Renta básica
Contra la pobreza y la desigualdad: feminismo y renta básica

El debate sobre la renta básica universal está liderado en buena parte por hombres, que hablan de las ventajas que traería esta medida para las mujeres. Sin embargo, voces desde los feminismos señalan que la renta básica no es la panacea y no resuelve muchos de los principales problemas que estas enfrentan en el día a día. 
Mujeres Sin Hogar 3
Detalle de uno de los lugares en los que ha dormido una mujer sin hogar. Olmo Calvo
Sarah Babiker
24 ene 2018 10:56

Hace algunas semanas, en este mismo periódico, Cive Pérez, un reconocido defensor de la Renta Básica Universal (RBU) firmó un artículo en el que instaba a las mujeres a reivindicarla. Aún compartiendo sus argumentos, hubo algo que me perturbó: las mujeres aparecíamos como otredad, como invitadas a sumarnos a una lucha en la que no estábamos del todo presentes. Seguramente no era la intención del autor generar esta sensación, además, la premisa de la que partía es constatable: a menudo, el de la RBU, parece un debate masculino.

Es fácil percatarse, un ejemplo: en los documentales In the Same Boat o el más reciente Free Lunch Society la preponderancia de voces masculinas es arrolladora. Particularmente en el primero, un bello trabajo que incluye a pensadores como Serge Latouche, o Sigmund Baumman, al carismático Pepe Mujica o a Daniel Raventós —uno de los más férreos impulsores de la RBU en España— solo aparece una mujer, economista, Mariana Mazzucato. No es extraño que dos ámbitos de discusión tan androcéntricos como el del trabajo o la economía reproduzcan estas asimetrías. Pero que no sea sorprendente no quiere decir que debamos asumirlo acríticamente.

Las autoras que defienden la renta básica universal son menos visibles y tienden a aparecer cuando toca aportar la mirada de género

Así, las autoras que defienden la RBU son menos visibles y tienden a aparecer cuando toca aportar la mirada de género. Por otro lado, la lucha por la RBU está adquiriendo un espacio mucho más relevante en el mainstream que la economía feminista, que lleva décadas contestando la centralidad del empleo remunerado, y denunciando que es la invisibilización, naturalización y desvalorización del trabajo reproductivo que realizan mayoritariamente las mujeres, la que permite la acumulación del capital.

Así es, el sistema reproduce las jerarquías de siempre y visibiliza más a unos que a otras. ¿Invalida ésto la propuesta de la RBU? ¿Deslegitima a sus defensores masculinos? En mi opinión, no. Pero sí que les puede ayudar a entender las críticas que les formulan algunas autoras feministas, y a desmasculinizar su propuesta combatiendo la inercia que hipervisiliza a los expertos y acude a las expertas para que aporten la mirada feminista. Creo que el artículo de Pérez anteriormente señalado y otros esfuerzos que destacan voces de mujeres en este debate, son iniciativas que tratan de dar respuesta a esta inquietud.

¿Contribuye la RBU a combatir la desigualdad de género?

En la medida en la que la RBU proporciona un piso de seguridad, un mínimo entendido como derecho y no como compensación por no acceder a un empleo, supone una medida que indiscutiblemente mejora la vida de las personas más vulnerables. Por las condiciones laborales peores de las mujeres, nuestro menor acceso al capital y a las propiedades, no es necesario que la RBU tenga una mirada de género para que repercuta de manera particularmente positiva en nuestra existencia. La baja retribución de los empleos tradicionalmente desempeñados por las mujeres, la temporalidad y parcialidad, junto al trabajo doméstico perpetúan situaciones de dependencia que merman la libertad real, limitan la capacidad de negociación con parejas y empleadores e incluso nos retienen en situaciones de violencia.

No es necesario que la RBU tenga una mirada de género para que repercuta de manera particularmente positiva en nuestra existencia

Pero sí, hay algo que la RBU no hace: ni aborda la desigualdad de género en el trabajo, ni atiende a la desigual distribución de las tareas de cuidados entre varones y mujeres. Puede afianzar nuestra seguridad económica pero, por sí sola, no libera nuestro tiempo para crecer y hacer lo que realmente nos gusta o realiza, una de las promesas de la RBU.

