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Ecofeminismo
Lolita Chávez: “Las multinacionales no entienden que lleguemos a dar la vida por defender el derecho a existir de la tierra”
Muy pocas líderes en el mundo reciben de su pueblo el mandato de “defender la tierra”. Lolita Chávez, elegida autoridad por el consejo de pueblos K’iche de Guatemala, asume este mandato con su cuerpo, al que han intentado asesinar en varias ocasiones. En esta entrevista, nos cuenta por qué el compromiso de su comunidad es tan profundo y por qué están en pie de guerra contra las empresas transnacionales.
A Aura Lolita Chávez han intentado matarla, que ella sepa, cinco veces. Sin embargo, comienza la entrevista insistiendo en la idea de que la persecución que ella sufre no puede hacer que se pierda el sentido de su lucha, que lo importante es subrayar que se está criminalizando la acción en defensa del territorio. Que son muchas las vidas que están siendo amenazadas y violentadas.
A causa de la persecución, Lolita Chávez ha tenido que abandonar su territorio. Por defender las montañas de “un entramado y un plan de manejo forestal y de monocultivo en el que están involucrados entes muy conocidos a nivel mundial como el Banco Mundial, las Naciones Unidas, el alemán GIS, USAID…” El año pasado, acogida por un programa de protección temporal para defensoras del Gobierno Vasco estuvo residiendo en Bilbao. Ahora ha vuelto para seguir hablando “cara a cara” y trasladando la lucha de su pueblo.
En esta ronda de charlas y encuentros, Lolita Chávez hizo hueco a Saltamontes para que pudiéramos hacerle esta entrevista. Nos encontramos con una mujer valiente, de risa contagiosa y con una visión del mundo que merece la pena ser escuchada.
Saltamontes: ¿Qué significa ser una lideresa maya?
Como autoridad, he sido elegida en el consejo de pueblos K´iche, un consejo autónomo en el que participan más de 87 comunidades y zonas urbanas para defender los territorios. Ese fue el mandato asambleario, consciente, de libre determinación. Es un planteamiento de vida basado en los principios y valores y procedimientos de mi pueblo. Mi pueblo es un pueblo originario, el maya-k'iche, y vivimos en un territorio que estamos defendiendo. Este mandato se entiende como un servicio comunitario, no remunerado.
Además de esta defensa de la tierra, el pueblo quiché vive un contexto de violencia, violencia machista, violencia provocada por la iglesia, por la escuela, que tiene que ver con la imposición del modelo de desarrollo occidental que se cree único.
Que yo sea mujer maya, autoridad, desvinculada del estado de Guatemala, que se opone al modelo de las transnacionales es como un choque, como una bomba que la sociedad no aguanta. Pero no soy solo yo. Hay muchas mujeres en los territorios que están siendo violentadas, hay violaciones sexuales, hay torturas, asesinatos, encarcelamientos, y comunidades enteras en donde se nos castiga por el hecho de generar este tipo de movimiento.
S.:¿Cómo es vuestra relación con la tierra?
Algo importante que hay que señalar es que nosotras no luchamos por el derecho a la tierra sino por que nos devuelvan una tierra que es nuestra. Si ves el mapa de Guatemala y como está distribuida la tierra, la mayoría está en manos de la oligarquía, que representa el 2 por ciento de la población del país, o incluso menos. Estas familias han acaparado las planicies desde la colonización. Es una colonización que se perpetúa desde hace 500 años. La tierra sigue en manos de oligarcas hijos de criollos que se dicen españoles. Nos quitaron las planicies, y nos fuimos a vivir a las montañas, y ahora también quieren echarnos de allí.
En nuestra cosmovisión tenemos mucha relación con la Madre Tierra, con las montañas, el agua, el aire, una visión propia de los elementos esenciales, con la vida diversa. Eso no se está tomando en cuenta, cuando se construyeron las ciudades, cuando las oligarquías se quedaron con las planicies, no nos consultaron nada, no nos preguntaron sobre los cultivos, no les interesó nuestra relación con la milpa, el maíz, con las plantas medicinales… Nada... ellos sembraron bananos, café, azúcar, monocultivos. Por otro lado, se está saqueando todo lo que está debajo de la tierra, el oro, el zinc… Prevalece por tanto el concepto que tiene de la tierra una multinacional como la de Florentino Pérez, alguien que ni siquiera vive allí, y no el que tenemos nosotros, que somos los que vivimos allí y sabemos lo que la vida necesita.
S.:¿Y el agua?
Para nosotras el agua es un ser que trae la vida, y que tiene derechos. El agua tiene una expresión propia, tiene derechos por sí misma, nosotras no pedimos tener derecho al agua, pedimos que se reconozcan los derechos que el agua tiene.
Ante algo tan grande, ante la vida que significan las montañas y el agua, solo podemos que dar nuestra vida por ellos. Por eso las empresas no nos entienden, no entienden este compromiso tan grande que tenemos en nuestra lucha, no entienden que lleguemos a dar la vida por defenderlas.
S.: En la defensa de vuestro territorio, cuál es vuestro mayor logro? Qué os hace fuertes en la lucha? Y ¿cuáles son vuestras derrotas?
El ser un territorio organizado en comunidad y en pueblos, con nuestras cosmovisiones, nuestro vínculo con la naturaleza y los bienes comunes nos hace fuertes. Otra fortaleza es el compromiso generacional. No solo la generación que vivió el conflicto está en pie de lucha, estamos nosotras y viene la juventud después de nosotras. Es una resistencia y una rebeldía que mamamos.
