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Feminismos
Montserrat Cervera: “Si tienes una cosa clara en la cabeza, ve con tus amigas y hazla”
Un tren y una acampada para protestar contra los ejércitos y exigir que no se construya una academia que nunca llegó a existir. Un tren que continuó su camino durante una década, con paradas cada 24 de mayo, el día internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme.
Hace poco Pilar Martínez, activista en defensa de la sanidad pública (entre otras cosas) en tierras riojanas, comentaba de pasada en una conversación: “como cuando fuimos a Tortosa, a protestar contra una academia de mujeres militares. Nunca había vivido algo así…”. ¿Tortosa? ¿Protesta contra una academia de mujeres militares? ¿Una experiencia vivencial fuerte? No había oído hablar nunca de ello. ¿Sería yo la única? Indagué, indagamos, en la siguiente reunión de la Asamblea Antimilitarista de Madrid. No, no lo era. Alguien había leído algo, pero el recuerdo era vago. ¿Y si recuperamos una historia que merece la pena ser contada? Contactamos con Montserrat Cervera, que participó de primera mano en la organización y desarrollo de la movilización en Tortosa. Aquí va un resumen de la entrevista que tuvimos con ella, un granito de arena para la memoria del movimiento feminista antimilitarista. Y empezamos con la frase con la que Montse cerró la entrevista: En todo el mundo, en todos los países, en todos los sitios del planeta, hay pequeños focos de mujeres autoorganizadas que están plantando cara contra la destrucción del planeta, contra el racismo, las violencias... Esta es la experiencia. Búscalas porque están, y están en todas partes.
Montserrat Cervera es un referente para el movimiento feminista antimilitarista. Ella se define, al inicio de la entrevista, como activista, feminista y antimilitarista. Ha dedicado toda su vida adulta a ello, y ahora está jubilada del trabajo cotidiano, pero no del activismo. Participa en Ca la Dona, espacio feminista muy importante para ella, en la Red de Mujeres por la Salud (tanto en la RedCAPS como en la Xarxa de Dones per la Salut en Cataluña), y en Dones per Dones, que es un grupo antimilitarista de mujeres que va a cumplir próximamente treinta años.
AAM [Asamblea Antimilitarista de Madrid]: Hace poco sabíamos de una acampada de mujeres que hubo en Tortosa en el año 1985, ¿por qué surge esa acampada?
MC [Montserrat Cervera]: Para mí es uno de los recuerdos maravillosos del movimiento feminista de esta época. Greenham Common fue una referencia muy grande. La idea de los campamentos por la paz nos vino de aquí. Invitamos a una mujer de Greenham a Barcelona, nos contó, y luego, empezamos a pensar: ahora, nosotras, ¿qué podemos hacer? Entonces, en el 85, con otra compañera, con Fina Rubio, que veníamos de Madrid en el tren a una reunión, empezamos a pensar: ¿y si vamos a Tortosa (donde tenían unos terrenos ya para construir una escuela militar para mujeres)? Estábamos ahí en todo el debate de “no al ejército”, y del hecho de estar en contra de que las mujeres nos incorporáramos. Algunas decían “bueno, pero es una cuestión de igualdad, ser iguales que los hombres”. Nosotras decíamos “No, no, no. Queremos que los hombres se vayan del ejército, y las mujeres no vamos a entrar para reforzar nada”. Entonces pensamos en ir a Tortosa, en ir a Tortosa en tren. Lo maravilloso fue que nos fuimos dando alas, y fuimos a Renfe, alquilamos todo un tren. La conductora era una mujer. Yo creo que ha sido la única experiencia donde todas, todas, todas las personas del tren éramos mujeres, e íbamos allí contra esta academia militar. Fue una explosión de alegría muy grande y de muchísima fuerza.
Yo creo que ha sido la única experiencia donde todas, todas, todas las personas del tren éramos mujeres, e íbamos allí contra esta academia militar
AAM: ¿Cuántas personas participasteis y cómo transcurrió la acampada?
