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Rap
Foyone: “El arte se reduce a estadísticas y unos numeritos que muchas veces te hacen perder perspectiva”
El rapero malagueño Pedro Navarro, conocido artísticamente como Foyone, vuelve a la escena con Demoni, un disco diferente a sus anteriores trabajos, fruto de un viaje personal y reflexivo de más de tres años. Tan solo lleva unas semanas en la calle y Demoni ya es uno de los discos más comentados en la escena del rap español. Criticado por aquellos que esperaban algo más parecido a los trabajos anteriores, pero elogiado por quienes han sabido apreciar la gran calidad musical que se esconde tras los 15 temas que lo componen. Un disco autobiográfico, pero que es “una biografía que es aplicable a la mayoría de las personas”, según explica, vestido con una calidad de producciones y músicos con muy pocos precedentes en el rap español.
Duda cuando se le pregunta si es el octavo disco de su carrera. “Me lo dices y lo tengo que pensar. Pero sí, son un montón ya”. No son solo discos lo que nos ha dado el malagueño. Su conocidos 50 vídeos #RapSinCorte que culminaron con uno de los temas que mayor número de raperos y raperas ha concentrado en la historia o innumerables colaboraciones y singles completan una discografía y una carrera que Foyone y su dj y productor Sceno quieren culminar con una gira que pretende “trasladar la magia del disco a los conciertos” y que arrancará en octubre en su ciudad natal.
En este nuevo disco se ve un cambio. Escuchamos un nuevo Foyone, con un nuevo sonido que ha cambiado, con el que has experimentado y que juega con otros vértices del rap.
Total. Es el disco en el que más gente ha participado. Hay un montón de productores y un montón de músicos que hace que la producción coja una riqueza y que también me ha supuesto un reto de poder adaptarme, seguir siendo yo dentro de esas producciones. Y sí, hay un cambio, obvio. También por el tiempo que nos hemos tomado al hacer el disco.
¿Cuánto tiempo has estado elaborando el disco?
Pues la primera demo que tenemos, que es la canción de “Tres segundos”, esa es de 2021, tres años. Luego mucho tiempo trabajando en el concepto del disco, hemos estado pensando a ver qué hacemos, qué no. Ha sido un reto y estoy súper contento por todo el aprendizaje que nos hemos llevado, que luego será aplicable a nuestra carrera y a discos posteriores.
Has dicho que ha participado mucha gente en la producción musical, pero me ha sorprendido que no hay ninguna colaboración de otras voces. Parece que quedaste agotado del #RapSinCortes L.
[Ríe] Sí, veníamos justo de ahí, de hacer ese vídeo. Pero no sé, estábamos buscando ese cambio. Tanto Sceno como yo queríamos que fuera algo nuestro. Muchas veces pasa que cuando estás con otros artistas hay una mezcla de estilos y hay que buscar un territorio neutro en la producción para que ambos artistas se sientan cómodos. Y eso es lo que mola. Pero claro, sentía que si yo le pedía a algún rapero que participara en un tema de mi próximo disco, él pensaría “bueno, es Foyone, pues será su rollo”, y luego cuando le enviara el tema pues a lo mejor… No sé, fue una decisión.
Es un disco autobiográfico, pero es una biografía que es aplicable a la mayoría de las personas
Además, el disco es muy autobiográfico y vimos que ya teníamos esas colaboraciones a nivel musical y también a nivel de flow había bastantes cambios. Sentimos que no era un disco para hacer colabos. Que luego nos gusta currar con gente y se pasa muy bien, pero en este en concreto decidimos hacerlo así.
¿Es un disco autobiográfico?
Sí, sí. A nivel experiencia es autobiográfico. Pero, además, es un disco autobiográfico, pero es una biografía que es aplicable a la mayoría de las personas. O sea, el hecho del concepto sobre el que está basado, que es ese viaje del héroe que sale de casa, tiene problemas y regresa siendo otra persona, no la que se fue. Es algo aplicable a todo el mundo. Todos pasamos por esas etapas, por la juventud, luego llegan los problemas que te hacen madurar y vas a crecer gracias a ellos. Y en este caso, muchos de los problemas que se reflejan en el disco son problemas personales.
