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Pueblo gitano
Un autogobierno para el Pueblo Gitano

España es un Estado social, democrático y de derecho, cuya soberanía reside en la ciudadanía, y que comparte el poder constitucionalmente (además de en los clásicos legislativo, ejecutivo y judicial) entre las autonomías, las diputaciones y los ayuntamientos. El Pueblo Gitano forma parte de España desde antes incluso de la propia creación del Estado moderno español, es decir, somos cofundadores, en pie de igualdad con las demás nacionalidades y regiones que configuran el Estado.
Por contra, la Constitución no incluye al Pueblo Gitano, por tanto, requiere un cambio para incluir respetuosamente al Pueblo Gitano en el entramado institucional que compone el Estado. Después de 600 años de permanencia en el territorio nacional nadie puede atreverse a considerarnos extranjeros. Somos españoles y españolas, somos ciudadanas y ciudadanos y, constitucionalmente, tenemos los mismos derechos que el resto de la ciudadanía.
Antigitanismo
Opinión Un Año del Pueblo Gitano sin gitanas ni gitanos
Cualquiera puede argumentar que individualmente tenemos reconocidos los mismos derechos (art. 14 de la Constitución). Sí, pero ¿qué pasa con el derecho a que la infancia romaní tenga la posibilidad de estudiar en romanó en su escuela? ¿Qué pasa con mi derecho a que se reconozca el matrimonio gitano? ¿Qué pasa con nuestro derecho a que el 8 de abril sea festivo laboral? ¿Por qué hay una televisión pública catalana, valenciana, madrileña, andaluza… y no hay una televisión pública gitana? Y un sinfín de preguntas cuya única respuesta es que el Pueblo Gitano tiene el derecho colectivo a ser considerado como las demás autonomías del Estado. Se nos debe este reconocimiento por justicia histórica (ningún otro pueblo ni nacionalidad de las que conforman España ha sufrido una persecución histórica tan tremenda), por justicia reparadora (la situación actual de una buena parte de la población romaní española exige una inmediata reparación) y por justicia democrática: ninguna democracia del mundo puede permitirse mantener bajo este déficit democrático a una tan importante parte de su población.
El Pueblo Gitano ya no soporta este régimen racista
España es un Estado racista antigitano tal y como lo demuestran las más de 230 leyes que se han dictado e implementado contra el Pueblo Gitano a lo largo de los últimos 526 años. Solo hay que darse una vueltecita por las redes sociales para comprobar el hartazgo de la ciudadanía gitana española que ya no se conforma con que los señores del gobierno hagan pomposas declaraciones vacías de presupuestos y sean los payos y las payas las que toman todas las decisiones que afectan a nuestro presente y a nuestro futuro.
Solo hay que darse una vueltecita por las redes sociales para comprobar el hartazgo de la ciudadanía gitana española que ya no se conforma con que los señores del gobierno hagan pomposas declaraciones vacías de presupuestos y sean los payos y las payas las que toman todas las decisiones que afectan a nuestro presente y a nuestro futuro
A pesar de nuestras luchas, los 47 años de democracia no han servido para mejorar la situación de la población gitana española en ninguno de los indicadores sociales relevantes. En aquel lejano 1978 en que se publicó la Constitución las ciudadanas y ciudadanos gitanos cantaban al compás de las rumbas de Cañorroto el himno Pueblo Gitano compuesto e interpretado maravillosamente bien por Los Chorbos y acudían en masa a las representaciones de la obra teatral Camelamos Naquerar (Queremos hablar) del Tío José Heredia Maya, que en Gloria esté.

Era una población politizada que tenía muy claro lo que quería. Así lo manifestaron en sus pancartas el 6 de junio de 1978 en la Plaza Mayor de Madrid durante la primera manifestación social permitida tras la muerte del dictador. Ninguna organización paya se había atrevido antes a nada parecido. El incipiente movimiento reivindicativo gitano sí.
Como se ve claramente en las fotografías publicadas en la prensa al día siguiente reclaman al Estado su condición de ciudadanas y ciudadanos, protestan contra el racismo y claman “España ¿Hasta cuando vas a seguir siendo madrastra de tus hijos gitanos que te aman? ¡Lava ya tus culpas de 500 años?”. Sustituyendo el lenguaje sexista y el “500” aquellas reivindicaciones siguen estando vigentes porque apenas se ha avanzado en la emancipación de nuestro Pueblo.