MC: Siempre decimos que éramos mil, pero igual éramos cuatrocientas, no lo sé, pero iba todo un tren lleno, y mucha gente fue también en coches. Estuvimos dos noches, del viernes al domingo, e hicimos alguna discusión, un taller sobre el ejército, un taller sobre las armas… Y tuvo mucha repercusión. Fue bonito. La prensa nos hizo caso porque era una cosa especial, y entonces vinieron, salimos en todos los periódicos, en nota pequeña, por supuesto: “feministas van a ocupar porque están en contra del Ejército”. Esto fue un bum, nuestro día 24 de mayo más importante. Además, seguro que no fue por nuestra acción, pero esta academia nunca se llegó a llevar a cabo, con lo cual nosotras estábamos emocionadas, como en Greenham Common, donde al final de muchos años se fueron los misiles, a pesar de que fuera por otros intereses. Fue una acción maravillosa en el sentido de la fuerza que dio al movimiento, la fuerza que nos dio estar juntas. Luego volvimos todas en el tren, cansadas pero contentas. Tuvo un impacto muy grande en nuestras vidas y en nuestro activismo.
Nosotras decíamos “No, no, no. Queremos que los hombres se vayan del ejército, y las mujeres no vamos a entrar para reforzar nada”
AAM: ¿Y qué impacto tuvo? ¿Cómo lo viviste?
MC: Lo más importante es la posibilidad de decir: si tienes una cosa clara en la cabeza, ve con tus amigas y hazla. Esto lo decía Gretel Amman, una mujer de aquí de Cataluña, una activista, que ya murió. La posibilidad de que si tienes un sueño concreto, pues lo puedes hacer. El impacto fue esta sensación de que tenemos un pequeño poder entre nosotras, la convicción de las cosas, y la fuerza de estar reunidas y estar organizadas. Hemos sido capaces de un tren, de enredar a una maquinista, que había poquísimas, para que viniera, y para que además encontrara maravilloso que fuéramos allí. Todo este tipo de complicidades… Y también la posibilidad de extender nuestras ideas antimilitaristas, que es siempre difícil y complicado, como sabéis muy bien ahora mismo que estamos en plena guerra. Y luego decir, bueno, pues cada año vamos a hacer alguna cosa de estas. Y durante diez años más, el día 24 de mayo hacíamos una especie de campamento: plantarnos en algún sitio que había una central nuclear, o toda una serie de cosas, para hablar sobre la Paz, la desmilitarización, la desnuclearización, etc.
AAM: ¿Y quién organizó todo esto? Me imagino que sería un crisol de gentes…
MC: Sí, pero no te creas. DOAN era el grupo impulsor, 10 o 15 matadas, o sea que…
Lo más importante es la posibilidad de decir: si tienes una cosa clara en la cabeza, ve con tus amigas y hazla.
AAM: DOAN, ¿nos puedes decir qué es?
MC: Dones Antimilitaristes, el grupo. Estábamos en la Coordinadora Feminista. Nosotras éramos como la referencia del movimiento pacifista, internacionalista. Aunque la organización fue de Dones Antimilitaristes, fue con el apoyo de todos los grupos de la casa y vinieron gentes de todas partes, mujeres de todas las asociaciones, de toda Cataluña. Fue un pequeño grupo que estaba ya conectado, coordinado, con muchísimos grupos feministas. Esto creo que es una cosa que hemos hecho muy bien las mujeres, el movimiento feminista. A veces un pequeño grupo tiene la posibilidad, en relación con los demás, de hacer cosas, y tenemos que hacerlas.
AAM: A las mujeres más jóvenes que ahora están en diferentes movimientos, en el movimiento feminista, en el movimiento de rebelión climática, el movimiento antimilitarista… ¿Qué les dirías? ¿Qué las animarías a hacer?
MC: Yo, por mi experiencia, siempre digo: la autoorganización es fundamental. No os dejéis, no os quedéis en casa ni vayáis un día a un sitio, autoorganizaros, con sus altos y bajos. Esa es nuestra potencia, estar juntas pensando qué podemos hacer y hacerlo. Un día nos saldrá fatal, otro día nos saldrá mejor, otro día haremos un tren, otro día haremos no sé qué… pero yo creo que esto es muy importante, la autoorganización de las mujeres. Nosotras mismas nos vamos a salvar a nosotras mismas, y de una vez haremos solidaridad, haremos redes... Esta es la idea. Cuando un grupito florece en un sitio, pum, allí hay un cambio, y aquellas mujeres lo consiguen.Cerramos aquí nuestra primera entrevista en Planeta Desarmado, con estas palabras que nos dan fuerza para seguir en la resistencia este 8 de marzo. Queremos un mundo sin muros, ni fronteras, ni guerras.