Siempre que un artista consolidado como tú, que tú mismo acabas de comentar que puede estar encasillado por el resto en un estilo, da un paso para intentar cambiar ese sonido, aparecen los puristas. Siempre aparecen los que echan de menos lo anterior. ¿Te ha influido esto en la elaboración y proceso de este disco? ¿Has pensado eso “joder, igual no le va a gustar a los que siempre me han seguido”?
No te puedo negar que hay veces que hemos reflexionado, hemos dicho “bueno, a lo mejor no es un disco que les pueda gustar” y tal. Pero siento que aquí lo importante, y ya mirando las cosas un poco a largo plazo, es que te guste a ti. Y en ese aspecto sí que estoy bastante seguro de que he hecho justo lo que quería sin tener esa presión de decir voy a hacer esto por la industria, por crear un producto que sea vendible o que la gente acepte. En este caso, este disco es un producto en el que yo me muestro como soy, muestro mis gustos más personales y siento que, por la acogida que ha tenido, puede llegar a otras personas. Además, si yo en este disco me muestro como soy, pues al final quien me quiera que sea porque me quieren tal y como soy, mejor que tener que ponerme una careta para que me quieran otras personas. Creo que es lo más sincero y lo más honrado por nuestra parte: mostrar nuestra verdadera cara.
Otra cosa que me llama la atención del disco y que te lo tengo que preguntar es que creo que solo dices una vez en todo el disco la palabra “puta”.
Muy poquito [ríe].
Lo dices creo que solo una vez en todo el disco, cuando ha sido una palabra que casi te ha identificado. ¿Por qué?
No sé. Es verdad que en los #RapSinCortes era casi como el sello, como si fuera la marca de agua: “¡Foyone en la casa, puta!”. En este caso hay otros sellos dentro del disco, como un tag con el nombre del disco que Sceno va lanzando con la botonera y se escucha el “Dedededemoni, What is the money?” Y eso va apareciendo también a lo largo del disco.
¿Pero crees que hay una evolución entre el Foyone que dice mucho puta a uno que no lo dice?
No sé, ha salido así, natural. Sí que es verdad que a lo mejor antes hacía unos discos con más rabia y más enfadado con el mundo, se podría decir, y en este caso el disco algo más introspectivo. Pero bueno, al final esa rabia está siempre y no es que el disco lo haya hecho otra persona, sigo siendo yo, pero ha salido cuando ha salido.
Sí, puedes ser la misma persona pero que evoluciona.
Tampoco tengo esa intención de decir puta para contentar a los fans, que lo que quieren y esperan es que diga muchas veces puta. Muchas veces eso te puede llevar a decir “¿Ah sí? Pues ahora no voy a decir puta”.
No puedes estar todo el día protestando por todo sin tener una justificación porque deja de tener sentido el hecho de la protesta
Claro, puede ser que pienses “pues ya la he machacado mucho, ya estaría, ya no la gasto más”.
Sí, pero bueno, también siento que ese odio, por llamarlo así, o esa ansia de crítica que muchas veces es lo que te lleva a decir esas palabras malsonantes y a expresar esa rabia es algo positivo. Es algo positivo cuando se hace realmente con un motivo. O sea, no puedes estar todo el día protestando por todo sin tener una justificación porque deja de tener sentido el hecho de la protesta. Creo que hay que guardarse y callarse esas ganas de decir puta a lo mínimo, para que el día que digas puta y de verdad tengas el odio y la necesidad de expresarlo, esa palabra resuene y tenga la la potencia que necesita.
Has dicho que Demoni no es solo demonio, sino dinero. El título es un juego entre esas dos palabras. ¿Es el dinero el demonio?