El antigitanismo nos mata
La ciudadanía gitana española actual sufre las consecuencias de ese racismo histórico: 98 % de nuestra gente se encuentra en riesgo de pobreza;
El 64% del alumnado gitano no supera la ESO según los propios datos del Ministerio de Educación. La población gitana española malvive en guetos; la población gitana española tiene una esperanza media de vida de 11 años menos que la población general (paya); la tasa de actividad de la población gitana española se sitúa en el 25 %, ¡35 % menos que la población paya!
Al Gobierno (sea al estatal o al autonómico correspondiente) no le llegan los gritos de reivindicación porque se ha rodeado de unas ONG cuyos informes solo pretenden mantener abierto el grifo de las subvenciones
Al Gobierno (sea al estatal o al autonómico correspondiente) no le llegan los gritos de reivindicación porque se ha rodeado de unas ONG cuyos informes solo pretenden mantener abierto el grifo de las subvenciones. Por supuesto que en el nivel gubernativo local sí conocen de primera mano los problemas que sufre la población gitana residente en su respectivo municipio. Claro, hablo de pueblos y ciudades no monstruosas, donde las personas que forman parte de la corporación conocen a sus vecinas y vecinos. A este respecto, las grandes ciudades funcionan como el resto de la administración: escuchan solo las amables voces de quienes se reparten las subvenciones.
Por cierto, esas subvenciones son miserables. No vayan ustedes a pensar que critico el sistema de subvenciones porque estas sean tan escandalosas como las que se conceden a las grandes corporaciones eléctricas o bancarias, no, lo critico por su ineficacia, porque a base de migajas en forma de subvención no se pueden afrontar problemas tan graves como los que arrostra el Pueblo Gitano.
Aunque ustedes y quienes nos gobiernan lo ignoren, seguimos siendo un Pueblo reivindicativo y politizado que nos expresamos en ámbitos en los que están ausentes esas dichosas ONG que informan al Gobierno. No les llegan nuestras reivindicaciones porque no estamos saliendo a manifestarnos por las calles: sabemos que con la ley mordaza y con el ancestral antigitanismo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad nos iban a dar pa’l pelo.
Expresamos nuestro malestar a través de la música -ya sea el rap, el drill, el flamenco tradicional o el urbano, la salsa, el reggaeton/flamentón, la rumba… -, del teatro, de las bellas artes..., de la adhesión a la Iglesia Evangélica de Filadelfia en cuyos más de 700 templos se reúnen cada tarde miles de personas gitanas; y, por supuesto de las redes sociales: la ciudadanía gitana española es especialmente activa en Facebook. Allí encontrará quien lo desee grupos organizados de personas gitanas que estudian, enseñan, ayudan a otras a recuperar nuestro idioma; divulgan nuestra historia y cultura; comparten fotografías de referentes verdaderamente gitanos; y que se organizan para luchar con el antigitanismo y reivindicar la emancipación del Pueblo Gitano.
Condiciones de posibilidad
La creación de un autogobierno para el Pueblo Gitano de España es legal, técnica, política y socialmente posible ya que en nuestro país se dan las condiciones que lo posibilitan.
En primer lugar, contamos con un contingente de personas gitanas de todas las edades, orgullosas de su pertenencia étnica, conocedoras de nuestra genealogía de lucha -¡Jamás se nos olvidará el daño perpetrado por el Estado contra nuestras antepasadas y antepasados!- y deseosas de salir de la situación opresiva que vivimos cada día.
A pesar de que los padres constituyentes -o sea, los siete hombres blancos/payos que la redactaron- no quisieron incluir en la actual Constitución al Pueblo Gitano sí dejaron una posible puerta abierta en el Preámbulo “Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones”.
España forma parte del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que en su artículo primero establece que “todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural”. Este tratado internacional fue firmado y ratificado por España en 1977 lo que lo convierte en parte de nuestro derecho. Es decir, España debe cumplirlo y el Pueblo Gitano puede exigir a Naciones Unidas que abra un procedimiento disciplinario contra el Estado español por su incumplimiento. Evidentemente, este proceso no debe interesarnos ni al Estado ni al Pueblo Gitano ya que para ambas partes un proceso negociado resultará menos oneroso y más satisfactorio.
