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Polonia
El ultraconservador Karol Nawrocki gana las elecciones presidenciales en Polonia

Apoyado por el partido Ley y Justicia de Kaczyński (PiS, que gobernó en Polonia entre 2015 y 2023), el ultraconservador Karol Nawrocki se hizo el 1 de junio con la victoria en las presidenciales de Polonia. El líder derechista ganó las elecciones a pesar de haber perdido la primera vuelta contra Rafał Trzaskowski, actual alcalde de Varsovia y de talante pro europeo, vicepresidente de Plataforma Cívica, el partido de Tusk.
Nawrocki, exboxeador y doctor en Historia contemporánea, cuyo mandato por cinco años se iniciará en agosto, es partidario de una gobernanza al servicio de las élites y de una reforma del Gobierno actual. Ha vencido por la mínima, con un 50,89% de los votos, frente al 49,11% de Rafal Trzaskowski, quien, en un momento de confusión, celebró su victoria de manera anticipada pensando que había ganado los comicios.
Cercano a Trump, contrario a Putin y defensor de la tradición cristiana
La agenda de Karol Nawrocki, de 42 años, está en la línea de las de Hungría y Eslovaquia, bajo el mando de Viktor Orban y Robert Fico, respectivamente. Su triunfo es el de una ultraderecha polaca favorable a Trump pero no a Putin, a diferencia de los mandatarios mencionados. De hecho, a principios del mes de mayo, Nawrocki tuvo un encuentro con el presidente estadounidense en la Casa Blanca.
Análisis
Polonia Elecciones presidenciales en Polonia: duelo entre derechas y colapso de la alternativa progresista
En cuestiones ambientales, Nawrocki se opone al Pacto Verde, apoya la proliferación de centrales nucleares y muestra poco interés por la consolidación de la energía renovable en el país. Defensor de la tradición cristiana, es ultranacionalista, apuesta por el cierre de las fronteras europeas, la prohibición del matrimonio de las personas del mismo sexo y es contrario al aborto.
Los numerosos escándalos que le acompañan, parecen no haberle pasado factura. Entre ellos se encuentra estar inmerso en una supuesta trama de prostitución, la involucración en pelea de hooligans, supuestos lazos con el movimiento neonazi, o las mentiras comprobadas a la hora de declarar los bienes de los que dispone, entre otros.