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Precariedad laboral
Cincuenta mil trabajadores españoles son explotados en Holanda: “Podría ser el laboratorio europeo de nuevas formas de empleo”
Llegan al país engañados, les alojan en campings o residencias conviviendo con desconocidos, y les cambian de ubicación siempre que una empresa así lo considere necesario. Muchos de ellos terminan el mes debiendo dinero a la ETT holandesa.
Hacía años que la embajada en La Haya recibía centenares de denuncias de trabajadores españoles que se encontraban en Holanda. El Gobierno desconocía lo que ocurría, por lo que el Ministerio de Asuntos Exteriores convocó una beca para estudiar los hechos. La investigación comenzó en 2017 y tres años después ha desvelado lo que podría ser el laboratorio europeo de la nueva contratación laboral. Una pista: el trabajador vale lo que vale su fuerza de trabajo, ni más ni menos. Esta tesis, defendida por los autores del informe, encuentra fundamento al atender a las conclusiones de la investigación, ahora publicada por la Fundación 1º de Mayo.
El empleado está obligado a pagar a la ETT los costes de su estancia (en torno a 400 euros mensuales por una habitación doble sin ventanas), del seguro de salud en el trabajo (115 euros mensuales), y el transporte desde el alojamiento al centro de trabajo (unos 100 euros al mes)
Hasta 50.000 españoles viven en Holanda prestando sus servicios en empresas de logística, un lugar al que llegaron convencidos de que allí encontrarían el trabajo que no encuentran en España. Todo parecía bonito sobre el papel, aunque la realidad es otra: al llegar al país la propia empresa de trabajo temporal (ETT) les envía a alojamientos como residencias o campings. A ello hay que sumar la total disponibilidad para la empresa contratante, que puede disponer del trabajador a cualquier hora. Por otra parte, el empleado está obligado a pagar a la ETT los costes de su estancia (en torno a 400 euros mensuales por una habitación doble sin ventanas), del seguro de salud en el trabajo (115 euros mensuales), y el transporte desde el alojamiento al centro de trabajo (unos 100 euros al mes). Si se tiene en cuenta que en Holanda son legales los contratos de 0 horas, muchos de estos españoles terminan con nóminas negativas al finalizar el mes.
Pablo López es integrante del colectivo de investigación Arosa Sun, el grupo que firma el informe. “Hemos visto que todo se encuentra en una zona que podríamos denominar ‘paralegal’, como si fuera un laboratorio de implementación de fórmulas pioneras que van ensayando allí mediante fórmulas contractuales que todavía no están reguladas”, en sus propios términos.
¿Pero a qué se refiere exactamente López? Por ejemplo, a los contratos de 0 horas, por los cuales la empresa tiene la posibilidad de no llamarte para trabajar pese a estar contratado, y a las garantías de horas establecidas que los trabajadores firman en la reclutadora española y que allí no tienen validez. “El éxito del modelo consiste en disponer de la fuerza de trabajo para responder a los picos de demanda, ya que son grandes empresas logísticas, para luego desprenderse de los trabajadores cuando lo consideren necesario”, en palabras del investigador.
“Un trabajador en un camping de Bélgica puede recibir una llamada del trabajo un viernes a las 22:00 y el sábado a las 9:00 estar trabajando en un almacén de Ámsterdam”, afirma Pablo López, firmante del estudio
López, que también es profesor de sociología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), incide en que la disponibilidad es otro de los factores clave para entender este modelo de empleabilidad. Sin ir más lejos, el trabajador se reduce a nada, a un objeto que tan solo sirve para los intereses del empresario: “Un trabajador en un camping de Bélgica puede recibir una llamada del trabajo un viernes a las 22:00 y el sábado a las 9:00 estar trabajando en un almacén de Ámsterdam”, afirma.
Algoritmo vs derechos laborales
Una de las conclusiones más importantes del informe es la organización del trabajo en Holanda y la gestión de la mano de obra, un aspecto del documento que engloba los demás resultados. “Allí utilizan los llamados ‘flexworkers’ para realizar este tipo de trabajos, que están muy automatizados y descualificados. Cualquier español podría trabajar en ellos con normalidad porque en muchos sitios ni siquiera te requieren dominio de inglés. Por otra parte, un algoritmo gestiona los recursos humanos de las empresas, y en él están conectadas todas las ETT con las que trabaja dicha compañía. Así, el algoritmo tiene toda la información de los obreros, las horas que han trabajado, dónde residen, su antigüedad”, explica el sociólogo, quien define el algoritmo como “una producción racional de sufrimiento”.