En este caso hablamos de personaje del disco, que como digo es autobiográfico, que atraviesa por esos momentos del disco de búsqueda del dinero, del éxito, la fama, esa ansia que hay también en la sociedad actual, de querer destacar sobre los demás, de sentirme importante por lo que tengo, por los seguidores que tengo. Eso muchas veces conlleva una serie de demonios, una serie de cosas no tan positivas. La sombra de todo ese éxito que tanto se nos vende. Que viene siendo la depresión, el abuso de drogas, mucho mal que no se nos muestra y que en ese caso sí que se vería reflejado como ese demonio que nos muestra que no es todo tan de color de rosa, que ese tipo que tiene un trabajo donde gana muchísimo dinero a lo mejor lo ha conseguido pisoteando un montón de gente, dejando un montón de cadáveres en su paso y luego encima ha tenido que dejar de ver a su familia para conseguirlo o a su hijo no lo ha educado… viene un poco de ahí, de que hay que andar con un ojo puesto.
El tema de la depresión que comentas es algo que vemos en otros sectores. Gente muy joven que la peta, gana mucha pasta y, de repente, igual tienen un bajón o pasan de moda y acaban con problemas de depresión. ¿Ocurre también en el rap?
Seguro. De todo y todo el rato. O sea, con el tema de los números. Nos pasamos el día mirando números. Si sacaste un tema el mes pasado e hiciste unos números, ahora sacas otro y sacas números más bajos… ¿Qué tengo que hacer? ¿Lo mismo que en el otro tema?
Nos hubiéramos perdido muchísimos grandes discos, muchísimos grandes artistas y grandes obras de arte si únicamente nos centráramos en el aspecto mercantil de la música
Obsesión por las estadísticas.
El arte se reduce a estadística y unos numeritos que muchas veces te hacen perder perspectiva. En España hay grandísimos discos que en un principio a lo mejor no tuvieron esa aceptación por parte del público, por parte de la crítica. Me viene a la cabeza el disco de Camarón de La leyenda del tiempo, en el que se empezaba con una cierta fusión. Nos hubiéramos perdido muchísimos grandes discos, muchísimos grandes artistas y grandes obras de arte si únicamente nos centráramos en el aspecto mercantil de la música.
Veo un paralelismo con el periodismo. Al final los periodistas somos esclavos de Google y acabamos jugando al caza click. ¿Se está volviendo el rap, o la música en general, esclava del algoritmo de YouTube?
Total. En el periodismo, como tú dices, no sé si es el mejor ejemplo pero yo pienso en gente como Jesús Quintero, que fue contra la corriente y acabó incluso siendo su propia corriente. Es algo necesario. Si únicamente vamos por los números, vas a acabar haciendo lo que hace la persona que ahora mismo tiene más números. Te vas a convertir en un poco en replicante de la fórmula que funciona.
El algoritmo homogeneiza todo.
Todo se vuelve la copia de la copia de la copia. Hasta que llega alguien que dice vamos a romper esa tendencia, vamos a hacer un nuevo periodismo. Así es cómo se va creando y al final eso es lo que hace que se evolucione, que progrese un arte o cualquier disciplina.
Igual no tanto como en tu disco anterior, pero se sigue viendo ese orgullo andaluz y ese orgullo de ser de Málaga. Viviste una temporada en Madrid, como hacen muchos artistas, pero te acabaste volviendo a tu barrio en Málaga. ¿Cuesta mucho esa dicotomía entre quedarte en Andalucía o tener que venir a la gran ciudad para triunfar?
Sí que hay como una sensación, ese tópico, de que si quieres triunfar tienes que venir a la capital, tienes que vivir en Madrid. Igual cada vez es menos real. A día de hoy, con todas las redes sociales, tampoco lo veo. Además, se dice mucho eso de que en Madrid hay que salir para hacer contactos, ir a las fiestas y esto, y yo en realidad no soy de salir mucho.
Creo que la cabra siempre tira al monte. Yo vivo muy bien en mi barrio. Sobre todo con mi gente, que al final es incluso más importante que el barrio. Estar con mis amigos, con mi familia. Sacrificar eso por conocer a más gente o tener más contactos… pues no, no voy a dejar de ser feliz por rascar un poquito más.
