Pista de aterrizaje
Silvia Agüero: “El antigitanismo es otro macho al que hay que derribar”
Silvia Agüero es promotora de la campaña internacional contra la violencia etno-obstétrica La revolución de las rosas romaní e imparte talleres sobre antigitanismo y feminismo.
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“Vengo a revolveros las tripas”. Así empieza Silvia sus talleres sobre antigitanismo y feminismo en Valencia. Y basta con observar a las personas asistentes cuando acaba la charla para despejar las posibles dudas sobre si lo ha conseguido. Es gitana, mestiza y feminista. Ella reivindica la decisión personal de practicar la gitanidad: “Ser gitana, para mí, es una honra a mis ancestros, a las mujeres gitanas de Zaragoza, a mi abuela y a mi suegra”, sentencia. Silvia Agüero es promotora de la campaña internacional contra la violencia etno-obstétrica La revolución de las rosas romaní. También colabora en Pikara Magazine y es editora del blog familiar Pretendemos gitanizar el mundo.
¿Qué es el antigitanismo?
Es una ideología basada en la superioridad de la raza paya y de sus modelos organizativos, sociales y culturales. Es sistémico, ya que se produce sobre todo desde el sistema institucional y es permitido e instigado por las instituciones; y es estructural, porque se da en todas las estructuras sociales.
¿Cómo se manifiesta actualmente?
De varias maneras. Por ejemplo, en los programas de inclusión del pueblo gitano. La palabra inclusión sigue significando integración, no ha cambiado el contexto para nada. Quieren incluirnos, integrarnos, quitarnos nuestra gitanidad y hacernos payos y payas. Quieren hacerlo porque les molestan nuestros modelos organizativos. Se manifiesta en la planificación familiar que se nos hace a las mujeres gitanas. Lo vemos en la venta ambulante del mercadillo, en la salud, en la vivienda... Todos los pueblos de esta querida península [ironiza] tienen un gueto diseñado por el poder para relegarnos a las gitanas y a los gitanos a la más miserable de las vidas.
"Quieren incluirnos, integrarnos, quitarnos nuestra gitanidad y hacernos payos y payas porque les molestan nuestros modelos organizativos"
En tu blog afirmas que no crees que sea posible agitanar nada ni nadie, pero sí crees en “la posibilidad de gitanizarse”. ¿Qué significa gitanizarse?
Esto de gitanizarse fue una idea de mi marido, no mía. Él empezó con el blog de ‘Pretendemos gitanizar el mundo’. Gitanizarse es una acción. Es dejar de ser etnocéntrico, saber de nuestra cultura y acercarse a nosotros con respeto. Coger lo mejor de nuestra cultura, como el flamenco, nuestros referentes. Y ser partícipes y aliadas en la lucha. Eso es gitanizarse.
¿Hay antigitanismo en el feminismo hegemónico?
Por supuesto, y es brutal. Siempre están con lo de “feminismo gitano es un oxímoron” o “¿por qué el feminismo tiene que tener apellidos?”, refiriéndose al feminismo negro o el feminismo islámico. Parten de la base de que el feminismo es algo suyo y que nosotras le ponemos el apellido, y eso no es cierto.
Antes quizá no lo llamábamos feminismo, pero para nosotras la supervivencia de la mujer existe desde la Gran Redada de 1749, cuando las mujeres gitanas se revelaron en la Casa de la Misericordia de Zaragoza, o desde el Samudaripen, el holocausto nazi hacia las gitanas en el que las mujeres se revelaron en Auschwitz. Esas son nuestras feministas. Me rebelo contra las feministas hegemónicas cuando nos dicen que no tenemos referentes, porque están haciéndome daño a mí y están negando a todas esas mujeres que se desnudaban para herir el pudor de los curas en Zaragoza o que lucharon por sus vidas con palos y piedras para no morir en las cámaras de gas.
Este 8M hubo una huelga masiva que congregó a mujeres de todo el Estado español. ¿Estaban las mujeres gitanas incluidas en el movimiento?
