Teatro
Teatro Yeses, una compañía formada por mujeres presas que quieren volver a ser libres

El Teatro Yeses lleva desde 1985 haciendo más llevadera la condena de convictas y contribuyendo a su reinserción.

Yeses, teatro para liberar a mujeres presas
Yeses, teatro para liberar a mujeres presas. Foto cortesía de Elena Cánovas.
7 oct 2018 06:00

La noche que Elena Kolodezneva debutó con el Teatro Yeses era la primera vez que salía de prisión en dos años. Unos 730 días sin pisar el suelo que había más allá de los barrotes, sin sentir el calor de una multitud y sin vivir nada que se asemejara a la libertad. Pero encima de ese escenario todo era distinto.

Por unos minutos del Madrid de 2011 dejó de ser una presa al regalar una actuación al público y dejó de serlo, otra vez, cuando la sala elogió el final del espectáculo a base de aplausos y regalos. “Me quedé estupefacta, me sentía como una actriz. Dos horas atrás estaba en la cárcel bajo observación y después allí, donde me miraban como una actriz y no como una presa”, dice Kolodezneva por teléfono a El Salto.

Ella es una de las aproximadamente 1.000 mujeres que han pasado, a lo largo de las décadas, por el Teatro Yeses, la compañía de teatro formada por presas del Centro Penitenciario de Madrid I Mujeres en Alcalá de Henares. Su objetivo no es otro que hacer más llevadera su condena con ensayos y funciones fuera de prisión. Y su labor ha sido reconocida con varios galardones, como el Premio Dionisos Teatro a proyectos de gran repercusión social, UNESCO 2007, y el Premio Max al Aficionado a las Artes Escénicas 2017.

Elena Kolodezneva, en una obra de Teatro Yeses
Elena Kolodezneva, en una obra de Teatro Yeses. Foto cortesía de Elena Kolodezneva.

La antigua cárcel de mujeres de Yeserías vio nacer en 1985 a la compañía que cambiaría para siempre la vida de algunas de sus internas. Era una época en la que la drogadicción, el SIDA y el dolor por estar encerradas tenían demasiada presencia entre las paredes de ese complejo. Y eso hizo que la funcionaria de centros penitenciarios y actual directora del Teatro Yeses, Elena Cánovas, considerara más que oportuno fundar la compañía para regalar a las convictas un atisbo de esperanza, para hacerles entender que, a ellas, la suerte también podía sonreírles.

Antídoto contra la condena

“Ya sabes que en los años 80 las cárceles estaban llenas de toxicómanas y no había metadona ni nada. Las chicas estaban desesperadas, se inyectaban cualquier cosa. Era una prisión muy dura”, cuenta desde el otro lado del teléfono Cánovas. También recuerda cómo algunas integrantes caían por el SIDA, como una “que tuvo mucha importancia” murió a causa del mismo virus y como, en ocasiones puntuales, coincidía que algunas estaban colocadas en el momento de ensayar.

Una situación ante la cual la directora del Teatro Yeses respondió tendiéndoles la mano. “Cuando una lo hacía, no venía al ensayo. Entonces iba a su celda y me la encontraba hecha un cuadro. Le ayudaba a entender que eso no estaba bien y la animaba a subir al escenario”, detalla Cánovas al exponer cómo el teatro contribuyó a que algunas no volvieran a repetir esa actitud y, al mismo tiempo, crear “un espacio de libertad” en un lugar en el que no había libertad.

Kolodezneva, que se adentró en el mundo de la interpretación para salir a la calle y para que le acortaran la condena, no imaginaba que, con el tiempo, le ayudaría sentirse aliviada entre rejas. Especialmente cuando, desde lo alto del escenario, sentía las inagotables muestras de cariño de los espectadores. “Me daban besitos, me sentía importante y olvidaba que era una interna. Aunque cuando me preguntaban: ‘¿cómo te va por allí?’, volvía a recordarlo”, explica Kolodezneva, quien a su vez dice que, de vuelta a prisión, tampoco tenía la percepción de volver a meterse en una celda. Simplemente, iba a su “camita”, donde cerraría los ojos para soñar con la siguiente noche en la que los focos del teatro no harían más que iluminar a una estrella.

