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Ecologismo
La realidad del Lyocell detrás de Altri
¿Qué es el Lyocell y por qué se nos vende como la nueva fibra sostenible?
La industria de la moda, una de las más contaminantes de nuestro planeta y responsable de millones de toneladas de plástico anuales que acaban en vertederos por todo el mundo, busca constantemente innovaciones que le permitan subirse a la ola de lo ECO.
Para que el lobby del textil siga manteniendo su modelo de negocio (donde explotan a mujeres y niños para abaratar costes, y sobreproducir y sobreconsumir productos que no necesitamos), necesitan un lavado de cara.
Es aquí donde aparece el Lyocell. Una fibra natural, procedente de la madera, que tiene la enorme ventaja de que es biodegradable y compostable. Lo que sería un gran avance para las toneladas de residuos que esta industria genera, siempre y cuando, claro, no se mezcle en la misma prenda con otras fibras sintéticas.
Al buscar información sobre el Lyocell nos lo venden como un producto maravilloso. Es 100% compostable, con una velocidad de descomposición de unos meses, y debido a la velocidad del proceso de su producción (de solo unas horas), utiliza menos agua y energía que otras fibras similares, como la viscosa o el Modal. Al ser el eucalipto su fuente principal de materia prima, se publicita como totalmente sostenible. Ya que, como puede leerse al buscar información sobre esta fibra, es un árbol que no necesita agua, que se planta en zonas no aptas para otros cultivos, que crece rápido y que proviene de bosques responsables y bien gestionados.
La realidad del eucalipto
El eucalipto esta muy lejos de este ideal que nos venden. Es bien sabido por la población portuguesa y gallega los problemas que trae su monocultivo, poniendo en peligro la biodiversidad de las zonas donde se planta y a menudo las vidas de sus vecinas y vecinos.
Es uno de los principales responsables, junto con el cambio climático, de las extremas bagas de incendios que asolan las tierras del norte y el oeste de nuestra península. Cada año más grandes y virulentos, estos incendios arrasan todo a su paso y pueden generar nuevos focos a kilómetros de distancia. Esa es la realidad más terrorífica del eucalipto, pero tiene muchas otras, como por ejemplo:
Es una especie invasora que desertifica el terreno. Dificultando el crecimiento de cualquier otra planta.
Desplaza a especies autóctonas de árboles y arbustos con su rápido crecimiento.
Disminuye la biodiversidad de la zona. No hay animales ni insectos que se alimenten de ella, por lo que los monocultivos de eucalipto no forman parte del ecosistema.
Aumentan la temperatura de la zona al ser una especie perenne, poco frondosa y que permite el paso del sol en verano. Además las especies perennes respiran menos y pierden menos agua, por lo que el ambiente que se genera bajo ellos es más seco.
Consumen mucha más agua que los arboles autóctonos.
Esta última es una cuestión curiosa, porque los defensores de este monocultivo para la industria siempre aseguran que consume menos agua que las especies autóctonas. Pero esta afirmación es falsa, consume menos agua por metro cúbico de madera producida, pero dado su rápido crecimiento, al final del año consume mucha más agua que un árbol autóctono de crecimiento más lento.
Sin embargo, es curioso que en vez de escoger una zona desértica sin agua ni biodiversidad, donde no sea posible cualquier otro cultivo, escogieron Galicia como lugar ideal donde realizar los monocultivos de eucalipto. Con abundante agua, vegetación exuberante que crece en cualquier esquina y tierra apta para numerosos cultivos con alto valor económico. Y de nuevo no, los eucaliptos comercializados no son de bosques bien gestionados, o no suelen serlo. Muchos pertenecen a pequeños particulares, otros a comunidades de montes a las que las empresas llevan casi 6 décadas manipulándolos para que velen por sus intereses. Muchos son incluso de los márgenes de las carreteras que crecen descontroladamente por la mala gestión de la Xunta, porque es una especie invasora con gran capacidad de expansión, y porque muchos propietarios no se preocupan de la gestión de su parcela.
No existe ningún tipo de control o planificación por parte de la administración, las empresas o asesorías independientes, para la mayor parte de los cultivos de eucalipto gallegos
Así que NO. El eucalipto no es una especie sostenible para nuestra industria ni para nuestra tierra.