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Fronteras
Cuando la palabra “asilo” pierde su significado. El nuevo Pacto de inmigración y asilo de la UE
La palabra “asilo” a veces da repelús porque imaginamos un lugar lleno de personas ancianas solas y sin mucha atención. Pero si curioseamos por el Diccionario de la Lengua Española leemos: “Lugar privilegiado de refugio para los perseguidos. Amparo, protección, favor”. Las palabras a veces esconden significados que pueden hacer que nos reconciliemos con ellas.
En una breve visita por la web de la Unión Europea sobre el nuevo Pacto de Inmigración y Asilo vemos imágenes con tonos pastel y ambiente de extrema cordialidad. Sus epígrafes tratan de: “Aumentar la confianza”, “Solidaridad”, “Respuestas solidarias adaptadas a situaciones específicas” y “Un planteamiento inclusivo”, pero hay truco: no se refieren a las personas que migran o precisan de asilo (recordamos: amparo, protección), sino a cómo van a solidarizarse los Estados entre sí para expulsar mejor. La Unión Europea, como el mejor de los trileros, nos obliga a buscar “dónde está la bolita”.
LAS BOLITAS DEL PACTO
Bolita nº 1: Aumentar la confianza
La UE habla de “aumentar la confianza, de introducir nuevos procedimientos de control fronterizo, reformar el código de fronteras Schengen, mejorar los procedimientos de ubicación de personas vulnerables y rescatadas en el mar y apoyar a otros países que acogen refugiados”.
Desde la Segunda Guerra Mundial toda persona tiene derecho a pedir asilo, pero con el nuevo Pacto este derecho puede dejar de ser universal en territorio europeo, basándose en algunos casos en el requisito de la simple nacionalidad para poder ser sujeto de ese derecho o no. Hasta ahora todo niño y niña tiene derecho a estar junto a su padre y madre, es una de las bases del arraigo familiar. Si se aprueba este Pacto, se pisotea este derecho también.
Tampoco habrá movilidad geográfica para los solicitantes de asilo, bajo penalización económica al país que estudia el expediente de asilo y que se traduce en militarización de fronteras dentro de zona Schengen.
Bolita nº 2 : Responsabilidades claras
...mediante un “nuevo control obligatorio previo a la entrada para establecer la condición de las personas de manera rápida a la llegada e identificación, controles sanitarios y de seguridad, toma de impresiones dactilares y registro en la base de datos Eurodac”. Ahora las devoluciones en caliente se practican pero son ilegales y se pueden denunciar ante los tribunales europeos. Tras el Pacto, serán legales e incluso financiadas por la UE.
Se apuesta también por una mayor militarización social y de las fronteras. Se sigue fortaleciendo Frontex. De hecho, en pocos días se van a reunir representantes de la industria militar en la Frontex General Industry Days: Innovación para las funciones de la guardia de fronteras y costas. Dos días, el 6 y 7 de diciembre de 2023, con un objetivo claro: “crear un foro donde los participantes puedan discutir libremente las innovaciones tecnológicas propuestas”. Estas innovaciones pasan por cómo identificar y retornar de manera voluntaria o involuntaria a las personas migrantes “captadas” en las fronteras. La palabra libremente me estremece. A calzón quitado, sin complejos.
Bolita nº 3: Solidaridad y flexibilidad para los Estados miembros
...mediante la “reubicación de personas recién llegadas y asistencia para responder a las tendencias migratorias específicas que afectan a los Estados miembros mediante la cooperación con países no pertenecientes a la UE.
Cuando se firme el Pacto, se podrá regularizar, normalizar y ampliar el número de países considerados aptos para devolver personas y que, según el nuevo Pacto, sus ciudadanos ya no podrán pedir asilo. Da igual que sean países donde no se garantiza ni la seguridad de las personas ni el respeto de los derechos más básicos: Senegal, Marruecos, Turquía, Libia, Túnez, Egipto y Níger.