“Fui allí con 30 horas semanales firmadas, aunque me dijeron que seguramente serían 40. Al llegar, me llevan a mi alojamiento, que era un cuchitril de seis metros cuadrados para dos personas, sin ventanas”, cuenta Adrián Muñoz
Una de las caras propias del informe es Adrián Muñoz, sevillano de 25 años que en agosto de 2020 marchó a Holanda para trabajar en una empresa logística. “Quería vivir una experiencia nueva y aprender inglés, y aunque he aprendido el idioma, el trato que me han dado y la explotación a la que me han sometido han hecho que no recomiende ir”, comienza a decir este estudiante que está finalizando el Grado de Ingeniería informática. “Fui allí con 30 horas semanales firmadas, aunque me dijeron que seguramente serían 40. Al llegar, me llevan a mi alojamiento, que era un cuchitril de seis metros cuadrados para dos personas, sin ventanas”.
Trabajadores que son solo un número más
Este afectado da algunas pinceladas de su vivencia: “En la primera semana de cobro ya tienen fallos. Siempre te ingresan menos de lo que te corresponde. Nos decían que ganaríamos unos 13 euros la hora, cuando en realidad eran 10. Cuando entra la temporada fuerte lo normal es trabajar 12 horas seguidas, y aunque nos podemos negar sabemos que si lo hacemos seguramente no nos vuelvan a llamar o renovar el contrato. Te hacen sentir como si solo fueras un número”.
Pero el trato deplorable y denigrante va más allá: “Yo estaba en una residencia con muchísimas personas, donde no se respetaban las medidas del covid y era muy poco higiénica. La persona que estaba a cargo del alojamiento podía entrar en tu habitación sin permiso, incluso se han dado casos de que esto ha sucedido cuando el trabajador estaba desnudo o durmiendo”, continúa el sevillano.
A Muñoz se le complicaron las cosas nada más llegar. A las tres semanas de empezar a trabajar para la empresa holandesa, un accidente laboral hizo que se le partiera el ligamento de la rodilla. A día de hoy se encuentra en España, pero no olvida que no ha tenido ningún tipo de facilidades por parte de la ETT. De hecho, cuando sucedió el accidente ni siquiera la ETT tenía en vigor el seguro médico. Sus propias conclusiones no difieren en demasía de las del informe: “Como trabajador solo eres un número más. Me preocupa que Europa se convierta en mano de obra barata cuyos trabajadores viven en pésimas condiciones. No podemos permitir que haya gente que en tres meses se haya visto obligada a cambiar de residencia hasta en tres ocasiones, perdiendo el poco arraigo que se habían logrado”.
Antonio Ramírez es otro de los investigadores que ha participado en la confección del informe. Este profesor de sociología aplicada de la UCM afirma que, sin la financiación del Ministerio, nunca podrían haber ido a los campings, residencias y centros de trabajo para hablar con los afectados. “La investigación tuvo que ser extremadamente cualitativa, dado el objeto de estudio, así que planeamos inmersiones demográficas y trabajo de campo. Pisamos tanto el barro de los campamentos como el suelo brillante de las grandes oficinas, porque también nos entrevistamos con los dirigentes sindicales de allí y la inspección de trabajo, desde donde no paraban de recalcar que los hechos que estudiábamos eran totalmente legales”.
Una inmoralidad legal
Por eso, él no hablaría de ilegalidad, pero sí de inmoralidad. “Aquí hace negocio todo el mundo menos el trabajador. La ETT de España realiza el ‘trabajo sucio’ reclutando a gente para enviarla allí, pues cuantas más personas consigan más beneficios tendrán. Las ETT de allí les dicen dónde tienen que vivir, con quién y en qué modo, siempre subyugando su situación a las necesidades de la empresa. Las convierten en mercancías desechables. Es un sistema de gestión del trabajo muy peligroso porque no importa la salud, la vida, tan solo los requerimientos del empleador. De hecho, esa realidad es tan oscura que no se sabe exactamente cuántos españoles se encuentran en esas condiciones”.
Al mismo tiempo, este profesor de la UCM incide en el estado anímico de los trabajadores españoles con los que se entrevistaron: “Fue un choque ver todo aquello. Son personas frustradas, que viven con muchísima incertidumbre y que tan solo pueden construir su vida a través del trabajo duro, y no entienden por qué tienen que soportar esas condiciones laborales y control de su vida privada. Había momentos en los que nos llegábamos a emocionar. Recuerdo, entrevistando a una madre y un hijo que compartían cama, que él sí tenía ilusión por existir, pero la madre estaba destrozada, con los huesos molidos de limpiar escaleras toda su vida, y psíquicamente a punto de romperse”.
