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Ecofeminismo
#20AñosEnAcción: raíces ecofeministas
Durante 2018 hemos celebrado, y reflexionado, en torno al 20 aniversario de la creación de Ecologistas en Acción; en Saltamontes hemos querido detenernos en el papel que tuvieron las mujeres en este proceso. De la mano de sus protagonistas hacemos memoria y miramos al futuro.
Ya termina el año del 20 cumpleaños de Ecologistas en Acción. Durante estos meses hemos recordado anécdotas; los grandes debates que dieron lugar a la confederación de más de 300 grupos ecologistas; y nos han venido a la cabeza las personas, que ya son referentes del ecologismo social, que estuvieron allí permitiendo que hayamos llegado hasta aquí. Mujeres que participamos desde hace muchos años en esta organización hemos tenido una pregunta rondando en la cabeza estos meses: ¿por qué entre esos referentes no hay mujeres con nombre propio? Os contamos lo que nos ha dado de sí.
En primer lugar, nos dijimos: si en nuestros principios ideológicos, aprobados hace dos décadas, se reclamaba la igualdad de derechos y se manifestaba el apoyo al movimiento feminista en la lucha contra la discriminación de género, así como el trabajo para conseguir una participación igualitaria; tiene toda la pinta de que en su redacción participaron mujeres.
Así que nos pusimos a buscarlas y a preguntar por aquí y por allá. ¿Si tuvieras que decirnos mujeres que tenían un papel importante de militancia por aquel entonces, hace 20 años, a quién nombrarías? Y enseguida empezaron a salir nombres: Chusa, Anna, María Inés, Elena, Nati, Isabel, Laura, Hortensia, Concha, Rosana, Reme, Imelda, Flori, Lola, Pilar, Fé, Ana.... Seguíamos preguntando y se repetían los nombres, así que, pensamos, referentes seguro que tuvieron que ser. Con esta premisa, empezamos a hacer llamadas de teléfono.
Nuestro primer objetivo era conocer a las mujeres que aportaron para que Ecologistas en Acción sea lo que somos hoy. Reconocer su trabajo, conocer su mirada y dejar claro que ellas también son referentes. Son nuestros referentes. Además queríamos saber cómo era la participación de las mujeres en los grupos por aquel entonces y cómo ven ahora nuestra organización.
Descubrimos que en Aedenat había un grupo de mujeres que decidieron crear un espacio colectivo, llamado Cuarto Creciente, en el que cuidarse y buscar la manera de hacer de la organización un espacio más igualitario, porque veían que su participación en los espacios públicos era menor que la de los hombres y se sentían mal por ello.
En Barcelona, junto a mujeres de otros colectivos montaron un colectivo que Elena Díaz, cronista de nuestra historia, define como protoecofeminista, y que se llamó Las Petras. Hortensia Fernández, que formó parte de él, nos ha explicado cómo empezaron a reconocer los cuidados frente a posturas malthusianas y “a demostrar que el problema fundamental es el consumo de recursos y no el número de población”. Este debate sobre la llamada “bomba demográfica” como la causa más importante de la superación de los límites del planeta enunciada por el ecólogo Paul R. Ehrlich era muy potente dentro del ecologismo de ese momento, y supuso grandes discusiones y una “brecha casi insuperable en la organización” que precisamente se salvó por el trabajo de estas mujeres empeñadas en demostrar que no sobra nadie.
20 años no es nada
Isabel Bermejo participó en el proceso de creación de la confederación de Ecologistas en Acción. Nos ha contado que algunas ideas que se vertían en las discusiones le rechinaban tremendamente y no encajaban con lo que para ella era ser ecologista. Por ejemplo, cuando se hablaba de eficacia, “entendida de una manera muy poco feminista: de logros, de números; gracias a unos procesos en los que las personas contaban poco y se pasaba el rodillo”. Sin embargo, resalta Isabel, se ha dado una evolución y ahora se trabaja de forma diferente, “se da importancia a los procesos, a la diversidad, que todas aportamos y que hay que cuidar eso”.
Chusa Lamarca, otra de las mujeres que participó en este proceso nos cuenta que a pesar del reconocimiento en nuestros principios ideológicos, “andaban reñidos con la práctica cotidiana. Tan reñidos que ni siquiera se reconocía que existiera un problema, así que para demostrarlo, hubo primero que cuantificarlo. Recogí los datos estadísticos de la siguiente asamblea y los puse sobre la mesa: 43 asistentes y 17 intervenciones, 15 de hombres (4 repitieron) y 2 de mujeres. Ellos sentaban cátedra, mientras que las intervenciones de las dos mujeres tuvieron un carácter meramente informativo. Si en una organización que toma las decisiones de forma asamblearia la voz de las mujeres era casi inexistente, teníamos un serio problema”.