Opinión
Pueblo gitano 3 de marzo, 526 años de persecución racista antigitana
España se ha constituido en un Estado de las Autonomías en donde el reparto del poder y de los presupuestos se realiza en base territorial pero, y aquí está lo interesante, con una enorme diversidad: geográfica (desde la más grande -Castilla y León- hasta la más pequeña -La Rioja-), competencial (forales -gestión de sus impuestos-, con cuerpo de policía propio, etc…), demográfica… Esta realidad hace perfectamente asumible la existencia de un autogobierno sin base territorial y con unas competencias no territoriales.
La única razón que impide la puesta en marcha de un proceso de emancipación del Pueblo Gitano que nos lleve a la concreción de un autogobierno es el antigitanismo
La única razón que impide la puesta en marcha de un proceso de emancipación del Pueblo Gitano que nos lleve a la concreción de un autogobierno es el antigitanismo. Pero sepan ustedes, señores del Gobierno, que este régimen racista no podrán mantenerlo por otros 526 años y que, si no iniciamos ahora el camino que nos lleve a superar dialogadamente el conflicto de convivencia entre el Estado español y el Pueblo Gitano, en cualquier momento la situación se hará tan insostenible para la ciudadanía gitana española que ya no nos conformaremos con cantar o con gritar en Facebook y la violencia -sí, es triste y doloroso recurso, pero cuando no hay dónde agarrarse sólo queda poner la espalda contra la pared y hacer cara al enemigo- estallará -¡Nunca Dios lo quiera!- en nuestras ciudades. Aprovechemos que somos un pueblo pacífico y construyamos un futuro de convivencia.
¿Cómo se hace?
Aquí les ofrezco una hoja de ruta:
Petición de perdón por parte de la Corona, del Gobierno y de la Iglesia por todo el dolor causado a nuestras antepasadas y antepasados.
Creación de una Comisión de la Verdad tendente a la superación del conflicto entre el Estado y el Pueblo Gitano.
Proceso de diálogo con la ciudadanía gitana española a través de diversos espacios físicos y online para que podamos expresar cuáles son nuestras necesidades y prioridades.
Cambio en la Constitución que permita el reconocimiento de la condición de minoría étnica estatal sin territorio compacto y autogobernada.
Convocatoria de unas elecciones democráticas para elegir el Parlamento Romanó, o Rromano Vakerlin, de España. La organización de estas elecciones es más sencilla de lo que parece: se abren unas “oficinas del censo romanó” donde todo aquel ciudadano o ciudadana, gitano o gitana, español y mayor de edad, que desee inscribirse para participar en la votación pueda hacerlo, se constituye una comisión electoral que vigila la limpieza del proceso, se abre un plazo de inscripción de candidaturas (pueden pertenecer a un partido político ya existente o creado ex profeso o a una agrupación electoral), se publican las candidaturas, se procede a una campaña electoral en la cual las candidaturas reclaman el voto, se celebra la elección y la junta electoral proclama los resultados. Como ven ustedes, el mismo proceso que se ejecuta regularmente para cualquier elección.
El Parlamento Romanó en su primera legislatura tendrá el mandato de elaborar un Estatuto de Autonomía del Pueblo Gitano Español que una vez elaborado, se someterá a referéndum. Después, se enviará a las Cortes españolas para su definitiva aprobación. Exactamente igual que han hecho las demás autonomías.
Una vez aprobado el Estatuto de Autonomía Romaní, el Parlamento Romanó se disuelve y convoca unas nuevas elecciones de las que surgirá un nuevo Parlamento ya con plenos poderes legislativos.
Este Parlamento elegirá un presidente de la Autonomía Romaní el cual nombrará un Consejo que será el receptor del poder ejecutivo.
Señoras y señores del Gobierno y de las autonomías, las diputaciones y los ayuntamientos: aprovechen la efeméride, lo rimbombante del 600 aniversario que queda tan chulo y pónganse las pilas. Aquí tienen una propuesta para superar el antigitanismo a la vez que se supera el conflicto entre el Estado y el Pueblo Gitano. Cuenten con la ciudadanía gitana como aliada, somos muchas y tenemos ganas.