Bueno, el 8M en Madrid sí que intentó estar con la Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad, pero al final en el manifiesto que leyeron no incluyó nuestras protestas. No podemos ir a una huelga general porque no tenemos trabajos para hacer huelga. ¿Cómo hago huelga si soy madre de cuatro niños? No me estoy quejando, pero es que realmente el 40% de las jóvenes gitanas se declaran desempleadas. Sería tan fácil como escucharnos y escuchar nuestras luchas. El sistema que nos oprime es el mismo: patriarcado y antigitanismo son hermanos. El antigitanismo es otro macho que hay que derribar.
¿Hay antigitanismo en los medios de comunicación?
Por supuesto. Son los que lo provocan y lo promueven, aunque haya una ley que prohíba la incitación al odio. Están siempre utilizando palabras como clan o patriarca, o especificando la etnia en una noticia cuando no es necesario. ¿Tu familia es un clan? ¿Le llamas patriarca a tu padre? Porque nosotros no.
Tras la polémica de los chistes de payos de Roberto Bodegas, una gran parte del gremio humorístico salió a defender la libertad de expresión en el humor. ¿Qué opinas?
Eso no es libertad de expresión. Lo que quieren decir es que quieren tener derecho a la libertad de discriminación. Roberto Bodegas es un tipo mediocre que no tiene ninguna gracia y que ahora está teniendo un boom porque se ha llevado a toda la gente de Forocoches o de Burbuja.info. Un pobre mediocre que no tiene donde caerse muerto.
Tú gestionas el movimiento de La Revolución de las Rosas…
Bueno, el movimiento de la Revolución de las Rosas Romaní. La fundadora es Jesusa Ricoy, que es mi comadre y está totalmente gitanizada. La Revolución de las Rosas Romaní es la lucha contra la violencia obstétrica y en este caso contra la violencia etno-obstétrica antigitana. Yo he sufrido eso en mis propias carnes y he visto como mis primas lo sufrían, pero he tardado mucho en darme cuenta y he tenido que sufrir todos estos procesos. Entonces, la Revolución de las Rosas Romaní está abierta para que todas las mujeres gitanas puedan escribirnos y contar sus historias íntimamente y crear un grupo de mutua ayuda para poder luchar contra eso. Es lo que se necesita: escucharse y darse cariño.
"La violencia etno-obstétrica está invisibilizada porque es una opresión institucional por parte del sistema médico-patriarcal, donde parece que todo lo que hagan los médicos está bien"
¿Qué es la violencia etno-obstétrica?
Es un concepto que hemos tenido que desarrollar, bajo el que se interseccionan dos opresiones: la violencia obstétrica y el antigitanismo. La violencia obstétrica es algo que sufrimos todas las mujeres durante el embarazo, cuando vamos a parir o con la lactancia. Está invisibilizada porque es una opresión institucional por parte del sistema médico-patriarcal, donde parece que todo lo que hagan los médicos está bien, porque es una autoridad y “tú no controlas tu propio cuerpo”. Realmente han patologizado el parto de una manera brutal, donde se ve el embarazo como una patología y no como algo natural en tu vida. Y esta opresión, cuando la sufren las mujeres gitanas, se intersecciona con el antigitanismo.
¿De qué manera?
Eslovaquia ha sido condenada por esterilizar a mujeres gitanas sin su consentimiento. En España, lo que te puedo contar y lo que veo por mis ojos, ya que no hay ningún estudio sobre ello, es que se convence a las mujeres gitanas para esterilizarlas. Pero es todo un sistema: no solo la institución médica, sino los servicios sociales, la policía y el sistema judicial. Porque si tienes cuatro o cinco hijos y no eres del Opus Dei, a lo mejor te tienen que vigilar con precaución. Porque si eres del Opus Dei no pasa nada, claro. O si eres una madre hippie alternativa y llevas a los niños descalzos porque un pediatra ha dicho que es bueno para su desarrollo está bien, pero si los llevas descalzos porque sí, como lo hacemos nosotros, se nos critica y se dice lo de “mira el gitano en la chabola”.
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