Abrir la prisión a la sociedad

Para Cánovas, una de las cosas que ha hecho del Teatro Yeses una verdadera compañía de teatro son las actuaciones fuera de la cárcel. Unas presas esposadas bajando del furgón de la policía, unos agentes “muy nerviosos” escoltándolas y un despliegue policial “tremendo” rodeando el Centro Cultural la Elipa de Madrid fue la estampa de la primera función que protagonizó la compañía en la España de 1987.

Elena Cánovas, directora de Teatro Yeses
Elena Cánovas, directora de Teatro Yeses. Álvaro Minguito

“¿Te imaginas la cara de los guardias civiles? Debían de pensar: ‘estas se mezclan entre el público y se fugan”, apunta Cánovas entre risas al recordar el instante que empezaron a regalar al público sus obras. Una de ellas fue Mal Bajío, que retrató cómo eran los centros penitenciarios por dentro. O, lo que es lo mismo, cómo eran los chequeos al ingresar en ellos, los hurtos que se cometían entre internas, la drogadicción que dejaba a muchas “desquiciadas” y una infinidad más de experiencias que mostraban lo arduo que era cumplir condena en los años 80.

“La gente tiene que saber qué ocurre en la cárcel. Hay que abrirla a la sociedad porque la sociedad forma parte de ella”, reclama la directora del Teatro Yeses, que acto seguido, añade que las actrices de la compañía también han estado concienciando sobre la desigualdad que sufrían y sufren las mujeres.

Una actuación de la compañía Teatro Yeses
Una actuación de la compañía Teatro Yeses. Foto cortesía de Elena Cánovas.

Muestras de ello son escenas que retratan a la mujer perfecta y casada, que únicamente vive a la merced del marido; y otras que presentan a unas presas que, vestidas de albañiles, lanzan piropos a hombres que, en ningún momento, les han pedido su opinión. “Hemos puesto a mujeres a protagonizar esa actitud muy machista que se ha permitido siempre. Al comienzo, la gente se escandalizaba, pero es una verdad”, agrega Cánovas sobre uno de los muchos comportamientos que, desde siempre, han socavado los derechos de las mujeres.

Una herramienta para curar almas atormentadas

A pesar de que, al inicio de la actividad, algún sector penitenciario creía que había otras prioridades antes que el teatro y de que Cánovas se enfrentó a otras dificultades, como que un juez no permitiera actuar fuera a una de sus actrices por pertenecer a una banda, nunca se rindió. ¿La razón? Estaba segura de que ayudaba a esas mujeres, a las que “su ambiente nunca les dio la oportunidad de hacer una cosa lícita”, a reinsertarse en la sociedad. Y eso es más que evidente si tenemos en cuenta que la mayoría de las que han pasado por sus escenarios, no han vuelto jamás a las celdas. “Soy testigo privilegiado de esa evolución”, añade.

Prueba de ello es que, cuatro años después de abandonar el centro penitenciario, Kolodezneva reconoce que a ella no solo le permitió soportar el ambiente carcelario y no deprimirse, sino que también le regaló lecciones que recordará de por vida. Aprender a hablar español, a leer y a escribir, percatarse de que no hay “personajes buenos ni malos”, comprender mejor la psicología de los demás y saber estar en grupo son algunas de ellas. Pero no hay duda de que lo más importante es que transformó para siempre el prisma a través del cual observa su alrededor.

“Me cambió la mirada. Antes veía el mundo un poco gris y, ahora, es de colores. Con el teatro dejé de ver problemas y empecé a ver solo cosas a observar”, indica Kolodezneva, que refleja el crecimiento personal de todas las mujeres a las que ha acompañado Cánovas. “Cuando quedo con algunas de ellas me dicen: ‘menos mal que me enganché al teatro’”, menos mal que el arte de interpretar les reveló que, por muy lúgubre que pueda llegar a ser la realidad, no hay nadie que no pueda reescribir su historia.

