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Pacifismo
Movimientos ecofeministas y desarme, inspirando la paz
Hoy, y cada 24 de mayo, juntas celebramos el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme. En este día tan importante, en esta época llena de conflictos, y con la sombra del uso de armamento atómico que vuelve a estar presente, queremos dar luz a aquellas mujeres que, sirviéndose de la no violencia, mucho ingenio, creatividad y determinación lucharon unidas para la paz y en contra del militarismo y las armas nucleares.
Al hilo de esta celebración traemos el ejemplo inspirador de algunas activistas que pueden alentarnos en nuestras propias revoluciones en pro de la paz.
Petra Kelly, sin violencia hacia un futuro verde
Empezamos por Petra Kelly, pionera feminista, ecologista y pacifista alemana, llevó el tema ambiental de la calle a la política. Fue miembro fundadora del Partido Verde Alemán, el primer partido verde en alcanzar prominencia tanto a nivel nacional en Alemania, como en todo el mundo.
En los años ochenta lideró en el Bundestag la campaña contra el desarme, donde se reunieron más de 400.000 personas. Activista y escritora, experta y portavoz del ecopacifismo y el feminismo, en 1982 fue galardonada con el Premio Right Livelihood por “forjar e implementar una nueva visión que une las preocupaciones ecológicas con el desarme, la justicia social y los derechos humanos”. Su legado incluye una reflexión esencial del pacifismo: «la cuestión no es si las mujeres deberían ser soldados, sino cómo podemos evitar que los hombres lo sean». Destacó por su lucha contra las armas nucleares y por su fuerte convencimiento antimilitarista, principios que plasmó en sus escritos en Nonviolent Struggle and Social Defense: «Gastamos miles de millones en la investigación de armas y millones de entrenamiento de nuestros jóvenes en las academias militares. ¿Por qué no invertir en estudios de paz y acciones de paz? Necesitamos centros de capacitación, campañas públicas y materiales educativos».
Mujeres por la vida en la Tierra, cultura de paz frente al peligro nuclear
En septiembre de 1981, el mismo año que la campaña en el Bundestag, una treintena de mujeres de la organización galesa Women for Life on Earth (Mujeres por la vida en la Tierra), acamparon junto a la base militar americana RAF Greenham Common (Inglaterra) para protestar contra el uso de armamento nuclear que custodiaba. Fue en mayo de 1982, cuando 250 mujeres bloquearon por primera vez la base, impidiendo la salida de camiones con misiles destinados a un campo de pruebas. Llegaron a formar una cadena humana de hasta 70.000 personas en 1983, y mantuvieron su acampada hasta el año 2000 pese a la intemperie y las agresiones de la policía. Conjuntamente con otras organizaciones de mujeres pacifistas, establecieron el 24 de mayo como el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme, con el firme objetivo de conmemorar las numerosas luchas y trabajos de las mujeres en favor de una Cultura de Paz.
Mujeres de negro, luto por las guerras
En los mismos años, especificadamente el 9 de enero 1988, unos meses después de que comenzara la Primera Intifada palestina contra la ocupación israelita de Cisjordania y de la Franja de Gaza, una docena de mujeres israelíes de Jerusalén, vestidas de negro, salieron silenciosas por el centro de su ciudad llevando pancartas contra la ocupación militar de su gobierno en los territorios palestinos. Su presencia llamó la atención, causando indignación a muchos ciudadanos israelíes, aun así, no bajaron la guardia y convocaron una vigilia cada viernes a mediodía, inspirando así a muchas otras que compartían con ellas el mismo objetivo de justicia, reuniendo a mujeres israelíes y palestinas. Años más tarde, se les unieron grupos de mujeres de negro que reclamaban el fin de la guerra en los Balcanes, mostrando carteles en los que expresaban “no en mi nombre”, un lema que sigue utilizándose y representa el disenso de la ciudadanía contra las acciones o inacciones de los gobiernos. Cada una de estas mujeres contribuye con su gota a amplificar una ola de protestas que hoy en día sigue viva en diferentes lugares del mundo, como en España.
Solo una muestra
Estos son solo unos pocos ejemplos de una gran cantidad y variedad de movimientos e iniciativas lideradas por mujeres activistas que se han organizado para oponerse a las guerras y a la cultura belicista. La sociedad en la que vivimos, guiada por ideales patriarcales, nos hace creer que la violencia y la fuerza física son las principales herramientas para resolver nuestros conflictos o lograr nuestros objetivos. Pero, muy al contrario, la experiencia de tantas mujeres feministas, ecologistas y pacifistas nos enseña que hay otra manera de resolver las diferencias y que es posible llegar a acuerdos pacíficamente.
Han pasado más de cuarenta años años desde el nacimiento de estas asociaciones ecofeministas, y hoy más que nunca es importante que su llama no se apague. Cada acción que emprendamos localmente puede tener repercusiones globales y dará fuerza a muchas más, manteniendo vivas sus rebeliones, luchando juntas y juntos con toda nuestra creatividad y empatía.