Málaga es una ciudad que ahora mismo está totalmente vendida y diseñada para el turismo. No sé cómo están las cosas en tu barrio, pero la gente joven lo tiene bastante complicado para encontrar vivienda.
La gente joven y la gente obrera. A las personas con un salario normal se les hace muy difícil. En los últimos cinco o seis años el precio de la vivienda se ha doblado. El centro de Málaga está hecho para gente que llega en crucero, aparca, se baja y tiene la ciudad diseñada para que gaste. Mi madre, por ejemplo, durante toda su vida tenía una zapatería en el centro de Málaga. Ya no hay zapaterías en el centro de Málaga. Ya lo que hay son bares que te ponen una paella recalentada y se la venden al guiri por 30 euros. Y eso ha llegado a mi barrio y a todos los pueblos de Málaga. Lo de la vivienda es una locura, la verdad.
Sacas el disco en abril pero no empiezas tu gira hasta octubre. Es algo que no suele ser muy común.
Hay un tema de fechas, porque se suele girar entre septiembre y mayo, para luego estar de festivales en verano. Pero también por nuestra parte queremos saber cómo trasladar la magia del disco a los conciertos. Queremos cuidar los detalles del directo para que las personas que vengan lo sientan, que tengan una buena experiencia y no sea un simple concierto más. Entonces hemos decidido posponer el comienzo de la gira hasta octubre y prepararnos durante este tiempo.
En una época en la que parece que todo el mundo está obsesionado por llenar el WiZink, tú vas y lo haces en una plaza de toros, en Las Ventas.
Para nosotros cualquier sitio es bueno. Porque al final, con nuestro mensaje, lo vamos a hacer nuestro.
Pero está genial esto de “hacerlo nuestro” un lugar como una plaza de toros. Que el rap entre en un lugar tan casposo y tan conservador.
También. Yo al final lo veo como un recinto. De hecho, ya he estado tocando allí con Ayax y Prok, ya se está utilizando para hacer conciertos y, obviamente, no vamos a soltar a una vaquilla [ríe]. Pero sí, ojalá todas las plazas de toros acabaran siendo utilizadas para conciertos.
Esos que mueven los mensajes de odio, casi mejor que los digan y que se muestren para que podamos saber quiénes son y que no se logren colar en la sociedad
Te quería preguntar por una frase que se dice mucho últimamente, por eso de “ahora ya no se puede decir nada”, de la cultura de la cancelación, la dictadura progre, etc. Pero resulta que la única persona que está en la cárcel por decir lo que piensa es un rapero, Pablo Hasél.
Sí, así es. Yo estoy bastante en contra de esto de la cultura de la cancelación y de que tengamos que tener cuidado con lo que se dice, aunque es cierto que a veces se dicen verdaderas barbaridades. Pero si se instaura esa dictadura, como tú la has llamado, nos va a ser más jodido saber quién es malo y quién es de los buenos. Porque si todo el mundo es tan tibio a la hora de expresar sus opiniones o a la hora de expresar su creencia, no sabes quién está realmente a favor de qué o en contra de qué, porque todo el mundo se está cuidando mucho.
El problema es que siempre pillan los de izquierdas, cuando hay un montón de grupos neonazis o que dicen barbaridades.
Claro, a nivel de tribunales y eso a mí me parece que lo de Pablo es una auténtica locura, que alguien pueda estar preso por expresar su opinión o por expresar cosas que han pasado, por decirlas y tal. Es una pena total que en 2024 por hacer música te pueda venir un juez y enviarte a la cárcel o que te obligue a pagar tanto, como ha ocurrido también otras veces. Aun así, apoyo y motivo a la gente a que diga lo que realmente piensa, porque puede que mucha gente piense igual que él pero no lo dice porque cree que nadie piensa igual que él o que su mensaje no va a llegar a la gente. Por lo que creo que hay que dar esos mensajes y que luego cada uno coja lo que sienta que pueda ser suyo. Y esos que mueven los mensajes de odio, casi mejor que los digan y que se muestren para que podamos saber quiénes son y que no se logren colar en la sociedad.