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Ecologismo
Esperanza realista. Ideas y relatos para no paralizarnos ante un futuro incierto

Hablar de esperanza en este contexto de policrisis ambiental, geopolítica, económica y un largo etcétera puede sonar naif. Con los límites planetarios totalmente desbordados, en un contexto de rearme y siendo testigos de movimientos de desposesión a grandes partes de la población, nos es mucho más sencillo hacer análisis y diagnósticos derrotistas. Sin embargo, desde Ecologistas en Acción presentamos un libro sobre Esperanza Realista. Un acto valiente, y también necesario. Y es que seguramente construir políticamente desde la idea de que todo está perdido no es solo un error estratégico, sino seguramente un error, punto.
La esperanza realista es la defensa de ese espacio de posibilidad que le queda a un mundo en el que merezca la pena vivir. Es realista porque lo hace sin ingenuidad ni fantasías tecnológicas, porque sabe que es improbable, pero no imposible. Es esperanza porque permite seguir caminando.
Diez ideas clave en torno a escenarios ecotópicos
Este ensayo nos guía a través de diez ideas clave que nos permiten construir políticamente en torno a escenarios ecotópicos, alejándonos de aquellas reflexiones tanto individuales como colectivas que nos paralizan.
Haciéndose eco de la voz de Joanna Macy, se nos invita en primer lugar a honrar nuestro dolor por lo que sucede, ya que es la prueba primera y más flagrante de que nos importa. Por otro lado, se busca que seamos conscientes de que en colectivo y organizadas tenemos muchas más posibilidades de sobrellevar lo que nos venga. Además, las autoras reivindican la capacidad de cooperación del ser humano, especialmente ante situaciones excepcionales como las que describe Rebecca Solnit en su libro ‘Un paraíso en el infierno’. Citando la obra de Rutger Bregman ‘Dignos de ser humanos’, el ensayo nos recuerda que la cooperación ha sido precisamente una de las principales ventajas evolutivas del homo sapiens, una idea directamente enfrentada a los discursos esencialistas de la competitividad.
Aceptar la realidad como punto de partida
El libro nos invita también a aceptar la realidad como punto de partida, por dura que sea, porque esa comprensión y aceptación radicales multiplican nuestra inteligencia a la hora de emprender nuevos caminos y configuraciones. Unos caminos que, como mencionan las autoras, ya están emprendiendo millones de personas en centenares de miles de lugares, algo que recordar es en sí mismo reconfortante. Siguiendo el espíritu de la académica y botánica indígena Robin Wall Kimmerer, el ensayo nos incita también a practicar el agradecimiento para con todo el mundo vivo, lo que nos acerca a la reciprocidad y a devolver parte de lo recibido.
En la misma línea, se nos recuerda que la magnitud de la catástrofe potencialmente enfrentada es tan grande, que cualquier pequeño gesto se vuelve significativo. Esta idea genera esperanza, nos dicen las autoras, en la medida en que nos hace reivindicar lo significativo de los logros parciales y las medias victorias. Sin embargo, también nos recuerdan que no queremos simplemente ‘sobrevivir’, sino que queremos una vida ancha, y que la felicidad por suerte no guarda, más allá de unos mínimos indispensables, una correlación con nuestros niveles de consumo material o la cantidad de energía y materiales disponible a nivel planetario.
Combatir la ecoansiedad
Estas son algunas de las reflexiones que nos hacen liberar parte de ese peso en el pecho que nos hace no querer salir de la cama. La futurofobia o ecoansiedad es una reacción ante una incertidumbre en la que el reparto de cartas no augura el mejor de los resultados. Sin embargo, esa misma incertidumbre nos permite pensar que hay tiempo para la pelea, para, aun con la baraja trucada, sacar el mejor provecho de la partida. Y que, aunque parezca tautológico, si luchamos, la lucha tiene más posibilidades de prosperar que si no lo hacemos. Así de simple, así de complejo.
Estas ideas, desarrolladas en el ensayo con sabiduría por Marta Pascual y Fernando Cembranos, se complementan en el libro con la mejor de las compañías. Diez relatos cortos escritos por María González, que completan cada una de las reflexiones con imaginación y sensibilidad.