Además, utilizamos medios de comunicación alternativa. Las radios comunitarias, los periódicos comunitarios nos dan mucha autonomía. También nuestra manera de entender el arte, la música, la danza, nuestra espiritualidad. La espiritualidad está presente aunque mucha gente que no nos entiende lo vincula con la religión católica, con el espiritismo, la brujería,… ni sabe que la espiritualidad no es religión, no es institución.
En cuanto a los logros, hay muchos. Mediante consultas, hemos sacado transnacionales, anulado licencias, por ejemplo, licencias mineras.. Hemos mapeado el territorio, no nos pueden engañar porque sabemos cómo están actuando. Hemos dado a conocer a nivel internacional la lucha de los pueblos originarios. Estamos desafiando el modelo neoliberal con otro modelo que es posible, sin trasnacionales, no para acaparar o acumular sino para responder a una necesidad propia de la comunidad de forma autónoma.
Todo esto ha acarreado costes. Nos duelen las hermanas y hermanos que han sido asesinados. Eso es un golpe muy fuerte para un pueblo. Nos duelen las licencias mineras que aún están vigentes. Y la presencia nuevamente de los militares que están en los territorios.
S.:¿Y con el Gobierno como es vuestra relación (más allá de que os meten en la cárcel)?
El Gobierno es enemigo. El gobierno de Guatemala siempre ha sido un gobierno militar o promilitar. Históricamente ha masacrado, ha cometido genocidio y ha arrasado la tierra. Ahora está planificando toda la inversión en el programa de seguridad, en la productividad. Es un gobierno corrupto que se está beneficiando de la presencia de estas multinacionales. Además, es un gobierno vinculado a los paramilitares y a la narco actividad. Esto lo vivimos todos los días. Pero esto no solo pasa en Guatemala, no solo somos los pobres indios los que estamos sufriendo las consecuencias del neoliberalismo. Es la Humanidad entera la que sufre de gobiernos corruptos y del poder de las trasnacionales.
S.:¿Qué opinión tienes de los programas de protección temporal a defensoras y defensores?
Los sistemas de protección temporal están haciendo un esfuerzo que valoramos y saludamos, pero tienen bastantes desafíos, no están preparados para la situación que estamos viviendo porque están en otro tiempo y espacio. Además estos programas están siendo rebasados porque no solo me criminalizan a mí, hay comunidades enteras perseguidas y criminalizadas. ¿Qué hacemos con eso? ¿Sacamos a toda la comunidad?
Además el traslado se hace a otro espacio que es bastante lejano y tenemos mucho arraigo con nuestro modelo. No hay un planteamiento de que sea más territorial. Manejan tiempos de tres, seis meses. ¿Y qué pasa cuando una defensora no puede regresar, como es mi caso? Aquí gracias a las organizaciones que se unieron, a la red que estamos generando acá, estamos viendo qué hacer. Pero, si no, el programa en sí no está preparado.
Además, los análisis de riesgo los está haciendo el Estado. El Estado que nos ataca. Entonces los programas o políticas de protección, ¿qué garantía tiene eso de que nos proteja? ¿es de protección o es de control?
Necesitamos tener ese vínculo de pueblo a pueblo, de comunidad a comunidad. De decir que hay persecuciones a comunidades. No solo se persigue a una defensora o a un defensor, sino a todo un territorio. ¿Esta Europa capacitada para dar protección a 10.000 personas? Niños, niñas,… hay que planteárselo como Humanidad, porque nosotras no queremos salir de nuestros territorios, no es nuestro camino. A mí me duele profundamente no estar en mi territorio.
S.:En la lucha que estáis llevando a cabo, ¿estáis todas las comunidades unidas?
No, hay mucha perversidad, y se ha logrado dividir, y crear conflictos entre las comunidades. No solo la empresa en sí misma, sino la empresa y sus vínculos con otras estructuras, como por ejemplo, la iglesia, o el ejército. Se alían y atacan. El mismo Estado también copta, y genera divisiones. Se ofrece mucho dinero por las tierras, y la gente en la necesidad está vendiendo las tierras, por la pobreza, por eso se genera choque en las comunidades, porque la necesidad es urgente.
S.:En el informe Trasnacionales, Oligarquía y Criminalización de la Protesta social de Mugarik Gabe, se habla de que una manera de criminalizar a las lideresas es recrearlas como prostitutas, lo que redunda en su estigmatización social y comunitaria...
Sí, como concubinas. A muchas nos dicen que somos manejadas por gente de Europa. Eso es no reconocer la sabiduría ancestral cosmogónica de un compromiso de lucha, y la conciencia que hemos generado, que eso no se da por un soplo, sino por la historia, por la memoria, por la formación, ver y vivir la resistencia de todo un pueblo. Nos dicen también que estamos locas, que nuestro planteamiento no tiene ningún sentido, que no hay lógica, que vamos en contra del trabajo, que descuidamos a nuestras familias… Esto luego se vuelve en castigo, la sociedad nos castiga. Yo he sufrido no solo una estigmatización e intento de asesinato, sino que veo como hay todo un plan de persecución contra mi persona, de odio, ¿cómo si no se entiende que hicieran dos manifestaciones en Santa Cruz del Quiché contra “Lolita Chávez”?