Lola Illescas, actual coordinadora de Ecologistas en Acción, reflexiona: “Nuestros grupos iniciales eran básicamente masculinos y la forma de enfrentarnos a los problemas también lo fue. Creo que vamos cambiando, aunque no en todos sitios”. Reme Alonso, de Granada, es más crítica: “Estamos en una organización en la que deberíamos tener más cuidado en estas cosas. Lo tenemos en nuestros principios. Que llevamos 30 años hablándolo. Pero lo hablamos las mujeres, ellos no. ¿Cómo hacemos para que ellos lo asuman?”.
Lo cierto es que hace poco más de un año, Ecologistas en Acción, lanzó la campaña de trabajo interno “Ecologismo libre de patriarcado” para responder, precisamente a las demandas de mujeres ecologistas de lograr sacar de nuestro activismo esas dinámicas patriarcales que se cuelan muchas veces sin que nos demos ni cuenta en nuestras reuniones, en nuestras acciones, en nuestra práctica ecologista en general.
¿Ser mujer influye en el activismo?
“Influye, claro que influye”. Isa Bermejo lo tiene claro. Y como ella, las demás. En primer lugar mujeres que se alejan del activismo al ser madres, después al cuidar de sus madres y padres. “Es un problema que tenemos que tratar en la organización”, nos recuerda Isabel, “aunque también tenga que ver con otras cuestiones”.
Pero no solo en eso influye el hecho de ser mujer. También nos hablan de la forma de participar, de los temas que trabajamos, influidas por la forma en que hemos sido educadas, pero también por la mirada que aportamos, diferente de la de los hombres. Una mirada que pone la vida y la diversidad en el centro y que es, sin lugar a dudas feminista.
Nos contaba Nati Zurdo, de Madrid: “nuestro trabajo en el grupo era como el de hormiguitas, de soporte y de aguante, en cambio no había mujeres portavozas, muchas veces porque las propias mujeres no queríamos. Con el tiempo me fui dando cuenta de que eso respondía a algo, que estaba en la estructura misma del grupo. Ahora, en cambio, mis referentes de mujeres de Ecologistas en Acción son mujeres y eso significa que algo ha cambiado”.
Por ahí continua Reme diciéndonos que “la participación de las mujeres es un reto. Se ha conseguido mucho, pero hay que seguir avanzando”. En su opinión, por eso “es importante que haya mujeres que sean cara visible del ecologismo social en el Estado”.
Chusa Lamarca nos recuerda que es necesario poner medios para “animar a muchas mujeres a lanzarse ya que, generalmente, ellos suelen echarse a la piscina sin pudor ninguno, y aun sin saber nadar”. Ella, nos cuenta, se negaba en redondo a cualquier tipo de intervención pública, hasta que junto a otras mujeres se organizaron para empoderarse y mejorar los mecanismos de participación. Fruto de este empoderamiento acabó diciendo que sí a una intervención pública, en la que ella era la única mujer junto a seis hombres muy acostumbrados a hablar en público.
Para hacer frente al “verdadero terror a hablar en público” se juntó con otras personas de su grupo para dar unas clases colectivas de oratoria. Llegado el día, empezó su intervención y al levantar la vista se fijó en una pancarta desplegada: “Chusa, tú sí que hablas bien”, sostenida por sus compañeras y compañeros del grupo para darle apoyo y confianza.
Porque fueron, somos; porque somos, serán.
Hoy Ecologistas en Acción es uno de los principales referentes cuando se habla de ecofeminismo en nuestro país, gracias a mujeres como Yayo Herrero o Marta Pascual. Y nos consta que muchas personas jóvenes se acercan a nuestra organización precisamente por su área ecofeminista, porque les gusta esa forma de entender el mundo que pone la vida en el centro, prestando atención a todos esos cuidados y trabajos, también los de la naturaleza, que nos permiten estar vivas.
En la asamblea confederal que celebramos el fin de semana pasado en Sevilla con la participación de casi 300 personas, Yayo pidió palabra para felicitar a Ecologistas por su cumpleaños y hacer hincapié en que una de las claves de nuestra organización en todo este tiempo ha sido el cuidado de los procesos, el trabajo de sostenimiento y cuidado de la estructura, ese hacer de hormiguitas que nos contaban nuestras entrevistadas. Porque hacer ecologismo social también es esto, porque sin esto, no podríamos hacer ecologismo social. Quién sabe si hubiéramos llegado hasta aquí sin saber ver la importancia de aquellas cosas que las mujeres ecologistas de hace 20 años ya empezaban a ver y se atrevían a trabajar en sus grupos.
Así que gracias especiales a todas esas referentes que aportaron tanto a construir lo que hoy somos.
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