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En este debate maravilloso que el autobús de Hazte Oír nos ha traído esta semana, seguro que estamos de acuerdo en dos cosas evidentes: una, que los derechos no son absolutos porque a veces colisionan con otros, entran en conflicto y por tanto hay que restringirlos o recortarlos; dos, que judicializar el debate político es peligroso, porque sabemos que la justicia no es un manantial de agua pura ni se escapa de sesgos ni del control de quienes tienen más privilegios.
¿Vale? Pues ahora vamos con las cosas en las que no estamos de acuerdo:
El bus no es una opinión política, es un arma que dispara a niñes
Lo que pretende Hazte Oír es llevar sus frases facilonas e hirientes a los colegios. Diseñaron un eslogan que se pudiera repetir en el patio del recreo, que sirviera para señalar a las personas sospechosas de no adscribirse a los roles binarios, para decirles que nunca van a ser felices. Personas menores de edad.
No, eso no lo es mismo que hacer un tuit o una canción o una obra de títeres sobre el rey o Carrero Blanco. Si estamos de acuerdo en que la justicia no es neutral, tampoco seamos equidistantes nosotres.
Nada es más urgente que proteger la integridad y la vida de las personas
Una vez inmovilizado el bus, se han hecho oír, por ejemplo, Ignacio Escolar
Juan Carlos Monedero
César Strawberry e Isaac Rosa para explicarnos que no debemos pedir que la Fiscalía actúe. ¿Qué tienen en común estas personas, además de ser líderes de opinión de izquierdas? Ahí va una pista:Paradójicamente, silenciar al autobús homófobo se vuelve contra los demócratas. No les regalemos argumentos. https://t.co/ZiXwXyw7iH
— Juan Carlos Monedero (@MonederoJC) 2 de marzo de 2017
Hemos oído que toda esta transfobia se debería parar con movilización ciudadana y con educación. Sería mejor que no hubiera transfobia que tener que prohibirla, claro. Pero mientras vamos convenciendo a Ignacio Arsuaga de que descomponga el lobby ultracatólico que lleva años construyendo, o a quien le llenó la cara de hematomas a un hombre gay el lunes pasado en Chueca, quizá, no sé yo, haya que tomar otro tipo de medidas.
Es legítimo que las personas trans usen todas las herramientas a su alcance
No olvidamos que quienes suelen judicializar los conflictos políticos sistemáticamente, quienes suelen manejar las riendas de una estructura represiva, son los privilegiados. Sabemos que no les suele temblar el pulso para luchar contra nuestros derechos.
Las herramientas del amo no desmontarán la casa del amo, pero si el amo está viniendo a por ti y se ha dejado un martillo a tu alcance es lógico que lo uses. ¿O no habíamos superado ya este debate de la pureza de los medios y los fines? En todo caso, ¿quiénes tienen que liderarlo?
La cuestión es si gente a la que no le afecta la transfobia deberíamos tener tanto poder de decisión o visibilidad con nuestras opiniones. — Bancal de Rosas (@MarDelgadoMesa) 2 de marzo de 2017
Bendito bus que nos hace hablar de la transexualidad infantil
Empezaba nombrando este fango como un “debate maravilloso” porque realmente creo que lo es: Hazte Oír ha retado a la opinión pública y ha perdido estrepitosamente.
Sí, sigamos haciéndole la campaña a Hazte Oír, hablemos mucho de su bus y de lo que significa.
No, no desviemos el foco, no perdamos la oportunidad de que esta mayoría social conozca y respete la realidad de les niñes trans.
Mil gracias a los colectivos y comunidades trans que estáis derrochando estos días paciencia pedagógica. Hagamos por escucharos a vosotres.