Bolita nº 4: Respuestas solidarias adaptadas a situaciones específicas
...con la “reubicación ampliada a los refugiados reconocidos y contribuciones basadas en la parte equitativa de los Estados miembros con un mecanismo de solidaridad centrado en la reubicación”
Aquí la bolita nos habla de dinero y del control de las fronteras. Antes del Pacto las personas refugiadas o solicitantes de asilo son consideradas y tratadas como colectivo vulnerable, tras el Pacto podrán ser privadas de libertad en macro cárceles, extrapolando el modelo de campo de Lesbos, a todos los países del territorio europeo.
Se introduce el mercadeo de seres humanos. Si se firma el pacto, se darán 20.000 euros por persona/año al país receptor que no quiera estudiar la solicitud de asilo y que pagará para derivar a otro país miembro. Este dinero será para deportaciones y fortalecer aún más las fronteras.
Por último, un planteamiento inclusivo
Hablan en sus reuniones de tener en cuenta el equilibrio prudente e integrador de todas las perspectivas. Jolines, la bolita ya no sabemos dónde está. Parece que tomaran las decisiones por consenso.
EL PAPEL DE ESPAÑA EN EL PACTO
Grande-Marlaska, en rueda de prensa en Granada el 4 de octubre de este año, estaba feliz porque “los 27 dan luz verde en Bruselas al Reglamento de Crisis, prioridad de la presidencia española de la Unión Europea en materia de Interior”. El nuevo texto establece el marco legal que permitirá a los Estados miembros “adaptarse a una situación de crisis en el ámbito del asilo y migraciones” en lo relativo al registro de las solicitudes de asilo y en el procedimiento de asilo en frontera. Estos países también podrán solicitar la “solidaridad” y medidas de apoyo de la UE y sus Estados miembros.
De nuevo la palabra solidaridad con países que se enfrenten a una crisis migratoria. Los apoyos se materializarán en: traslado de solicitantes de asilo o de protección internacional a otro estado miembro al que se compensará financieramente.
FUEGO AL PACTO
Pero en la aldea de indomables galos (y galas) hay gente que sabe que este nuevo pacto es una mi….
El 27 de noviembre se reúne en Barcelona el VIII Foro Regional de la Unión por el Mediterráneo y el 4 y 5 de diciembre el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior en Bruselas. No se sabe cuándo pueden hablar del pacto ni cuándo lo van a firmar. Un Pacto que legitima las violencias ya ejercidas sobre las personas en movimiento, impide aún más el derecho a solicitar asilo, ya que no toda persona podrá ejercer ese derecho, continúa con la externalización y militarización de las Fronteras y criminaliza las misiones de salvamento humanitario. Refuerza las fronteras, persigue la movilidad humana, aumenta los retornos y define un catálogo de personas peligrosas y difusas “excepciones legales” que ponen en riesgo el derecho de asilo y podrían constituir una violación de los Derechos Humanos.
Este Pacto consolida la mencionada externalización de las fronteras bajo la delegación en empresas privadas y terceros países. Esta estrategia pone aún más en riesgo las vidas de las personas que intentan llegar a Europa por el Mediterráneo y por otras rutas, obligándolas a emprender viajes cada vez más peligrosos. Las personas que logran llegar a la UE, encuentran obstáculos para acceder a sus derechos y se ven inmersas en trámites burocráticos sin garantías suficientes frente a la expulsión. Y quienes consiguen permanecer, lo hacen frecuentemente en situaciones de irregularidad administrativa, marginadas de la sociedad y “sin derecho a tener derechos”. Como sucede en el resto de Estados miembros, en el Estado Español residen más de 500.000 personas extranjeras que no ven reconocidos sus derechos y son invisibilizadas y discriminadas. Y la ILP apoyada por 700.000 personas y más de 900 colectivos es papel mojado.
Ya hay preparadas protestas en Barcelona, Bilbo, Gasteiz, València, Villena y Montcada, al menos. Fuego al pacto es el lema de València, muy fallero. ¡Que arda al calor de nuestras protestas este pacto! Que arda, como decía Virginia Woolf en Tres Guineas.
La bolita se ve por todos los lados. Ya ni siquiera se preocupan por disimular, ni buenos trileros son.