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Racismo
Susana Ye: “De niña no eres consciente de tu identidad ni de lo que se supone que tu aspecto conlleva”
La periodista Susana Ye es autora del documental Chiñoles y Bananas con el que apunta a mostrar la diversidad de la comunidad china y chino-española en el Estado frente a los limitados estereotipos hoy vigentes.
Periodista, nacida en Alicante de familia originaria de Qingtian, de donde proviene una gran mayoría de los migrantes chinos, y autora del documental Chiñoles y bananas, retrato y espejo de la comunidad chino-española de nuestros días.
Creció con dos familias, la suya china y una española en la que estuvo acogida hasta los 11 años. Viajó a China en un viaje familiar y posteriormente ella sola en otro en el que se encontró consigo misma y constató que somos más similares de lo que parece a simple vista.
Nos sentamos a hablar con ella sobre los prejuicios y la exotización a la que aún se ve sometida la comunidad chino-española en nuestra sociedad.
He visto tu documental Chiñoles y bananas. Es muy interesante, cuéntame un poco cómo y por qué se te ocurrió realizarlo
Lo hice como un trabajo de Fin de Grado. Lo pensé y era un tema que yo quería abordar desde hace mucho tiempo. Se me ocurrió porque ya llevaba una reflexión interna sobre el tema de mi identidad. También me daba rabia porque veía los medios y me daba cuenta de que su cobertura sobre la comunidad china es muy mala.
Con el documental descubrí que mi experiencia personal es un sentimiento muy universal, que todos compartimos ese diálogo interno continuo de cuestionarte y verte cuestionado
Con el documental descubrí que mi experiencia personal es un sentimiento muy universal, que gente con más o menos edad que yo está viviendo ese proceso o ya lo ha vivido y que todos compartimos unos nexos, ese dialogo interno continuo de cuestionarte y verte cuestionado. Esto me resultó muy interesante y también creo que había mucha necesidad de dar voz a la gente directamente.
El término chiñol, ¿es correcto? ¿Te gusta su uso o prefieres otro?
El término no es mío, es de Shaowei. Es un término muy informal y reciente y tampoco hay consenso. A mí sí me gusta porque creo que lo tiene todo: es vistoso, se te queda y aúna las dos cosas. Creo que la mayoría no queremos renegar ni de ser español ni de ser chino sino que, al revés, después de un proceso hemos llegado a la conclusión de que lo más bonito es reconocernos como ambas cosas.
Como marketing es la leche el nombre y también me gusta lo que guarda detrás. Chiñol se describe solo, ser chino y español y no tener miedo a mostrarlo, a reconocerlo y a difundirlo. Ser chiñol es haber crecido en un sitio con una familia de otro y hacer las paces con eso.
En tu caso, ¿cómo te sientes con respecto a tu identidad?
Al principio me consideraba española y sólo española. Me miraba al espejo, no veía ninguna diferencia y no entendía cuando en el colegio me decían: “tú eres china”. De niña no eres consciente de tu identidad ni de tu aspecto ni de lo que se supone que tu aspecto conlleva. Luego, ya viviendo en Madrid, viene el conflicto y en realidad mi proceso ha sido muy lento. No eres sólo española porque si dices eso es como si estuvieras renegando de algo. Muy poquito a poco empecé a reflexionar sobre que no podía despreciar una parte tan importante de mi vida, que forma parte de mi educación. Hice un ejercicio también de empatizar con la parte de mis padres.
Ahora mismo yo me siento española y china, las dos cosas. Soy muy española por mis circunstancias y soy muy china por mis circunstancias. Todos mis referentes han sido españoles y occidentales y eso ha marcado mi carácter y mi modo de ver, es una herencia que ya tengo ahí. Y también soy china porque mis padres, mi familia y mi hermano son chinos. Yo tengo un vínculo importante con China. Aunque haga mi vida en España y mi proyecto esté aquí, siempre voy a tener un interés y un cariño especial por China y siempre va a ser un país al que voy a estar ligada. Tengo esa doble identidad y ahora mismo estoy en un proceso de reconectar con mi lado chino porque me ha llevado un tiempo llegar a esta posición.
¿Y cómo es crecer sin referentes en los que reflejarte, en los medios de comunicación, en los cuentos que nos cuentan de pequeños, en la cultura en general?
Es bastante duro. Yo tampoco he sido consciente hasta que he sido mayor y creo que también por eso siempre me he visto únicamente como española, ¿cómo me iba a sentir otra cosa si no había otra cosa? La falta de referentes es un reto que hay que abordar en España. En el caso de los chinos aparecemos siempre en plan ridículo, el gracioso, el tontito, el extremadamente educado y servicial, y eso ya no sirve, está muy caduco. Creo que los referentes son muy importantes. Parece que aún choca encontrarse a una china periodista o un chino médico o Mosso de Esquadra pero tenemos que trabajar en todos los campos, es el ascensor social, es el fruto del esfuerzo de nuestros padres. No vamos a estar siempre en las tiendas.
La falta de referentes es un reto. Los chinos aparecemos siempre en plan ridículo, el gracioso, el tontito, el extremadamente educado y servicial, y eso ya no sirve, está muy caduco
¿Cuál es la imagen del chino en la sociedad española?
Creo que hay dos imágenes principalmente, el chino de la tienda y del restaurante, que no controla el idioma o que ha llegado hace poco y que viene de zonas rurales. Y ahora ha surgido la otra imagen, que es todo lo contrario, los nuevos ricos, los chinos que tienen mucha pasta, que compran cosas de marca súper caras, que sólo tiene i-Phones. Pero la realidad es mucho más variada.