Como tan importante es lo que se cuenta como lo que se deja de contar, la perspectiva de género no podía estar excluida en el informe. Que el grupo de investigación esté conformado por seis hombres es algo que tampoco pasa desapercibido a Ramírez: “Es una de las cuestiones que podría haber mejorado los resultados. Somos conscientes de que es complicado hablar de ciertos temas con mujeres, como la violencia o las vejaciones, siendo nosotros hombres. Intentamos paliarlo con investigadoras de la Universidad de Ámsterdam, pero la respuesta no fue fructífera. Es un punto ciego de la investigación, porque seguramente las mujeres que entrevistamos se abrieron y nos explicaron su situación de la diferente forma que si les hubiera entrevistado otra mujer”.
Este sociólogo tilda como “amargo” el ver a gente joven que se busca la vida en esas condiciones. “Hay muchas chicas de 20 y 21 años que tienen que aguantar muchas situaciones que ya han naturalizado de violencia y acoso”, en sus propios términos. Y reflexiona: “Si los seres humanos nos convertimos en una mercancía más, si valemos lo que producimos, ¿dónde queda nuestra subjetividad y nuestra vida? Este mecanismo pone el salario que se puede ganar por encima de cualquier otra cosa. Son personas aisladas del resto del mundo donde su propia significación no tiene ningún peso”.
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Yo he estado allí. Todo lo que se dice es verdad. La gente joven que va normalmente sin dinero y sin mucho inglés recurre a estas etts con frecuencia. El sitio donde yo vivía era básicamente un campo de concentración. Si tienes suerte puedes alquilar algún zulito por tu cuenta, entonces empezarás a ser tratado como una persona en el curro, porque ya no estás tan a su merced y trabajo hay muchísimo. Aún así, lo peor es que allí hay trabajo seguro, ahora menos por el covid, y con mucho esfuerzo y sufrimiento se puede empezar una vida, algo imposible en España, donde desde la reforma laboral es difícil comer y tener techo. Y los supuestos socialistas em España callan cada vez que se pregunta por la reforma laboral. No son sus hijos los que emigran. Lo peor es que estoy pensando en volver...
Llevan detrás de esto desde hace tiempo, los españoles que vivimos aquí los mandamos a su casa cuando intentaron entrevistarnos sobre esto, les dijimos que si es verdad de que algunos (españoles y de todas partes) sufrían esta clase de trato pero también les dijimos que una gran mayoría estamos bien aquí y nos tratan muchísimo mejor de lo que nos trata España, les pedimos que sean sensatos y que nos entrevisten a todos y no quisieron, ellos solo querían esta clase de "susto" porque es lo que vende. Llevo 5 años trabajando y viviendo aquí, pase por muchas cosas al principio pero no dejan de ser cosas que les pasa a todo el mundo cuando está fuera de csa, lo supere y ahora estoy mejor que nunca, forme una familia y no cambio el modelo de trabajo ni el sueldo ni el servicio de aui por nada del mundo. Algún día volvere por supuesto, adoro España, pero no volveré a trabajar, para eso debería estar muy mal la cosa aquí u otra opción sería que tenga un gobierno ms estable y real que es lo que necesita
A mi eso me lo pueden hacer un día. Porque con las mismas me cojo la maleta y me vuelvo a mi pueblo. Para pasar calamidades en Holanda, las paso aquí.
Si esto no es ultra explotacion como desean llamarlo ?
Si esto no es explotacion que es ?
Muchos más son los trabajadores españoles explotados en España... La #ReformaLaboral sigue ahí con el #GobiernoMásProgresistadelaHistoria [sic]
En cambio,en España,hoteles de 5* y todo gratis a los que llegan de fuera..
Tu no te enteras de nada. Abre los ojos. Cuánto les dura el hotel? Esa medida coyuntural a quien beneficia?
Tu vives bien gracias al expolio de las riquezas de los países de donde viene está gente, aparte, los hoteles están vacíos por la pandemia, y su estancia es provisional.
A partir de la estafa de 2008 se dedican ETT a llevar a sudamericanos a Francia, el trato es de campos de concentración. Los instalan mal, los contratan en España y no tienen derecho a ir al médico(allí en Francia)
He vivido entre ellos . Éramos 700 recolectando melones.