Esta es la principal crítica que se le hace desde algunas voces feministas: no combate la división sexual del trabajo, o aún peor, puede hacer que, ante la pobreza de tiempo, con un ingreso asegurado, las mujeres prefiramos quedarnos en casa y centrarnos en el trabajo reproductivo. En mi opinión, este planteamiento supone un peligro, sacrificar en pos de un temor difuso, las necesidades bien presentes de millones de mujeres —y hombres— que sufren la precariedad laboral, el desempleo y la pobreza. Que la necesaria mirada crítica feminista, nuestra hermeneútica de la sospecha, no nos haga olvidar la interseccionalidad de la desigualdad, tampoco la urgencia.

La principal crítica: no combate la división sexual del trabajo, o aún peor, puede hacer que, ante la pobreza de tiempo, con un ingreso asegurado, las mujeres prefiramos quedarnos en casa y centrarnos en el trabajo reproductivo

En este sentido, se diría que en los feminismos la RBU ha generado un debate similar a la Campaña Salarios para el Trabajo Doméstico en la que participó Silvia Federici en los años 70. Las críticas denunciaban que retribuir el trabajo doméstico desincentivaría la participación de las mujeres en el mercado laboral. Pero, ¿quiénes accedían en esa época a trabajos justamente remunerados? Además, argumentaba Federici, la retribución no era a la mujer sino al trabajo. ¿Se perdió en esa ocasión la posibilidad de valorizar económicamente el trabajo doméstico? ¿Cómo hubiera cambiado la vida de millones de mujeres que con o sin salario siguieron haciendo ese trabajo y que nunca fueron económicamente independientes? Y ahora ¿vamos a infravalorar la posibilidad de desligar empleo y supervivencia, ignorando cómo esto puede mejorar la vida de hoy, de ahora, de millones de mujeres que siguen siendo económicamente dependientes, y a quienes tener uno o varios empleos no alcanza —no nos alcanza— para tener una vida digna?

¿Una reacción a la crisis del trabajo o un nuevo paradigma de derecho?

En mi opinión la RBU no reconoce el trabajo reproductivo ni otro tipo de tareas y actividades de valor social que no son remuneradas como el trabajo voluntario o el activismo. No es un pago alternativo por trabajos que no son empleo. No es sencillamente su objetivo. Tampoco es un ataque al mundo del trabajo, una propuesta que aspire a sustituirle o una amenaza contra la lucha por condiciones laborales dignas. Al menos no lo será mientras no permitamos que la hegemonía neoliberal se apropie de la propuesta. Por eso enfocar la discusión en la diferencia entre empleo y trabajo no acaba de permitirnos exprimir todo el potencial de la medida.

La RBU no reconoce el trabajo reproductivo ni otro tipo de tareas y actividades de valor social que no son remuneradas como el trabajo voluntario o el activismo

El Pacto Internacional por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (promulgado en 1966) afirma, en su artículo 6: “Los Estados Partes (…) reconocen el derecho a trabajar que comprende el derecho de toda persona de tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado, y tomarán medidas adecuadas para garantizar este derecho”. Que el empleo remunerado sea el único parámetro de acceso a los derechos económicos y sociales para la mayoría de la humanidad desuniversaliza estos derechos en mercados laborales nacionales e internacionales muy desiguales. La RBU se nos está presentado como una medida de reacción ante un sistema que ya no funciona por la escasez de empleo derivada de la automatización del trabajo. La realidad es que este sistema nunca funcionó para amplias capas de la población, entre ellas las mujeres. Ya estamos tardando en subvertirlo.

El debate es inagotable y aquí solo he esbozado algunas reflexiones. Pero no solo de debates vive la gente. El próximo 8 de marzo el movimiento feminista ha convocado una huelga feminista, que es además una huelga de cuidados. Por su parte, también en marzo, la Marea Básica marchará para reclamar una renta básica, universal e incondicional. Se trata de sacudir al Estado para que no se olvide de que sin el trabajo reproductivo que realizamos las mujeres el sistema colapsa. Se trata de sacudir al Estado para exigir, no el derecho a ganarse la vida, si no el derecho a la vida misma, con una base material incondicional que la sustente. En este invierno que no aparece acabar nunca, con una desigualdad sin freno, y una niebla de incertidumbre confundiéndonos y desmoralizándonos, yo veo en ambas sacudidas la única posibilidad de otra primavera.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Fortalecernos para hacer frente al capital
Lo que limita la libertad es la falta de condiciones materiales de existencia que la forma de producir capitalista aboca a la gran mayoría de la población no rica.
Opinión
Opinión Contra la renta básica universal
La reivindicación de la RBU contribuirá a naturalizar la relación social capitalista, a distraer al proletariado de sus tareas urgentes.
Opinión
Opinión La nueva RGI: no solo recortes
Las declaraciones triunfalistas de los políticos profesionales hicieron pasar desapercibido un sutil movimiento burocrático destinado a reducir, a efectos prácticos, el acceso a la RGI para los estratos más empobrecidos de la población.
Cive Pérez
27/1/2018 19:18