Arquivado en: Cárceles Teatro
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Teatro
Teatro ‘1936’: unha ferida aberta sobre o escenario
A nova produción dirixida por Andrés Lima converte a Guerra Civil en materia escénica, abrindo un espazo de reflexión crítica sobre as súas pegadas no presente.
Teatro
Teatro ‘1936’: una herida abierta sobre el escenario
La nueva producción dirigida por Andrés Lima convierte la Guerra Civil en materia escénica, abriendo un espacio de reflexión crítica sobre sus huellas en el presente.
Granada
Violencia Sexual Tres mujeres más denuncian agresiones sexuales del director de la escuela de teatro La Seducción en Granada
Las exestudiantes describen tocamientos y besos no consentidos durante su estancia en la escuela por parte del director, una denuncia que se suma a la interpuesta por otras seis exalumnas contra el docente, de la que informó El Salto Andalucía.
Investigación
Investigación Varios refuxiados denuncian á ONG Rescate Internacional por explotación laboral e agresión sexual
A Garda Civil investiga o centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran traballar sen contrato a cambio de 50 euros semanais. A ONG xestiona 1.700 prazas do programa estatal de acollida.
Laboral
Laboral Los trabajadores de Bridgestone tendrán que decidir sobre la última oferta de la empresa
Reducen en 103 despidos el ERE de la multinacional, fomentan las prejubilaciones y se comprometen a asegurar la producción en las dos plantas afectadas en Cantabria y Bizkaia.
Pensamiento
Michael Hardt “La respuesta a Trump no debe ser volver a la normalidad”
Pensador estadounidense y colaborador de Antonio Negri en algunas de sus mejores páginas, el filósofo Michael Hardt ha seguido dedicando su trabajo a la idea y a las prácticas del común.

Últimas

Energía
Límites planetarios Reducir el consumo energético, el debate olvidado (e incómodo) del gran apagón
España proyecta un 43% de aumento de consumo eléctrico en los próximos cinco años. Especialistas opinan que la electrificación de la demanda, clave para abandonar los combustibles fósiles, tiene que ir acompañada de la suficiencia energética.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Vecinas de Madrid convocan otra gran manifestación por la sanidad pública
El próximo 25 de mayo la plataforma Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid organiza otra gran marcha contra la política sanitaria del Gobierno de Ayuso.
Palestina
Palestina Imputan a dos capitanes de buque implicados en el comercio de armas con Israel
El Juzgado de Instrucción nº 6 de Barcelona investiga la implicación de la naviera Maersk en el suministro de armas al ejército israelí y le requiere que identifique a dos capitanes.
Sanidad pública
Sanidad Pública España necesita 100.000 enfermeras para alcanzar la media europea
Casi un 40% de enfermeras manifiesta que dejará la profesión en los próximos 10 años. Son datos del Ministerio de Sanidad y las profesionales exponen las razones: falta de conciliación y contratos precarios.
València
Lawfare La Audiencia de València dicta que la causa contra Mónica Oltra llegue a juicio
Aunque la Fiscalía y el juez instructor descartaron que existiera indicios de delito contra la ex consellera y el resto de acusados, la Audiencia ratifica la celebración del juicio.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Estados Unidos
Roberto Montoya “Nos dicen que hay que armarse contra Putin cuando el mayor peligro para el mundo es Trump”
Más Donald Trump que nunca, el multimillonario ha regresado para terminar lo que no pudo hacer en su primer mandato. El periodista Roberto Montoya bucea en el personaje y su contexto en el libro ‘Trump 2.0’ (Akal, 2025).
Cine
Cine Colectivo y sin autor: breve historia de otro cine
La película ‘Una isla y una noche’, autoproducida y autodistribuida por el colectivo francés Piratas de Lentillères, es la puerta de entrada para recordar otros modos de hacer cine, alejados de la firma de autor y los grandes estrenos.