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Serbia
Belgrado se prepara para una protesta multitudinaria

El 1 de noviembre de 2024, 15 personas murieron tras derrumbarse una marquesina de hormigón en la recién renovada estación de trenes de Novi Sad —al norte del país— un proyecto urbanístico envuelto en controversias y falta de transparencia. La tragedia desencadenó una serie de protestas en las que se exigía más transparencia, más rendición de cuentas por parte del Gobierno, acabar con la corrupción y una serie de reformas democráticas. De momento, hay 16 personas imputadas.
Desde entonces, las movilizaciones estudiantiles en las calles de Belgrado, consideradas de las más multitudinarias en la historia del país, no han cesado; a pesar de los numerosos intentos por parte del Ejecutivo serbio de desacreditarlas.
Vučić: “Tendrán que matarme si quieren reemplazarme”
La protestas de los últimos cuatro meses no solo han puesto en jaque a Aleksandar Vučić y su formación, el Partido Progresista Servio (SNS), sino que han evidenciado el descontento profundo de una parte importante de la población con el Gobierno serbio.
Las protestas por las muertes ocasionadas por el derrumbe de la marquesina en Novi Sad se han convertido en un movimiento organizado que a lo largo de estos meses ha llevado diferentes acciones, como la multitudinaria manifestación del pasado 22 de diciembre en Belgrado, que congregó a más de 100.000 personas, o la reciente ocupación del edificio donde se encuentra la Radio Televisión Pública serbia en el país. El movimiento considera que el ente público está haciendo una cobertura tendenciosa de los acontecimientos recientes.
Por su parte, Vučić, que ha reprimido las protestas con violencia y que suele hablar de ‘complot’ para derribarlo, ya ha avisado que no va a dimitir. En una entrevista reciente con la televisión pública serbia lo dejó claro: “Tendrán que matarme si quieren reemplazarme”, dijo. El presidente serbio, cercano a Putin y a Trump, lleva más de una década en el poder.
Vučić, que ha reprimido las protestas con violencia y que suele hablar de ‘complot’ para derribarlo, ya ha avisado que no va a dimitir
Quien sí dimitió el pasado 28 de enero fue el primer ministro Miloš Vučević, una gesto simbólico, puesto que el poder ‘de facto’ del país lo tiene Vučić. Unos días más tarde lo hizo el alcalde de Novi Sad, Milan Đurić.
Además de la represión violenta en las protestas, durante estos meses, el Gobierno serbio ha orquestado una serie de redadas contra organizaciones de derechos humanos y ha intimidado a diferentes colectivos. “La creciente represión del Gobierno serbio contra la sociedad civil ha alcanzado niveles alarmantes [...] Además de los ataques selectivos contra defensores de derechos humanos, los periodistas independientes siguen enfrentándose a obstrucciones, violencia física y campañas de desprestigio”, señalan desde Article 19.
Sidecar
Sidecar Pretensión democrática en Serbia
En Madrid, hay prevista una manifestación solidaria en apoyo a las protestas estudiantiles el domingo 16 de marzo en la Puerta del Sol, organizada por un grupo de ciudadanos y ciudadanas serbias residentes en España.