Lamento sinceramente que de algún pasaje de mi artículo se pueda desprender esa perturbadora sensación de que "las mujeres aparecíamos como otredad, como invitadas a sumarnos a una lucha en la que no estábamos del todo presentes", como afirma Sarah Babiker. A la vez que le agradezco que reconozca que: "Seguramente no era la intención del autor generar esta sensación, además, la premisa de la que partía es constatable: a menudo, el de la RBU, parece un debate masculino". En efecto, ambas cosas son ciertas.
Y precisamente ese monocultivo masculino de opinión el que acaba por ser infecundo, aburrido incluso, dado que en los innumerables debates en los que he participado, siempre aparecen de forma reiterada eternos temas/tópicos a favor o en contra de la RBU que a menudo desembocan en un círculo vicioso.
De ahí mi intención de reclamar, quizá no con demasiado acierto, la presencia femenina en este debate porque, como Sarah pone de relieve con brillantez en su artículo, puede aportar distintas y enriquecedoras perspectivas. No en vano, en mi texto invoco el lema ‘Pan y Rosas' agitados por las obreras del textil, que llevaron a cabo una señalada huelga en Lawrence, Massachussets.
Por lo demás, entiendo que hay, entre otras muchas, una razón de peso para reclamar la presencia de la mujer en la RBU. Siguiendo la estela de reivindicaciones históricas de la clase asalariada [jornada de ocho horas, salarios mínimos, descanso semanal...] una singular característica de la RBU es la universalidad. Y sin la decidida participación de la fuerza de esa ‘otra mitad' del universo de población no será posible materializar la RBU entendida como un derecho de todas las personas.

20
0
Criticón
25/1/2018 14:03

Tampoco se puede pretender transformar o tergiversar la RBU para amoldarse al feminismo. Es una medida socioeconomica para erradicar la pobreza, no para equiparar salarios u otros desajustes entre hombres y mujeres.

2
8
Hombre marginado gravisimamente por las leyes de genero
25/1/2018 8:07

Mientras haya diferencias en las leyes de genero en las que el hombre, queda excluido,marginado, discriminado, criminalizado como un ser apestado de un supuesto machismo y patriarcado inventado para introducir ideologías de género, al menos en España y en la época actual que vivimos,esto representa un insulto, y un atentado contra los derechos humanos sin precedentes, y deslegitima automáticamente este y todos los artículos sobre feminismo e igualdad.

1
23
#91420
1/6/2021 21:45

Jajajaja Pensaba que su nombre era una PARODIA claramente por lo de "GRAVISIMAMENTE" jajaja pero luego leí como pseudo-articulaba su mensaje con lo de "ideología de género", y que parecia que lo decias en serio, y me ha dado miedo xD de pensar que iba a ser un comentario parodia de machirulos, a corroborar que hay gente que se supone que piensa así en serio. La alienación anti-feminista y anti-izquierda "posmos", se aunan en los reaccionarios de Frente Obrero, que siempre es dificil diferenciarles de falangistas.

20
0
#7305
24/1/2018 18:12

El trabajo sea productivo o reproductivo ni dignifica ni hace libre solo aliena y esclaviza. Reparto de la riqueza, colectivizacion de los medios de produccion y reproduccion y abolicion de la propiedad privada.

5
0
David
24/1/2018 13:02

Aunque menos, seguimos siendo una sociedad machista y evidentemente una medida económica no va a cambiar eso. Decir que eso a las mujeres les interesa me parece un sinsentido ya que mete en el mismo saco a todas las mujeres como si tuviesen los mismos intereses económicos Ana Botín o cualquier otra. El articulo creo que habla de dos cosas muy diferentes y que no tiene relación entre si.