Te he escuchado decir que sería bueno dejar de tomar por un grupo homogéneo a todos los chinos para empezar a darse cuenta de su individualidad, explícame un poco esta idea.
Hay muchos prejuicios tanto positivos como negativos y así la idea se convierte en un gigante compuesto por pequeñas personitas anónimas y porque tú has conocido dos o tres casos o te llegan dos o tres noticias o escuchas dos o tres cosas de tu vecino, piensas que todos son iguales. Y normalmente lo que escuchas o te cuentan es el efecto del teléfono roto. Tú realmente no has hablado con esa persona, no sabes su vida, no has profundizado en esa relación y, por tanto, no puedes formarte un juicio de valor. Esto ocurre especialmente con los chinos. Son esa cosa extraña que está ahí en nuestro día a día pero somos personas, cada uno tiene su historia. Nos tienen que tratar como individuos no sólo de cara al español medio de la calle sino también de cara a los medios de comunicación.
En el propio documental se ve, hay chinos con estudios y sin estudios, hay chinos que su proceso de reconciliación interna lo han llevado súper bien y lo han convertido en un valor y hay otros para los que ese proceso ha sido una tortura. Tienes que dar todo el rango y no tomar la parte por el todo y creo que eso también es responsabilidad de los medios porque somos la puerta de entrada para la gente de la calle que no tiene tiempo para indagar e investigar.
¿Cuál es el reto más importante al que se enfrentan las primeras generaciones de chinos nacidos en España?
Los retos son bastante interesantes y positivos. Creo que existe el reto de dar a conocer la cultura china más allá de la exotización, hay que romper un poco esa idea. Creo que las nuevas generaciones son otra ola, vienen muchísimo más concienciados, han naturalizado muchísimo más las dos vertientes, la oriental y la occidental, y no han tenido esa especie de tensión interna de no saber muy bien dónde están. Tienen el reto de mostrar que la comunidad china es algo más que prejuicios. Creo que hay gente muy interesante, veo perfiles muy potentes que transmiten una energía, unas ganas y un sentido común admirables.
Mi sensación es que los jóvenes chinos somos muy prudentes, muy pragmáticos y creo que por eso nos ha costado y nos cuesta tanto el tema de reivindicar. Nos han inculcado mucho el tener un perfil bajo. Hemos tenido muchas barreras que romper, propias y externas. Esta nueva generación llega en un momento muy dinámico, China también está en otra posición en el mundo. Desde no hace tanto ha dado un vuelco la situación para bien, los retos que va a asumir la nueva oleada son muy esperanzadores y creo que van a aportar mucho.
¿Qué espacios le faltan por conquistar a la comunidad chino-española?
Le faltan muchos. Creo que deberíamos tener un papel asociativo más activo, nos quejamos mucho a nivel interno pero luego nadie planifica nada. Esto creo que es porque prima mucho lo pragmático pero también es importante si quieres cambiar cosas, proponer, no sólo denunciar.
Luego también creo que en el ámbito político, a nivel administrativo e institucional, porque al fin y al cabo es ahí donde puedes proponer los cambios e introducir unas nuevas ideas. La política es necesaria aunque también tengo cierto miedo de que los partidos se pongan a cazar perfiles diversos que queden bien en la foto. Creo que dentro de poco eso va a pasar pero me da miedo. Entiendo que es el próximo paso pero me gustaría que se diera cuando el movimiento asociativo ciudadano hubiese hecho ya un trabajo lo bastante potente. Me da miedo que, si ese paso se da demasiado pronto, se instrumentalice demasiado.
¿Por qué muchos chinos y chino-españoles, como en tu caso, utilizan nombres occidentales? Es porque nuestros padres cuando llegaron igual que adaptaron la comida, adaptaron nuestros nombres porque no se quedan con ellos y antes de que los pronuncien mal y no se acuerden, ¿a mí que más me da llamarme Antonio? Entre nosotros nos llamamos como siempre y a estos los tenemos engañados (ríe).
Les era cómodo. Ya lo hemos comentado antes, somos muy prácticos, ¿qué más da un nombre si eso va a establecer una relación de cercanía y que sea más fácil entablar una conversación porque les hace gracia que te llames Antonio?
Se está produciendo un movimiento de empoderamiento y visibilización de las comunidades racializadas, ¿qué te parece este hecho?
Me parece que es un buen momento, un momento oportuno. Ahora más que nunca es necesario. Hay que aprovechar que hay una base para avanzar y consolidar cosas que hasta ahora pensamos que están dadas o que no pueden cambiar. Me refiero a, por ejemplo, que no se criminalice todavía más el perfil de migrante, que no se asocie aún más a lo problemático. Es algo que hasta ahora, dentro de lo que cabe, no ha generado odio y enfrentamiento físico pero eso no significa que por ello tengamos que ignorarlo o dejarlo pasar.
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Me encanta lo del teléfono roto , se describe con mucha certeza ,ya que siguen siendo así muchos chinos hoy en dia .
Fenomenal entrevista. Es muy necesario este tipo de periodismo para que la gente no tenga estereotipos tan simples e injustos. Entrevistas como esta son las que pueden hacer que la diversidad sea un valor y no una remora
Estupenda entrevista.
Da igual la nacionalidad, de donde vengas y a donde vas, quienes somos y hasta donde queremos llegar, sin bajar la guardia pero luchando por ello. Diversidad siempre será punto de encuentro entre personas y países.
Por supuesto, queda un gran camino por recorrer.
Muy interesante la entrevista. Nos acerca de manera clara a un colectivo muy presente en nuestra sociedad. Las preguntas son precisas y acertadas.
La Comunidad China siempre la hemos relegado a un segundo o tercer plano en nuestro espacio a la diversidad.
Me ha encantado leer la entrevista.
Gracias.