familia, la inclusión de los colectivos excluidos, la supresión de los conciertos con la sanidad privada que evitará transferencias de lo público al negocio de unos pocos.

Y se nos escuchó.

Y hubo una sanidad pública universal, fuerte, calmada, de la que pudieron disfrutar todas las personas. La población, con menos miedo a la incertidumbre de la mala suerte y a la certidumbre de las causas externas que agreden a la salud, empezó a tener más tiempo y energía para participar en lo común y mejorarlo. En en lo que cabría llamar una espiral de los aciertos, esa falta de miedo y ese aumento del asociacionismo hizo que disminuyera el aislamiento, que aumentasen las narraciones y luchas compartidas, y así aumentara la salud lo que a su vez hizo...

Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
AGANTRO
O desprazamento forzoso en Chiapas: metáfora da vida núa
Conversamos coa investigadora América Navarro sobre o desprazamento forzoso en Chiapas.
Altri
Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

El Salto n.79
el salto
Galicia dice 'no' al capitalismo verde y en el último número de la Revista El Salto te lo contamos
Ya está disponible el número 79 de nuestra revista, en el que destacamos la investigación y el rechazo social que encuentra el proyecto de macrocelulosa de la multinacional Altri.
Orgullo
O Orgullo Crítico enche de diversidade e de humanismo Galiza: “Transfeministas con Palestina”
Crónica visual de como unha enorme multitude encheu de diversidade o centro da cidade de Vigo.
O Teleclube
'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria
O Teleclube
'O Teleclube' pecha a temporada cos supervivintes de '28 anos despois'
Danny Boyle e Alex Garland volven ao mundo dos infectados que inspirou o renacemento dos 'zombis'.

Recomendadas

Medio rural
A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Migración
A veciñanza mobilízase para acoller migrantes tras o peche de centros de Rescate Internacional en Galiza
Tras o progresivo desmantelamento de varios dispositivos de acollida, moitos refuxiados foron trasladados a outros puntos do Estado sen aviso previo. Outros son simplemente desaloxados trala denegación da súa solicitude de asilo.
Ourense
Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...