Inhumano
El explotador ahora no importa mano de obra barata, ahora va él al país de origen a explotar la mano de obra barata, industria agrícola, textil, automovilística (en Francia, Renault un obrero le cuesta 3000 €, fuera solo 300 y son miles) y otras miles de empresas.
Vamos a tener en cuenta que este chico se ha dado cuenta con 25 años cómo funciona el mundo y el capitalismo.
1. Te prometen 13 euros la hora y después es menos = todo viene en un contrato que tú firmas.
2. Eres un número más = vas a seguir siendo un número más en Holanda y en Pekín.
3. Compartes habitación en un piso o en un buganlow = Sí, es una mierda, cierto. Pero es que de primeras no puedes alquilar en Holanda así como así porque te piden nóminas para una habitación. Entonces, hasta después de unas semanas no vas a poder optar por una habitación alquilada a no ser que seas estudiante (todo el mundo aguanta y se va al mes o dos meses). Ah, y lo de que entran en tu cuarto para registrarlo, también lo firmas.
Conclusión: Es una puta mierda visto así. El capitalismo azota a Holanda de una manera bestial, no solo en lo laboral. No es justo que se den estas condiciones, no lo apoyo. Pero quizás habría que ver dónde te metes antes de meterte, ya que hay muchas otras ETTs y preguntar. Y como consejo, porque he visto muchos casos así, llegas, te instalas, miras otros curros de otras ETTs o directamente de la fábrica y te cambias al mes. Porque trabajo en Holanda hay mucho.
Otra cosa de la que no se habla, es que se cobra de puta madre en comparación con España. Por eso estamos en Holanda.
Es el capitalismo, estupido.
Seguramente cualquiera de los miles de magrebíes, subsaharianos, rumanos o latinoamericanos que viven entre nosotros explotados en muy peores circunstancias que lo aquí descrito, se sonría un poco para sus adentros al leer estas quejas... Quizás deberíamos pasar todos una temporada trabajando en los invernaderos de Almería, a lo mejor más de uno cobraba conciencia
Un abrazo a todos los explotados de Bélgica y Holanda, volveremos a ver el sol :)
Está muy lejos ya eso de, por fin "semos” europeos, pero el espíritu de Paco Martínez Soria acompañará por siempre la visión que tiene Centro-Europa de nosotros: los africanos del viejo continente. Si a eso sumamos que los jóvenes entre 20-30 años quiere vivir el cuento de viajar por el mundo, abrir sus mentes y descubrir nuevas culturas para aparentar no ser un españolito más (hay excepciones y hablo con conocimiento de causa) nos encontramos con la cruda realidad, unos países que se venden muy bien, guardando sus miserias debajo de la alfombra. Contaminan, pero se venden como verdes (Holanda y sus bicicletas,), roban pero nadie abre la boca, hay fracaso escolar, pero todo el mundo se quiere parecer al sistema escolar finlandés, engañan pero culpan a los países mediterráneos (Alemania y sus volkswagens “ecológicos”), Gran Bretaña y su pseudo-brexit (siempre estuvieron fuera de la CEE, a la postre UE) y así hasta agotar las fronteras de un continente sin ecuánime contenido. Esto sigue ocurriendo en muchos pueblos, cuando alguien se “asfixia” en el municipio y se larga a los madriles para trabajar de camarero/a, dependienta, mozo de almacén…etc…y venir en vacaciones al villorrio presumiendo de “metropolitanismo”. Becas Erasmus, sobrecualificación teórica, “titulitis galopante” (masters y más masters y B2, C1 en “Yes very well fandango” y tres carreras y…) ¿Para qué? ¿Para qué te exploten más que en tu pueblo? Hombre, supongo que te estafen en Holanda, Alemania, Finlandia o Reino Unido, da más caché que lo hagan en España, Italia o Grecia. Pues nada que sigue sin pasar de moda eso de: “¡Vente a Alemania, Pepe!”, ahora y quizás acorde con los tiempos que narra el artículo: “Vente, pa’Holanda José” o mejor aún: #cometohollandpepe. Being ironic, of course!!
En los países ricos, incluida España, llevamos muchos años normalizando, ya sea por obra u omisión, este tipo de trato a los inmigrantes. Era cuestión de tiempo que los españoles acabáramos sufriendo lo mismo. Mi solidaridad con estos trabajadores explotados. O nos salvamos todos, o vamos a acabar todos esclavizados por unos pocos, sin que importe si has estudiado, si has sido un excelente carrerista o si has tenido el valor de emigrar. Organizarnos y luchar, no queda otra.