2
4
Investigación
Investigación Diez millones a dedo en cinco años: así pagaron Feijóo y Rueda la lealtad de la prensa afín con dinero público
Desde ‘La Voz de Galicia’ hasta el canal de extrema derecha de Javier Negre, los últimos dos presidentes de la Xunta de Galicia han repartido entre la prensa más acrítica con la gestión de sus gobiernos al menos 3.686 contratos sin concurso previo.
Genocidio
Genocidio Los Gobiernos europeos reprimen las muestras de apoyo a Palestina ante la inminente masacre de Rafah
Estados Unidos suspende por el momento la entrega de bombas a Israel ante la perspectiva del arrasamiento de Rafah. La UE organiza un seminario con el ministro de Exteriores y sus gobiernos reprimen las muestras de apoyo a Palestina.
Análisis
Análisis Del Black Lives Matter a la lucha por Palestina: la internacionalización del antirracismo
No se entiende un posicionamiento tan claro desde el centro del imperialismo como es el de las acampadas, sin ponerle una genealogía de lucha, de construcción de pedagogía, de resistencia y confrontación por parte de las poblaciones racializadas.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel ataca Rafah y se hace con el paso fronterizo con Egipto
Tel Aviv da la espalda a las negociaciones internacionales que piden un alto el fuego e invade Rafah, el último refugio de los palestinos de la Franja expulsados por la ofensiva israelí.
Genocidio
Genocidio Boicot a Eurovisión: porque las canciones no tapan genocidios
El próximo 11 de mayo se celebra el clásico Festival de Eurovisión, esta vez en la ciudad sueca de Malmö, en el que participa un país investigado actualmente por genocidio y que desde hace décadas comete crímenes contra la humanidad.

Últimas

Poesía
Galiza Morre aos 92 anos a poeta, activista e revolucionaria Luz Fandiño
O falecemento foi anunciado publicamente pola súa amiga e alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín.
Sphera
Libertades civiles La secuela de un infiltrado
Los nuevos movimientos ecologistas llevan tiempo siendo objeto de vigilancia y criminalización por parte de los cuerpos de seguridad del estado y la judicatura.
Universidad pública
Acampadas propalestinas “Es nuestro deber señalar la complicidad de nuestras universidades con el genocidio”
Arrancan las acampadas universitarias en Madrid para exigir el fin de las relaciones con Israel y el apoyo a las víctimas del genocidio. Las acciones de protesta están ubicadas en Ciudad Universitaria, centro simbólico de la lucha universitaria.
Educación pública
Huelga de profesorado 30.000 profesores de la Escuela Pública madrileña echan un pulso a Ayuso en el primer día de huelga
Cerca de 30.000 profesores y profesoras han marchado la tarde del miércoles como colofón a la primera jornada de huelga, de las dos convocadas para este mes. La próxima cita será el 21 de mayo.
Más noticias
Crisis climática
Nuevo hito climático El pasado mes fue el abril más caluroso jamás registrado
Con una temperatura promedio del aire en la superficie de 15,03ºC, el pasado mes fue 0,67ºC más caluroso que el promedio de dicho mes entre los años 1991-2020 y 0,14ºC más que el anterior récord, el de abril de 2016.
El Salto Radio
El Salto Radio Roses amb espines: feministes
Encentem una sèrie radiofònica sobre les pioneres del periodisme en català amb la història de Dolors Monserdà, Carme Karr i Llucieta Canyà.
Sanidad pública
Sanidad Pública Aumenta el gasto en conciertos sanitarios mientras el Ministerio crea un observatorio de la corrupción
Organizaciones como Mareas Blancas piden la derogación de la ley 15/97, al tiempo que esperan el borrador de una nueva ley de gestión pública que el Ministerio de Sanidad estaría ultimando con los diferentes grupos parlamentarios.
Universidad pública
Protestas contra el genocidio El consejero de Educación de Madrid pide sacar “la política” de la facultad de Políticas
La Comunidad de Madrid reacciona contra una declaración universitaria que exige al Santander, con quien la UCM mantiene un convenio, que deje de financiar proyectos contaminantes y a la industria armamentística corresponsable del genocidio en Gaza.
Palestina
Universidades Estudiantes de la Universidad de Alicante acampan para pedir el final del genocidio
Comienzan la acampada con una jornada en la que han realizado charlas, asambleas y un taller de pancartas en el campus de San Vicent del Raspeig.

Recomendadas

Poesía
Poesía e activismo Luz Fandiño, a poeta rebelde que loitaba cantando
Patricia González e Alejandro Balbuena, músicas e amigas de Luz Fandiño, foron as últimas persoas que a poeta recoñeceu antes un do seu desnacemento. Na mesma cociña na que estiveron con ela tantas veces, lembrámola.
Cómic
Julie Doucet “Cada cómic es un experimento, no me gusta ceñirme a categorías asignadas por otros”
Julie Doucet, icono del cómic alternativo y feminista de los años 90, publica ‘El río’, su nueva novela gráfica que constituye un hito editorial, dado que llevaba un cuarto de siglo alejada del medio.